[*Otros}– La Cátedra de San Pedro, en Santa Cruz de La Palma y en Breña Alta / José G. Rodríguez Escudero

José Guillermo Rodríguez Escudero

El Martirologio Romano celebra el 22 de febrero la fiesta de la Cátedra de San Pedro en Antioquía, y el 18 de enero la de su Cátedra de Roma. La reciente reforma del calendario unificó las dos conmemoraciones el 22 de febrero, fecha que tiene su apoyo en una antigua tradición que refiere la “Depositio martyrum” (año 354: “Natali Petri de cathedra”).

Sin embargo, la onomástica actual del “Primer Papa” es el 29 de junio, y en La Palma hay, entre otras, dos celebraciones importantes en las que se representa al Príncipe de los Apóstoles sentado en su trono o cátedra. Los templos que actualmente custodian las dos magníficas tallas son el extinto convento dominico de San Miguel de Las Victorias —hoy Santo Domingo de Guzmán (imagen que pertenece a El Salvador)— y la Parroquia de San Pedro Apóstol, en Breña Alta.

La cátedra (del griego “kathedra”, asiento – s. IV) es literalmente la silla fija del Sumo Pontífice y de los obispos. Se encuentra permanentemente en la Iglesia Madre de la Diócesis (de ahí el nombre de “catedral”), y es el símbolo de la autoridad del Obispo y de su magisterio ordinario en la Iglesia local. Es el lugar donde se enseña con autoridad y simboliza la perpetuidad de la doctrina.

San Pedro de El Salvador

En la Iglesia Matriz de El Salvador de Santa Cruz de La Palma encontramos un valioso ejemplo de cátedra. Después de la fiesta de San Pedro, se lleva a Santo Domingo donde permanece todo el año. Ésta se erigió como una imagen típica de la Iglesia contrarreformista y viene a recordar que Pedro fue el Primer Papa, reafirmando así la autoridad del papado, puesta en tela de juicio por la herejía luterana.

SnPedroEnCatedra-LaPalma

En la Edad Media, su indumentaria era la de los Papas, sus sucesores. Viste el palio, y a partir del siglo X, está tocada con la triple corona (triregnum). Estos ornamentos pontificios se convirtieron en la regla en el siglo XV: “San Pedro estará vestido de papa”, se lee en un contrato acordado con un pintor en 1452. Así pues, en el caso que nos ocupa, al Santo se le presenta conforme a esta iconografía, con la tiara de las tres coronas sobre su cabeza. Porta en su mano derecha las dos llaves, y la cruz papal de brazo triple en la otra.

Los atributos de San Pedro son excepcionalmente numerosos, y los lleva ya él mismo, ya los ángeles que en ocasiones lo acompañan; unos le caracterizan como apóstol, otros como Papa.

El más difundido y antiguo es la llave (clavis) que aparece por primera vez en un mosaico de mediados del siglo V, y que, desde entonces, se convirtió en su atributo constante. Pedro es clavígero (Petrus claviger coeli).

En el caso de El Salvador, porta dos llaves, la del Cielo y la de la Tierra, que simbolizan el poder de atar y desatar, de absolver y de excomulgar, que Cristo concediera al Príncipe de los Apóstoles. Dichas llaves aparecen juntas puesto que el poder de abrir y el de cerrar es uno solo.

Como rememoraba Viera y Clavijo en sus “Noticias…”, la iglesia mayor de La Palma “bien adornada, capaz, majestuosa, servida de tres curas beneficiados provisión del rey, de un clero numeroso y de muchos ministros que celebran los oficios divinos con gran solemnidad, bien podría pasar por una colegiata… “.

El trono o cátedra es de madera policromada y dorada de 192 cms de altura y 95 x 59 x 73 cms en la base.

Se cree que su autor fue Andrés del Rosario (1615-1693), por la similitud que existe entre esta obra de arte y el retablo mayor de la ermita de San Telmo de la misma ciudad, donde se repiten similares mascarones y sirénidos.

CatedraSnPedroElSalvador-Respaldo

También fue el artífice del bello retablo de la capilla de la Virgen del Rosario (1660) en la iglesia de Santo Domingo de la capital palmera, y del primer cuerpo del retablo mayor del convento de Santa Clara (1679-1693) donde está entronizada la olvidada Patrona de Santa Cruz de La Palma, la bellísima Santa Águeda.

Sin embargo, Jesús Pérez Morera nos informa que estamos ante “una obra de autor desconocido y datada de hacia 1661, fecha en la que se instituyó su cofradía”.

La profesora Gloria Rodríguez también indica “la imagen de San Pedro sedente es posible que sea obra de autor palmero o al menos canario, de fines del XVII, quizás hacia 1661…

El único dato que conocemos acerca de ella es que fue restaurada (unas manos nuevas) en 1742 por Juan de Silva.

El “San Pedro en Cátedra” de la parroquia de El Salvador fue encargado por la poderosa cofradía del clero, fundada bajo su advocación el primero de noviembre de 1661, “aCatedraSnPedro-ESalvador-Decoradounque se alistaron en ella varias personas seculares y aun religiosas de ambos sexos” (Lorenzo Rodríguez). Se instituyó para celebrar la función de las “Lágrimas del Santo Apóstol” el Martes Santo y su fiesta principal el 23 de junio (fecha distinta a la actual). Esta cofradía se encargaba también de la función de San Fernando.

Sigue narrando el alcalde constitucional Juan Bautista Lorenzo Rodríguez: “…tenía unas constituciones aprobadas por la autoridad eclesiástica y había confraternidad con las Comunidades Religiosas para asistirse mutuamente a los entierros de los individuos de ambos Cleros y Monjas, hacer un oficio y asistir las dichas comunidades a las dos fiestas de San Pedro, anteriormente citadas. Esta contrata se acabó muchos años antes de la supresión de los conventos. El último cofrade que murió fue el Licenciado don Antonio Ferrer y Lemos, con quien concluyó esta Cofradía”.

