06-03-12
Carlos M. Padrón
Como ya dicho, de don Antonio Pino Pérez, el gran poeta pasense, he publicado ya varios artículos en este blog, incluidos los recogidos en el libro “Dándole vueltas al viento” y, últimamente, los recitados por él mismo cuando ya estaba muy enfermo, como estos dos:
Hoy publico los dos últimos que, recitados por él, se conservan todavía, y que me llegaron acompañados de esta explicación dada por su hijo, Juan Antonio Pino, quien es médico:
«Mi padre había venido desde El Paso a Santa Cruz de Tenerife para verse con el traumatólogo, por las fosfatasas, y en una visita al urólogo se le detectó cáncer de próstata.
Cuando yo ya sabía que el proceso era maligno, sin que él lo supiera todavía se resistía al tratamiento agresivo, aunque me dijo que su temor era que el tumor fuera maligno.
Le tuve que decir la dura verdad: «Maligno es desde el principio, sólo que ahora hay tratamientos muy efectivos».
Guardó un silencio terrible y no volvió a quejarse.
Dos días después me entregó esas dos poesías: «Epifanía» y «Prepárate a Morir».
Aún así, y con tratamiento, se fue de nuevo a El Paso, de donde tuvo que venir con urgencia, pasados dos o tres meses, por una fractura patológica (metástasis) del fémur, de la que nunca quedó bien, empeorando bastante su estado general hasta su fallecimiento, sin salir del hospital de La Candelaria.
Cuando ya su ánimo había decaído se lamentaba de no haber podido hacerle una poesía a su nieta más pequeña, mi tercera hija, que había nacido en aquellos días.
Murió en el Hospital La Candelaria, de Santa Cruz de Tenerife, el 24/09/1970, y fue sepultado en el cementerio de El Paso».
Añado que luego, en 2009, su cuerpo fue exhumado y cremado, y sus cenizas reposan en un túmulo enclavado en la ladera de la Montaña de Enrique, en El Paso, desde donde se divisa la entrada a la Caldera de Taburiente, lugar que tanto amó el poeta, y al que dedicó este excelente poema.
De estos dos poemas que hoy publico, el último, Prepárate a Morir, es un sobrecogedor adiós de quien sabe con certeza que su inexorable fin está muy cerca, y lo enfrenta con valentía.
Gracias, don Antonio, por esa magnífica obra que nos has dejado, y que descanse usted en paz.
Para escuchar/bajar estos dos últimos poemas, clicar en su título:
