[LE}> El adjetivo adecuado es «doloroso», no «doloro»

El adjetivo doloroso, y no ‘doloro’, es el adecuado para expresar que algo causa o implica dolor.

Uso no adecuado

• El gran imbatido de la temporada se va a casa con una dolora derrota.

• Sin duda, lo más doloro fueron los vítores.

• La derrota, evidentemente, es dolora.

Uso adecuado

• El gran imbatido de la temporada se va a casa con una dolorosa derrota.

• Sin duda, lo más doloroso fueron los vítores.

• La derrota, evidentemente, es dolorosa.

El Diccionario de la lengua española indica que doloroso es un adjetivo utilizado con el sentido de ‘que causa o implica dolor físico o moral’. Este es el término asentado y mayoritario con este significado, no doloro. El origen de esta confusión quizá se deba a considerarlo proveniente de indoloro (‘que no causa dolor’), al que se ha suprimido el prefijo negativo in-. Sin embargo, como indica la Gramática, este adjetivo se ha formado a partir del esquema in-sustantivo-o, de modo similar a incoloro.

Por otro lado, cabe señalar que dolora, en femenino, es un sustantivo que recoge el diccionario académico referido a una composición poética que posee una enseñanza moral y que fue creada por Ramón de Campoamor, como se aprecia en «Dicha dolora pone de manifiesto el convencimiento del poeta».

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[LE}> «Tiflis», no «Tbilisi», «Tblisi», «Tiblisi» ni «Tibilisi», nombre español de la capital de Georgia

El nombre tradicional en español de la capital de Georgia es Tiflis, no Tbilisi, Tblisi, Tiblisi ni Tibilisi.

Uso no adecuado

• Miles de ciudadanos protestaron en la capital de Georgia, Tblisi.

• Sabremos por qué los georgianos han salido a las calles de Tibilisi de forma masiva.

• Los antidisturbios dispersaron con gases lacrimógenos y cañones de agua la manifestación que se congregó en Tbilisi.

Uso adecuado

• Miles de ciudadanos protestaron en la capital de Georgia, Tiflis.

• Sabremos por qué los georgianos han salido a las calles de Tiflis de forma masiva.

• Los antidisturbios dispersaron con gases lacrimógenos y cañones de agua la manifestación que se congregó en Tiflis.

Según el Diccionario panhispánico de dudas, el nombre de la capital de este Estado del sur del Cáucaso es Tiflis y, por tanto, se desaconsejan la transcripción del georgiano Tbilisi y las formas híbridas Tblisi, Tiblisi y Tibilisi.

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[LE}> «Centro/unidad de cuidados paliativos», mejor que «hospice»

La expresión centro o unidad de cuidados paliativos es preferible en español al anglicismo hospice.

Uso no recomendado

• Es una población danesa en la que se ha construido un hospice para tratamiento paliativo.

• Se inaugura en Chile el primer hospice pediátrico de Sudamérica.

Uso recomendado

• Es una población danesa en la que se ha construido un centro para tratamiento paliativo.

• Se inaugura en Chile el primer centro de cuidados paliativos pediátrico de Sudamérica.

Este anglicismo suele emplearse para referirse a los centros o las unidades de clínicas u hospitales dedicados a la prestación de cuidados paliativos, es decir, de tratamientos o remedios dirigidos a atenuar el dolor de una persona, así como al acompañamiento emocional de sus familiares.

Esta idea, tal como se recoge en el Diccionario de términos médicos, de la Real Academia Nacional de Medicina de España, puede expresarse en español con la construcción ‘centro o unidad de cuidados paliativos’, en función de si se trata de una institución autónoma o si forma parte de otro centro sanitario.

Por otro lado, cabe mencionar que no es apropiado emplear ‘hospicio’ con este sentido, pues esta voz significa, entre otras cosas, ‘establecimiento benéfico en que se acoge y da mantenimiento y educación a niños pobres, expósitos o huérfanos’ y ‘asilo para ancianos’.

