[*Opino}– A vueltas con el uso de singular o plural en ciertos sustantivos.

29-01-13

Carlos M. Padrón

En los casos en que el sustantivo, aunque singular, se refiera a algo numeroso, me parece más lógico usar el plural, como ya expliqué en el post Uso de singular o plural en caso de cantidades, donde puse un buen ejemplo.

Pero este titular —publicado en ABC.es del 29/01/13— contiene uno tal vez mejor:

«Casi nueve de cada diez canadienses está gobernado por mujeres en su territorio».

«Casi 9 de cada 10» son más que uno, por tanto suena mucho mejor, porque es más lógico, decir : «Casi nueve de cada diez canadienses están gobernados por mujeres».

Lo de «en su territorio» me deja perplejo porque ignoro si se refiere al territorio de esos 9 de cada 10 canadienses, o al territorio de las mujeres que los gobiernan.

Espero que no sea que los 9 de cada 10 son hombres, y lo de «su territorio» se refiere a las mujeres que los gobiernan en las casas en que con ellos viven, casas que, como ocurre en esos países de por allá arriba, son de ellas.

OJO: asumo que una pareja por casa; tampoco es que pienso en poliandria. 🙂

[LE}– Origen o uso de palabras, dichos y expresiones: Esposas

26-10-12

¿Por qué a las manillas que usa la policía se les llama ‘esposas’?

En la antigua Grecia, cuando un comerciante firmaba un acuerdo sellaba el contrato vertiendo unas gotas de vino en el altar de alguno de sus dioses. La palabra griega para ese gesto era spendo, que quiere decir ‘derramar una bebida’.

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Con el tiempo este acto empezó a ser llamado ‘hacer un acuerdo’ o ‘firmar un contrato’.

La palabra griega spendo derivó al vocablo del latín sponsus, usándose para referirse a aquél que asumía un compromiso, y de ahí que aquéllos que asumían un compromiso contrayendo matrimonio fueran llamados sponsus (el hombre) y sponsa (la mujer). De ahí se pasó al conocido como ‘esposo’ o ‘esposa’.

En la Edad Media fue cuando empezó a utilizarse el nombre de esposas para referirse a las manillas, o grilletes, que servían para aprisionar las muñecas de un reo.

El motivo de llamarlas así era porque se tenía la idea de que las manillas eran como una esposa, que ataba al marido y lo aprisionaba sin dejarle libertad.

Fuente: 20Minutos

Cortesía de Leonardo Masina

NotaCMP.- Gente sabia la de la Edad Media. Ahora entiendo por qué esa palabrita me ha caído gorda desde hace mucho tiempo, y por eso prefiero usar los términos de la conocida sentencia «Os declaro marido y mujer».