[*ElPaso}– ‘Dándole vueltas al viento’ / Poemas de Antonio Pino Pérez: A la Madre del Pino

Poema dedicado a la Virgen del Pino, cuya ermita fue construida en las estribaciones del lado Este de El Paso junto a un pino milenario en cuyo tronco apareció hace siglos una pequeña imagen de esta virgen, imagen que aún se conserva en esa ermita.

Una réplica en grande de la pequeña imagen es el motivo central de una fiesta anual, que se hace mayor y más extensa cada tres años, cuando esa imagen grande es bajada en romería desde su ermita a la iglesia del pueblo.

Esta foto de la imagen grande de la Virgen del Pino fue tomada por mí durante las fiestas del año 2006, cuando en romería bajaba hacia la iglesia del pueblo.

Carlos M. Padrón

***

A LA MADRE DE EL PINO

Providencial Señora Providente,
en la entraña del pino aparecida
para guía y amparo del creyente
desde los altos cielos descendida.

Por donde alumbra al Valle el sol naciente
lo alumbras tú también, sol de la vida,
pero tu luz alumbra eternamente
en lámparas celestes encendida.

Tú vives y tú estás en las alturas
entre los pinos que te dan altares,
bendiciendo este valle de amarguras.

Tu casa es templo forestal de El Pino,
del pino que compendia los pinares,
¡centinela de Dios en el camino!

[*Otros}– La Unesco elige al parque nacional del Teide Patrimonio Natural de la Humanidad

28/06/2007

La organización destaca la riqueza y diversidad de los paisajes volcánicos del paraje tinerfeño.

El parque nacional del Teide (Tenerife) ha sido elegido Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) reunida en Christchurch (Nueva Zelanda), según ha informado el Ministerio de Cultura. Junto al Teide, la Unesco ha declarado Patrimonio Natural de la Humanidad la región de Karst en el sur de China y el volcán y los tubos de lava de Jeju, en Corea del Sur.


Foto del pico Teide desde el Valle de Ucanca.

Los responsables de la 31ª sesión de la Convención de Patrimonio Mundial lo han comunicado oficialmente a las once y media de la noche del miércoles (hora peninsular) y la decisión se ha trasladado a la delegación española que había viajado a la localidad de Christchurch. La Unesco ha reconocido al parque nacional del Teide y a su estratovolcán de 3.781 metros de altura como «uno de los lugares más ricos y diversos en sucesión de paisajes volcánicos y espectacularidad de valores naturales de todo el mundo».

El Ministerio de Medio Ambiente ha celebrado la decisión de la Unesco y la ha considerado «un espaldarazo a la política conservacionista» del Gobierno, que avala «la calidad incontestable» del espacio y respalda la colaboración mantenida entre el Ministerio y las administraciones canarias. «La Unesco ha valorado adicionalmente la calidad de la gestión del espacio», ha señalado la delegación española, que ha recordado que la organización insta a «continuar utilizando el Teide como lugar excepcional para realizar la evaluación y seguimiento del cambio global».

Un listado de 39 países

La Unesco comenzó ayer a examinar las solicitudes de inscripción para la Lista del Patrimonio Mundial. El examen de cada una de las propuestas, que se hace siguiendo el orden alfabético de los continentes, corresponde a los miembros del Comité del Patrimonio Mundial, reunido desde el pasado 23 de junio en Christchurch.

Un total de 39 países optan a entrar en el listado, algunos con propuestas tan conocidas como las del Monte Fuji (Japón), la Casa de la Opera de Sydney (Australia), el Fuerte Rojo, en la ciudad india de Delhi, o las torres de vigilancia Diaolou, en la provincia china de Kaiping.

En España, los parques nacionales de Doñana (Andalucía) y de Garajonay (La Gomera) eran hasta ahora los únicos espacios galardonados con la distinción de Sitios del Patrimonio Mundial en la Categoría de Bien Natural.

El País

***

Santa Cruz de Tenerife, 27 jun (EFE).- El presidente del Patronato del Parque Nacional del Teide y del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, dijo hoy que la decisión de la UNESCO de elegir el Parque Nacional del Teide Patrimonio Natural de la Humanidad es un reconocimiento a los valores naturales del volcán y a la política de conservación.

La comunicación se hizo oficial hoy en Nueva Zelanda y junto al Parque Nacional del Teide han sido declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad la región de Karst en el sur de China y el volcán y los «tubos de lava» de Jeju, en Corea del Sur.

