[*Drog}– Los científicos y el drogamor

Carlos M. Padrón

Ya esto no es novedad, sino un hecho científicamente comprobado: el drogamor —enamoramiento, amor romántico, o pasión romántica —opera como una droga y crea adicción, además de que causa dolor físico y causa angustia. Este pasaje del artículo que copio más abajo es muy claro: "El amor romántico, tanto en circunstancias felices como en situaciones infelices, puede ser considerado una ‘adicción natural‘, cuya ausencia produce dolor".

Ojalá que esté más cerca el día en que la vacuna contra esto sea parte, de forma obligatoria, de la educación desde la secundaria.

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El rechazo amoroso provoca la misma actividad neuronal que las adicciones

07 Julio 2010

Yaiza Martínez

Cuando una persona es abandonada por la pareja a la que ama, en su cerebro se pone en marcha una actividad neuronal similar a la que producen las adicciones.

Esto es lo que ha revelado un estudio realizado por investigadores del Albert Einstein College of Medicine de la Yeshiva University, de Estados Unidos, cuyos resultados han permitido relacionar los efectos en el cerebro de las rupturas de pareja con la actividad neuronal que posibilita la motivación, la recompensa o las adicciones.

Según publica el Albert Einstein College of Medicine en un comunicado, la directora del presente estudio es Lucy Brown, Ph.D., una profesora del Departamento de Neurología Saul R. Korey, de la Yeshiva University. Los resultados de su investigación han sido publicados recientemente en el Journal of Neurophysiology.

Pérdida y dolor

En esta publicación se explica que el rechazo en una relación romántica causa un profundo sentimiento de pérdida y dolor que puede llegar a afectar hasta tal punto que provoque una depresión clínica y, en casos extremos, incluso el suicidio o el homicidio.

Para identificar los sistemas neuronales relacionados con este estado natural de pérdida, los científicos utilizaron una tecnología conocida como exploración de resonancia magnética funcional (IRMf), un procedimiento que permite mostrar en imágenes las regiones cerebrales que ejecutan una tarea determinada.

Con este sistema, los científicos estudiaron los cerebros de un total de 10 mujeres y cinco hombres jóvenes que habían sido recientemente abandonados por sus parejas, pero que aún se sentían profundamente enamoradas y enamorados de ellas.

A los participantes les fueron presentadas fotos de las parejas que los rechazaron y, alternativamente, también fotos de familiares. Las reacciones de los voluntarios ante las fotos de sus antiguos amores fueron diversas: amor, desesperación, buenos y malos recuerdos, y deseo de saber por qué se acabó la relación, qué es lo que había ocurrido.

Entretanto, su actividad neuronal fue observada con la IRMf. Así, se pudo comprobar que cuando los participantes veían fotografías de sus compañeros sentimentales, además de sus sentimientos, también se activaban distintas áreas del cerebro con funciones muy concretas.

Esas áreas activadas fueron las siguientes: por un lado, el área ventral tegmental. Relacionada con el sistema límbico, esta región se encuentra en el tronco cerebral y consiste en vías de dopamina, que parecen ser centros del placer o de la felicidad. Se sabe que esta área controla la motivación y la recompensa, y ya se sabía también que está implicada en los sentimientos de amor romántico, explican los investigadores.

Por otro lado, cuando los participantes miraban las fotos de sus parejas, se puso en marcha también la actividad neuronal en el llamado núcleo accumbens, que se piensa tiene un papel importante en la recompensa, la risa, el placer, la adicción y el miedo.

En tercer lugar, las neuronas se activaron en el área de la corteza lateral orbitofrontal/prefrontal. Tanto el núcleo accumbens como la corteza lateral han sido asociados con el anhelo y las adicciones, específicamente con la adicción a la cocaína.

Por último, al ver la foto de sus ex parejas, la actividad neuronal de los participantes se vio incrementada en la corteza insular o ínsula, y en la corteza cingulada anterior, relacionadas ambas con el dolor físico y con la angustia.

