[*Drog}– ¿Es el (drog)amor una irresistible reacción química?

Una vez más, la Ciencia equipara los efectos del drogamor a los de una droga, y a una más fuerte que la cocaína.

Me he tomado la libertad de poner ‘drogamor’ donde aparece —en mi opinión, de forma indebida— la palabra ‘amor’. Todo lo en letra cursiva es puesto por mí.

No tengo más comentarios porque el artículo es muy claro para quien entienda cuan nocivos son los efectos de una droga como la cocaína, y sepa la de barbaridades que bajo tales efectos hacen los drogadictos.

Carlos M. Padrón

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12 de febrero de 2011

Cuando Ethan Hawke conoce a Julie Delpy en un tren en «Antes del amanecer», la romántica película de Richard Linklater —cuyo título original es Before sunset (1), y fue filmada en 2004—, bastan un par de miradas para que ocurra el flechazo. Cualquier espectador es capaz de reconocer el sentido de la escena.

Las primeras palabras que la pareja se cruza son de lo más prosaicas, pero la esencia del idilio ya ha comenzado segundos antes en sus sonrisas bobaliconas.

Si un neurocientífico rompiera la ficción y se colara en la pantalla, podría explicar que Jesse y Céline, los personajes que interpretan Hawke y Delpy, acaban de tener un estupendo chute de oxitocina, dopamina, serotonina y adrenalina, entre otras hormonas, que, sin exagerar, ha conseguido enajenarles. Básicamente, esto es el drogamor.

Más fuerte que la cocaína

Puntualiza Judith de Jorge, en ABC, que, a un par de días para San Valentín, resulta un crimen reducir toda esa colección de sentimientos y sensaciones a un cóctel químico, pero los científicos saben desde hace tiempo que, más que del corazón, el drogamoramiento depende del cerebro.

La pasión drogamorosa puede ser increíblemente eficaz para aliviar el dolor, con un poder calmante similar al de los analgésicos e incluso al de estupefacientes como la cocaína.

Parece que el drogamor actúa en la misma zona del cerebro, el núcleo accumbens, un centro de recompensa clave en la adicción a las drogas.

Estudios y teorías

Seguramente, uno de los estudios más famosos sobre el drogamor es el realizado por la antropóloga Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, que se ha convertido ya en un clásico.

Esta «doctora del amor» descubrió que existen tres procesos cerebrales distintos que definen tres tipos de relación. Primero se encuentra el impulso sexual, regulado por la testosterona.

La segunda fase es el amor romántico —o sea, el drogamor—, que dura, según Fisher, un año y medio —no nos lamentemos, en la mayoría de especies animales este cortejo se reduce a minutos, horas o semanas— y que está dominado por la dopamina, un neurotransmisor que influye en el estado de ánimo.

Pasado ese tiempo, surge otro tipo de unión, el cariño —aquí tendría mejor cabida la palabra ‘amor’—, en el que parece que tienen que ver la oxitocina y la vasopresina, dos hormonas que afectan a la zona cerebral que controla el placer y la recompensa.

Periodista Digital

(1) NotaCMP.- Before sunset es «antes del atardecer, o antes de la puesta del sol», no antes del amanecer. ¡Qué manía de cambiarle el nombre a todo!

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hdez. y Castillo: Siempre soberbia

SIEMPRE SOBERBIA

Impulsando las ruedas del Progreso,
marcha el hombre en el Carro de la Vida;
mas en su viaje torna en retroceso,
hasta el grado servil de fratricida.

Predica en sus ensueños la Verdad,
censurando al antiguo barbarismo;
mas, para mí, la altiva Humanidad,
por su soberbia siempre fue lo mismo.