Ricardo Melchior indica en un comunicado que se trata de un hecho que enorgullece a los tinerfeños, a los canarios y a los españoles, y añade que este reconocimiento debe servir para continuar en la línea de protegen la montaña y su entorno.

Está convencido de que todos los miembros del Patronato están de acuerdo en mantener las actuaciones llevadas a cabo hasta ahora en el Teide, y cree que desde ahora todos los tinerfeños deben «entender la significación de esta declaración y adquirir el compromiso de hacer valerla».

Esto debe ser así, a juicio de Ricardo Melchior, «porque el Teide nos representa a todos y sitúa a la isla en un ámbito de máxima importancia».

Los valores naturales de Tenerife son, en palabra de Ricardo Melchior, «extraordinarios, y prueba de ello es el interés que despiertan entre los millones de visitantes que anualmente se desplazan hasta la cumbre para deleitarse contemplando la magnificencia que posee».

Yahoo

[*ElPaso}– Nuestro deporte, agilidad y destreza / Antonio Pino Pérez

Antonio Pino Pérez
Cabaiguán, (Cuba), 13 de julio de 1930

Nuestro deporte, agilidad y destreza

Se ha escrito tan poco sobre el más típico y característico de nuestros deportes que podríamos decir, sin temor a equivocarnos mucho, que ha sido víctima de un olvido injusto o desdeñado inmerecidamente. La prensa canaria nos habla ahora, con relativa frecuencia, del resurgir de nuestro deporte: se lucha en todas las islas con gran asistencia de público, aparece un campeón, se preparan los jóvenes. ¡Al fin! La lucha canaria, apenas conocida fuera del Archipiélago, ha perdurado a través de los tiempos en el solar fraccionado de la Patria Chica como herencia preciosa de nuestros antepasados los guanches.

Parece que a medida que nos vamos acercando más a ellos, por el contacto con la misma Naturaleza y bajo el mismo cielo y disfrutando de las delicias del mismo clima, ha brotado en nosotros espontáneamente, como consecuencia de una identidad psicológica bien acusada, hasta la característica secundaria del mismo deporte.

Podemos afirmar que los guanches, los salvajes más civilizados que han poblado una porción de tierra, practicaron ya este deporte, único en su clase, desde sus más remotos orígenes.

Los canarios posteriores a la conquista de las islas por Fernández de Lugo, seguimos practicando dicho deporte hasta hoy, como un juego más o menos divertido, o como entrenamiento más o menos bello. El elogio más relevante que podemos hacer de nuestra lucha es el hecho elocuente de que haya subsistido a través de los tiempos, sin haber servido de lucro a ninguna empresa, ni haber contado con profesionales en ningún momento. La lucha canaria ha perdurado y perdurará por siempre, porque nuestra lucha —más nuestra porque sólo nosotros la practicamos— es pura y simplemente artística.

Podríamos hacer la comparación de la lucha canaria con otros deportes que se practican en lugares públicos y por profesionales, pero sólo pretendemos describir, a la ligera, las bellezas de nuestra lucha, y dejar a juicio del lector los comentarios comparativos.

Se me podrá objetar, y con razón aparente. Si la lucha canaria es uno de los deportes más bellos y el menos brutal de todos, ¿por qué no se ha popularizado más? La lucha canaria no despierta pasiones brutales en las multitudes, ni satisface su contemplación a la fiera encadenada en el fondo de nuestras naturalezas. Además, y esto es importante, la lucha canaria no ha sido comprendida en toda su grandeza por la inmensa mayoría de los canarios. Le ha sucedido igual a nuestra lucha que a la música clásica, que por incomprensión, es menos popular que los copules; igual ha sucedido con los grandes poetas en comparación con los rimadores vulgares, y lo mismo ha sucedido con los retratos formidables realizados por los grandes pintores y las fotografías ordinarias.

Nuestra lucha, que corrientemente se practica al aire libre, en un campo improvisado que se llama “terrero”, es de los pocos deportes que llena la finalidad natural y lógica de los mismos: ejercitar los músculos, satisfaciendo así una necesidad corporal, y deleitar y hacer sentir una emoción artística.

Describiremos a continuación una de las grandes luchadas que presenciamos, para poner de relieve algunas bellezas de nuestra lucha y hacer resaltar sus virtudes.