Un miembro destacado de esta Hermandad fue el Beneficiado Rector de dicho templo, don Juan Pinto de Guisla, a su vez, Visitador General de La Palma. Como recoge la bibliografía consultada del profesor palmero Jesús Pérez Morera (1994), en el testamento de Guisla (otorgado en 1693) éste declaró haber hecho un alba de holán con puntas de encajes para vestir la imagen de “San Pedro en Silla el día de su fiesta principal”. Tiene un letrero en la tira del cuello con su nombre.

Ésta es una talla de candelero de tamaño natural que recuerda las maneras del discípulo de Montañés, Martín de Andújar, y que sólo era expuesta para la veneración de los fieles el día de su onomástica, quedando custodiada el resto del año en la llamada “Alcoba de San Pedro”. Existe otra impresionante imagen de este santo “Las Lágrimas de San Pedro”—del artista orotavense Fernando Estévez del Sacramento— que toma parte actualmente en la solemne procesión del Señor del Perdón (popularmente “San Pedro y el Gallo”) la noche del Lunes Santo, y en cuyo retablo neoclásico en la capilla colateral del Evangelio (de hacia 1822) podemos venerar. Esta capilla estuvo dedicada a Santa Ana hasta que en 1818 se entregó a la Cofradía de San Pedro.

El espléndido sitial o cátedra, en madera dorada y policromada, evidencia la perfección que alcanzaron los maestros isleños en el manejo de la talla decorativa. Constituye en esencia un sillón de brazos “cuya decoración se basa en temas de ascendencia plateresca pero tratados con técnica barroca” (Pérez Morera). Una elegante obra de arte que, hasta hace algunos años, recorría en procesión el centro de la capital palmera cada 29 de junio por la tarde, oportunidad única para disfrutarla en todo su esplendor. Se estudia recuperarla, afortunadamente.

Hay una gran profusión de hojas de acanto doradas (ornamentación característica del retablo palmero en el primer tercio del siglo XVIII). Flanquean el respaldo, a modo de dosel, unas fantásticas figuraciones cuyos cuerpos, cubiertos con alas y plumas, son muy estilizados. En el respaldo del fabuloso sillón encontramos la tiara papal con las dos llaves símbolo de la autoridad del Papa (Mt. 16: 19). Sobresale una fila de figuras aladas con casco que rematan unas columnas de hojas de acanto. Éstas soportan y embellecen la base del sitial. A ambos lados, dos mascarones sujetan grandes aros con la boca.

San Pedro de Breña Alta

Una magnífica réplica de este “San Pedro en Cátedra” de la suntuosa iglesia matriz es la que se halla entronizada en el cuerpo superior del magnífico altar mayor de la parroquia homónima del municipio de Breña Alta. Una talla de 95 cms que salió de la gubia del prestigioso artista palmero Bernardo Manuel de Silva (1655-1721).

CátedraBrenhaAlta

Fue inventariada por primera vez en 1709. Nuestro querido paisano, el profesor Jesús Pérez Morera, nos recuerda, al estudiar esta efigie, que “posee también rica cátedra en madera tallada y dorada, con parecido espaldar calado a base de tallos envolventes – con escudo de San Pedro en el centro- y asiento decorado con grandes y carnosas hojas de acanto, ornamentación característica del retablo palmero en el primer tercio del siglo XVIII”.

El Patrón del municipio desfila procesionalmente en este bello trono por las calles de Breña Alta, acompañado por la imagen de San Isidro Labrador, también cada 29 de junio. Se le tributan fuegos artificiales y una magnífica loa, entre otros muchísimos actos.

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BIBLIOGRAFÍA

  • Archivo parroquial de El Salvador, Libro de Visitas, visita del Licenciado don Juan Pinto de Guisla, 1686-1688.
  • Archivo parroquial del Real Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, testamento del licenciado don Juan Pinto de Guisla, (15 de septiembre de 1693).
  • FERNÁNDEZ GARCÍA, Alberto José «Notas Históricas de la Semana Santa de Santa Cruz de La Palma», Diario de Avisos, (28 de marzo de 1969), confirmado en el Libro 3º de la Cofradía de San Pedro, cuentas de 1822.
  • MALE, E, El Barroco. Arte religioso del siglo XVII, Madrid, 1985, p.82
  • MARTÍN SÁNCHEZ, Miguel Ángel. “La Fiesta de San Pedro de Breña Alta en clave de Barroco Triunfal”, programa de las fiestas patronales de la Villa de Breña Alta, junio de 1992
  • PÉREZ MORERA, Jesús. “Arte en Canarias [Siglos XV-XIX]. Una mirada retrospectiva”. Gobierno de Canarias, 2001. p. 430.
  • RÉAU, Louis. «Iconographie de l’art Chrétien», P.U.F., Paris, 1957
  • RODRÍGUEZ, Gloria, “La Iglesia de El Salvador de Santa Cruz de La Palma”, Madrid, 1985, p.46
  • VIERA Y CLAVIJO, J., “Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, t.II”, Santa Cruz de Tenerife, 1982, p. 399.

 

[*Opino}– Muestras de deterioro social

Carlos M. Padrón

He aquí dos verdaderas “joyas”:

Will Smith no sólo lidera la lista de las películas más vistas, sino que también encabeza la de los actores mejor pagados de Hollywood.

Periodista Digital, 24/07/08.

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Mia Farrow pide mayor presión sobre la dictadura militar birmana.

La Vanguardia, 25/07/08.

¿Cómo es posible que un payaso como Will Smith sea el “actor” de las películas más vistas? ¿Y cómo es posible que esté mejor pagado que muchos otros que sí son ACTORES? Sólo faltaría que Jim Carry lo desbancara.

