[LE}– ‘Gallego’ no será más en el DRAE ni tonto ni tartamudo

14 de mayo de 2013

A partir de octubre de 2014, y en el papel, gallego ya no será tonto ni tartamudo.

La críptica mutación refiere a cambios, muy esperados por algunos —sobre todo en Galicia— en la lista de acepciones de la palabra gallego en el diccionario impreso de la Real Academia Española (RAE).

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A la derecha, unas primeras enmiendas a la entrada «gallego» del diccionario de la RAE.

Hoy en día, en la edición de papel del diccionario (cuya última actualización data de 2001), la primera y previsible definición es «natural de Galicia», y la cosa sigue más o menos por el mismo camino lingüístico hasta la cuarta, aunque ésta ya tiene tintes de generalización excesiva: es la utilizada en algunos países latinoamericanos (como Argentina o Uruguay) para hacer referencia a cualquier español, de cualquier región del país.

Pero la afrenta para los habitantes de esa estigmatizada comunidad autónoma de España se hace patente con la definición quinta que, según la RAE, se utiliza en Costa Rica.

«Tonto», dice el texto, que además aclara, para más inri («para mayor escarnio», según definición del mismo diccionario), que se refiere a la siguiente acepción de tonto: «falto de entendimiento o razón».

Humor

Aunque el diccionario de la Real Academia (DRAE) sólo circunscriba la «ofensa» a Costa Rica, los chistes de gallegos (basados en general en la misma asociación que la de esa quinta acepción), son un género en sí mismo en la tradición del humor oral de varios países de América Latina.

Y hasta también del humor impreso: el autor Pepe Muleiro compendió chistes de gallegos en dos tomos editados en Argentina.

Y de la historieta: aunque el humorista gráfico Quino (firma de Joaquín Salvador Lavado) no hiciera bromas específicas, incluyó como personaje de su tira Mafalda a Manolito, hijo de un almacenero inmigrante gallego, quien era el más tosco de los amiguitos de la protagonista.

Pero el DRAE no se queda ahí. En la sexta acepción recuerda que, en El Salvador, gallego es sinónimo de tartamudo, aunque ese uso sea muy infrecuente.

Estoicismo académico

El presidente de la Real Academia Galega (el equivalente de la RAE para el idioma de esa región de España), Xesús Alonso Montero, se lo toma con estoicismo académico.

«Si ‘gallego’ significa en algún lugar del orbe hispano ‘tonto’ o ‘tartamudo’, la obligación de cualquier lexicógrafo serio es la de registrar esas acepciones. En Lingüística, como en Política, no se debe ocultar la realidad»,

le dice a BBC Mundo.

Pero no evita una estocada, al aclarar que, al registrar acepciones como ésas, pesa la obligación de «indicar que se trata de un uso muy limitado territorialmente, y de un uso coloquial muy escaso, en estamentos muy poco cultos y de nula sensibilidad, tan nula que ni siquiera esos habitantes saben que están despreciando u ofendiendo».

Lengua enredada

Y luego llega la definición verdaderamente conflictiva, la séptima, en la que se lee, escuetamente: «Lengua de los gallegos». En este caso, Alonso Moreno sí responde tajante: «Es inconcebible».

«Es inconcebible que el diccionario de la RAE no defina el gallego utilizando la pauta empleada para definir el catalán. Para ese idioma, el DRAE dice: «Lengua romance vernácula que se habla en Cataluña y en otros dominios de la antigua Corona de Aragón»,

le dice a BBC Mundo.

Con ese tema, algunos son aún más vehementes. Es el caso de la Asociación Cultural Garipano, cuyo fin esencial es erradicar del DRAE lo que consideran definiciones peyorativas, fundamentalmente la que habla de la lengua gallega.

Para ello tienen su propio sitio web, y hasta una página Facebook.

Cambios

Es posible, sin embargo, que pronto se alcance finalmente un armisticio lingüístico, y se vea algo diluida la misión de Garipano.

En primer lugar, la edición web del diccionario de la RAE ya incorpora cambios.

Si se busca la palabra «gallego» todavía aparece la acepción «tonto», pero si se clica en un botón rojo que dice «artículo enmendado», se va a otra página que contiene la definición revisada, en la que desaparece la acepción «tonto», aunque permanecen «tartamudo» y la escueta definición de la lengua de Galicia.

Pero, según le informó la oficina de comunicación de la RAE a BBC Mundo, en la vigésima tercera edición del diccionario impreso, que verá la luz en octubre de 2014, esos términos desaparecerán del todo.

Y en lo que parece ser un asentimiento a Alonso Moreno, el gallego como idioma será: «Lengua románica que se habla en Galicia».

¿Nos entendemos?

Fuente: BBC Mundo

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