[*Opino}– Usos de las palabras ‘cultura’ y ‘bizarro’

13-10-14

Carlos M. Padrón

Como ya dije en Más sobre la cultura,

«El mejor ejemplo de lo que me enseñaron que era cultura y civilización es el de dos libros: uno elegantemente impreso y encuadernado, con papel de primera calidad y brillantes ilustraciones a color, que trata sobre el desarrollo de una corrida de toros; y otro con pobre encuadernación, peor papel y muy malas ilustraciones, que es la novela “La guerra y la paz”, de león Tolstoi. El primero es ejemplo de civilización; el segundo lo es de cultura»

Y es esto lo que recoge la acepción número 2 que, según el artículo que copio abajo, da el DRAE a la palabra cultura: «Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico».

Sin embargo, y como cuenta el referido artículo, hoy cultura se usa para todo, incluso para algo que es lo opuesto a esa acepción 2, y creo que ese relajo viene por influencia del inglés, idioma en el que hasta la barbarie del Estado Islámico se considera como una manifestación cultural.

En cuanto a bizarro, al menos en los países hispanoamericanos que conozco siempre la han usado, y por indudable influencia del inglés bizarre, con el significado de estrafalario, raro o estrambótico.

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10 OCT 2014

Rut de Las Heras Bretín

¿Por qué ‘cultura’ es la palabra más buscada?

¿A qué nos referimos cuando usamos la palabra cultura? Esta pregunta se la han repetido 51.085 veces durante el pasado mes de septiembre los 15.085 usuarios que la han buscado en la edición digital del diccionario de la Real Academia Española (DRAE), de lo que se deduce que algunos la han buscado más de una vez.

Un resultado sorprendente, al que no se encuentra una explicación evidente. Al propio director de la 23ª edición del Diccionario de la Lengua, Pedro Álvarez de Miranda, le resulta «chocante» y no halla una respuesta. No sabe qué lleva a los usuarios a buscar tantas veces esa palabra, y confirma que los que, como él, conocen las interioridades del Diccionario no dan con el motivo.

Coincide con la académica Soledad Puértolas en que se ha podido trivializar el significado de cultura. «A veces la usamos y no significa nada. En algunos contextos, como el político, lo hacen porque queda bien», explica Puértolas, que se teme que haya quedado como una palabra comodín, recurrente, un concepto vago que se aplica a todo.

Ambos académicos coinciden en que es una palabra muy amplia, con gran peso semántico (el mismo caso que amor, que ocupa el número seis en este ranking del DRAE). Tratan de imaginar si ése puede ser el motivo de tantas consultas, que el usuario quiera cerciorarse o acotar el significado. Pero mantienen que son hipótesis muy difíciles de comprobar porque no responden a ningún hecho concreto.

También es destacable que cultura no sólo sea la palabra más buscada el pasado mes de septiembre, sino que lo es desde que en 2012 la Real Academia Española (RAE) comenzó a usar Google Analytics para examinar los resultados de sus búsquedas en Internet. Solamente ha sido desbancada de ese primer puesto en momentos puntuales, como en junio de 2014, cuando abdicar y puto ocuparon las primeras posiciones.

La primera está directamente vinculada con el anuncio y la posterior abdicación de Juan Carlos I. La mayoría de las búsquedas de puto se realizaron desde México, ya que la FIFA amenazó con sancionar a su Federación de fútbol durante la celebración del Mundial de Brasil por la connotación homófoba de este insulto, usado por los aficionados mexicanos en los partidos contra Camerún y Brasil.

Darío Villanueva, secretario de la RAE, concluye que, aunque sin saber el motivo, lo que muestran los resultados es que cultura es el término por el que los hispanohablantes sienten más curiosidad, y se plantea: «¿Qué significa cultura hoy día? Se habla de cultura de la droga, cultura del crimen, cultura de la muerte, cultura de la tapa…». Se ha ampliado el concepto.

Villanueva explica que las palabras se arraigan cuando son muy usadas, y si este uso se confirma, se crea una nueva acepción y comienzan a tener significados adicionales. Los actuales de cultura son:

  1. Cultivo.
  2. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.
  3. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social…

No es un defecto que acusen a la Academia de ir por detrás de la sociedad. «Es cierto e inevitable, lo que va por delante es el uso de la lengua, en eso consiste su dinamismo», comenta Villanueva, que explica cómo las nuevas herramientas de análisis ayudan a «tomarle el pulso a la lengua».

El número de consultas que han tenido las palabras bizarro y procrastinar es fruto de esta fluctuación del uso del idioma. Bizarro ocupa el segundo lugar con 35.172 búsquedas de 21.645 usuarios. Este número indica que realmente ha sido buscada con menos frecuencia, pero por más personas, que cultura, consultada por poco más de 15.000 personas —lo que Google Analytics denomina «usuarios únicos»—.

La utilización de la palabra bizarro, como procrastinar (diferir, aplazar), responde a modas —estaban en desuso—. Entre los académicos surge la duda de si se le estará dando el uso correcto: valiente, generoso, lucido, espléndido. Álvarez de Miranda se teme que se haya recuperado por la influencia del inglés y se esté utilizando como estrafalario, raro, estrambótico, lo que responde a la traducción de la palabra inglesa bizarre.

Una observación a tener en cuenta es que todas estas palabras aparecen en el diccionario. Hay otro listado en el que figuran las que se buscan, pero no están admitidas por la RAE; éste lo encabezan los nombres Facebook y Google, el que, por cierto, da 642 millones de resultados cuando se introduce cultura como término a localizar.

A pesar de las modas, cultura es la palabra que se mantiene en la parte más alta de la lista de las más buscadas, quizá, como dice el ensayista argentino José Emilio Burucúa, «porque vemos en ella nuestra tabla de salvación».

