[LE}> Por un idioma sin "idiomo"

De autor desconocido

Se ha extendido una manía
entre parlantes ladinos
de acuñarle el femenino
a quien nunca lo tendría.

Si no tiene «dío» el día,
y el trigo no tiene «triga»,
ni existen las «gobernantas»,
tampoco las «estudiantas»,
ni «hormigo» entre las hormigas.

Aunque lo intenten comprar
con millones y «millonas»
un trono no tiene «trona»
ni «jaguara» has de llamar
a la hembra del jaguar.

Y aunque el loro tenga lora,
y tenga una flor la flora
mi lógica no se aplaca:
no tienen «vacos» las vacas
ni los toros tienen «toras».

Aunque las libras existan
con los libros no emparejan,
y tampoco se cotejan
suelos, que de suelas distan.

Por mucho o «mucha» que insistan
mi mano no tiene «mana»,
no tiene «rano» la rana
y foco no va con foca,
ni utilizando por boca
al masculino de Ana.

Cortesía de José María Brito Pérez

[LE}> La Academia española trabaja: el diccionario superará los mil millones de consultas este año

La Academia española trabaja: el diccionario superará los mil millones de consultas este año

Trescientos años después, la Real Academia Española no sólo conserva su prestigio intelectual y su calidad en el estudio científico del idioma, sino que ha sabido incorporarse al mundo digital con indiscutida eficacia

[LE}> Crisis climática, claves para una buena redacción

Se ofrecen algunas claves para una buena redacción de las noticias relativas a este tema.

1. Cambio climático, crisis climática, emergencia climática. La expresión crisis climática es más adecuada que cambio climático para referirse a la magnitud y a las consecuencias del calentamiento global causado por la actividad humana. Además, comienza a tener también uso emergencia climática. Las tres expresiones (cambio climático, crisis climática y emergencia climática) se escriben enteramente en minúsculas, pues no constituyen nombres propios, sino denominaciones meramente descriptivas.

2. Nombre completo. El nombre completo de la reunión celebrada al respeto es Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, un encuentro anual al que los medios suelen denominar también conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, cumbre sobre el cambio climático o cumbre del clima, expresiones que se escriben en minúscula al no tratarse del nombre oficial.

3. Las siglas COP e IPCC. También se emplea para aludir a esta conferencia la sigla COP, que, aunque viene del inglés Conference of the Parties, es la de uso frecuente en los medios de comunicación en español. Se le añade el número de la edición correspondiente, de modo que la actual se denomina COP26. También se usa, aunque de forma minoritaria, la sigla CP y la grafía con espacio COP 26.

Por otro lado, la sigla IPCC, que viene del inglés Intergovernmental Panel on Climate Change, también se emplea habitualmente en castellano. Aun así, para escribir la expresión completa se utiliza la forma española Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, con las iniciales de todos los nombres y adjetivos en mayúsculas.

Sin embargo, la sigla de uso frecuente para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático es CMNUCC (mejor que la inglesa UNFCCC).

4. Descarbonización, término correcto. Descarbonización y descarbonizar son términos adecuados para referirse al proceso de reducción de emisiones de carbono, sobre todo en forma de dióxido de carbono. Se trata de voces que cuentan con un uso asentado en este tipo de noticias medioambientales y que están bien formadas a partir del sustantivo carbono.

5. Acuerdo de París, en mayúscula. En una Conferencia de las Partes anterior (COP21) se aprobó el llamado Acuerdo de París, que sustituye al antiguo Protocolo de Kioto. En ambos casos las palabras acuerdo y protocolo se escriben con inicial mayúscula, tal como señala la Ortografía de la lengua española.

6. Cómo escribir los grados. Una de las principales preocupaciones de los especialistas en el cambio climático es cuánto subirá la temperatura media del planeta en grados. El símbolo internacionalmente establecido para los grados Celsius (o centígrados) es °C, que consiste en un pequeño círculo (sin punto ni subrayado) seguido sin espacio de la letra C. Se deja un espacio entre la cifra y el símbolo: «Las emisiones globales deben reducirse un 7,6 % cada año entre 2020 y 2030 para cumplir el objetivo de 1,5 °C». En escritos no especializados se puede prescindir de la C y usar solo el círculo; en tal caso, se escribe pegado al número: «La temperatura media del planeta subirá 3,2° este siglo». No es preciso destacarlo con cursiva ni con comillas.

7. Paladín, alternativa a champion. La voz española ‘paladín’ (de alto nivel) es una alternativa válida al anglicismo (high level) champion en el contexto de la COP para referirse a la figura que en estas cumbres actúa en nombre del presidente de la conferencia y facilita el éxito de esta a través de diversas gestiones.

8. Nuevo pacto verde, mejor que Green New Deal. La denominación nuevo pacto verde, escrita enteramente en minúsculas por tratarse de una secuencia meramente descriptiva, es una alternativa preferible a green new deal, expresión con la que se hace referencia a un conjunto de propuestas políticas para abordar la crisis climática mediante medidas económicas sostenibles, respetuosas con el medioambiente.