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[Canarias}> El campo de lava de La Palma y un arcoíris, ‘Imagen del Día de las Ciencias de la Tierra’

10/03/2023

La fotografía, realizada por José F. Arozena y Sebastián Fernández, fue captada desde la Montaña de La Laguna, a la puesta del sol, mientras llovía sobre las coladas del último volcán en Cumbre Vieja

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La Palma, como escenario natural, continúa ofreciendo instantáneas únicas que son reconocidas a nivel internacional. En esta ocasión, una fotografía del campo de lava del nuevo volcán de La Palma en Cumbre Vieja (19 de septiembre-13 de diciembre de 2021) y un arcoíris, realizada por José F. Arozena y Sebastián Fernández, ha sido elegida  como Imagen del Día de las Ciencias de la Tierra (EPOD por su siglas en inglés) de este viernes, 10 de marzo, por la Asociación Universitaria de Investigación Espacial (USRA).

Arozena ha explicado a este periódico que la foto fue captada, el pasado 3 de enero de 2023, desde la Montaña de La Laguna, a la puesta de sol, mientras llovía sobre la lava. “El arcoíris”, subraya, “significa esperanza”. Señala que “es la colada atravesada por la nueva carretera, con el volcán al fondo”. Añade que “hay un doble arcoíris”.

En la imagen “se ve  la Isla arqueándose sobre un campo de lava solidificada” de la última erupción volcánica en Cumbre Vieja. La colada de lava cubrió el 8% de La Palma, “destruyendo gran parte del Valle de Aridane”. El dron, en primer plano, se sitúa “justo sobre un fragmento del arco iris secundario”.

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[LE}> La expresión «a expensas de» no significa ‘a la espera de’

La locución a expensas de significa ‘a costa, por cuenta o a cargo de alguien’, por lo que no es apropiado emplearla como ‘a la espera de’ o ‘a la expectativa de’.

Uso no adecuado

• Este culto externo está a expensas de aprobarse por el arzobispado.

• La clasificación de los boricuas se encuentra en suspenso (están a expensas de que Venezuela pierda para clasificar).

• Está a expensas de lo que las autoridades quieran hacer con ella.

Uso adecuado

• Este culto externo está a la espera de aprobarse por el arzobispado.

• La clasificación de los boricuas se encuentra en suspenso (están a la espera de que Venezuela pierda para clasificar).

• Está a la espera de lo que las autoridades quieran hacer con ella.

El sustantivo ‘expensas’, que significa ‘gastos, costas’ según el Diccionario de la lengua española, se emplea habitualmente en la construcción ‘a expensas de’. La gramática académica señala que, en locuciones de este tipo, el significado del sustantivo a veces no resulta claro porque apenas se usa fuera de la expresión, por lo que el sentido completo ya no resulta transparente para el hablante y puede confundirlo.

Sí está bien empleado el giro ‘a expensas de’ en «El viaje fue a expensas de la empresa», pues se está diciendo que la empresa costeó el viaje.

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[Opino}> Acerca de la tilde de ‘sólo’

11-03-2023

Carlos M. Padrón.

El artículo que copio abajo promete decir todo lo que debamos saber sobre la tilde en ‘solo’, pero yo, que soy y seguiré siendo tildista, sigo sin saberlo.

Sigo sin saber por qué se cambió la regla, vigente por muchos años, de poner la tilde cuando ‘solo’ es adverbio, a menos que, como muy bien dijo David Gistau, la RAE ha procurado simplificar la gramática para evitar errores al tarugo, o sea, ha optado por irse por la línea del menor esfuerzo, por no penalizar la ignorancia,que es lo que dicen con que “la manera de no equivocarse es no poner la tilde nunca”.

Además, la RAE añade que, en caso de ambigüedad, como en las frases abajo dadas como ejemplos —«Pasaré solo este verano aquí» (en soledad, sin compañía) o «Pasaré sólo este verano aquí» (solamente, únicamente)—, sí hay que poner la tilde, pero ocurre que hay muchos casos en que la ambigüedad es subjetiva, y otros muchos en que escapa al conocimiento de los tarugos.

