Un grupo de gallegos deben cargar un piano de cola hasta el último piso de un edificio elevado. A medio camino paran a descansar, y uno de ellos, exhausto, pregunta si falta mucho.
Los hombres se miran entre sí sin saber la respuesta. Entonces el capataz ordena, apuntando al más joven de sus hombres:
—¡Manolo! ¡Ve tú a ver cuántos pisos quedan!
Y allá va Manolo, trepando la escalera a los saltos. Al rato regresa y dice:
—Hombre, tengo una buena noticia y una mala.
—¡Pues dinos la buena, joder!
—La buena es que sólo nos faltan cinco pisos.
El capataz le dice:
—Entonces guárdate la mala hasta que hayamos llegado.
Trabajosamente, todos trepan los cinco pisos restantes cargando con el pesado piano y, cuando llegan al final, todos sudando, el capataz pregunta:
—A ver, Manolo, ¿cuál era la mala noticia?
—Pues que éste no es el edificio.
Cortesía de Eva Matute
