[*IBM †}– Jesús Urdaneta

Jesús Urdaneta                                  

Fecha: 02-01-2015
• Lugar: Maracaibo
• Causa: Cáncer de páncreas
• Edad: 63
• Posición en IBM: Gerencia Administración Maracaibo
• Nació en: Maracaibo, el 06-12-1952
• Reposa en: Cementerio San josé (El Redondo), Maracaibo

Información adicional
Datos suministrados por el exIBMista Gustavo Badell.

[*Opino}– Contradicciones en neologismos, acrónimos y siglas

21-12-58

Carlos M. Padrón

El uso que en España se da a los acrónimos y abreviaturas es algo que sigue llamándome a confusión.

Alguna vez —y lo publiqué AQUÍ— dijo Fundéu que «La Ortografía Académica precisa que muchas siglas que, como ERE, son pronunciables como palabras, acaban por convertirse en vocablos plenos (como uci, mir, pyme, etc.) y, como tales, pueden llevar una ‘s’ para marcar el plural: ere, plural eres».

Sin embargo, en el artículo que copio abajo noto que RAE aparece escrito con mayúsculas, pero CEO —acrónimo del inglés chairman executive officer— está en minúsculas. ¿Por qué? Si es por copia del inglés, en ese idioma se escribe con mayúsculas, o sea, CEO.

Creo que don Amando debería ser más consistente.

Además, ¿por qué si siglas como ere admiten una ‘s’ como plural, no puede admitirla CEO, que sí la admite en inglés?

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2014-12-19

Amando de Miguel

Modas, manías y mendacidades en los neologismos

José Luis García Valdecantos critica algunas incorporaciones de neologismos en la última versión del Diccionario de la RAE. Por ejemplo, externalizar, que en su opinión podría servir mejor subcontratar. Por lo mismo, backstage (cuatro consonantes seguidas) estaría mejor con trastienda.

La discusión se me antoja fatigosa. La RAE no admite palabras; simplemente muestra las que se repiten en los libros de cierta entidad. Ésas son las que van al Diccionario. Tal criterio me parece reduccionista. Mejor sería aceptar las palabras nuevas que se utilizan ampliamente en libros, artículos y redes, siempre que fuera por autores de reconocido prestigio.

No estaría mal que la venerable RAE diera paso a nuevos académicos de distintas profesiones y no necesariamente de la cuerda. Vamos, lo que se llama el Establishment (por favor, con <e> inicial y mayúscula). Lo libertarios ya me entienden.

Juan J. Carballal manifiesta el asombro que le produce la generalización del trivial «¿vale?» para lograr el acatamiento del interlocutor. Don Juan lo califica como una «túrmix homogeneizadora de los tiempos presentes». Confieso que yo utilizo el “vale”, pero como forma de despedida en correos y mensajes. Así lo hacían los clásicos con el significado de “cuídate”. Es la palabra con la que termina el Quijote.

Algunos neologismos me resultan simpáticos. Por ejemplo, conspiranoico, el resultado de combinar conspiratorio y paranoico. En cambio, me pone malo lo de referente en el sentido de «modelo a imitar».

Algunos nuevos significados son divertidos por lo despistantes que resultan. Así, plausible siempre ha sido «digno de aplauso», pero indica más bien «probable», seguramente por influencia del inglés. La lengua del imperio nos obliga a llamar dircom al jefe de ventas y CEO al director general (chairman executive officer). Me parecen cursiladas. Un ceo es el que tiene la potestad de ponerse el sueldo a sí mismo, donoso privilegio.

En esta seccioncilla he mantenido la tesis de que la profusión de siglas sirve algunas veces para despistar; peor, para engañar.

Juan Díaz López-Canti razona que el famoso IRPF no siempre es lo que predica, un impuesto sobre el rendimiento del trabajo personal. (No va a ser sobre el trabajo no personal).

La prueba es que se aplica tranquilamente a los pensionistas; en tal caso se trata verdaderamente de una doble imposición. Ese impuesto se aplicó en su día al pensionista cuando se encontraba en activo. Resulta que la doble imposición es un grave atentado contra el principio de equidad. Añado que me parece más bien una gigantesca estafa continuada.

Lamentablemente nuestros legisladores y jueces no se plantean que el Fisco pueda estafar a nadie. Y así seguimos, aunque digamos que somos una democracia. A cualquier cosa llaman chocolate las patronas.

Fuente

[LE}– ‘Proactivo’, no ‘pro-activo’ ni ‘pro activo’

26/12/2014

El término proactivo se escribe en una sola palabra, es decir, sin añadir un espacio ni un guion intermedios.

Sin embargo, a menudo se escribe indebidamente, como en las siguientes noticias:

  • «La empresa destacó el ambiente de trabajo pro activo» o
  • «Se redoblaron los esfuerzos internos en pos de mantener un compromiso pro-activo de minimizar los riesgos ambientales».

Esta voz de nuevo cuño se registra en la 23ª edición del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, como propia de la psicología, para referirse a quien ‘toma activamente el control, y que decide qué hacer en cada momento, anticipándose a los acontecimientos’ o a lo que ‘implica acción o intervención activa’.

Al igual que otras voces formadas con un prefijo, éste se une al término al que precede, sin guion ni espacio, de modo que en  los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir

  • «La empresa destacó el  ambiente de trabajo proactivo» y
  • «Se redoblaron los esfuerzos internos en pos de mantener un compromiso proactivo para minimizar los riesgos ambientales».

Por la misma razón, se escribe proactividad y no pro actividad ni pro-actividad.

Fuente

[Hum}– El semental gallego

Un zoológico español había comprado una gorila hembra de una especie rara. Tras unas semanas, la gorila se volvió irritable y difícil de manejar. Después de examinarla, el veterinario determinó que estaba en celo, lo cual era un gran problema ya que no había disponible ningún macho de esa especie.

Tras pensarlo detenidamente, el administrador del zoológico reparó en Manolo, el empleado gallego encargado de limpiar las jaulas. Manolo tenía reputación de que, por lo bien dotado, podía satisfacer bien a cualquier mujer, y, como no parecía muy listo, tal vez podrían convencerlo de que le hiciera el favor a la gorila. Así que le propusieron:

—Manolo, ¿aceptarías hacerlo con la gorila por 500 euros?

Manolo dijo que podría interesarle, pero que necesitaba pensarlo un poco. Al día siguiente, Manolo dijo que aceptaba, pero con tres condiciones:

—Primero, no quiero tener que besarla. Segundo, no quiero saber nada de hijos.

—De acuerdo—, dijo de inmediato el administrador. —Pero, ¿cuál es la tercera condición?”

—Bueno, ¡que me tienen que dar otra semana para juntar los 500 euros!