“Hoy es día de fiesta en el pueblecito. Se ha improvisado un terrero en las afueras, trayendo arena de una playa vecina. Se le ha rodeado de algunos bancos, pero la mayor parte de los espectadores permanecerán de pie. Luce esplendoroso nuestro sol, ¡tan africano!, anegando de luz el “terreno”. De un momento a otro va a empezar la gran luchada. En este pueblecito, los aficionados a la lucha han desafiado a los luchadores de un pueblecito cercano. Los unos y los otros —con las extremidades desnudas, luciendo la belleza viril de sus músculos y medio vestidos con un fuerte calzón de lino, producto regional— se pasean, haciendo comentarios, por el terreno. Al fin un mozo garrido haciendo alarde de la elasticidad de sus músculos salta hasta la mitad del campo. El contrario no se hace esperar: un hombre de edad madura, de estatura pequeña, y de poco desarrollo muscular, es su contrario. Se saludan con una sonrisa y se agarran, se inclina el uno hacia el otro hasta tocarse con sus hombros, se curvan más y más…

El pequeño lleva la de perder, dice a mi lado un profano. “A la una”, dice el árbitro de la contienda. El silencio se hace. “A las dos”, los luchadores abren sus piernas, contraen sus músculos, y se agarran más y mejor. “A las tres”…¡ha empezado la lucha!.

El joven hace esfuerzos inauditos, cambia de posición sus manos, se endereza, se inclina, pero todo en vano, su adversario no cae. Su contrario es ágil y es diestro, se estira y se encoge como si fuera de goma esquivando con habilidad increíble los esfuerzos terribles de su enemigo momentáneo. Todo dura un instante. El más pequeño, aprovechando un momento en que su contrario se emplea más a fondo, se agacha veloz como un rayo, mientras la fortaleza del más fuerte, perdiendo el apoyo que su cuerpo le prestaba, cae más allá, a sus espaldas. Se le ovaciona.

Lo tumbó por la “agachadilla”, dijo alguien. El vencido se levanta y le da la mano al vencedor.

A esta lucha, sucede otra y otra, quedando siempre en el terrero el vencedor hasta ser vencido. Se han tumbado ya más de cuarenta hombres de ambas partes y ninguno ha sido ni ligeramente lesionado.

Al fin, sale “El zurdo”, que podríamos también llamar “El temido” (por los luchadores) y “El esperado” (por el público).

“El Zurdo” empieza a tumbar hombres y acaba por quedarse dueño del terrero, por lo que fue proclamado campeón. Ganó seis luchas por “desvíao”, cinco por “levantada”, cuatro por “garabato”, tres por “palmada” y cuatro por “agachadilla”.

—¡Que tío!—, decían unos chiquillos como comentario.

Y todos los asistentes a la gran luchada decían a coro.

—Con “El Zurdo” no hay quien pueda. Es bobería…

“El Zurdo” es un hombre de regular estatura, de mediana constitución física, pero ágil como el que más, y hábil como pocos. Aquella tarde afortunada, y gracias a sus habilidades, derribó a varios hombres superiores a él en fuerza y en estatura. Veintidós hombres no se tumban como los tumba el “zurdo” que es un formidable luchador, lo que equivale a decir que es un gran artista.

La lucha canaria —poco defendida por los canarios, cuando no ha sido injustamente criticada por los mismos— es uno de los deportes más nobles y artísticos que hemos contemplado. Agilidad y destreza son sus características esenciales. El ingenio puede conducir al triunfo a un luchador determinado. Nuestros luchadores no tienen, además, necesidad de hipertrofiar sus músculos, hasta los dominios de la patología, para aspirar a campeones. La fuerza, lo brutal, es secundario. Lo importante es el ingenio, rapidez, oportunidad, y saber del contrario. El pueblo es el público de juez para anular con posiciones adecuadas los esfuerzos tras luchadas, y los luchadores se improvisan de este público heterogéneo.

[Otros}– Nuestro deporte, agilidad y destreza / Antonio Pino Pérez

Antonio Pino Pérez
Cabaiguán, (Cuba), 13 de julio de 1930

Nuestro deporte, agilidad y destreza

Se ha escrito tan poco sobre el más típico y característico de nuestros deportes que podríamos decir, sin temor a equivocarnos mucho, que ha sido víctima de un olvido injusto o desdeñado inmerecidamente. La prensa canaria nos habla ahora, con relativa frecuencia, del resurgir de nuestro deporte: se lucha en todas las islas con gran asistencia de público, aparece un campeón, se preparan los jóvenes. ¡Al fin! La lucha canaria, apenas conocida fuera del Archipiélago, ha perdurado a través de los tiempos en el solar fraccionado de la Patria Chica como herencia preciosa de nuestros antepasados los guanches.

