[LE}> «A menos que», mejor que «a menos de que»

El giro a menos que, mejor que ‘a menos de que’, es el apropiado para introducir una condición con una salvedad.

Uso no recomendado

• Todos los ciudadanos son donantes de órganos y tejidos, a menos de que, en vida, se solicite no serlo.

• Los coches sin distintivo tienen vetado el acceso, a menos de que estacionen en un aparcamiento público.

• A menos de que algo cambie radicalmente en la medicina, una gran parte de los humanos que vivimos hoy no podremos ver ese momento.

Uso recomendado

• Todos los ciudadanos son donantes de órganos y tejidos, a menos que, en vida, se solicite no serlo.

• Los coches sin distintivo tienen vetado el acceso, a menos que estacionen en un aparcamiento público.

• A menos que algo cambie radicalmente en la medicina, una gran parte de los humanos que vivimos hoy no podremos ver ese momento.

Se trata de un caso de dequeísmo que puede surgir como cruce con ‘a menos de’. Esta última forma, que apenas tiene uso en la actualidad, se emplea cuando la oración que sigue tiene el verbo en infinitivo en lugar de en subjuntivo, como en «Exhortó a no salir a la calle a menos de ser necesario».

La Gramática señala que ‘a menos de que’ tiene cierto uso en las variantes americanas del español, pero aun así considera que lo recomendable es evitar el dequeísmo empleando la fórmula a menos que, tal como también se señaló con anterioridad en el Diccionario panhispánico de dudas.

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[ElPaso}> Personas y personajes. 195X. Grupo de parientes Padrón, Sosa y Perera

  • Cuándo: Primer quinquenio años 1950
  • Motivo: Recuerdo familiar
  • Dónde: Patio frontal de la casa de Benigno Padrón Sosa

Grupo nisperero

De izquierda a derecha.

  • De pie:  1. María Lucila Perera Padrón † (hija de Felipe y Adela, y prima tercera mía);  2. Modesto Perera Padrón (hijo de Felipe y Adela, y primo tercero mío);  3. Efigenia Pérez Pino † (esposa de Benigno);  4. Benigno Padrón Sosa † (tío tercero mío por partida doble: por parte de su padre, José María Padrón, quien fue hermano de mi abuelo paterno, y por parte de su madre, Luz Sosa, quien fue hermana de mi abuela paterna);  5. María Hernández Hernández † (nuera de Benigno);  6. Arturo Herrera † (vecino de mi casa y de Benigno);  7. Felipe Perera Martín † (esposo de Adela);  8. Adela Padrón Sosa † (tía tercera mía) †;  9. Carmelina Perera Padrón † (hija de Felipe y Adela, y prima tercera mía);  10: Gloria Brito Rodríguez (esposa de Pedro);  11. Pedro Perera Padrón † (Pedro “el de la luz”. Hijo de Felipe y Adela, y primo tercero mío)
  • Sentados:  1. Luz María Padrón Pérez (hija de Benigno y Efigenia, y prima tercera mía);  2. Juan Sosa Sánchez † (tío abuelo mío por parte de mi padre);  3. Luz Sosa Sánchez † (hermana de Juan Sosa y tía abuela mía por parte de mi padre)
  • Niños:  1. Manuel Rodríguez Perera (Manolo. Hijo de Carmelina);  2. Gloria Esther Díaz Perera † (hija de Lucila);  2. Ana Gloria Perera Brito (hija de Pedro y Gloria)

  • Foto, cortesía de Bety Padrón Duque.
  • Nombres, cortesía de Luz María Padrón Pérez,
    Violeta Padrón Sosa, Modesto Perera Padrón, Ana Luisa Ramos
    García y María del Carmen Padrón Pérez

Nota.- Para más información y sin ánimo de ofender, además de alguna explicación pongo entre paréntesis el apodo o sobrenombre, si lo tienen, por el que estas personas eran coloquialmente conocidas. Si no sé el nombre o primer apellido, pongo en su lugar XX. Y si sé que a fecha de hoy alguna ha fallecido, junto a su nombre pongo el símbolo †. Si no lo pongo donde debería ponerlo o si hay algún otro error, agradeceré aviso al respecto, como también agradeceré que me digan qué nombre o apellido es el que va en vez de las XX.