Aunque generalmente no gusto de las mexicanadas, en este caso estoy de acuerdo con la decisión de la Academia Mexicana de la Lengua que se ha pronunciado a favor de conservar la tilde diacrítica en el adverbio sólo.

Y, ampliando lo que ya dije arriba, en los titulares (y a veces  en los textos) de los artículos que a diario recopilo para el Rebujado y Padronel, pongo tilde al adverbio sólo si veo que no lo tienen, como también pongo inicial mayuscula en las palabras qaue deben tenerla.

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10/03/2023

Todo lo que debes saber sobre la tilde de ‘sólo’

La RAE vive dos plenos tormentosos por el cambio de redacción de la norma que regula el acento ortográfico del adverbio. ¿Qué ha pasado para llegar a esta situación? ¿Es una falta de ortografía tildarla? Aquí explicamos todas las claves

La Real Academia Española debatió ayer jueves, en medio de una enorme expectación, la nueva redacción de la norma de la palabra ‘sólo’ en su uso adverbial, cuando es sinónimo de ‘solamente’. ¿En qué circunstancias deberá tildarse a partir de ahora, después de la división entre académicos que se ha manifestado esta semana? ¿Se considerará una falta de ortografía? ¿A qué se debe la división entre tildistas y antitildistas de esta última década?

El director de la Docta Casa, el jurista Santiago Muñoz Machado, compareció ante la prensa para tratar de zanjar la cuestión, pero lejos de aclarar todas las dudas, jugó con una ambigüedad que da pie a distintas interpretaciones, así que cada uno, tildistas y antitildistas, podrá hacer lo que quiera. El viejo lema ‘limpia, fija y da esplendor’, en el caso de ‘sólo’, ahora es ‘café para todos’.

¿Qué dice la norma a partir de ahora?

El Diccionario Panhispánico de Dudas que se presentará a finales de marzo en el Congreso Internacional de la Lengua Española (el actual es de 2005), incluirá una redacción que añade el inciso «a juicio del que escribe»:

a) Es obligatorio escribir sin tilde el adverbio solo en contextos donde su empleo no entrañe riesgo de ambigüedad.

b) Es optativo tildar el adverbio solo en contextos donde, a juicio del que escribe, su uso entrañe riesgo de ambigüedad.

Ejemplos:

  • «Pasaré solo este verano aquí» (en soledad, sin compañía).
  • «Pasaré sólo este verano aquí» (solamente, únicamente).

En resumen, cuando ‘solo’ es un adjetivo, irá siempre sin tilde y, cuando es un adverbio, entran en juego la ambigüedad y el juicio del que escribe.

¿Es una norma nueva?

Cuando el pasado jueves 2 de marzo la RAE acordó esta redacción, el escritor Arturo Pérez-Reverte (el académico que lidera el bando de los tildistas) celebró que por fin se había rescatado la tilde de ‘sólo’ del destierro al que le habían sometido los lexicógrafos, partidarios de suprimirla. Pero el perfil de Twitter de @RAEinforma, controlado por Salvador Gutiérrez Ordóñez, al frente del bando de los gramáticos, defendió que la norma no cambiaba, solo su redacción, y añadió que el uso de la tilde debía justificarse. Cuestión de matices. Esto provocó una reacción airada de Pérez-Reverte, que ayer se mantuvo firme y pidió explicaciones ante todos los académicos que acudieron al pleno.

Muñoz Machado, al término del pleno, compareció ante la prensa para explicar que no se había aprobado una «modificación de la regla», sino una «modificación de la redacción de la regla». Pero añadió: «Hay veces que las interpretaciones de las normas pueden suponer una norma nueva».

En efecto, si ahora se deja al criterio de quien escribe decidir cuándo ‘sólo’ es ambiguo y cuándo no, esto permitirá que los ‘solotildistas’ la usen siempre que quieran sin que nadie les pueda censurar por ello. «Ahora puede llevar a que haya escritores que aprecien ambigüedad incluso cuando no la hay. La Academia ha acordado que se puede tildar en los supuestos en que hay ambigüedad. La aprecia el que escribe», dijo Muñoz Machado.

