[*Opino}— El trato que en España reciben las películas —como ‘Roma’— y series de TV extranjeras

09-01-2019

Carlos M. Padrón

El artículo titulado «‘Roma’, una película en español subtitulada en español» en el que se destaca que la polémica creada por los rótulos —subtítulos— del filme de Cuarón que convierten «enojarse” en “enfadarse” o cambian el “ustedes” por “vosotros”, y en otro artículo que insiste en que Cuarón dice «Me parece muy ofensivo para el público subtitular ‘Roma’ al español se explica bastante bien, aunque no en su totalidad, lo aberrante de la práctica española de adulterar los diálogos —y, por tanto, el argumento— de series y películas extranjeras. Esto, como creo que ya he dicho en este blog, pone de manifiesto una especio de regodeo en poner en boca de actores palabras que no han dicho, y traducir lo que no guarda relación con el origen.

Por ejemplo, el inglés I love him so much lo he visto traducido como “Lo quiero que te cagas”: grosería innecesaria. El inglés This sucks lo he visto traducido como “Esto está como el culo”: grosería innecesaria. Y el silencio absoluto lo he visto traducido en palabras que nadie pronunció: engaño descarado.

¿No habría sido mucho más apegado a la realidad traducir I love him so much como “Lo quiero mucho”, que es lo que realmente significa; traducir This sucks como esto apesta o da muy mal olor o huele horrible, que es lo que realmente significa; y dejar de poner palabras al silencio por cuanto silencio es silencio?

Vi la muy buena película Roma y me resultó ofensico, como bien dice Cuarón, lo de poner un “vosotros” en boca de mejicanos. Ese vosotros suena ridículo entre los más de los casi 500 millones de hispanohablantes, incluidos la mayor parte de nosotros, los Canarios.

Para colmo, y a pesar de que la expresión hablada representa el 60% del valor actoral, hay en España articulistas que hablando de películas o series extranjeras publican en medios digitales secciones con varios artículos que comienza con “Crítica de…”, y que se basan en la versión doblada —o sea, adulterada— de la película o serie en cuestión, algo que cae en el campo del fraude y lo recalcitrante.

Y sí, tal vez porque en España hay detrás de los doblajes un poderoso monopolio, Netflix suele incluir dos versiones de subtítulos: la de español de Latinoamérica y la de castellano, a la que llamo castizo porque me suena mejor que español de España. Y ese monopolio ha ido deteriorando la calidad de lo que hace, porque los diálogos castizos de lo que dobla me resultan inteligibles en películas viejas, pero para poder entender los de películas nuevas debo recurrir a ponerles subtítulos en inglés porque, sobre todo el áspero siseo de la voz femenina y su irregular inflexión, hacen que yo entienda apenas un 40% de lo que dicen.

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[LE}— Complicar, mejor que complejizar

03-12-2018

Complicar, y no complejizar, es el verbo adecuado para aludir a ‘la acción de dificultar algo’.

Sin embargo, en los medios de comunicación se observa un uso creciente del término complejizar en frases como

  • «Fiscalmente complejiza mucho los servicios de deuda»,
  • «Todo esto complejiza la realidad social y estos elementos deben ser tomados en cuenta a la hora de diseñar las políticas públicas» o
  • «Esa es la dirección en la que tiene que ir Apple, abriendo las opciones de su tableta, sin complejizar su uso».

En ejemplos como éstos, el citado verbo viene a significar ‘dificultar algo’, ‘hacerlo más complejo o complicado’; para estos sentidos, el español dispone ya de complicar, cuyo significado es justamente ése y que, además, es la forma asentada y una palabra más corta. 

En general, se observa una tendencia en los hablantes a crear estos pares, en los que empiezan a convivir dos términos, uno tradicional y asentado, y otro de formación más reciente, pero de significado equivalente. Suele darse la circunstancia de que el neologismo que se acuña, aunque no añade ningún valor semántico al término tradicional, es innecesariamente más largo, como si se pretendiera añadir enjundia al discurso, añadiendo sílabas a las palabras. Es el caso, por ejemplo, de abrir/aperturar, intención/intencionalidad o de complicar/complejizar. 

Este procedimiento oscurece el mensaje que se pretende transmitir y crea términos innecesarios cuyo uso no está justificado; razones por las que se recomienda evitarlo y optar, en su lugar, por la variante más clara y asentada.

De este modo, en los ejemplos anteriores lo adecuado correcto habría sido optar por 

  • «Fiscalmente complica mucho los servicios de deuda»,
  • «Todo esto complica la realidad social y estos elementos deben ser tomados en cuenta a la hora de diseñar las políticas públicas» y
  • «Ésa es la dirección en la que tiene que ir Apple, abriendo las opciones de su tableta, sin complica su uso».

Fuente

[Hum}— Lógica inapelable. La custodia del hijo menor

Marido y mujer, en trámites de divorcio, discuten a quién corresponde la custodia del único hijo. La mujer hace su alegato para demostrar que le corresponde a ella. Entonces el juez se dirige al marido y le dice:

“¿Qué tiene usted que decir en su defensa?”

El hombre se queda pensativo, y luego de un rato dice:

“Señor Juez, si usted mete una moneda en una máquina de bebidas y sale una Pepsi, ¿de quién es la Pepsi, de la máquina o suya?”