Y bueno, ¡por fin se vislumbra un arreglo en la situación de Birmania, pues Mia Farrow metió su mano en eso!

¿A quién carajo le importa, salvo a tontos de pura cepa, lo que diga Mia Farrow? ¿Y por qué un medio importante dedica tiempo y espacio y a lo que acerca de política internacional opine un personaje que si sabe de algo es, tal vez, de cine?

Son muestras del deterioro evidente de una sociedad en la que, como en todas partes, ha crecido mucho, y sigue creciendo, la mediocridad.

Ellos no saben de nada, pero de la basura en TV, sí.

[*FP}– Tal día como hoy, hace 47 años

26.07.2008

Carlos M. Padrón

En la mañana de un 26 de julio, tal día como hoy pero de 1961, puse pie por primera vez en Venezuela después de una travesía de una semana a bordo del “Bianca C” desde el puerto de Santa Cruz de Tenerife y en compañía de mis padres y mis dos hermanas.

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De izq. a derecha: María Celia Padrón (mi hermana mayor), María del Carmen Padrón (mi hermana menor), Victoria Pérez (mi madre), Tomás Padrón (mi padre), y Carlos M. Padrón. – Cuando hicimos este viaje, mi padre tenía la edad que tengo yo ahora,… y a mí me parecía un anciano. (Sin comentarios).

Por esa extraña percepción que acerca del tiempo se tiene a medida que se avanza en edad, me parece que fue ayer. Pero al rememorar lo sucedido desde entonces, son tantos los acontecimientos que desfilan por mi mente que no puedo evitar sentir el peso de los años.

Muchos parientes o conocidos de El Paso que habían estado ya en Venezuela y que, a diferencia de mí, estaban seguros de que yo no llevaría a cabo el loco plan que explicaré más abajo, sino que, al igual que mis hermanos, me quedaría en este país, me prepararon con palabras como éstas: “Engurúñate y traga en seco, porque los dos primeros años vas a querer largarte de Venezuela aunque sea nadando”.

Y así fue. Y ese deseo de largarme se veía aumentado porque nunca quise venir a Venezuela, y cuando mi padre insistió en que yo tenía que venir en condiciones similares a como lo habían hecho mis hermanos, dije que si tenía que emigrar de Canarias lo haría a Inglaterra o Alemania —donde entonces iban muchos jóvenes a trabajar como camareros—, pero no a Venezuela, pues aparte de que no quería dejar solo a mi padre, ya mayor, estaba el hecho de que las muestras del cambio operado en los que de cuando en cuando regresaban de Venezuela no me resultaban edificantes en modo alguno.

Si vine fue porque la poesía que escribí en diciembre de 1960 destinada a servir como tarjeta de navidad a mis hermanos Raúl y Tomás, que estaban en Venezuela desde 1946 y 1947 respectivamente, causó que ellos nos hicieran una invitación colectiva que de haber sido rechazada por mí habría disgustado tanto a mis padres como a mis hermanos y hermanas, pues la ilusión, en particular la de mi padre, era que viniéramos todos, y poder él volver a poner pie en la América que tanto añoraba. Pero su añorada América era Cuba, y su decepción fue grande cuando descubrió que Venezuela no se parecía en nada a la Cuba de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

No puedo por tanto decir que vine engañado, pues bien sabía yo que en el trasfondo de la invitación yacía el plan de que me quedara en Venezuela.

Y decidí quedarme, pero diciéndome para mis adentros que sólo por el tiempo necesario para, trabajando a todo gas, ahorrar unos 3.500 dólares que, según mis cálculos de estúpido drogamorado (valga la redundancia), era el dinero que yo necesitaba para volver a Canarias, comprar una casa de las prefabricadas en madera (nunca se me ocurrió pensar que necesitaría también un solar donde montarla) y casarme.

Pero, por supuesto, por efecto del prejuicio que por años hizo que yo me negara a venir a este país, mis primeras impresiones acerca de él fueron todas malas, comenzando por la que me causó el puerto de La Guaria, del que tomé esta mi primera foto de Venezuela y en Venezuela:

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Lo que de esa ciudad y sus alrededores se veía desde el barco no fue nada agradable, y tampoco me gustó lo más de lo que en los siguientes meses pude ver.

Agosto/1961 lo dedicamos a ir por carretera a bordo de la camioneta Plymouth 1959 que mi hermano Raúl había comprado para tal fin, un vehículo en el que podían viajar sentadas nueve personas, y nueve (“El clan de los 9”) éramos en el grupo: Mi padre, mi madre, Raúl mi hermano, su mujer y sus dos hijas; mis dos hermanas y yo. A la fecha sólo quedamos 6.

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Parte trasera de la camioneta Plymouth. – De izq. a derecha: Ada Padrón (hija mayor de mi hermano Raúl), Carlos M. Padrón, Marité Padrón (hija mayor de mi hermano Tomás, sentada sobre mi pierna), Elsa Padrón (hija menor de mi hermano Raúl).

Hicimos un largo recorrido visitando a los parientes y a los ex vecinos de El Paso que vivían en lugares del interior de Venezuela. Así estuvimos en Valencia,

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Mi primera visita al Campo de Carabobo. Los 9 pasajeros de la camioneta, “El clan de los 9″. De izq. a derecha: Elsa Armas (esposa de mi hermano Raúl), Raúl Padrón, Tomás Padrón (mi padre), Victoria Pérez (mi madre), Elsa Padrón (delante de mi madre. Hija menor de Raúl mi hermano), Carlos M. Padrón (detrás), María Celia Padrón (mi hermana mayor), María del Carmen Padrón (mi hermana menor), Elsa Padrón (hija menor de mi hermano Raúl).