[LE}> «R. U.» y no «UK» para el Reino Unido

La forma más adecuada de abreviar el nombre del Reino Unido es R. U. y no UK, que está tomada del inglés.

NotaCMP.- Casi patológica manía. En todo el mundo se entiende qué significa U.K., pero es la primera vez que veo la sugerencia de que se diga R .U. y, además, con el innecesario espacio. ¿Pasarán a pedir que se use siempre EE.UU. en vez de USA?

Uso no recomendado

• Zelenski pide en UK el envío de cazas.

• Los viajeros procedentes de UK tendrán que solicitar un permiso en su país.

• Sunak promete bajar la inflación en UK a la mitad.

Uso recomendado

• Zelenski pide en R. U. el envío de cazas.

• Los viajeros procedentes del Reino Unido tendrán que solicitar un permiso en su país.

• Sunak promete bajar la inflación en el R. U. a la mitad.

UK es la sigla del nombre inglés del país, United Kingdom, pero en español su denominación asentada es Reino Unido, de la que se deriva la abreviatura R. U., escrita con puntos y con un espacio. Tal como se indica en la cuenta de Twitter de la RAE, ésta es la grafía habitualmente empleada y la aconsejable, de conformidad con el hecho de que se suele leer desarrollada y no deletreada, aunque señala que la sigla RU está correctamente formada. En cambio, sí es ortográficamente inapropiado dejar los puntos y omitir el espacio: R.U.

Aunque en los titulares y los rótulos la abreviatura resulta útil, conviene sopesar si, fuera de los contextos donde es necesario ahorrar espacio, no sería preferible dar el nombre al completo. En cualquier caso, se recuerda que al mencionar este país lo usual es anteponer el artículo: el Reino Unido, el R. U.

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[Canarias}> “Tienes acento de chacha”: los prejuicios que arrastra el dialecto canario

25-02-2023

Nayra Bajo de Vera

“Tienes acento de chacha”: los prejuicios que arrastra el dialecto canario

Los estereotipos negativos asociados al habla de Canarias se traducen en discriminación social y laboral, pudiendo dificultar la obtención de un empleo y la posibilidad de promoción

Desde ser categorizado como un acento “sexy” o “gracioso” hasta asignarle estereotipos negativos, los hablantes del dialecto canario sufren un tipo de discriminación por la forma de hablar que se conoce como glotofobia. Lejos de ser una cuestión meramente social o anecdótica, este problema afecta a la población canaria también a la hora de buscar o desempeñar su trabajo, pudiendo suponer un factor penalizador y segregador.

El lingüista e investigador de la Universidad de La Laguna (ULL), Antonio Martín Piñero, lleva años investigando la glotofobia y las actitudes lingüísticas de la juventud canaria y gallega. Uno de los fenómenos que ha detectado es el uso cada vez más frecuente del vosotrismo en jóvenes de las Islas.

Aunque todas las localizaciones presentan un grado u otro de glotofobia, Piñero apunta que no tienen las mismas características ni la misma repercusión. Según señala, Canarias, Andalucía, Murcia y casi toda América Latina son las regiones en las que peores casos de glotofobia se dan, a pesar de que tienen alrededor de 414 millones de hablantes frente a unos 17 millones, según cifras del Instituto Cervantes y el Instituto Nacional de Estadística (INE).

“Las variables menos valoradas son siempre las que coinciden con las sociedades más pobres o más al sur posible”, apunta, para añadir que el acento peninsular está asociado a promoción social, formalidad y autoridad.

Haciendo referencia al lingüista y catedrático de la ULL, Marcial Morera, indica que no se trata de una coincidencia, dado que tal y como expone en su libro Lengua y colonia en Canarias, la variante del español que se habla en el Archipiélago presenta rasgos de un “habla colonizada”. Por ejemplo, la anteposición de la propiedad al artículo posesivo (como en “el coche mío” o “la finca mía”), otorgándole así mayor importancia al objeto que a uno mismo. Otro caso parecido es el fenómeno del ustedismo para mostrar respeto. En su evolución, ambos derivaron en un uso cotidiano.