Parece que a medida que nos vamos acercando más a ellos, por el contacto con la misma Naturaleza y bajo el mismo cielo y disfrutando de las delicias del mismo clima, ha brotado en nosotros espontáneamente, como consecuencia de una identidad psicológica bien acusada, hasta la característica secundaria del mismo deporte.

Podemos afirmar que los guanches, los salvajes más civilizados que han poblado una porción de tierra, practicaron ya este deporte, único en su clase, desde sus más remotos orígenes.

Los canarios posteriores a la conquista de las islas por Fernández de Lugo, seguimos practicando dicho deporte hasta hoy, como un juego más o menos divertido, o como entrenamiento más o menos bello. El elogio más relevante que podemos hacer de nuestra lucha es el hecho elocuente de que haya subsistido a través de los tiempos, sin haber servido de lucro a ninguna empresa, ni haber contado con profesionales en ningún momento. La lucha canaria ha perdurado y perdurará por siempre, porque nuestra lucha —más nuestra porque sólo nosotros la practicamos— es pura y simplemente artística.

Podríamos hacer la comparación de la lucha canaria con otros deportes que se practican en lugares públicos y por profesionales, pero sólo pretendemos describir, a la ligera, las bellezas de nuestra lucha, y dejar a juicio del lector los comentarios comparativos.

Se me podrá objetar, y con razón aparente. Si la lucha canaria es uno de los deportes más bellos y el menos brutal de todos, ¿por qué no se ha popularizado más? La lucha canaria no despierta pasiones brutales en las multitudes, ni satisface su contemplación a la fiera encadenada en el fondo de nuestras naturalezas. Además, y esto es importante, la lucha canaria no ha sido comprendida en toda su grandeza por la inmensa mayoría de los canarios. Le ha sucedido igual a nuestra lucha que a la música clásica, que por incomprensión, es menos popular que los copules; igual ha sucedido con los grandes poetas en comparación con los rimadores vulgares, y lo mismo ha sucedido con los retratos formidables realizados por los grandes pintores y las fotografías ordinarias.

Nuestra lucha, que corrientemente se practica al aire libre, en un campo improvisado que se llama “terrero”, es de los pocos deportes que llena la finalidad natural y lógica de los mismos: ejercitar los músculos, satisfaciendo así una necesidad corporal, y deleitar y hacer sentir una emoción artística.

Describiremos a continuación una de las grandes luchadas que presenciamos, para poner de relieve algunas bellezas de nuestra lucha y hacer resaltar sus virtudes.

“Hoy es día de fiesta en el pueblecito. Se ha improvisado un terrero en las afueras, trayendo arena de una playa vecina. Se le ha rodeado de algunos bancos, pero la mayor parte de los espectadores permanecerán de pie. Luce esplendoroso nuestro sol, ¡tan africano!, anegando de luz el “terreno”. De un momento a otro va a empezar la gran luchada. En este pueblecito, los aficionados a la lucha han desafiado a los luchadores de un pueblecito cercano. Los unos y los otros —con las extremidades desnudas, luciendo la belleza viril de sus músculos y medio vestidos con un fuerte calzón de lino, producto regional— se pasean, haciendo comentarios, por el terreno. Al fin un mozo garrido haciendo alarde de la elasticidad de sus músculos salta hasta la mitad del campo. El contrario no se hace esperar: un hombre de edad madura, de estatura pequeña, y de poco desarrollo muscular, es su contrario. Se saludan con una sonrisa y se agarran, se inclina el uno hacia el otro hasta tocarse con sus hombros, se curvan más y más…

El pequeño lleva la de perder, dice a mi lado un profano. “A la una”, dice el árbitro de la contienda. El silencio se hace. “A las dos”, los luchadores abren sus piernas, contraen sus músculos, y se agarran más y mejor. “A las tres”…¡ha empezado la lucha!.

El joven hace esfuerzos inauditos, cambia de posición sus manos, se endereza, se inclina, pero todo en vano, su adversario no cae. Su contrario es ágil y es diestro, se estira y se encoge como si fuera de goma esquivando con habilidad increíble los esfuerzos terribles de su enemigo momentáneo. Todo dura un instante. El más pequeño, aprovechando un momento en que su contrario se emplea más a fondo, se agacha veloz como un rayo, mientras la fortaleza del más fuerte, perdiendo el apoyo que su cuerpo le prestaba, cae más allá, a sus espaldas. Se le ovaciona.