Fuente

[LE}– Origen de dichos y expresiones: El baile de San Vito

13/10/2014

M. Arrizabalaga

A este mártir, que siendo un niño fue torturado en aceite hirviendo, se le invocaba en la Edad Media contra la epilepsia.

A quien se mueve sin cesar en su silla, o espera apurado para entrar en un servicio, se le dice popularmente que tiene «el baile de San Vito». Pero, ¿qué tuvo que ver con tal dicho este santo de la época de Diocleciano?

La leyenda cuenta que Vito apenas tenía siete años —doce, en otras versiones— cuando murió mártir en el año 303. Hijo, según algunos, de un rico de Sicilia llamado Hylas, y según otros, de un senador romano de Lucania, Vito fue torturado junto a su nodriza Crescencia y a su tutor Modesto, ambos cristianos, por no renegar de su fe.

«La iconografía representa al santo con una caldera al hombro, aludiendo a la muerte en aceite hirviendo que Diocleciano le había preparado como premio al haber curado a su propio hijo de unos horribles ataques epilépticos que padecía desde niño. Pero cuando todos esperaban verle morir achicharrado como un boquerón, lo que vieron fue que el santo se arremangó la capa y empezó a bailar una especie de rock-and-roll que contagió a toda la corte imperial empezando por el emperador», señala Miguel Fernández Garmón en «Con la cruz y los faroles (Origen y picaresca del dicho religioso)».

José Luis Rodríguez Plasencia, que recoge el relato de Garmón en su libro «De Tomo y Lomo», se pregunta escéptico el porqué de esa afición tan repentina del santo por el baile.

A su juicio, «más plausible es suponer que al curar la epilepsia al hijo de Diocleciano, los movimientos espasmódicos, involuntarios, desordenados, amplios y desprovistos de ritmo (semejantes a un baile alocado), que caracterizan esa enfermedad, quedaran asociados con quien logró hacerlos desaparecer y se identificaran con él en su aspecto externo o de baile».

Otros señalan que fueron las terribles convulsiones que sufrió san Vito en su martirio las que asociaron al mártir después con la enfermedad convulsiva llamada Corea o «Chorea sancti viti» (del latín Baile de San Vito), que se caracteriza por movimientos involuntarios anormales de las extremidades.

Sea como fuere, ya en la Edad Media se invocaba a San Vito contra la epilepsia y las convulsiones neurológicas.

La plaga de 1518

Con el baile de San Vito pasó a la Historia también un extraño fenómeno ocurrido en Estraburgo en julio de 1518.

Una mujer conocida como Frau Troffea comenzó a bailar sin parar en una calle de esta ciudad francesa, y así continuó sin descanso entre cuatro y seis días, mientras decenas de personas se sumaban a ella en una semana en una plaga de baile que afectó a 400 personas en un mes.

En su pico, la epidemia se cobró la vida de hasta 15 personas al día entre las que bailaban hasta la muerte. No era el primer brote compulsivo de baile en Europa.

El primero había tenido lugar en la Nochebuena de 1021 en la ciudad de Kölbigk (Alemania), y hay noticias de otras en 1237, 1247, 1278, 1374, 1438, aunque el de 1518 es el mejor documentado de esta extraña epidemia que se conoció durante siglos como «el baile de San Vito» o el «baile de la peste», entre otros numerosos nombres.

Se pensó que el origen podría estar relacionado con la ingestión de cornezuelo, que podría causar alucinaciones, pero éste produce gangrena en las extremidadesm por lo que no habrían podido bailar durante tanto tiempo.

El médico y alquimista Paracelso (1493-1541), que ya en su escrito sobre el arte de la Medicina en 1599 se refiere a las «danzas patológicas», da una peregrina explicación del origen de esta epidemia de 1518:

«Existía en cierta ocasión una mujer llamada Trofea (Die Frau Troffea) de tan singular carácter, tal orgullo y tan empecinada obstinación en contra de su marido que cada vez que éste le ordenaba cualquier cosa o la importunaba de cualquier manera, comenzaba a bailar, achacando que estaba impelida de una fuerza sobrenatural. Gestos y actitudes, saltos, gritos, contorsiones y cantinelas asustaban al marido, que inmediatamente la dejaba en paz. Y, como tal estratagema no fallaba nunca, fue adoptada por otras mujeres, siempre con el mismo éxito. Entonces el fervor popular achacó tan estupendos resultados a San Vito, pero parece que un día el Santo se enfadó y todas acabaron bailando a la fuerza».

John Waller, autor del libro «Tiempo de bailar, tiempo de morir» (Hardcover, 2008), estudió este brote de histeria colectiva y concluyó que los bailarines entraron en un estado de trance por una angustia psicológica extrema causada por el hambre, la enfermedad y las supersticiones, miedos y creencias que rodeaban a los más pobres de la sociedad de aquel entonces.

«La epidemia fue el resultado tanto de la desesperación como del temor piadoso», señaló el historiador en la BBC.

Fuente

[Hum}– Promoción vascuence, de cuando aún circulaba la peseta

Entra Patxi a una casa de deportes a comprar una camiseta del Athletic. El tío entra totalmente desnudo, salvo un hermoso par de zapatillas.

La vendedora, con mucha vergüenza, le pregunta qué quiere, y Patxi le pide la camiseta del Athletic con el número de Julen Guerrero. 

Al momento de cobrarle, la vendedora le dice que son 10.000 Pts., y él le da 5.000.

Sorprendida, la vendedora le pregunta por qué le daba la mitad del dinero y Patxi contesta:

—Pues cómo, si en la vidriera hay un cartel que dice ‘En pelotas y en zapatillas: 50% de descuento’.