Un Dionisio Ridruejo, cantor del Teide. Un aspirante a cantor de La Caldera.
Este abismo de fuego desmedido
es la entraña salvaje de mi tierra,
donde el silencio imperturbable encierra
la grandeza de Echeyde en el olvido.De su gloria materna fue vertido
—materias ígneas en fecunda guerra—,
la llamada del vértigo que aterra
sólo invocando a Dios tiene sentido.En la nave encallada de Canarias
el Padre Teide, grímpola de alturas,
es el palo mayor de las plegarias.y Aceró,… Tanausú,… fraguas benditas.
¡Sagrario de una raza que perdura
purificando ofrendas benahoaritas!