En la práctica, la RAE ha abierto la mano cuando la tendencia de estos últimos años era no ponerla. ¿Es una norma nueva? Sí y no, todos tienes su parte de razón.

¿Se considerará una falta de ortografía?

Una de las preocupaciones por este tema, porque tenía implicaciones reales, era que en los exámenes —de estudiantes u opositores— se podía bajar la nota por el uso de la tilde. Académicos como Soledad Puértolas o Manuel Gutiérrez Aragón así lo habían expresado.

Ayer, cuestionado por este tema, el director de la RAE no fue concluyente. Se limitó a decir que con la nueva redacción el criterio sobre si la tilde está justificada o no pasa de estar en manos del profesor/examinador al que escribe. Con esto, se entiende que incluso en los casos donde no hay riesgo de ambigüedad se podrá escribir ‘sólo’ sin que se pueda penalizar; el que usa la tilde siempre podrá decir que, según su criterio, sí está justificada.

En cualquier caso, como dicen algunos académicos lingüistas, Inés Fernández Ordóñez entre ellos, la manera de no equivocarse es no ponerla nunca. Y, si existe riesgo de ambigüedad, usar el comodín de ‘solamente’ o ‘únicamente’, o cambiar el sentido de la frase.

¿Qué es una tilde diacrítica?

Según la Fundeu, «la tilde diacrítica es la que permite distinguir palabras que se escriben igual, pero que tienen significados distintos y presentan diferente pronunciación». Y la Ortografía indica que se utiliza «a fin de diferenciar en la escritura ciertas palabras de igual forma, pero distinto significado, que se oponen entre sí por ser una de ellas tónica y la otra átona» y que generalmente pertenecen a categorías gramaticales distintas.

Según el académico Gutiérrez Ordóñez, «la tilde introducida para distinguir los pronombres de los adjetivos demostrativos [este, ese, aquel] y el adverbio del adjetivo solo no se ajusta a esta regla, pues opone dos palabras tónicas», pero «la Academia ha mantenido el uso de la tilde en estos dos casos como máximo en situaciones de posible ambigüedad».

¿Cuándo explotó la polémica?

Todo explotó en 2010, cuando la nueva Ortografía cambió la redacción de la norma. Si la Ortografía de 1999 (en línea con las indicaciones que ya se fijaron en 1959) prescribía la tilde «cuando quien escribe perciba riesgo de ambigüedad», hace trece años se permitía prescindir de ella «incluso en casos de doble interpretación». La Academia se quedó «a un paso de prohibir toda tilde», como dijo el lexicógrafo Pedro Álvarez de Miranda, «hasta se diría que tenía ganas de darlo, pero no llegó a hacerlo».

Esto fue entendido por escritores, columnistas y polemistas de todo tipo como que se prohibía, y durante años han batallado por su regreso. Pérez-Reverte ha sido uno de los que más ha peleado por ella. Todos los años el tema era tratado en al menos un pleno de la RAE sin que hubiera acuerdo. Curiosamente, la guerra ha estallado con más crudeza cuando las dos partes han llegado a ese acuerdo que se les había resistido durante más de una década.

¿Cómo se ha usado ‘sólo/solo’ desde 2010?

Salvo los irreductibles que se han empeñado en que no les cercenaran la tilde, algunos por una cuestión sentimental y otros defendiendo que era necesaria para ser eficaces, la realidad es que editoriales y medios de comunicación han apostado en su mayoría por no usarla. Por dos motivos: uno, porque en 2010 se interpretó —erróneamente— que la RAE la prohibía en todos los casos y, dos, porque en sus conductos oficiales la Docta Casa ha recomendado suprimirla.

La redacción ambigua de la Ortografía ha provocado que durante todo este tiempo se haya entendido que usarla era una falta de ortografía. Los escritores que la ponían tenían la sombra de la incorrección, y en exámenes universitarios u oposiciones era un problema que podía restar puntos.