9. Sabanización, neologismo válido. El término ‘sabanización’ es un neologismo válido para aludir al proceso de degradación de zonas de bosque, en especial selvas o bosques tropicales, consistente en la desaparición de árboles y en la apertura de grandes claros, que son ocupados por hierba y arbustos, una configuración más propia de la sabana.

No equivale exactamente a deforestación, que suele emplearse para la eliminación completa o mayoritaria de la cubierta forestal, ni a desertificación o desertización, sinónimos que aluden a la conversión de un área en desierto; tampoco lleva necesariamente a estas, ya que en ocasiones la sabanización puede ser reversible.

10. Vergüenza de volar, equivalente de flygskam. La expresión ‘vergüenza de volar’ es un equivalente válido y adecuado del término sueco flygskam, empleado en relación con un movimiento medioambiental que, difundido sobre todo por la activista sueca Greta Thunberg, llama a replantearse la necesidad de viajar en avión, dada la gran cantidad de dióxido de carbono que este tipo de transporte emite en cada desplazamiento.

11. Residuo cero, alternativa a zero waste. La expresión ‘residuo cero’, que ya cuenta con uso en español, es una alternativa válida a la denominación inglesa zero waste para referirse al movimiento que pretende evitar al máximo la generación de residuos no reciclables. Alude no solo a la basura, sino también al hecho de limitar tanto como sea posible la cantidad de residuos que no se pueden compostar o reciclar y que, por ello, perjudican al medioambiente.

12. Sostenible y sustentable, sinónimos. Los adjetivos sostenible y sustentable (el primero más utilizado en España y el segundo más común en América) son válidos para referirse al modelo de desarrollo que trata de no comprometer a las próximas generaciones con un consumo excesivo de recursos.

13. Basureo o basurear, alternativas a littering. Los términos ‘basureo’ y ‘basurear’ son alternativas en español al anglicismo littering, término representativo de movimientos y campañas que pretenden concienciar a la sociedad de la necesidad de no abandonar residuos en lugares públicos, por las graves consecuencias medioambientales que conlleva.

14. Greenwashing, alternativas. Las expresiones ‘ecoimpostura’, ‘lavado de imagen verde’ o ‘ecopostureo’, más coloquial, son algunas alternativas válidas a la voz inglesa greenwashing, que alude a una estrategia de mercado que utilizan determinadas empresas para aparentar ser más respetuosas con el medioambiente de lo que en realidad son.

15. Ecocidio, neologismo válido. El término ecocidio´´, formado a partir de los elementos compositivos ‘eco-‘ y ‘-cidio’ puede utilizarse para referirse a un daño ecológico muy grave.

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[LE}> «Excepción hecha de» no va precedido de «a»

Para introducir una excepción, la expresión adecuada es excepción hecha de o a excepción de, pero no a excepción hecha de.

Uso incorrecto

  • La devastación en la zona fue total, a excepción hecha de la iglesia de San Francisco.
  • A excepción hecha de algunos portentos, los futbolistas no suelen estar en la élite más allá de los 35 años.
  • Su concepción ha impuesto ingredientes mediterráneos, a excepción hecha de un percebe gallego.

Uso correcto

  • La devastación en la zona fue total, excepción hecha de la iglesia de San Francisco.
  • A excepción de algunos portentos, los futbolistas no suelen estar en la élite más allá de los 35 años.
  • Su concepción ha impuesto ingredientes mediterráneos, excepción hecha de un percebe gallego.

Tal como explica el Diccionario panhispánico de dudas, el sustantivo ‘excepción’ forma parte de dos construcciones con el sentido de ‘exceptuando’: ‘a excepción de’ y ‘excepción hecha de’. La segunda de ellas no lleva antepuesta la preposición ‘a’ y es una combinación equivalente de hecha (la) excepción de o haciendo la excepción de, que tampoco la llevan.

Al tener significados idénticos, no es raro que se crucen para dar el giro a excepción hecha de, que no resulta apropiado y que por ello conviene evitar.

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[LE}> «Registrar», mejor que «recoger», para la lluvia

Es recomendable no abusar del verbo ‘recoger en lugar de otros como ‘registrar’ para informar de la cantidad de lluvia caída.

Uso desaconsejable

  • Se han recogido 5,8 litros por metro cuadrado en lo que va de día.
  • En todas estas zonas se recogerán cantidades próximas a 150 litros por metro cuadrado.

Uso aconsejable

  • Se han registrado 5,8 litros por metro cuadrado en lo que va de día.
  • En todas estas zonas caerán cantidades próximas a 150 litros por metro cuadrado.

Ninguna de las acepciones del verbo ‘recoger’ del diccionario académico —que suelen conllevar, sobre todo, las ideas de almacenamiento, guardado, recolección y protección— es aplicable a la indicación de cantidad de agua que ha caído, pues normalmente esta corre o se filtra en el suelo.

Es probable que, al emplear el verbo recoger, se esté pensando en los pluviómetros, es decir, en los aparatos que recogen una pequeña parte de la lluvia para su medición. Sin embargo, aunque este traslado de sentido sea admisible, su aplicación para informar de la lluvia caída no deja de ser una imprecisión, por lo que se recomienda no recurrir a él salvo para evitar reiteraciones.

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