[*Opino}– Acerca de la escritura de las fechas

10-10-13

Carlos M. Padrón

Una vez más discrepo, ahora parcialmente, de lo que recomienda Fundéu en el artículo que sigue.

En apego a la exactitud y a no confundir al lector, seguiré anteponiendo un cero a la cifra del día cuando ésta sea inferior a 10, y a la del mes cuando sea inferior a 12; o sea, 04/02/98 en vez de 4/2/98.

Es algo que no hará daño a nadie, evitará dudas y reducirá el riesgo de adulteraciones.

El sistema año+mes+día, llamado «notación japonesa», lo uso desde mi juventud porque me parece más lógico ya que va de más a menos, y conste que no tengo nada que ver con documentos de carácter científico o técnico de circulación internacional.

Y desde que tengo computadora lo uso con más razón porque las fechas así escritas pueden ordenarse fácilmente ya que el valor numérico que expresan es mayor cuanto más reciente sea la fecha, lo cual facilita la organización cronológica de carpeta, documento o archivo, de más viejo a más nuevo, o viceversa.

Es más, a efectos de organización, en mis PCs uso esta notación sin separación entre las unidades de tiempo, o sea, 12 de marzo de 2011 sería 20110312.

Y si el tipo de archivo/carpeta/documento a fechar no tiene entradas en el siglo pasado sino en éste, entonces me ahorro dos dígitos y uso sólo 110312.

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10/10/2013

Fechas: claves de escritura

Es frecuente que la expresión de las fechas plantee dudas, por lo que a continuación se aportan algunas claves para su correcta escritura.

El orden que la Ortografía Académica recomienda es día, mes, año (14 de octubre de 1951). En esta obra se desaconseja el orden mes, día, año, propio de los Estados Unidos y que se ha extendido a otros países anglosajones (octubre 14 de 1951).

La opción más común en la escritura de las fechas es la que combina letras y cifras (1 de marzo de 1743), con el mes siempre con inicial minúscula y sin omitir las dos preposiciones <de>.

Las fechas suelen escribirse sólo con letras en documentos solemnes, escrituras públicas, actas notariales o cheques bancarios: veinte de septiembre de mil novecientos diez.

Para el primer día del mes puede usarse el número ordinal, forma preferida en América (primero de marzo), o el cardinal, más frecuente en España (uno de marzo).

Cuando las fechas se escriban sólo con cifras, el día, el mes y el año se separan con guiones, barras o puntos, y sin espacios: 4-6-1982, 8/7/1980, 12.9.08.

La Ortografía recomienda no anteponer, salvo por imperativos técnicos, un cero a la cifra del día cuando ésta es inferior a 10 (mejor 4/2/98 que 04/02/98); el mes puede escribirse en números arábigos (4/6/82) o —raramente en la actualidad— romanos (4/VI/82), y el año puede aparecer con los cuatro dígitos (7/5/2003) o solo con los dos últimos (7/5/03).

En fechas escritas sólo con cifras, puede optarse por el sistema establecido por la ISO, que sigue el orden año, mes, día, con los números separados con guiones y añadiendo un cero si es necesario: 2013-04-25.

Este formato se restringe a documentos de carácter científico o técnico de circulación internacional y no se aplica a fechas que no se escriben íntegramente con cifras.

Cabe recordar que cuando se escribe el año no se debe escribir ningún signo ni espacio entre sus dígitos (1998 y no 1.998, 1 998, ni 1,998).

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[LE}– ‘Vaporear’, mejor que ‘vapear’

11/10/2013

Vaporear, mejor que vapear, es la forma recomendada para referirse a la acción de aspirar y despedir el vapor de los cigarrillos electrónicos.

Sin embargo, la forma que se suele emplear en los medios de comunicación es vapear, como puede verse en los siguientes ejemplos:

  • «En vez de fumar se llama vapear, por el vapor que emite simulando en apariencia el humo del cigarro» o
  • «Cada vez son más los fumadores que se pasan a la moda de vapear, o fumar cigarrillos electrónicos».

El Diccionario Académico ya recoge el verbo vaporear con el significado cercano de ‘exhalar vapores’, de modo que el uso de este verbo en el contexto de los cigarrillos electrónicos puede considerarse una ampliación léxica de esta acepción.

Además, en aquellos casos en los que a un sustantivo terminado en -or se le añade el sufijo -ear, el sustantivo permanece inalterado: de sabor y color se forman saborear y colorear, no sabear ni colear.

De acuerdo con este criterio, a partir de vapor se deriva vaporear, no vapear (posible adaptación de vaping, que es la palabra que se está usando en inglés).

Por otro lado, los verbos vaporizar y evaporar no serían adecuados, pues tienen otros significados (vaporizar, en concreto, es lo que hace el cigarro electrónico: ‘convertir un líquido en vapor’).

Así pues, en los ejemplos anteriores habría sido preferible escribir

  • «En vez de fumar se llama vaporear, por el vapor que emite simulando en apariencia el humo del cigarro» y
  • «Cada vez son más los fumadores que se pasan a la moda de vaporear o fumar cigarrillos electrónicos».

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