Adicción feliz e infeliz

Los investigadores señalan que los datos recopilados, sumados a otros datos recogidos en un estudio anterior, realizado en 2005 por científicos de diversas universidades de Estados Unidos con individuos que estaban viviendo relaciones amorosas felices, sugieren que la vía mesolímbica cerebral estaría implicada en la pasión romántica, independientemente de si el amor nos hace o no dichosos.

La vía mesolímbica es una de las vías dopaminérgicas en el cerebro (de generación de dopamina, la hormona del placer). Se sabe que esta vía está asociada con la modulación de las respuestas de la conducta frente a estímulos de gratificación emocional y motivación, es decir, que es el mecanismo cerebral que media la recompensa y que influye, por tanto, en las adicciones.

Por esta razón, afirman los investigadores, se entiende por qué el abandono de una pareja puede producir sentimientos tan angustiosos. Según Brown, “el amor romántico, tanto en circunstancias felices como en situaciones infelices, puede ser considerado una ‘adicción natural’, cuya ausencia produce dolor".

La científico añade que “Los descubrimientos realizados sugieren que el sufrimiento por el rechazo amoroso podría ser una parte de la vida que la naturaleza ha integrado en nuestra anatomía”.

Brown añade que, sin embargo, la recuperación de este dolor también sería “natural” y estaría igualmente integrada en nuestra fisiología para permitirnos formar nuevas parejas.

4 comentarios sobre “[*Drog}– Los científicos y el drogamor

  1. El artículo expresa científicamente sobre el dolor y el trauma que crea la separación de la pareja, y pienso que siente más dolor el que es dejado por su pareja, que el que deja. Y es natural porque en ese momento la persona puede sentirse subestimada y por su mente pueden pasar tantas cosas, hasta sentimientos de culpa, más si se tienen hijos.

    No soy psicóloga, pero he leído sobre este tema y los primeros días de separación se sufre, pero la persona dejada tiene que pensar que la vida sigue y hay que caminar por ella; rehacer la suya es lo principal. En ocasiones, a personas que conozco, y que se han visto en ese proceso de separación, les ha ido hasta mejor y han encontrado un nuevo amor perdurable. Entonces no todo se ha acabado, el tiempo cura las heridas.

    Estela.

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  2. Todo es cuestión de pH, de hormonas, que son los atemperadores, y del coco, si es que se le puede dar otra utilidad que la de colocarse una gorra.

    El pH vaginal en la mujer es acentuadamente ácido en el período en que ella es fértil, y necesita para su acidez un alcalinizante adecuado para mantenerla equilibrada.

    Si su pareja la mantiene equilibrada, ella se aleja de las enfermedades, pues su sistema inmunológico puede operar a su máximo de eficacia. Si ese estado de ánimo se rompe, vienen otras cosas, la persona debe de entender que la solución no está en la inyectadora sino en el antídoto suministrado, pero, eso es tan anormal como el caso de la viuda que en pleno entierro de su marido empiece a buscar, entre los amigos de su marido, la solución química de su problema, que sería lo correcto.

    Los atemperadores permiten sintonizar a los dos organismos, y el cuerpo se da cuenta de quién es quién. Y como a la gente le gusta lo que es fácil, que es lo adecuado, se desliza por el barranco y de ahí no lo saca nadie como no sea a la fuerza, o que el coco le diga que arriba hay algo mejor. El sacarlo de ahí debe doler mucho.

    El uso del coco es lo adecuado, respetando las otras dos variables, sobre el uso adecuado de las partes del cuerpo involucradas, pero con la autonomía universitaria en manos de judíos, otras religiones similares manejando la sociedad y el no querer usar el coco sino para la gorra de un club deportivo, es imposible entender que sólo por el uso de los sentidos podemos llegar al conocimiento de la verdad.

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