[*Opino}– El estigma de ser portugués en España

20-10-14

Carlos M. Padrón

En los artículos José Mourinho me ha dado la razón y El Real Madrid, Mourinho, los jugadores portugueses, y la prensa española dije que los problemas de Mourinho en el Madrid —así como los que su hijo tenía en el colegio— venían de que eran portugueses.

Eso de que Mourinho era arrogante, jactancioso y demás eran pretextos para ocultar el verdadero motivo de la inquina que se le tenía, pues a él se le escogió para hacer ganar al Madrid, no para ganar un concurso de popularidad.

Y, ¡por fin!, en el artículo que copio abajo, su autor —que de fútbol, de la Liga BBVA, de España y demás, sabe mucho más que yo— pone el dedo en la llaga al denunciar textualmente «un ambiente hostil que al final degeneró en xenofobia pura y dura hacia todo lo que viniera desde Portugal».

No andaba yo muy descaminado en el origen de esa xenofobia, como tampoco en lamentar la ida de Mourinho, quien —simpático o no, arrogante o no— ya tiene a su equipo, el Chelsea, liderando la tabla de posiciones de la Premier League.

Otro asunto que va resultando cierto es que el Barcelona no tiene a Messi, sino que Messi tiene al Barcelona. Otra prueba de esto es lo que, al final, dice el artículo que sigue y que, en opinión de su autor, merece el calificativo de messidictadura.

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20 de Octubre de 2014

Juan Manuel Rodríguezclip_image001

Cristianodependencia y messidictadura

Cuando llegó Mourinho al Real Madrid todo el mundo daba por hecho que el Barcelona ganaría de calle las siguientes diez Ligas, ocho Copas y cinco Champions. Y si Mou tuvo tantos problemas en España fue, entre otras cosas, porque el portugués osó discutir uno de los recientes mandamientos instaurados por el periodismo deportivo español: «El Barça ha sido, es y será el mejor equipo de todos los tiempos».

Una cosa llevó a la otra y, al final, los rivales se apartaban de los jugadores azulgrana, ni se atrevían siquiera a mirarles, y la superioridad acabó siendo también moral y hasta estética.

Cuántas idioteces hemos tenido que escuchar a lo largo de estos últimos años, ¿a que sí?… Los Messi, Xavi, Iniesta y compañía retozaban sobre el césped con absoluta libertad como si en vez de competir estuvieran disfrutando de un soleado domingo de picnic en la campiña. Mourinho —que lo que quiere es ganar y que, como ha declarado recientemente, no cree en los modelos— demostró que a aquel Barcelona se le podía derrotar jugando de otro modo: aquello fue su perdición.

Cristiano Ronaldo llegó un año antes que Mourinho y, a la situación general de la rivalidad existente entre Real Madrid y Barcelona, sumó la suya particular. Como el club azulgrana, Messi también había sido, era y sería en el futuro el mejor jugador de la historia. Y si Messi era mejor que Di Stéfano, Pelé y Maradona, ¿cómo podía pensar Cristiano, siquiera ni por un minuto, que él podía darle la vuelta a la situación?

Pero, como Mou, Cristiano, a quien insultaron personalmente y trataron de hacer la vida imposible oponiendo su prepotente figura a la angelical del humilde Leo, ha demostrado que ahora mismo es mejor futbolista que Messi, más decisivo para su equipo. Cristiano no se dejó intimidar por un ambiente hostil que al final degeneró en xenofobia pura y dura hacia todo lo que viniera desde Portugal.

Claro que existe la Cristianodependencia, pero , y a las pruebas de lo sucedido en el último partido del Barça en Liga me remito, a la dependencia de Leo añaden en el club catalán la Messidictadura. Luis Enrique ha quedado definitivamente retratado después de lo sucedido en el partido contra el Éibar.