Lo tumbó por la “agachadilla”, dijo alguien. El vencido se levanta y le da la mano al vencedor.

A esta lucha, sucede otra y otra, quedando siempre en el terrero el vencedor hasta ser vencido. Se han tumbado ya más de cuarenta hombres de ambas partes y ninguno ha sido ni ligeramente lesionado.

Al fin, sale “El zurdo”, que podríamos también llamar “El temido” (por los luchadores) y “El esperado” (por el público).

“El Zurdo” empieza a tumbar hombres y acaba por quedarse dueño del terrero, por lo que fue proclamado campeón. Ganó seis luchas por “desvíao”, cinco por “levantada”, cuatro por “garabato”, tres por “palmada” y cuatro por “agachadilla”.

—¡Que tío!—, decían unos chiquillos como comentario.

Y todos los asistentes a la gran luchada decían a coro.

—Con “El Zurdo” no hay quien pueda. Es bobería…

“El Zurdo” es un hombre de regular estatura, de mediana constitución física, pero ágil como el que más, y hábil como pocos. Aquella tarde afortunada, y gracias a sus habilidades, derribó a varios hombres superiores a él en fuerza y en estatura. Veintidós hombres no se tumban como los tumba el “zurdo” que es un formidable luchador, lo que equivale a decir que es un gran artista.

La lucha canaria —poco defendida por los canarios, cuando no ha sido injustamente criticada por los mismos— es uno de los deportes más nobles y artísticos que hemos contemplado. Agilidad y destreza son sus características esenciales. El ingenio puede conducir al triunfo a un luchador determinado. Nuestros luchadores no tienen, además, necesidad de hipertrofiar sus músculos, hasta los dominios de la patología, para aspirar a campeones. La fuerza, lo brutal, es secundario. Lo importante es el ingenio, rapidez, oportunidad, y saber del contrario. El pueblo es el público de juez para anular con posiciones adecuadas los esfuerzos tras luchadas, y los luchadores se improvisan de este público heterogéneo.

[*Otros}– ‘Dándole vueltas al viento’ / Poemas de Antonio Pino Pérez: Egolatría

           EGOLATRÍA

Para mí lo más bello que existe
es tu risa, tus ojos, tu vida,
y es tu imagen en mi alma prendida
una lumbre de amor suave y triste.

Demasiado bonita naciste,
y de otro hombre no serás querida;
serás mía, ilusión perseguida,
flor carnal que entre flores creciste.

Es mi amor tan inmenso y sincero
que en mis sueños te llamo ya mía,
y en mi vida te siento y te espero.

Para nadie será tu hermosura.
De pesar yo sin ti moriría,
pues te quiero, mujer, con locura.

[*Otros}– Palmeros en América / David W. Fernández – Gaspar Mateo de Acosta (4/4)

David W. Fernández

Gaspar Mateo de Acosta
(1645-1706)

Como cada hombre es hijo de la época en que vive, no es raro pensar, que Acosta tuviera el espíritu piadoso propio de su tiempo, lo cual se demuestra por las muchas donaciones que hizo a los templos de la ciudad de su nacimiento. Así, al ser destruida en diciembre de 1689 la ermita de Santa Catalina —que se hallaba en las afueras de la Alameda, inmediata al barranco de las Nieves— por una fuerte avenida de este barranco, se quiso construir otro tempio con igual advocación, en lugar más oportuno. Para tal fin le fueron pedidos a Acosta algunos auxilios, y éste envió para el nuevo templo de la Santa, patrona de su señora esposa, diez mil reales antiguos (cinco mil setecientos cincuenta bolívares) con lo cual, y seis mil más de la misma moneda que se recogió entre el vecindario, se levantó el tempio que ie dio nombre a la calle de Santa Catalina, pero que ya no existe. Regaló para la misma ermita unos magníficos ciriales de plata, los cuales fueron tomados por los Beneficiados de la Parroquia de El Salvador para el servicio de su iglesia.

