Tras la Segunda Guerra Mundial y hasta mediados de la década de 1950, el mandatario estadounidense declaró ante la prensa en numerosas ocasiones que «no le gustaba el régimen español», mientras en privado tendía puentes con la dictadura
Tras la Segunda Guerra Mundial y hasta mediados de la década de 1950, el mandatario estadounidense declaró ante la prensa en numerosas ocasiones que «no le gustaba el régimen español», mientras en privado tendía puentes con la dictadura