“El español neutro no existe”

Durante la divulgación de sus investigaciones, Piñero se ha encontrado con cierto “negacionismo” de la glotofobia, por lo que decidió recopilar testimonios para demostrar su veracidad, sin saber que recibiría unas respuestas abrumadoras no sólo por la cantidad, sino también por el contenido. Desde el típico “a ver, di muyayo” hasta “tienes acento de chacha”, la estereotipación del dialecto canario presenta una gama muy amplia de prejuicios, como el de ser “personas vagas o aplatanadas”, contraponiéndose a “muy serviciales”, pasando por “graciosas” o “sexys”, contribuyendo así a exotizar a sus hablantes.

Esto se traduce en la “cosificación” y generación de estereotipos sobre cómo son las personas canarias, por lo que su representación en el cine, la publicidad y los medios en general es escasa o va sujeta a clichés. De ahí surge la exigencia en algunos castings o ciertos empleos, sobre todo de cara al público, de hablar español “neutro”, el cual no existe, tal y como asegura el lingüista.

El español “neutro” se concibe como tal por la oficialidad que se le ha otorgado al dialecto de Castilla a través de los libros, dado que “todo lo que está escrito adquiere la categoría de oficial, válido, universal e importante”. Por ello, como escritor y poeta, Piñero ve positivamente la promoción de la literatura canaria fuera del Archipiélago.

Considera que se debe dotar a la Academia Canaria de la Lengua de mayor prestigio y promoción para que sea socialmente reconocida como ya lo es la Real Academia Española (RAE), que, según apunta, debería limitarse a ser “observadora y descriptora” de la realidad, y “no emitir juicios” ni “prescribir” usos. El lingüista cree que, con su modus operandi, la RAE contribuye en cierto grado al rechazo de algunas variantes del habla, no sólo por motivos dialectales, sino también por clase social.

Susana Rodríguez Barcia, doctora en Filología y docente en la Universidad de Vigo, explica en uno de sus artículos sobre glotopolítica que “los diccionarios se construyen como fetiches de la normatividad”, convirtiéndose en incuestionables para la sociedad. De esta forma, se “favorece la construcción del privilegio androcéntrico y neocolonial”, suponiendo un freno para la creatividad y evolución natural de las lenguas vivas con su “mensaje conservador”.

Con la intención de “dignificar y poner en valor” el español de Canarias, nació en 2010 el proyecto de la Fonoteca de Canarias. Uno de sus colaboradores fue el periodista y docente Valeriano Weyler Ramos, quien insiste en la importancia de trasmitir a las personas más jóvenes que se trata de una “variedad absolutamente digna que tiene su registro culto y puede ser vehicular”.

A este respecto, señala el fenómeno de la glotofobia inducida, que ha podido detectar en las aulas donde imparte clases, y es que los jóvenes, a veces, optan por omitir los rasgos del dialecto canario por voluntad propia. Asegura que no se trata de una cuestión de preferencia, sino que va ligada a “desigualdades simbólicas y de acceso a los espacios de poder”.

El docente insiste en que esta estigmatización no es exclusiva del español, sino que es algo habitual en lenguas que tienen múltiples variedades dialectales, como son el inglés o el francés, entre otras. También, destaca la infrarrepresentación en los medios como uno de los factores clave de cara a la autopercepción de los canarios. Por ello, insiste en la necesidad de dotar de mayor prestigio a la Academia Canaria de la Lengua.

Hablar de forma natural para dignificar

Iván Vega Mendoza, patrono de la Fundación Canaria Tamaimos, coincide con Valeriano Weyler respecto al papel de la Academia. Considera que esta institución debería tener “más presencia e impacto” y un discurso con “más aplomo”, aunque admite que su mayor problema es la falta de financiación, por lo que considera que “bastante hacen” con los recursos de los que disponen.

Vega, que también es traductor e intérprete, encuentra una “profunda contradicción” en la existencia de una glotofobia tan marcada en el español, dado que es un idioma muy internacional, uno de los seis oficiales de las Naciones Unidas, y tiene alrededor de 496 millones de hablantes como lengua materna.

Lo achaca a una “cuestión de poder y dinero”, dado que considera el control del idioma como una “herramienta poderosísima”. Es por ello que hay personas que deciden desprenderse de su acento en ciertos contextos como un “mecanismo de defensa”, frente a otras que lo reivindican a pesar de los obstáculos y prejuicios que puedan enfrentar. Lo ejemplifica con las dificultades que él mismo ha encontrado a la hora de alquilar un piso a través de llamadas telefónicas frente a otros compañeros con acento castellano.