A la Parroquia de las Nieves regaló otros ciriales y una preciosa cruz parroquial, todo de plata. En 1° de agosto de 1704, y ante el alférez Antonio Fernández Velasco, Escribano público de La Habana, otorgó fideicomiso a favor del licenciado don Gaspar Machado y Barros, Beneficiado de la Parroquia de El Salvador, dándole instrucciones reservadas, y el podatorio, en 28 de mayo de 1705, y por ante el Escribano Antonio Vázquez, otorgó testamento, en el cual, fundó una capellanía colectiva familiar de sesenta y cinco misas rezadas anuales, que habían de decirse en la ermita de Santa Catalina, en todos los domingos y días festivos, imponiendo al capellán, cuyo llamamiento hizo, la precisa obligacion de asistir al coro de la Parroquia de El Salvador, en los mismos días, así a la misa conventual, como a las primeras y segundas vísperas, con otras más obligaciones. Todo esto ya hace mucho tiempo que pasó a la Historia.

Don Gaspar Mateo de Acosta falleció en La Habana, el 15 de noviembre de 1705, a los 60 anos de edad, y el 15 de julio de 1706, se le hicieron honras fúnebres en la parroquia matriz de El Salvador, de su ciudad natal.

Nuestro biografiado dejó entre sus descendientes personas ilustres, entre ellos:

A. Don Gaspar Mateo de Acosta y Martínez, su hijo, habiendo seguido igualmente la carrera de las armas, alcanzó el grado de Capitán de Caballos Corazas, y, al igual que su padre, fue Caballero de Santiago. Casó con dona Josefa Petronila Gaitán y Vargas, y dejó descendencia en la isla de Cuba donde esta familia se establecio definitivamente.

B. Doña Juana María de Acosta y Martínez, su hija, a quien en 1734 se ie concedió, para uno de sus hijos, la merced de regidor del Cabildo de La Habana, para llenar el número fijo que según las leyes debían tener las principales ciudades americanas, con la gracia de hereditario. Madre de:

Don José Martín Félix de Arrate y Acosta, nacido en La Habana el 14 de enero de 1701. Estudió en el Colegio de San Ramón Nonato, de México, donde vistió una de las tres becas que en el mismo correspondian a los habaneros. Heredó de su madre el cargo de regidor del Cabildo de su ciudad natal, del cual tomó posesión en octubre de 1734, y lo desempeñó hasta su fallecimiento. Fue asimismo notable historiador cubano, autor de “Llave del Nuevo Mundo, antemural de las Indias Occidentales”, que escribió en 1761, y fue prácticamente, durante muchas décadas, la única historia de Cuba que existía, la cual lleva cuatro ediciones: La Habana, 1830; La Habana, 1876; México, 1949; y La Habana, 1964. Falleció el 23 de abril de 1765.

Don Pedro Rafael de Arrate y Acosta, Capitan de Infanteria y Gobemador de las armas del Presidio de Santa Marta y Comandante de las compañías del de Cuba. Sirvió en el ejército de Extremadura, mandado por el Marqués de Bay, de soldado y Alférez de Caballería en los Regimientos de don Jerónimo de la Puente y don Gonzalo de Carvajal, y se halló en la sorpresa y toma de Alcántara y Ciudad Rodrigo, en el sitio y bloqueo de la plaza de Olivenza, y en el que los enemigos pusieron en Badajoz; en el socorro que se intentó introducir en Jerez de los Caballeros en la campaña que el Rey siguió personalmente y en la batalla de la Gudina, en todo lo cual actuó como valeroso militar, con esfuerzo y arrojo.

Don Santiago de Arrate y Acosta, sirvió en los reales ejércitos, como soldado y Alférez de caballeria del Regimiento de don Diego de Velasco y Córdoba, hasta 1708, fecha de su muerte en Badajoz, después de haberse hallado en muchas funciones, como en el reencuentro que tuvo su Regimiento mandado por el Marqués de Risburg, el 14 de septiembre de 1706, con un cuerpo de 600 enemigos, en cuya ocasión dio pruebas de su honor y esfuerzo.

Don Manuel de Arrate y Acosta, tambien sirvió en los reales ejércitos de Cadete y Alfeéez de Caballería del Regimiento de Montesa, y reformado pasó a servir en la Compañía española de Guardias de Corps, hasta que el Rey ie confirió una Tenencia en el Regimiento de órdenes viejo, en cuyo tiempo y con los referidos empleos se halló en el sitio de Mataró y Vich, en la expedición de África y desalojamiento de los moros del campo de Ceuta, hasta que, después de haber cumplido con sus obligaciones militares, se retiró por su quebrantada salud con el goce de suledo de inválido.

