LA ESCALERA DEL POBRE
Para el joven pensador
Pedro Capote Lorenzo.
– I –
Mil veces en el yunque de la idea,
trabajos he querido moldear,
que he tenido por fuerza que dejar
hasta ver si la suerte me rodea.
Tenaz siempre mi inquieto pensamiento
prosigue en pos del intrincado Arcano…
¡Caigo en el caos!,… y al buscar la mano
de un buen amigo que me diera aliento,
sólo encuentro los tristes desengaños
que se hallan en la senda do la vida.
Así, con la experiencia de mis años,
suspira mi alma de dolor transida:
«¡Difícil es, del mundo en su carrera,
quien al pobre le ponga una escalera!».
– II –
En titánicas luchas, mi razón
por la farsa del mundo indiferente,
sigo solo subiendo la pendiente,
llevado por mi rauda inspiración.
En pos siempre de causas redentoras
que transportan al Genio a lo sublime;
en pos de la Belleza, que redime
y que inspira a las almas soñadoras.
Por eso yo desprecio at ser pequeño
que cobarde se rinde en su tarea.
Yo sigo mis anhelos con empeño,
luchando en el gran mundo de la idea.
Prosigo, que el trabajo, al que bien obre,
es la honrosa escalera del que es pobre.
