[Hum}— ‘No puede ser’ / Claudio Nazoa

Pues sí. Puede ser, pero todo el que lea este artículo tiene que decir que no está de acuerdo con el tema que vamos a tratar: la infidelidad. Porque, por supuesto, todos somos fieles; los infieles son los demás.

No existe nadie fiel, pero también es verdad que nadie va a salir de gafo a decir que sí lo es. Todos los hombres son infieles a excepción de mi persona, y creo que la de Laureano Márquez. Mujeres fieles hay, y yo las he visto. Se reconocen por la cara de amargada. Cuando usted vea una mujer seria con rostro de obstinación (es decir, ostináa), es fiel.  Mujer que se ríe y es feliz, es sospechosa, ¡no lo olvide!.

Ser celoso o celosa es la cuestión más inútil que existe en una relación de pareja, porque al final, todo el mundo, y como debe ser, hace lo que le da la gana. Así que si usted, amiga y amigo celoso, quiere descubrir si la persona amada puso su cariño en otro o en otra, no olvide que lo más seguro es que siempre esté pasando algo.

Para empezar, primero, no crea nada, todo lo relacionado con el amor es dudoso; y, segundo, no deje de estar atento a los indicios más comunes. He aquí la lista de cosas de las cuales hay que estar muy pendiente:

  1. Cuando una mujer dice «Tenemos que hablar». ¡Ayyy, Papá!…..¡Prepárase y tiemble! Lo que le viene no es nada bueno. Hasta que llegue la hora de la conversación pasará todo el día nervioso pensando que se le descubrió el paquete.
  2. Cuando una mujer dice «Es que…….es que; ¡Estoy confundida!». Es que, segurito, ya tiene otro, y a usted le van a cortar las patas.
  3. Cuando un hombre dice «Mi amor, vamos a darnos un tiempo para pensar mejor las cosas» ¡Olvídese¡ Ése no va a pensar nada. Ése va a salir corriendo a verse justamente con la persona que ya usted pensó.
  4. Cuando una mujer pide fruit-punch en un restaurante, ¡epa! ¡cuidado! Ésa se está haciendo la pendeja para algo. Segurito se va a hacer pasar por santa para que le agarren confianza.
  5. Cuando un hombre dice «No sé, ya no es lo mismo» ¡Claro que no es lo mismo! Cómo va a ser lo mismo si tiene a otra más buena y menos complicada que «lo mismo».
  6. Cuando una mujer dice «Me gustaría tener más tiempo para mí» ¡No se deje engañar! «Para mí» es un atlético y hermoso muchacho de 25 años que está bien bueno.
  7. Cuando un hombre, inesperadamente, se pone regalón, ¡cuaimatícese! Porque ese hombre lo que siente es remordimiento por tanto cacho que monta, y no halla qué hacer.
  8. Cuando una mujer se deshace repentinamente de toda su ropa interior y se compra todo nuevo, segurito que ya tiene un hombre que sí se da cuenta de lo bonita que le queda su ropita interior.
  9. Cuando un hombre, gordito y calvito de toda la vida, un buen día, sin ton ni son, se pone a dieta, ¡mosca, señora!, porque «sin ton ni son» debe estar buenísima.
  10. Cuando su mujer dice «Mi amor, tú sabes que yo tengo una amiga que está casada, y resuuuulta que ella quiere a su esposo y todo eso, peeeroooo le gusta un tipo que trabaja con ella, entooonces…». ¡Olvídese!, no la escuche más. Eso es embuste, es ella la de la vaina. 
  11. Cuando un hombre llega a su casa con un frasco de perfume que no es la marca tradicional que usa, ¡esté muy pendiente!, a alguien le interesa sentir ese olor específico. 
  12. Cuando una mujer le dice al marido que «un grupo de amigas la invitaron a Margarita», ése es un clásico viaje de amor, y el cuento es de adolescentes para engañar a la mamá. Es vergonzoso que se deje timar con eso.  Además, eso está tan usado que ya pasó de moda.

Por supuesto que existen muchísimas otras cosas que pasamos por alto, pero si los celosos quieren un consejo, recuerden que, hagan lo que hagan, vigilen lo que vigilen, celen lo que celen, repriman lo que repriman y controlen lo que controlen, más grande y sabroso es el cuerno que le está poniendo.

No olvide que la regla de oro del cacho es siempre negarlo y, si es posible, hablar malísimo del tema, ya que los cachos, al igual que la muerte, son obviamente cosas que no nos competen; eso le ocurre a los demás. Pero si usted algún día se da cuenta de que le está pasando, ya está advertido y no termine, como muchos, diciendo: «¡Ayyy, coño! ¡No puede ser!»

[LE}— «Suprarreciclaje» e «infrarreciclaje», mejor que «upcycling» y «downcycling»

Los términos suprarreciclaje e infrarreciclaje, sin guion ni espacio y con doble erre después del prefijo, son alternativas adecuadas en español para los anglicismos upcycling y downcycling, respectivamente, para referirse al reciclaje del que se obtienen productos de mayor o menor valor que los originales.

Uso no recomendado

• Upcycling es una de las palabras de moda.

• El suprareciclaje, también conocido como reutilización creativa o upcycling.

• Esto es un ejemplo de downcycling, es decir, convertir el material reciclado en productos de menor valor.

• Algunos expertos consideran que esto es infrareciclaje.

Para hacer referencia al reciclaje del que resultan productos de un valor y calidad mayor o menor que los originales, en español pueden utilizarse las voces suprarreciclaje e infrarreciclaje, respectivamente, en lugar de las formas inglesas correspondientes: upcycling y downcycling. De acuerdo con las normas ortográficas de escritura de los prefijos, lo adecuado es que tanto supra- como infra- se escriban unidos al sustantivo reciclaje, sin espacio ni guion, y que dupliquen la erre para que se mantenga su sonido fuerte.

Otras formas

También se utilizan con frecuencia las variantes supraciclaje e infraciclaje, basadas en la forma de las palabras inglesas, que no se consideran incorrectas. Asimismo, se encuentran formas como superciclaje, sobreciclaje o subciclaje, que, aunque de estructura adecuada, se utilizan mucho menos, por lo que se recomienda no utilizarlas en favor de las cuatro anteriores.

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