Yaritagua y Barquisimeto,

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El primer tren “en vivo” que vi en mi vida fue éste, en Barquisimeto. De izq. a derecha. Detrás: María Celia Padrón, Elsa Armas, María Victoria Sosa (vecina en El Paso), Victoria Pérez, María del Carmen Padrón, Rapul Padrón. – Delante: Elsa Padrón, Ada Padrón.

Acarigua y Guanare,

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Uno de los puentes entre Acarigua y Guanare, sobre un río por el que todavía corría agua.

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A los recién llegados de Canarias nos impresionó esta estructura metálica. De ahí que yo pidiera que me tomaran una foto con el río al fondo, el primer río grande que vi en mi vida.

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El Tocuyo,

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Una vista de El Tocuyo de aquella época. Nunca más he vuelto ahí.

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En el río El Tocuyo, primero en que mojé mi humanidad. “El clan de los 9″ y María Victoria Sosa, quien fuera vecina nuestra en El Paso.

y Humocaro. Antes y después de Humocaro, todo por una carretera de tierra, los pinchazos de cauchos (neumáticos) fueron muchos,

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Saliendo de Humocaro. Vista lateral de la Plymouth parada por causa de uno de los tantos pinchazos. Mi padre apoyado en ella, y mi madre y mi hermana menor observan desde atrás, cerca de un par de campesinos que se acercaron a ayudar.

y las sorpresas de ver en qué condiciones vivían algunos parientes dedicados al cultivo de papas fueron dolorosas. Pero a todo esto, y a guisa de explicación, mi hermano Raúl decía algo que yo no entendía: “¡Esto es Venezuela!”.

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Esta chabola estaba enclavada al descampado en medio de una hacienda que trabajaba como medianero un pariente nuestro,… cuya vivienda era esa chabola. Cuando mi madre lo supo, rompió a llorar.

En septiembre/1961 conseguí mi primer trabajo como contador (contable) en una tienda de electrodomésticos que estaba ubicada en el centro de Caracas. Para llegar a ella y regresar a casa de mi hermano, donde yo vivía, usaba lo que entonces llamaban un “carrito por puestos”, que no era otra cosa que un carro (coche) que cobraba por la ocupación de cada uno de sus puestos.

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Mi primera visita al balneario de Los Caracas. De izq. a derecha. En pie: Mi padre, mi madre, ¿?, mi hermano Raúl (su hija Ada delante de él), mi hermana María Celia, Elsa Armas. – En cuclillas: Elsa Padrón, mi hermano Tomás sosteniendo a su hija Marité Padrón, Teresa Delgado (esposa de mi hermano Tomás), y mi hermana María del Carmen.

Cada viaje en esos carritos me resultaba un calvario porque lo que hablaban el chofer o los pasajeros era para mí como chino. Así que para no correr el riesgo de no entender lo que mi interlocutor me dijera, y meterme por ello en problemas, llevaba exacto el dinero para pagar mi pasaje (50 céntimos de bolívar), y al entrar me limitaba a dar las buenas horas y decirle al chofer hasta donde quería yo que me dejara.

En marzo/1962 conseguí otro trabajo —esta vez en una compañía de un tal Floreal que vendía artículos de propaganda— como encargado de la correspondencia en inglés con las empresas de USA que en bolígrafos, llaveros y otros objetos que suelen darse como regalos promocionales, se encargaban de imprimir en ellos los mensajes, logos, etc. que uno les pidiera.

Con ese cambio dupliqué mi sueldo pero no mejoré mi situación laboral, pues de las manos de un judío pasé a las de un catalán, lo cual no tiene nada malo per se excepto porque estos dos eran de los que contribuyen eficazmente a consolidar la mala fama de sus respectivos gentilicios.

Con más ingresos aumentaron mis esperanzas de poder conseguir la deseada meta y dejar atrás este país en el que al menos una vez por semana me llamaban, con desprecio e ira, “Musiú”, o sea, extranjero; y un par de veces me amenazaron con una pistola.

“Musiú”, degeneración de la palabra francesa “Monsieur”, se usaba para denominar, de forma peyorativa, a los extranjeros, en particular a los que, como yo, éramos catires (rubios), de piel blanca y ojos claros.

Como ya contaré en más detalle en otros artículos, de los dominios de Floreal pasé a Olivetti (Sept./1962) y de ésta —luego de un obligado puente de seis meses en Prodaca, un data center— a IBM (Oct./1969).

Aunque a poco de estar en Olivetti conseguí que mis ahorros llegaran al monto que estúpidamente me había fijado como meta para regresar a Canarias, también había conseguido para entonces una perspectiva más real del mundo en que vivía, y un creciente y extraño atractivo por el trabajo que yo debía hacer.

Esta perspectiva y este atractivo tuvieron la virtud de hacer que el otrora firme deseo de regresar a Canarias viniera a menos hasta que su lugar fue ocupado por la convicción de que en Canarias no podría yo conseguir el futuro que en Venezuela vislumbraba. Y esa convicción se consolidó cuando por fin pude entrar a trabajar en IBM.

Salvo por el tiempo que mi trabajo me mantuvo fuera de Venezuela, he estado aquí durante 47 años durante los cuales vi cómo este país fue subiendo hasta niveles inimaginables en 1961, y cómo luego se ha venido abajo hasta alcanzar, en ciertas áreas, niveles inferiores a los de 1961.

A quien antes de 1964 me hubiera dicho que yo permanecería en Venezuela por 47 años le habría contestado que estaba loco. Pero hoy debo reconocer, como he reconocido desde hace mucho tiempo, que los tres mejores regalos que la vida me ha dado han sido mis dos hijas e IBM, la que por muchos años fuera la mejor compañía del mundo.

Hay más —como Chepina, por ejemplo— pero llegaron a mí por vía de IBM, como también me llegaron por esa vía mi crecimiento personal y profesional, mi mayor dominio del idioma inglés, mis visitas, a veces repetidas, a 36 países de este mundo, mi roce con la cultura de un par de ellos en los que viví por mucho tiempo, etc.