El asturiano se atreve con Piqué, pone en su sitio a Xavi y le da una patada en el trasero a Deulofeu… pero cuando se trata de sustituir a Messi tan sólo unos minutos se convierte en el Botones Sacarino. Eso fue el sábado Luis Enrique, el botones de Messi, su empleado, el ayuda de cámara, un mero comparsa.

Cuando Leo se canse de él le enseñará el camino de salida como hizo con Guardiola, Martino, Ibrahimovic o Villa. Es cuestión de tiempo y también de resultados pero, al final, Sacarino se irá y Messi seguirá aquí. Pero de esta dictadura no hablarán en TV3.

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[LE}– Origen de dichos y expresiones: Santa Rita, rita, rita, lo que se da no se quita

20/10/2014

M. Arrizabalaga 

¿Quién no ha usado de niño esta expresión cuando alguien reclamaba algo que anteriormente había regalado, sin saber que con este conjuro infantil invocaba a la «patrona de lo imposible»?

Por este apelativo se conoce a Santa Rita de Casia, una piadosa italiana que se ganó pronto el cariño popular por haber pasado por las penas y vicisitudes de una mujer de su tiempo.

Margarita Lotti, como en realidad se llamaba la santa, nació en la pequeña localidad italiana de Rocca Porena en 1381. Hija única, pronto quiso ingresar en un convento, pero sus padres la obligaron a casarse, con apenas 12 años, con Paolo di Ferdinando di Mancino, un hombre cruel y violento que constantemente la maltrataba y humillaba, según algunas crónicas. 

Durante 18 años soportó Rita este terrible matrimonio, rogando a Dios que convirtiera a su esposo, hasta que éste fue asesinado un día de vuelta a su casa.

Un año después, la epidemia de peste se llevó a sus dos hijos, Feltrinelli y Paolo Maria, por los que también rezaba, pues habían salido al padre. Cuentan que sus oraciones dieron fruto y que, poco antes de morir Paolo, los tres habían cambiado a mejor.

Viuda y sin hijos, intentó repetidamente entrar en un convento, «pero las comunidades de monjas le respondían que ellas solamente recibían a muchachas solteras», según señala la agencia católica Aciprensa. Al final fue admitida en el convento agustino de Cascia, donde fue «ejemplo para todos en términos de sus mortificaciones, y es muy reconocida por la eficiencia de sus plegarias», señala la Enciclopedia Católica.

Cuentan que a los 61 años, en 1428, recibió el estigma de una espina de madera que se le clavó en la frente, y así es como aparece representada esta santa a la que se le relaciona con las abejas y con las rosas por su famoso milagro.

Al parecer, a una prima suya que le visitó, Rita le pidió una rosa del jardín del convento y, en pleno invierno, ésta la encontró, mostrando cómo nada es imposible de conseguir si algo se pide con fe. De ahí que desde entonces se la considere patrona de lo imposible.

A Santa Rita, que fue canonizada en 1900, debió invocar una doncella poco agraciada para encontrar un novio que la quisiera. Según reza la leyenda que recoge Gregorio Doval en «Del hecho al dicho», «la santa viuda se apiadó de ella y le concedió pronto el deseo».

El novio, sin embargo, se echó atrás rompiendo el compromiso con la doncella, que increpó a la santa: «¡Santa Rita, Santa Rita, lo que se da no se quita!».

«La doncella no consiguió este nuevo favor, y hubo de quedarse soltera, sin otro remedio que quedar para vestir santos —con la sola excepción, cabe suponer, de Santa Rita— que por entonces era, desgraciada y tradicionalmente, la única actividad reservada a las solteronas», fabula Doval.

Otros opinan que el famoso dicho sería en realidad una degeneración del de «Santa Rita, siempre da y nunca quita».

Santa Rita nunca fue sepultada, y aún hoy su cuerpo incorrupto permanece en la Basílica dedicada a ella en el monasterio de las agustinas de Cascia. Su fiesta es el 22 de mayo.

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