[Canarias}— "A qué sabe La Palma" / Justo R. Pérez Cruz

21/02/2021

A qué sabe La Palma

                 – I –

La Palma sabe a almendrado,
a queso y a malvasía,
a rumor de poesía
y a huerto recién cavado.

Sabe a mojo colorado,
sabe a ñame y rapadura,
sabe a salitre y dulzura,
sabe a atardeceres rojos,
sabe a mirarte a los ojos
contemplando tu hermosura.

                 – II –

La Palma sabe a cabrilla,
a vieja y a camarón,
sabe a lapa y escaldón
sabe a caldero en la orilla.

Sabe a la vida sencilla,
sabe a monte y a pinar,
sabe a la flor de azahar
y a su aroma en el sendero,
sabe a decir un te quiero
junto a la orilla del mar.

                 – III –

La Palma sabe a boniato,
sabe a mango y a papaya,
sabe a durazno y pitahaya,
sabe a pasar un buen rato.

Sabe a escuchar el relato
de los cuentos del abuelo,
sabe al fruto en el ciruelo
que en la huerta se divisa
al ondear de la brisa
cuando juega con tu pelo.

                 – IV –

La Palma sabe a verano,
a gofio y a chicharrones,
a flores en los balcones
y son de Punto Cubano.
 
Me sabe al higo temprano,
me sabe al tuno de invierno,
sabe al olor fresco y tierno
de hierba recién cortada,
sabe a la tierna mirada
que da el cariño materno.

                 – V –

La Palma sabe a turrao,
a almendras garrapiñadas,
sabe a papas arrugadas,
sabe a pescado salao.

A sentarse en el callao
pa’llamar una morena,
me sabe a la luna llena
para ir a los cangrejos
y a cuando te tengo lejos
y no soporto la pena.

                 – VI –

La Palma sabe a hortelana,
sabe a salvia y a pasote,
a bollo y a marquesote
con el café en la mañana.

A tomillo y mejorana
en la orilla del sembrado,
a disfrutar a tu lado
de una vida sin engaños,
a ver que pasan los años
y aún me siento enamorado

                 – VII –

La Palma sabe a listán
sabe a albillo y negramol
me sabe a andar bajo el sol
por la arena del volcán.

La Palma me sabe a pan,
me sabe a mojo de queso,
me sabe al dulce embeleso
que da el licor de café,
me sabe al momento en que
nos dimos el primer beso.

                 – VIII –

La Palma sabe a membrillo,
a orégano y salmorejo,
sabe a carne de conejo
y a sopa de picadillo.

A asar en la hoguera el millo
para comerlo con calma,
a quererte con el alma
viviendo cosas hermosas.
A tantas y tantas cosas
a mí me sabe La Palma.

Biografía del autor

Justo R. Pérez Cruz
Catedrático de Física Aplicada
Facultad de Física
Universidad de La Laguna
Canarias

Cortesía de Roberto González Rodríguez

[LE}— «Sobreexposición de los hijos», mejor que «sharenting»

Las expresiones sobreexposición de los hijos o sobreexposición filial pueden emplearse en español en lugar de la voz inglesa sharenting, que describe la conducta de los padres que comparten de forma constante imágenes de sus hijos en internet.

Uso inadecuado

• Sharenting: el descuido comienza en casa.

• Los peligros del sharenting: ¡dejad de contar mi vida en las redes!

Uso adecuado

• Sobreexposición de los hijos: el descuido comienza en casa.

• Los peligros de la sobrexposición filial: ¡dejad de contar mi vida en las redes!

Este término inglés es un acrónimo de to share (‘compartir’) y parenting (‘crianza’), y aparece definido en el diccionario Collins como ‘la práctica de los padres de usar las redes sociales para comunicar abundante y detallada información sobre sus hijos’. Por lo tanto, un equivalente válido de este anglicismo puede ser sobreexposición (o sobrexposición, con una sola e) de los hijos o filial.

En el caso de que se prefiera mantener la forma inglesa sharenting, lo adecuado es escribirla en cursiva o, si no se dispone de este tipo de letra, entrecomillada.

Fuente

[Hum}— Historia de unas gafas

Mi amigo Paco se vino a Madrid, sabiendo que su novia necesitaba unas gafas, y encontrando la ocasión de comprarle unas muy bonitas y baratas, entró en una óptica.

Después de ver varios modelos, se decidió por unas. La dependienta se las envolvió, pero Paco, al marcharse, en lugar de coger la bolsa con las gafas cogió otra muy parecida y se la llevó. Esta otra bolsa contenía unas bragas, que seguramente alguna clienta que las compró en la tienda de al lado había olvidado sobre el mostrador de la óptica.

Paco no se dio cuenta de su equivocación, y, contento con su compra, se fue a Correos y le envió el paquete a su novia, junto con una cariñosa carta.

Su novia recibió el paquete y se quedó muy extrañada por el contenido, y más cuando leyó la carta que decía así:

«Querida Irene:

Espero que te guste el regalo que te envío, sobre todo por la falta que te hacen, ya que llevas mucho tiempo con las que llevas puestas y éstas son cosas que deben cambiarse de vez en cuando.

Espero también haber acertado en el modelo. La dependienta me dijo que era la última moda, y me enseñó las suyas, que eran iguales. Entonces yo, para comprobar que eran ligeras, me las probé allí mismo. ¡¡No sabes cómo se rió la dependienta!!, porque esos modelos femeninos quedan graciosos en los hombres, y más en mí, que ya sabes que tengo los rasgos muy alargados.

Una chica que había allí me las pidió, se quitó las suyas y se puso éstas para que yo viera el efecto que producían. Como las vi estupendas, me decidí y las compré.

Póntelas y enséñaselas a tus padres, a tus hermanos, a tus amigos, en fin, a todo el mundo, a ver qué dicen al vértelas puestas. Al principio te sentirás muy rara, acostumbrada a llevar puestas las viejas, y más ahora que has estado un tiempo sin llevar ningunas.

Póntelas para ir cómoda a la calle, y todo el mundo va a notar que las tienes. Si te están muy pequeñas me lo dices, pues, si no, te van a dejar marca cuando te las quites. Ten cuidado que no te estén grandes, no vaya a ser que vayas andando y se te caigan al suelo. Llévalas con cuidado, y, sobre todo, no vayas a dejártelas olvidadas por ahí y las pierdes, pues bien sé que tienes la costumbre de llevarlas en la mano para que todos vean así tus encantos, y lo guapa e interesante que te ves sin ellas. En fin, cariño, estoy deseando vértelas puestas.

Creo que éste es el mejor regalo que podría hacerte.

Un beso,

Paco»