Por cierto, pese a que en las escuelas durante años se ha enseñado que ‘solo’ debía llevar tilde siempre en su uso adverbial, la RAE nunca dijo eso estas últimas décadas.

¿Hay dos bandos en la RAE?

Pese a que Muñoz Machado aseguró que en la RAE «no hay posturas tildistas o antitildistas», sino «personas con una formación diferente», sí reconoció que gramáticos y novelistas han chocado durante años sobre este tema en los plenos. Félix de Azúa lo expresó así: «Me parece que son dos posiciones irreductibles: los técnicos, los gramáticos, y Arturo. Arturo tiene mucha personalidad».

Salvador Gutiérrez Ordóñez, director del departamento Español al día, está a la cabeza del bando de los lingüistas. Arturo Pérez-Reverte, autor de la saga Alatriste, es el líder de los escritores, en su mayoría tildistas.

En el pleno de ayer los académicos se expresaron con «dureza», según el director de la RAE, pero fue un debate pacífico: «Nadie ha dado su brazo a torcer ni hay vencedores ni vencidos, por más que algunas comunicaciones públicas aparenten otra cosa», dijo, en referencia al pleno ‘tormentoso’ que anunció Pérez Reverte.

En la RAE hay un tercio de gramáticos, un tercio de novelistas y un tercio de personas con profesiones diferentes: «Pero nos llevamos muy bien y llevamos el trabajo con mucha normalidad».

¿Votaron todos los académicos a favor del cambio?

En el pleno del día 2, se votó el nuevo enunciado por consenso: hubo un voto en contra. El jueves 9 lo que se aprobó fue el acta del pleno anterior. Y aquí sí hubo unanimidad (todos los votos a favor). «El acuerdo ha sido dos veces aprobado», concluyó Muñoz Machado. Al acabar, Pérez-Reverte aportó al acta un «documento dejando más clara su posición». Casi todos los académicos intervinieron en la sesión, unos para expresar su opinión y otros para adherirse a posturas manifestadas anteriormente.

¿Deben aprobar la norma las academias latinoamericanas?

Para cambiar una norma ortográfica, la RAE debe consultarlo antes con las academias integradas en la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), para que estas sometan el tema a debate en sus plenos respectivos. En este caso, este proceso no se ha activado. Muñoz Machado sí se reunió de manera telemática con todas ellas para comunicarles el cambio de redacción, y a todas les pareció bien. Recibió el apoyo del otro lado del charco. Aunque la Academia Mexicana de la Lengua, para terminar de rizar el rizo, se ha pronunciado a favor de conservar la tilde diacrítica en el adverbio sólo.

El Diccionario Panhispánico de Dudas, que da respuesta, de forma clara y argumentada, a las dudas más habituales que plantea hoy el uso del español, da desde 2005 esta versión sobre la tilde: «Cuando esta palabra pueda interpretarse en un mismo enunciado como adverbio o como adjetivo, se utilizará obligatoriamente la tilde en el uso adverbial para evitar ambigüedades». Esta es la redacción que se modificará.

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[LE}> «Tartesia», mejor que «Tartessos»

El nombre recomendado de la antigua región situada en el occidente de la actual región española de Andalucía es Tartesia, mejor que ‘Tartessos’, y su gentilicio es tartesio o tartésico, no tarteso, mientras que la capital es Tartesos.

Uso no recomendado

• Los tartesos, etruscos, fenicios o griegos han ido dejando su huella.

• En Tartessos se consumía vino.

• Se trataba de la misteriosamente desaparecida ciudad de Tartessos.

Uso recomendado

• Los tartesios, etruscos, fenicios o griegos han ido dejando su huella.

• En Tartesia se consumía vino.

• Se trataba de la misteriosamente desaparecida ciudad de Tartesos.