[*Otros}– Palmeros en América / David W. Fernández – Gaspar Mateo de Acosta (3/4)

David W. Fernández

Gaspar Mateo de Acosta
(1645-1706)

Otros hechos dignos de recordarse del gobiemo de Acosta son los siguientes:

En este tiempo, las Misiones de Píritu se hallaban en la reducción de los indios tagares y cores, que habitaban en las vegas del río Neverí, y, después de algunas entradas, por orden de su prelado el Padre Francisco Martinez, hizo lo último el Padre Alonso Bommas, andaluz, que sacó dos capitanes de los referidos indios, con los que dio principio a la fundacion del pueblo de San Diego el 1° de mayo de 1688, en las márgenes de la quebrada Cuacuar, y el 14 de mayo de 1691 fue trasladado, a causa de una epidemia, a la orilla de la quebrada Putucual. Hoy San Diego de Putucual es un municipio del distrito Bolívar (Anzoátegui) de más de tres mil habitantes.

El Padre Bommas —después de la fundación de San Diego con los indios cuacuas, que habitan en los valles cercanos a la serrania de Bergantin, y otras rencherias de cumanagotos y palenques que habían huido de los pueblos ya fundados y se habían intemado en los montes, y a los cuales sacó en varias entradas— comenzó la fundacion de Santo Domingo de Guzmán de Aragüita, a fines de abril de 1690, en la orilla de la quebrada Aragüita, afluente del río Neverí, por su margen derecha, y distante poco más de dieciséis kilómetros de Barcelona. Hoy Aragüita es un municipio del distrito Bolívar (Anzoátegui) de más de mil seiscientos habitantes.

También se fundaron en su tiempo los siguientes pueblos:

• La Visitación de Santa Isabel, en el valle de Cepanepan, en la costa sur de Paria (Sucre), fundada por los misioneros capuchinos el 24 de junio de 1688, pero se ignora el nombre de su fundador, subsistiendo esta poblacóon hasta 1712.

• San Fernando Rey, fue fundada por el Padre Lorenzo de Zaragoza, misionero capuchino, el 6 de febrero de 1689, en el valle de Cuturuntar, cerca del río Manzanares, pero por ser pocas y malas las tierras de labranza, se trasladó el pueblo, tres años después, a unos diez kilómetros de su antiguo asiento, en el vallecito de un afluente del Manzanares, donde subsiste con todo y haber sufrido graves contratiempos por aquel entonces, y con la iglesia en ruinas desde la Guerra de Independencia. Hoy, con el nombre de Villarroel o Quebrada Seca, es la capital del municipio San Fernando del distrito Montes (Sucre).

• Jesús del Monte de Catuaro, establecido el 29 de septiembre de 1689 por el Padre Pedro de Berlanga, misionero capuchino, con indígenas chaimas, al pie y faldas del cerro Catuaro. Catuaro es hoy la capital del municipio homonimo del distrito Ribero (Sucre). San Pedro y San Pablo del Rincon, fundado el 2 de enero de 1691 por el P. Esteban de Arizaba, misionero capuchino, en el valle de Anecocuar. El Rincon es actualmente la capital del municipio del mismo nombre en el distrito Benitez (Sucre).

• San Francisco de Chacaraguar, que a causa de haber sido incendiado y destruido por franceses y caribes, se funda por segunda vez, en el valle de Chacaraguar, en la zona alta de los valles del no Guarapiche, el 29 de mayo de 1691, por el Padre Buenaventura de Maluenga, misionero capuchino. En la actualidad San Francisco es la capital del municipio homónimo en el distrito Acosta del estado Monagas.

Acosta, por orden de la metropoli, entregó la conversión de San Antonio de Padua a los misioneros capuchinos, poniendo por primer ministro y presidente de él al Padre Antonio de Torre la Cárcel. Esta conversion tuvo su origen y fomento el 5 de mayo de 1691 en el valle de Guaipanaguar, a unos diecisiete kilómetros de Cariaco, bastante al sur, donde la vía corta una amplia curva del río San Juan. Este pueblo era encomienda, aunque tan corto que apenas llegaba a cuarenta personas, y sin enseñanza espiritual ni formalidad de pueblo, y se extinguió ochenta años después a causa de una epidemia de viruela.