Desde Tamaimos, asegura que una de las acciones que contribuyen a la dignificación del dialecto canario es utilizarlo de forma “transversal, natural y sin justificaciones añadidas”. Concluye recordando que, aunque el término de glotofobia es novedoso, el fenómeno no lo es, y lleva afectando a los canarios desde hace siglos.

Laura Morgenthaler García, en su libro Identidad y pluricentrismo lingüístico. Hablantes canarios frente a la estandarización, indica que el español de Canarias es el fruto de la situación geográfica, las migraciones y el turismo de masas. Lo sitúa como un idioma de unión entre la comunidad panhispánica, aunque no por ello niega la “profunda brecha que sigue existiendo entre las distintas variedades en cuanto a su prestigio”.

El descrédito que tiene el dialecto canario lo pudo experimentar Juan Rodríguez en su etapa como estudiante de Periodismo en la Universidad de La Laguna, cuando se inscribió en el programa de movilidad SICUE para pasar unos meses en una universidad madrileña. En unas clases donde practicaban la locución, asegura que una profesora le indicó que “lo estaba haciendo perfecto en cuanto al ritmo, la cadencia… todos los apartados, pero que tenía que poner más esfuerzo en la pronunciación”, especialmente en las ces y las zetas.

Cuando le dijo que ésa es su forma de hablar por el hecho de ser canario, insistió en que debía cambiarla: “Si no, no te entiendo”. El ya graduado explica que redujo la aspiración de las eses, pero siguió locutando de la misma forma, aunque otro compañero, también canario, sí intentó “hacerlo un poco más neutro”. Rodríguez recuerda aquella experiencia como un “desprecio” a su acento, “haciéndolo parecer menos e infravalorándolo”.

La uniformización del castellano durante el Franquismo

La experiencia de Juan Rodríguez no es nada nuevo. Uno de los principales empeños de la dictadura franquista fue el de uniformizar el país dentro de los mismos valores, al margen de la diversidad cultural existente. Así, se estandarizó el folclore andaluz, los toros como entretenimiento, y el dialecto de Castilla en todo el territorio español, según cuenta el investigador Julio Yanes Mesa.

De hecho, tal y como recoge en su artículo La locución radiofónica en Canarias durante el Franquismo, en 1955 se inauguró en Santa Cruz de Tenerife la estación-escuela de la Cadena Azul de Radiodifusión (CAR) con el fin de impartir cursos de vocalización, donde los aspirantes a locutores acudían para modificar su forma de hablar, desprendiéndose del dialecto canario.

El doctor en Historia y Periodismo recuperó el contenido de un documento mecanografiado en su versión original, donde se recogen los ejercicios que practicaban los aspirantes. Algunos de ellos consistían en leer erguidos y “exageradamente despacio” palabras como “suscripción”, “inexpugnable”, “escéptico”, “coacción”, “descervigar” o “fútbol”, entre otras de varios listados. Los candidatos debían leer gradualmente más deprisa, hasta ser finalmente capaces de pronunciar textos completos sin rastro de su acento cotidiano.

Además de los ejercicios, el documento incluye una serie de valores que eran transmitidos en los cursos: “La radio no admite regionalismos, ni fonéticos ni sintácticos. No caben en ella modos de hablar, cabe tan sólo el IDIOMA. El informador radiofónico no puede particularizar su lenguaje; al contrario, debe nacionalizarlo, utilizarlo en su más estricta pureza”.

Yanes señala que “la presión uniformadora franquista consiguió el efecto contrario al deseado”, dado que la población canaria prefería escuchar voces similares a la suya, con las que se identificaba en su día a día. A partir de los años setenta, este contexto “dio alas al movimiento reivindicativo en favor de las señas de identidad regionales”, asegura el investigador.

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[LE}> En los topónimos «mar del Japón» y «mar del Este», «mar» se escribe en minúscula

Tanto el topónimo ‘mar del Japón’ (nombre establecido por organismos internacionales) como ‘mar del Este’ (denominación propugnada por las dos Coreas) se escriben con minúscula inicial en la palabra mar.

Uso inadecuado

• La tensión se dispara en el Mar del Japón.

