José Gabriel Fierro de Torres y Santa Cruz
(1713-1791)
Desde Venezuela, Fierro envió tres custodias a la ciudad de su nacimiento.
Son éstas: la custodia preciosa de la parroquia matriz de El Salvador, la custodia menor de la parroquia-santuario de Ntra. Sra. de las Nieves, patrona de la isla de La Palma, y una tercera, exactamente igual a la de las Nieves, que remitió para el hoy inexistente convento de Santa Catalina, que se halla actualmente en la parroquia de El Salvador. Mandó también dos portaviáticos: uno para la ya referida parroquia-santuario de Ntra. Sra. de las Nieves, y otro para la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Remedies, de los Llanos de Aridane, también en la isla de La Palma.
El legado de Fierro constituye el último enviado a los templos de Canarias desde la Venezuela colonial.
La custodia preciosa de El Salvador es, por su arte y por su pedrería, una de las más valiosas que posee Canarias, y fue elaborada en plata sobredorada calada, brillantes, esmeraldas y rubíes.
• Está rematada por una cruz latina que Ileva esmeraldas y anchos perillones esmaltados.
• En el sol, levemente ovalado a manera de una flor gigantesca, se alternan tres tipos de rayos rectos con uno de rayos flameados, llevando dichos rayos diez estrellas de pedrería engastada, y tiene en su parte inferior, sosteniendo el viril, un ángel con bucles sobre la frente y cuatro alas, dos superiores extendidas y dos inferiores plegadas formando un corazón.
• En la caja de viril se alternan rosas y flores en discreta alusión mariana.
• El astil presenta en su parte inferior un cilindro calado imitando tallos sinusoidales, y el nudo, de forma semiesferoidal, simula un capullo con sépalos cincelados, y otros similares, que se repiten más arriba, formado por una plancha recortada con esmaltes morados en los racimos, representando el motivo eucarístico de las uvas, que sostiene el sol. El pie, a manera de bullón, nos presenta dos bandas caladas, sobre motivos vegetales, interrumpidos por tomapuntas.
• En el estuche de piel que cubre la custodia se lee: “D. José Fierro Santacruz, Caballero de la Orden de Calatrava. A° de 1779″.
El conjunto de esta custodia es de una gran elegancia y riqueza, y ha influido en la orfebrería palmera, ya que el maestro orfebre Antonio Juan de Silva (1803-1813) elaboró una custodia de plata sobredorada para el sagrario del convento de Monjas Dominicas, de Santa Cruz de La Palma, que es copia de aquélla.
El sol de la custodia fue robado en 1900 y sus piedras desmontadas, pero pudo recuperarse íntegramente. La custodia tiene 0.80 m. de alto.
La custodia menor de las Nieves es de plata sobredorada y piedras de dobletas, y tiene una altura de 0.61 m.
La custodia menor, que perteneció al convento de Santa Catalina, es exactamente igual a la de las Nieves, corno ya dijimos.
El autor de estas custodias fue el caraqueño Francisco Landaeta y Lerma [1721-i18027), la más vigorosa personalidad artística de la orfebrería venezolana, cuya obra no tiene comparación con ninguno de los otros orfebres del país, y sus más valiosas obras son las dos custodias preciosas siguientes; la de la Iglesia de San Francisco, de Caracas, y la expresada de El Salvador, en Santa Cruz de La Palma.
Los referidos portaviáticos son atribuidos al orfebre caraqueño Domingo Tomás Núñez (¿1730?-1801).
Según testamento que Fierro otorgó en Caracas el 21 de enero de 1790 ante Juan Antonio Tejero, dejó, para enriquecer la nombrada custodia preciosa de El Salvador, su venera de Calatrava, de diamantes; y por testamento que hizo, también en Caracas, el 30 de diciembre de 1791, ante el escribano Bernardo José Romero, fundó un Patronato para su familia.
En el mismo ano de 1791, o acaso a comienzos de 1792, falleció este aristócrata que ejerció en Caracas funciones político-militares, así como actividades comerciales, y regaló generosas piezas de orfebrería a los templos de su isla natal.
