El condenado a muerte espera la hora de ejecución, cuando llega el sacerdote y le dice:
—Hijo, traigo la palabra de Dios para ti.
—Pierde el tiempo, Padre. Dentro de poco voy a hablar con Él personalmente. ¿Algún encargo?
Cortesía de Ramón López
El condenado a muerte espera la hora de ejecución, cuando llega el sacerdote y le dice:
—Hijo, traigo la palabra de Dios para ti.
—Pierde el tiempo, Padre. Dentro de poco voy a hablar con Él personalmente. ¿Algún encargo?
Cortesía de Ramón López