Era otoño, y los indios de una remota reservación muy al norte de Michigan le preguntaron a su nuevo Jefe si el próximo invierno iba a ser muy frío o más bien moderado. Dado que él era un Jefe Indio en una sociedad moderna, nunca había aprendido los viejos secretos, y cuando miró al cielo no pudo decir qué iba a suceder con el tiempo. De cualquier manera, para estar seguro, le respondió a su tribu que el invierno iba a ser verdaderamente frío, y que los miembros de la aldea deberían recolectar leña para estar preparados.
Pero como también era un líder práctico, después de algunos días tuvo una idea. Fue a la cabina telefónica, llamó al Servicio Nacional de Meteorología y preguntó:
—El próximo invierno, ¿será muy frío?
—Parece que el invierno próximo será bastante frío», respondió el meteorólogo de turno del Servicio Nacional.
De manera que el Jefe volvió a su gente y les dijo que se pusieran a juntar más leña aún, para estar preparados.
Una semana después, el Jefe llamó otra vez al Servicio Nacional de Meteorología y preguntó:
—¿Será un invierno muy frío?
—Sí— respondió el meteorólogo de turno—. Efectivamente, parece que va a ser un invierno muy frío
El Jefe regresó nuevamente a su gente y les ordenó recolectar todos los pedazos de leña que pudieran encontrar.
Dos semanas más tarde, el Jefe llamó al Servicio Nacional de Meteorología una vez más:
—¿Están ustedes absolutamente seguros de que el próximo invierno habrá de ser muy frío?
—Absolutamente, sin duda alguna— respondió el hombre al otro lado de la línea—. Parece que va a ser uno de los inviernos más fríos que se hayan conocido»
—¿Cómo pueden ustedes estar tan seguros», preguntó el Jefe.
Y el meteorólogo respondió:
—Porque los indios están juntando leña como locos