Durante su gobiemo, Acosta visitó las misiones de la Provincia de su mando, de las cuales fue uno de sus más destacados favorecedores, y dio algunas ordenanzas encaminadas al mejor gobiemo de las mismas y al mejor régimen político de los indígenas.
Algunas de éstas tratan del jornal de los indíigenas y de sus trabajos, y en ellas dicta que las pagas de los jornales de los indígenas fuera en plata, y que habrá de ser mayor la paga al trabajo mayor, poniendo el trabajo de deshierba en un real de plata y de comer, y el de calabozo y hacha en dos reales y de comer, para lograr con ello la satisfaccion del trabajo y los deseos de los indígenas. Por real cédula, dada en Madrid el 19 de septiembre de 1688, quedaría extinguido bajo su gobiemo el régimen de encomiendas en la Provincia de Cumaná y Costas de Tierra Firme.

El 5 de diciembre de 1693 tomó posesion su sucesor, el tambien canario don Gaspar del Hoyo Solórzano Aizola y Fonte.

Para juzgar la labor realizada por Acosta en Cumaná, oigamos la voz autorizada de dos historiadores que se han ocupado de él: Ruiz Blanco y Caulín. Ruiz Blanco lo conoció personalmente y lo define como hombre de grandes prendas, atento y celoso a los servicios que le fueron encomendados, y añade que gobernó con acierto a Cumaná, siendo el mejor de todos cuantos gobernantes ie habían precedido.

Caulín nos dice que ejerció su gobiemo con aplicación y celo. Trasladado a Gobemador y Capitán General de la Provincia de Mérida y La Grita y ciudad del Espíritu Santo de Maracaibo, tomó posesión de este cargo el 8 de octubre de 1694, tenía entonces 49 años de edad y se hallaba afectado del mal de gota.

Con motivo de haber muerto martirizado a manos de los indios cayones, el 13 de septiembre de 1694, el fraile lego Hermano Gregorio de Ibi, en territorio del actual Estado Zulia, los misioneros capuchinos, establecidos en Coquivacoa, dieron la noticia al Gobernador Acosta, el cual, sin dilación, envóo cincuenta soldados del presidio a recorrer la sierra para prender y castigar a los agresores. Bajo su mandate ordenó, con la aprobación de la Audiencia, la entrada a los indios chinatos de Oyra, cerca de la actual San Cristóbal del Táchira, hasta lograr su pacificacion.

Durante su gobiemo se realizaron obras de conservacion del Castillo de San Carlos, y se comenzaron a construir las murallas de la ciudad de Maracaibo. Tambien por real cédula de 27 de noviembre de 1700 se dispuso la celebracion de festejos populares y actos públicos con motivo de la elevación al trono de España de Felipe V, y fue nombrado para levantar el pendón real el capitán don Gaspar Mateo de Acosta y Martínez, hijo del Gobemador y Capitán General, y como el Caballero de la Orden de Santiago, quien, por no tener pendón la ciudad, lo fabricó a su costa, y con él hizo dicha proclamacion en Maracaibo.

Agobiado por sus achaques de salud solicitó el relevo de su cargo, petición a la que accedió el monarca el 19 de agosto de 1700. En 1702 se ie hizo Juicio de Residencia, y si bien al principio se senaló alguna culpabilidad, finalmente resultó privado de suspensión o pena, en la sentencia dictada en Madrid el 18 dejunio de 1705.

No en vano el Rey se había fijado en las cualidades que concurrían en la persona de nuestro biografiado, porque éste, en el mando de las dos provincias dichas, lo supo realizar tan a satisfacción de sus deseos y esperanzas, que el Soberano, en premio de estos servicios, le nombró Caballero del Hábito de Santiago.

[El Paso}– “Dándole vueltas al viento” / Poemas de Antonio Pino Pérez: A La Caldera

Un Dionisio Ridruejo, cantor del Teide. Un aspirante a cantor de La Caldera.

Este abismo de fuego desmedido
es la entraña salvaje de mi tierra,
donde el silencio imperturbable encierra
la grandeza de Echeyde en el olvido.

De su gloria materna fue vertido
—materias ígneas en fecunda guerra—,
la llamada del vértigo que aterra
sólo invocando a Dios tiene sentido.

En la nave encallada de Canarias
el Padre Teide, grímpola de alturas,
es el palo mayor de las plegarias.

y Aceró,… Tanausú,… fraguas benditas.
¡Sagrario de una raza que perdura
purificando ofrendas benahoaritas!