Tal vez alguien piense que el regalo que representan mis dos hijas igual podría haberlo recibido yo estando en Canarias. Pero no, pues el que ellas —ELLAS, y no otras— hayan nacido cuando nacieron, y no antes ni después, fue consecuencia directa del estilo de vida imperante entonces en Venezuela, algo que condicionó nuestros hábitos y costumbres.

Por esos tres regalos, ¡gracias, Venezuela!

Después de 47 años, al mirar hacia atrás reconozco cuán difícil fueron los comienzos de mi vida como emigrante, no deja de asombrarme que algo tan simple cómo un poema familiar alterara de forma tan radical el curso de mi vida, y no dejo de lamentar que mis hijas no hayan vivido de cerca la parte positiva del ambiente que allá en Canarias me formó a mí, y al que al menos pude haberlas acercado si las vivencias personales fueran transferibles, pero no lo son.

He escuchado que cuando alguien está a punto de morir ahogado, en apenas unos segundos desfila por su mente toda la historia de su vida hasta ese momento.

Si por obra de algo similar pero a la inversa hubiera yo podido vislumbrar cómo iba a ser mi futuro si yo subía al “Bianca C” aquel 19/07/1961, lo más probable es que no hubiera subido, pues habiéndome formado en un medio fuertemente controlado por el dúo Estado-Iglesia, con la estrechez de miras que entonces existía en ese medio, y con el efecto de la gran limitación geográfica en que, además de por archipiélago de pequeñas islas, nos sumía el aislamiento en que Canarias estaba por efecto de la lejanía de centros desarrollados, no creo que hubiera tenido yo discernimiento para conseguir el valor que me permitiera iniciar lo que, en lo tocante a mi destino, fue un viaje sin retorno.

La falta de experiencia de la juventud es algo obligado para que podamos aprender las lecciones de la vida.

[*Otros}– Un miembro del ITER, galardonado ‘cum laude’ por su tesis doctoral

22 de julio de 2008

EL DÍA, Santa Cruz de de Tenerife (Canarias)

Eleazar Padrón, investigador del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), organismo dependiente del Cabildo, obtuvo «sobresaliente cum laude«, la máxima calificación posible en la lectura de una tesis, por su trabajo de tesis doctoral «Emisión difusa de dióxido de carbono y otros volátiles en el volcán Cumbre Vieja, La Palma, Islas Canarias», que fue defendida en la Universidad de La Laguna (ULL) el pasado viernes.

El tribunal de la tesis doctoral fue presidido por el catedrático de Química y Física de la ULL, César Rodríguez Pláceres.

El nuevo doctor por la ULL, Eleazar Padrón, resaltó durante su defensa de la tesis doctoral la importancia de evaluar la emisión difusa de dióxido de carbono en el volcán Cumbre Vieja con la finalidad de contribuir al fortalecimiento del sistema de alerta temprana de este edificio volcánico, el más activo de Canarias durante los últimos 500 años, y donde se han registrado las dos últimas erupciones volcánicas de Canarias (San Juan, 1949, y Teneguía, 1971).

Según Padrón, «detectar y delimitar aquellas zonas que presentan valores anómalos de descalificación difusa de dióxido de carbono (CO2), así como cuantificar la cantidad total de dióxido de carbono (CO2) que un volcán emite a la atmósfera, son una serie de parámetros muy importantes para los programas de vigilancia volcánica».

Continúa Padrón, «cambios significativos en los valores de emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) en áreas volcánicamente activas, así como cambios en la distribución espacial de las anomalías de emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) en el ambiente superficial van a estar siempre ligados a movimientos de magma en el subsuelo».

Por tanto, estos trabajos son de interés para la vigilancia volcánica del Cumbre Vieja, y máxime cuando en este volcán no se registran emanaciones visibles de gases.

Resultados del estudio

Una de las aportaciones más importantes de este trabajo ha sido la de proporcionar con una gran fiabilidad el valor normal o de fondo de la emisión difusa de dióxido de carbono por el Cumbre Vieja (1.351 toneladas diarias) correspondiente a la fase intereruptiva en la que actualmente se encuentra este edificio volcánico.

Un incremento muy significativo de este valor normal, o de fondo, en el volcán Cumbre Vieja será sin lugar a dudas una clara señal premonitoria de un proceso de reactivación volcánica en este edificio volcánico palmero. Otros resultados significativos este trabajo se encuentran relacionados con la emisión difusa de helio.

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Cortesía de Juan Antonio Pino Capote

[*Opino}– España y el aire acondicionado

Creo que el problema es sugestión basada en la manía que en España le tienen al aire acondicionado que, además, en la mayoría de los lugares donde lo hay —hoteles incluidos— no pasa de “acondisoplado”, pues sólo sopla y apenas enfría. Así lo conté ya en Impresiones de un viaje por España. Diez años después.

Los muchos que opinan que el aire acondicionado causa estos males, ¿qué harán si alguna vez tienen que entrar en un quirófano para una intervención quirúrgica? ¿Pedirán que apaguen el aire acondicionado, o se pondrán medias gruesas, gorro con orejeras y ropa de invierno, con bufanda y demás?

Si ya han pasado por un quirófano, ¿se enfermaron por eso?

Lo que estos usuarios aseguran no es necesariamente cierto. Aparte de casos de alergia, me temo que el resto se trata de somatización basada en sugestión y en el prejuicio contra el aire acondicionado.