• El Gobierno nipón dijo que los lanzamientos de misiles en el Mar del Este violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

• El temporal se ha dejado sentir principalmente en las costas del Mar del Japón.

Uso adecuado

• La tensión se dispara en el mar del Japón.

• El Gobierno nipón dijo que los lanzamientos de misiles en el mar del Este violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

• El temporal se ha dejado sentir principalmente en las costas del mar del Japón.

Según la Ortografía de la lengua española, los nombres de los accidentes geográficos compuestos por un sustantivo genérico (mar, río, volcán…) y un nombre propio (Mediterráneo, Orinoco, Kilauea…) se escriben normalmente con el genérico en minúscula.

Se recuerda que, para aludir a esta zona marítima entre la costa oriental del continente asiático y Japón, tradicionalmente se ha usado el nombre de ‘mar del Japón’, que es la forma recomendada en español y también la establecida por organismos internacionales como la Organización Hidrológica Internacional, por lo que se aconseja reflejar también esta forma si se optara por dar la preferida por Corea del Norte y Corea del Sur de mar del Este: «Caen dos misiles balísticos de corto alcance en el mar de Japón (llamado mar del Este en Corea)».

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[LE}> «Tayikistán», grafía adecuada

El nombre en español de este país asiático es República de Tayikistán.

Uso no recomendado

• Se registra un sismo en la frontera entre China y Tajikistán.

• Ha sido observadora electoral de la OSCE en Tadzhikistán.

• Así es Dusambé, la capital de Tadjikistán.

Uso recomendado

• Se registra un sismo en la frontera entre China y Tayikistán.

• Ha sido observadora electoral de la OSCE en Tayikistán.

• Así es Dusambé, la capital de Tayikistán.

Aunque este topónimo aparece escrito con otras grafías como Tadzhikistán, Tayikia, Tadjikistán o, sobre todo, Tajikistán, la forma hispanizada es Tayikistán, según recoge la Ortografía de la lengua española en el apéndice sobre topónimos y gentilicios.

Por último, conviene recordar que el gentilicio de esta república no es tayikia, sino tayiko/tayika, y su capital es Dusambé, mejor que Dushanbe o Dushanbé.

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[LE}> El plural de las palabras que acaban en «-y»

Ante las dudas que genera la formación del plural de las palabras terminadas en ‘-y’ (convoy, jersey, guirigay), se ofrecen a continuación los tres casos que se pueden dar.

1. Ley-leyes. Los sustantivos y adjetivos españoles o adaptados plenamente al español que terminan en ‘-y’ precedida de vocal forman el plural añadiendo la sílaba ‘-es’, lo que, como indica la Gramática, implica que la ‘y’ adquiere valor consonántico. De esta forma se han consolidado en la lengua los plurales leyes, bueyes, virreyes y convoyes a partir de ley, buey, virrey y convoy, voces que han seguido en su evolución las leyes fonéticas propias del español.

De manera que en «Varios convoys de maquinaria fueron interceptados y atacados» lo adecuado habría sido «Varios convoyes de maquinaria fueron interceptados y atacados».

2. Jersey-jerséis. Como excepción a la regla anterior, algunos sustantivos y adjetivos terminados en ‘-y’ precedida de vocal, normalmente de origen extranjero e incorporados más tarde al español, mantienen el diptongo y forman el plural convirtiendo la ‘y’ en ‘i’ y añadiendo una ‘s’, sin alterar por ello el sonido de la palabra: la ‘y’ del singular y la ‘i’ del plural se pronuncian igual (gay-gais o jersey-jerséis).

Por tanto, lo adecuado es escribir «Ha querido innovar con unos jerséis de punto que son aún más modernos de lo que parecen» y no «Ha querido innovar con unos jerseys de punto que son aún más modernos de lo que parecen».

En este caso, se recuerda que la ‘-y’ en posición final de palabra no se considera vocal a efectos de acentuación gráfica. Así, ‘jersey’ no lleva tilde por ser aguda terminada en consonante distinta de ‘-n’ o ‘-s’, pero ‘jerséis’ sí porque es aguda y termina en ‘-s’. En cambio, la variante llana ‘yérsey’ se escribe con tilde porque no termina en ‘-n’, ‘-s’ o vocal, y su plural es ‘yerseis’, sin tilde por ser llana acabada en ‘-s’.

