[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hdez. y Castillo: La belleza

LA BELLEZA

Desde el átomo azul que en el espacio
se difunde en el éter transparente,
hasta el astro más grande que reacio
de Dios cumple la ley omnipotente,
yo contemplo la causa indefinida,
emanación del Cielo: la belleza;
lo grande y misterioso de la vida
que a las cosas le dio Naturaleza.

Mas no obstante encontrarla en todo ser
y en grado alto en el Arte y la mujer,
apurando mi rauda fantasía,
al proseguir de ese ideal en pos,
y como último fin del alma mía,
encuentro sólo la belleza en Dios.

[*IBM}– Del baúl de los recuerdos: Un curso con Sergio Stecca, allá por los primeros años ’70s / José F. Candia

Febrero de 2011

Estaba yo como alumno en un curso de programación —con tablero y cables, como los de la foto— de la tabuladora IBM 407 (*).

El instructor era Sergio Stecca, gran amigo de siempre, y cuando él estaba explicando las funciones de SELECTOR  y COSELECTOR, yo, que venía del Departamento Técnico, con toda malicia le pedí esta aclaración:

—Si ambas bocas tienen la misma definición, ¿por qué tienen diferentes nombres?

Ni corto ni perezoso, Sergio me llamo al frente, me entregó la tiza y el borrador, y me dijo:

—Sé muy bien que sabes mejor que yo la respuesta. Se la explicas a tus compañeros, por favor, y aquí está lo que falta por desarrollar.

Y salió del salón de clase.

Cumplí con lo que me pidió y salí a buscarlo, pero, para mi sorpresa, en la recepción me dijeron que ya Sergio se había retirado.

Allí comprendí lo que me quiso decir con «esto falta por desarrollar». Y, aunque no se crea, esto aumento más nuestra amistad.

José F. Candia
Paraguay, febrero de 2011

(*):  NotaCMP.-  Programar  un tablero como éste —alambrándolo correctamente para que ejecutara un programa de nómina— fue una de las primeras tareas técnicas que hice en IBM, durante el ELT.

Estuvimos en eso toda una tarde y toda la noche siguiente, y la tensión entre algunos miembros del grupo fue tal que por poco ocurre algo grave.

Seguro estoy de que Hernán Kofinke y Ricardo Croes recuerdan bien la noche del tal alambrado.