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Publicado en La Vanguardia (España) del 22/07/08:

El 20% de los usuarios de aire acondicionado sufren problemas respiratoriosMadrid. (EUROPA PRESS).- El 20% de los usuarios de aire acondicionado en España aseguran haber sufrido problemas respiratorios derivados de su utilización, en su mayoría resfriados (32%), dolores de garganta (27%) y enfriamientos (11%),…

[*ElPaso}– Acto de presentación de «Memorias al viento», poesías de Antonio Pino Pérez: Intervención de su hija, Rosario Pino

El Paso, 26 de agosto de 1982

Rosario Pino Pérez

Mi presencia aquí, y mis palabras, sólo se justifican por razones afectivas. Este acto de presentación del libro de poesías de Antonio Pino tendría un carácter muy distinto en cualquier otro contexto; pero en esta Isla, en su Pueblo y con todos nosotros aquí, se torna un acto, sobre todo, entrañable, cordial.

Lo que yo pueda decir no pretende ser un retrato cabal de Antonio Pino, sobre todo porque me faltaría el distanciamiento crítico necesario para tomar la perspectiva adecuada. Tampoco quiero que sea una exaltación de su persona, a la que naturalmente me sentiría inclinada por la admiración que tuve siempre por mi padre y que se acrecienta al paso del tiempo, por esa dinámica del “optimismo del recuerdo” de que hablara Bergson. Y, por supuesto, sobraría en este contexto una nota biográfica que, por otra parte, está incluida en la solapa del libro objeto de presentación. Únicamente intentaré poner de relieve algunas de las que, a mi parecer, eran líneas dinamizadores de su persona, ideas básicas, con las que intentó ser coherente en sus actuaciones.

Para los que le conocieron, y creo que son la mayoría de ustedes, no aportaré nada nuevo porque —y ésta es una de las primeras cosas que debo subrayar— él era, según sus propias palabras, “de esos hombres abiertos, derramados…”. No hacía falta tener un contacto diario ni demasiado íntimo con él, para conocerlo, para saber de sus ocupaciones y preocupaciones, de su forma de sentir la tierra y, en general de su talante.

“De esos hombres abiertos, derramados, que dicen con rudeza cuanto sienten…” pero que también callaba por fidelidad a los secretos que se le confiaban o por elemental prudencia. Y decía, no sólo con rudeza, también con ironía unas veces y con exquisita delicadeza otras, como cuando nos recitaba sus propios verso o los versos de sus poetas preferidos, que guardaba en su envidiable (al menos para mi) memoria.
Entre esos muchos poetas preferidos figuraban León Felipe y Antonio Machado. Yo diría que se sentía muy identificado con el poema “Romero” del primero y con el “Autorretrato” del segundo, al menos en gran parte de este.

De Felipe:

“Ser en la vida romero,
romero solo que cruza
siempre por caminos nuevos,
pasar por todo una vez,
una vez solo y ligero.
Que no se acostumbre el pie
a pisar el mismo suelo”.

Creo que le molestaba la vida rutinaria y monótona, y así, en su trabajo profesional, muchas veces mecánico, encontraba la novedad diaria que le ofrecía el trato cercano y cordial con los pacientes que asistían a su consulta.

“Ligero siempre ligero”… Trató de no tener lo que el llamaba “impedimenta”, refiriéndose a todas aquellas cosas que dificultan nuestra andadura en la vida, distrayéndonos de lo fundamental. Se sentía con las raíces bien hundidas en la tierra, pero quería seguir creciendo, como los pinos que tantas veces contempló y de los que tanto le gustaba oír el suave murmullo en el diálogo con la brisa cuando los besa y acaricia.

Como Machado, acudió a su trabajo mientras pudo, para ganar el sustento”el traje que me cubre y la mansión que habito, el pan que me alimenta y el lecho donde yago”. No se creó falsas necesidades ni se afanó en acumular riquezas, y así, según su deseo, lo encontró la muerte: “ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar” del poema machadiano.

Creo que tuvo una obsesión en su vida: buscar la verdad. La buscó en los libros —lector incansable— pero, sobre todo, la buscó en la vida . Era muy frecuente encontrarlo ensimismado repensando los acontecimientos, los encuentros… Cuando descubrió metas, a su parecer valiosas, se puso todo entero a luchar por conseguirlas, intentando ser fiel a lo que le parecía justo. Pues, como dice en su poema “Epifanía”, en la vida tenemos que cumplir una misión, y lo que importa es ser fieles y abnegados en la lucha. La vida “es sólo un acto de servicio”, son sus palabras, y vale la pena el empeño por servir sin escatimar energías. Dice en su autorretrato:

                                 SOY

“De los que viven y se dan confiados,
y en alegría su dolor convierten,
ni la traición ni el desamor advierten
a sus propios amores consagrados

De los que alcanzan luz entre las sombras
y, cuando pasan, ni el rencor los nombra
porque en la vida fueron generosos”.

Pero, como dije al comienzo, no pretendo hacer ni un retrato completo ni un panegírico. Termino, pues, recordando aquellos últimos días de septiembre de 1970, en que se fue de entre nosotros. Me sobrecogió saber que, el día que nos dejaba, los pinos de la Cubre Nueva se incendiaron como en un postrero adiós al que tanto empeño había tenido en darles vida. Y ya en el cementerio, entre el olor a romero, corre la noticia de un pequeño accidente ocurrido al sepulturero. Le dan sepultura sus amigos, como para hacer que se cumplieran aquellas palabras del poema “Romero” que tanto a él le gustaba:

“No sabiendo los oficios
los hacemos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos,
cualquiera sirve,
cualquiera,
menos el sepulturero”.

[*ElPaso}– Gato atraído por los «conejos»

18-07-2008

Carlos M. Padrón

 

Victoria era, y es, una morena que para entonces vivía en El Paso con su esposo Domingo en una casa de dos plantas cuyo único baño estaba en la planta baja y el dormitorio en la alta.

 

En El Paso y en  aquella época —comienzos de los años 60— no era costumbre que las mujeres se depilaran, y Victoria tenía abundante vello en las axilas y en el paraje al que Shakesperare se refirió con la rebuscada frase “el bello muslo y parajes adyacentes”.