Tal como se comprueba en el diccionario académico, para aludir al pueblo prerromano que habitó el suroeste de la península ibérica la voz adecuada es tartesio, aunque también se recoge tartésico. Esta última forma es más habitual cuando se refiere a la lengua de ese pueblo.

En la definición ofrecida en esta obra, se comprueba que las denominaciones más adecuadas de la región y de su capital son Tartesia y Tartesos, respectivamente. Tienen también uso y resultan admisibles las variantes Tartéside para la región y Tarteso para la ciudad.

Tartessos, con doble ese, es adaptación directa del griego Ταρτησσός, pero, aunque se ve con relativa frecuencia, resulta menos aconsejable por no estar adaptada al español.

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[LE}> El día que David Gistau se rebeló por la supresión de una tilde en ‘sólo’ en ABC / Excelente artículo

09/03/2023

El día que David Gistau se rebeló por la supresión de una tilde en ‘sólo’ en ABC

«Se está llevando a cabo una matanza de tildes diacríticas», publicó en noviembre de 2014

«De todas las criaturas en peligro de extinción, la que menos compasión inspira es la tilde diacrítica. Concretamente, la que solía motejar el adverbio sólo con una gracia como de flequillo de Tintín que ya apenas sobrevive sino en los escasos renglones que aún resisten a las normas de rendición de la RAE. Entiendo que esta amputación no conmueva a nadie.

Que, con toda la fotogenia de la extinción ocupada en linces y ballenas, nadie repare en la crueldad con que estos pobres adverbios son desmochados uno a uno por sicarios de la RAE cuya diligencia en el exterminio algo tiene de perversión propia, pues la RAE no hizo sino una recomendación en la que algunos vimos una última esperanza para la conservación de algunos ejemplares de ‘sólo’.

Estaré solo hasta las tres”. ¡Desambigüadme esto, criminales! Ah, no podéis, ¿verdad? Necesitáis un contexto, ¿verdad? Habéis procurado simplificar la gramática para evitar errores al tarugo, ¿y ahora necesitáis un contexto? ¡Pues no hay contexto, hala!

Os quedaréis sin saber si me iré a las tres o si permaneceré sin compañía hasta entonces. Mientras la duda os corroe, tal vez vayáis comprendiendo que de la extirpación de la tilde diacrítica puede decirse lo mismo que Fouché de la ejecución de Enghien: fue peor que un crimen, fue un error.

No lo olvidaremos cuando comencemos a excavar fosas comunes de tildes diacríticas, borradas con desdén por correctores de estilo a quienes les resultará inútil tratar de ocultarse detrás de un concepto de la Obediencia Debida a la RAE, en cuyos muros, como antes Umbral, nos meamos los activistas del adverbio tildado. Yo me arrojo contra el parabrisas de la furgoneta en la que se llevan la tilde diacrítica al sacrificio.

Esto no es un artículo, es un manifiesto como los que hace Rosa Montero para concienciar. Denuncio que en ABC se está llevando a cabo una matanza de tildes diacríticas que debe de haber dejado compungidos, llorando lágrimas de tinta, los rostros de los ilustres antepasados que jalonan, como en la galería de retratos de una dinastía, el salón de entrada a la Biblioteca.

El enemigo no tiene rasgos, pero está ganando la batalla pese a nuestras súplicas, a nuestras peticiones de piedad, aun a nuestras exigencias, en los escasos momentos de bravura ante el ciclópeo poder que nos abruma, de que se nos permita acentuar el adverbio ‘sólo’ e incluso ponerle guirnaldas si se nos canta. Nada. Inútil. La cuchilla se abate una y otra vez, y el matarife presenta a la muchedumbre la tilde diacrítica cercenada. No nos rendiremos.

Encontraremos modos de restituir su empaque al adverbio torturado, de devolverle su singularidad ajena al contexto. Pero el enemigo es tenaz. Su obra sangrienta de mutilación es lo primero que descubrimos cada día en la primera edición de Kiosko y más una espantosa montonera de adverbios pasados a cuchillo que nos obliga a llorar bajito en la cama para no despertar a la esposa.

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