3. Guirigay-guirigayes/guirigáis. Finalmente, hay un grupo reducido de sustantivos terminados en ‘-y’ precedida de vocal que admiten los dos plurales anteriores, con preferencia por la adición de la ese; es el caso, por ejemplo, de guirigay o de estay, cuyos plurales son guirigáis/guirigayes y estáis/estayes, respectivamente.

Así, son adecuados ejemplos como «Nada le gustaba más que seguir con la cámara los guirigáis que montaban sus personajes» o «Una goleta de estayes es un barco de vela de dos o más palos».

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[LE}> «En una entrevista con», «para» o «en un medio», mejor que «a un medio»

Para indicar que una persona ha sido entrevistada por un determinado medio de comunicación, es preferible emplear fórmulas como «en una entrevista con, para o en» ese medio y no «en una entrevista a» ese medio.

Uso no recomendado

• Según reveló en 1971 Lennon en una entrevista a Rolling Stone, invitó a Ono a su casa.

• En una entrevista a la cadena de televisión TVI, el primer ministro justificó este giro.

• En una entrevista a Radio Habana Cuba, el chofer de Neruda indicó que el escritor estaba en perfecto estado de salud.

Uso recomendado

• Según reveló en 1971 Lennon en una entrevista con Rolling Stone, invitó a Ono a su casa.

• En una entrevista en la cadena de televisión TVI, el primer ministro justificó este giro.

• En una entrevista para Radio Habana Cuba, el chofer de Neruda indicó que el escritor estaba en perfecto estado de salud.

La forma «en una entrevista al medio equis» resulta ambigua, dado que podría interpretarse que es el medio el entrevistado, en lugar de ser el que realiza la entrevista.

El uso de la preposición ‘a’ en esta construcción puede deberse a la fórmula «en una entrevista concedida a», en la que se ha eliminado la palabra concedida, o bien a un cruce con la expresión «en declaraciones a», que sí es adecuada.

Para evitar esa ambigüedad, es preferible utilizar las preposiciones ‘con’, ‘para’ o, en ciertos casos, ‘en’ seguidas del nombre del medio en cuestión. Conviene señalar que la preposición en puede indicar, en función del contexto, que la entrevista se ha publicado en el medio citado o bien que se ha hecho en la sede de este.

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[LE}> «Labores de rescate», no «esfuerzos de rescate»

El giro ‘labores de rescate’, u otros como ‘tareas de rescate’ y ‘trabajos de rescate’, es el más adecuado para expresar la idea que tiene el inglés rescue effort, no ‘esfuerzo de rescate’.

Uso no recomendado

• Las condiciones meteorológicas han dificultado gravemente los esfuerzos de rescate.

• Eso hace que los esfuerzos de rescate sean aún más difíciles.

• Miembros de la defensa civil y fuerzas gubernamentales ayudaban en los esfuerzos de rescate.

Uso recomendado

• Las condiciones meteorológicas han dificultado gravemente las labores de rescate.

• Eso hace que los trabajos de rescate sean aún más difíciles.

• Miembros de la defensa civil y fuerzas gubernamentales ayudaban en las operaciones de rescate.

Aquí ‘esfuerzo de rescate’ es un calco del inglés rescue effort, en el que el segundo elemento se está empleado con el sentido, recogido en el diccionario Collins, de ‘serie concreta de actividades organizadas por un grupo de personas para lograr algo’. Por tanto, la expresión se refiere a las operaciones llevadas a cabo por los rescatistas, lo cual en español se denomina labores, tareas, operaciones o trabajos de rescate, y no a su desempeño esforzado, diligente, enérgico…

Esta distinción se aprecia en las definiciones de esfuerzo del diccionario académico, pues entre sus acepciones están ‘empleo enérgico de la fuerza física contra algún impulso o resistencia’ y ‘empleo enérgico del vigor o actividad del ánimo para conseguir algo venciendo dificultades’.

De aquí se desprende que esta voz sí es legítima si se refiere al modo de desarrollar las tareas, como en «Cada operación de rescate depende no sólo de los esfuerzos incansables de los rescatistas». Con este valor, las construcciones más naturales suelen ser los esfuerzos para rescatar o los esfuerzos para el rescate.

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