 

Como ya dije en el artículo  Insultos (de Canarias)  para nosotros, los canarios, chocho es, además de altramuz, uno de los nombres que se le da a la vulva;  otro es conejo (1), términos ambos que por su “delicadeza” contrastan con el rebuscado eufemismo usado por Shakespeare y que me hacen recordar la forma en que Benanceo, un famoso mendigo y fumador empedernido de la Santa Cruz de Tenerife de los años 50, se refería al dicho paraje, pues con tal de conseguir cigarrillos, Benanceo, que se las daba de poeta, se apostaba en una plaza y cuando pasaba algún transeúnte que fuera fumando lo interceptaba y le decía,

 

El día en que tú naciste

nacieron todas las flores.

Por eso, amigo mío,

¡dame un cigarro!

 

o, para variar —supongo que dependiendo del “pelaje” del transeúnte abordado—, usaba esta otra cuarteta,

 

Tienes un conejo, Flora,

de pelo negro y rizao,

que cada vez que lo veo

me pongo to’ alborotao.

¡Dame un cigarro!

 

Pues bien, Domingo y Victoria tenían en su casa un gato (macho, por si las feministas) que por lo extrañamente casero había devenido, sobre todo para Victoria, en una muy querida mascota más que en un animal utilitario para la caza de ratones.

 

Un día en que Victoria, terminadas las tareas domésticas, necesitaba ir a La Plaza a efectuar otras, tomó un baño y, consciente de que en la casa no había más nadie, decidió ir desnuda al dormitorio.

 

Cuando comenzó a subir la escalera reparó en que el gato estaba sentando, como esperándola, en la parte más alta de ésta, lo cual era normal, pero no fue normal en absoluto que cuando el monte de Venus de Victoria, densamente poblado de negro vello, entró en la línea visual del felino, éste, motivado por sabe Dios qué (1), erizó los pelos de su lomo y emitiendo un fiero maullido se lanzó, con sus garras por delante, contra el conejo de Victoria, e infirió a su dueña varios rasguños en la pelvis, en la unión entre los muslos, en el susodicho paraje Shakesperiano, y en la piel oculta por el tupido follaje del tal monte.

 

Además del susto, el dolor de los rasguños era fuerte, por lo que Victoria corrió a echarse alcohol en ellos, luego de lo cual, y para esperar a que se le pasaran el susto y los ardores causados por el alcohol vertido en las heridas, se puso una bata de casa, de esas largas que llegan hasta los tobillos, y, cubierta sólo por esa prenda, se echó en la cama y comenzó a cavilar cómo diablos iba a explicarle a su marido el origen de los rasguños.

 

Que habían sido obra del gato era, además de absurdo, hasta peligroso, pues Domingo podría pensar que ella había querido hacer que el gato se interesa por los conejos de forma diferente a como lo hacía por los ratones, pero, ¿qué otras cosa podría decirle?

 

Torturada por este dilema dejó para otro momento lo que tenía que hacer en La Plaza, y así como estaba se quedó hasta que llegó su marido. Al entrar éste al dormitorio y ver a su mujer echada en la cama a aquella hora del día y con aquel atavío no pudo menos que sorprenderse y preguntar el motivo. Y Victoria, sin más, le dijo:

 

—Mira, Domingo, tú podrás creerme o no, pero cuando después de bañarme subía yo desnuda por la escalera, el gato se me abalanzó y me hizo estos rasguños, que me duelen todavía bastante. No puedo darte otra explicación porque ésa es la verdad.

 

Y dicho esto —y así como estaba, echada en la cama boca arriba—, retiró de golpe la bata, quedando totalmente desnuda, y abrió sus piernas mientras con las manos separaba el tupido follaje para que Domingo pudiera ver los más íntimos y dolorosos rasguños.

 

En corroboración de que no hay mal que por bien no venga, ocurrió que este strip-tease hecho por Victoria, sorpresivo por lo poco frecuente, tuvo la virtud de exacerbar la libido de Domingo, y lo que siguió entre él y Victoria vino a convertir al gato en un potente e involuntario afrodisíaco, según todavía hoy cuenta Victoria, con su notable gracia natural, cada vez que los familiares o amigos le tiran de la lengua acerca de ese incidente.

 

***

 

(1) Para los useños, uno de los nombres es ‘pussy’ (= gatito), y ésta es ya una coincidencia que cae en los dominios de la Gramática Generativa. Veamos. Tal vez el ataque llevado a cabo por el gato de Victoria tuvo como móvil (ojo, me refiero a lo que realmente es móvil, no a un teléfono celular) unos justificados y atávicos celos, porque en ese íntimo paraje femenino, los gatos, que por ciencia infusa saben inglés, ven a un congénere, y el felino de Victoria se sintió amenazado por la sorpresiva presencia de un para él inesperado competidor que, además, venía montado sobre la humanidad de su querida dueña, y en un lugar al que a él nunca le habían permitido llegar.

 

El análisis detallado y profundo de esta importante hipótesis lo dejo a cargo de los estudiosos de la psique gatuna, y, en caso de que prueben que es cierta, reclamo desde ya mi parte del crédito.

 

[*Drog}– Mujeres en su salsa

Como corroboración del dicho “La lengua es castigo del cuerpo”, después de haber publicado «Barbería unisex» y ante la cada vez mayor escasez de barberías sólo para hombres —al menos en lugares que me resulten accesibles—, para que me corten el pelo he tenido que caer en una peluquería que, aunque desde afuera parece que fuera sólo para damas, es unisex, y es una mujer la que me ha cortado el pelo.

Me dicen que muchas de las peluquerías que antes eran sólo para damas, son ahora unisex. Vamos bien; mientras no haya peluqueros….

He ido sólo dos veces y, sobre todo al salir de la segunda, cuando tuve que permanecer en el local durante una hora, lo hice impactado al haber palpado en vivo el comportamiento y temas de interés de las aproximadamente quince (15) damas que, promediando las dos visitas, había en el local.

En las barberías, o peluquerías para sólo hombres, las conversaciones, tanto de parroquianos como de barberos, giran en torno a deporte, política o mujeres, y sólo una minoría de clientes piden que les hagan manicure y otras mariqueras; los más piden servicios de apenas unos 20 minutos y se van.

En las de damas, y según me ha dicho la muchacha que me ha cortado el pelo las dos veces, las clientes están en promedio entre hora y media y dos horas. Y los temas —escuchados por mí— son moda, desempeño de féminas en eventos sociales, chismes acerca de otras mujeres, bodas (sin mención del novio), y otros de una frivolidad que espanta. Detalle curioso: no escuché que ninguna hablara de hombres.

Viendo y escuchando todo aquello tuve que preguntarme: ¿Son éstas las mujeres que van a educar a las nuevas generaciones? ¿Qué habría sido de la Humanidad si su desarrollo hubiera estado encomendado desde el comienzo a mujeres que tuvieran el entonces equivalente del comportamiento e intereses de éstas que encontré en la peluquería? Estaríamos aún en la Edad de las Cavernas (pero, eso si, ellas estarían coquetamente decoradas).

Probablemente, sería de gran beneficio social que todo hombre que pensara casarse pudiera ver, sin ser visto, cómo se comporta su novia en una peluquería; escuchar lo que dice, de qué habla, cuáles son las opiniones, intereses, prioridades, etc. que expone ante las clientes y peluqueras. En fin, que pudiera tener una muestra de cómo es su novia cuando, no estando él presente, se reúne con otras mujeres; o sea, cuando ella está en su salsa. Tal vez se lleve una grata sorpresa o un gran desengaño.

Lo que sigue tiene que ver mayormente con las mujeres del tipo que producirían ese desengaño.

En «Travestidas para triunfar« dije que salvo en casos puntuales, casi siempre de caza del varón, las mujeres no se maquillan, trajean, enjoyan, se hacen cirugía estética, etc. para gustar a los hombres sino para ver de deslumbrar y “darle casquillo” a otras mujeres. Por tanto, quienes crean que las mujeres se arreglan para deslumbrar a los hombres están equivocados de cabo a rabo. En reflejo de esto, presencié cómo al ausentarse una de las clientes —ya bien peinada, acicalada, maquillada, etc.; en fin, disfrazada— de inmediato se iniciaba una conversación de crítica hacia ella.

Sus bodas, que para ellas revisten una importancia capital, son SUYAS; es SU evento social. El novio está ahí porque es un accesorio necesario, no porque realmente importe como figura de relevancia.

El Dr. M. Scott Peck, alguien mucho más autorizado que yo, escribió que el drogamor y consiguiente matrimonio “es una trampa de la Naturaleza que busca perpetuar la especie”. Por esto, una vez que llegan los hijos, la mujer se concentra en ellos, en ejercicio del rol de madre —muy pocas veces de madre “biorracional”; las más, de madre “bioanimal”, según ya dije en «El (drog)amor es ciego … y maternal«— para el que fue primordialmente creada, y, a los ojos de su mujer, el marido pasa a tener el rol de proveedor, de alguien a quien la mujer necesita para que la mantenga a ella y, en especial, a sus crías, que, ¡ojo!, son las crías DE ELLA, pues así es como la mujer las ve.

Lo que copio más abajo, extracto del artículo titulado “El Supremo alemán concede devolver los gastos de crianza a un padre engañado que crió tres niños ajenos” y publicado en La Vanguardia (España) el 17/04/08, es una buena muestra de esto.

Ante un cuadro así uno se pregunta hasta cuándo va a durar este estado de cosas en la relación hombre-mujer, y logra entender por qué en los bajos estratos sociales son tantas las mujeres que, tratando de retener al hombre de turno, quedan preñadas de él deliberadamente, aunque se llenen de hijos.

Otro fenómeno al que puede apostarse con altas posibilidades de acertar es el de que la mujer divorciada que consigue nuevo marido, buscará tener un hijo con él, pero sólo uno. No importa que ya ella tenga hijos del marido anterior, de éste necesita uno para ver de “amarrarlo”, para reducir las probabilidades de ser abandonada y verse de nuevo sin un proveedor.

Termino con este PPS (tiene sonido) que enaltece las facetas realmente valiosas de la mujer, ninguna de las cuales está entre las arriba descritas:

17/04/2008

El Supremo alemán concede devolver los gastos de crianza a un padre engañado que crió tres niños ajenos.

Berlín. (EFE).- El Tribunal Supremo Alemán dio hoy la razón a un hombre que exige la devolución de los gastos de crianza de tres llamados «niños cuco», que resultaron no ser sus hijos y que ahora viven con su antigua esposa y el verdadero padre. Los jueces del tribunal con sede en Karlsruhe dictaminaron que el demandante tiene derecho a reclamar del auténtico padre el dinero que lleva invertido desde hace años en los tres hijos que resultaron no ser suyos y cuya manutención se ve obligado a seguir pagando, pese a no ser su verdadero progenitor.

El término «niños cuco» es utilizado en Alemania —en referencia al pájaro que pone sus huevos en nido ajeno— para aquellos menores que son criados por padres engañados por sus esposas y que son fruto de una relación con otros hombres.

La Vanguardia

[*Otros}– Los Canarios en América / José Antonio Pérez Carrión: Pedro de Nava

Pedro de Nava —hermano del anterior, Diego de Nava —, teniente general de los ejércitos nacionales, desempeñó por mucho tiempo el importantísimo Virreinato de México, hoy república federal, y donde los hijos de las Afortunadas son altamente considerados y atendidos por sus habitantes, a la vez que aceptan gustosos las leyes democráticas de los Estados.