[*IBM}– Del baúl de los recuerdos: Fotos de la década de los 60s

Trato de mantener un orden cronológico, pero, afortunadamente, muchos amables exIBMistas me envían fotos que corresponden a fechas anteriores a las últimas del orden cronológico y, por supuesto, como esas fotos son verdaderas joyas, me apresuro a publicarlas cuanto antes.

FOTO 1.- Ésta que sigue, cortesía de Elsa Blanco de Serrano (para muchos exIBMistas, Elsa Serrano) es una de tales joyas: Grupo de secretarias (no sé si todas) que había en IBM de Venezuela en 1968.

1960=Secretarias.IBM

Como de costumbre, la divido en dos partes para ver mejor las caras. Gracias a Delia Lacoste, Rebeca Perli y Antonio Ramírez he conseguido varios nombres. Espero que alguien me dé los que deberían reemplazar las ‘?‘ y ‘X‘.

***

Secretarias1

Parte izquierda.
Fila trasera: Rebeca Perli, ?, María Josefina Rubio, Gladys Corothie.
Fila delantera: Judith Kristoffy de Foyta, Elsa Serrano, Luisa María Trejos (luego Celis).

***

Secretarias2

Parte derecha.De izq. a derecha.
Fila trasera: Creo que la primera es Maribel Merino, Bárbara Aparicio, Joelle X, Damaris Guédez, Nuria Cuervo.
Fila delantera: ?, Delia Lacoste), Hugolina Briceño.

***

FOTO 2.- Tomada en en octubre de 1968, al final de un curso dictado en el Hotel Humboldt (Caracas) para gente del DCS. Cortesía de Claudio Fisinessi quien, con ayuda de Javier Palacios, me dio los nombres que copio más abajo.

1968=CFisinessi

Va en dos partes.

CFisinessi1De izq. a derecha.
Fila trasera: Germán Soria (q.e.p.d.), Cecilio Lecusay, Nelson Álvarez, Guillermo Luna.
Fila delantera: Eduardo Da Pena, Sergio Grigoletti (q.e.p.d.), Rubén Oliver, ?.

***

CFisinessi2De izq. a derecha.
Fila trasera: Rubén Avendaño, ?, ?, ?.
Fila delantera: Elsa Serrano, ?, Raúl García-Pacheco, Claudio Fisinessi, y Henry Álvarez.

***oOo***

FOTO 3.- Obtenida de un vídeo de IBM.

1968=IdePool-VideoIBM Ignacio de Pool (q.e.p.d.).

***

FOTO 4.- Obtenida del mismo vídeo.

1968=FLacoste CastroHz LBarbero De izq. a derecha: Fernando Lacoste; Antonio José Castro Hernández, del Banco de Venezuela, (q.e.p.d.); y Luis Barbero. Todos frente a un terminal IBM-1060.

***

FOTO 5.- Tomada el 31/12/1969 durante la fiesta de Fin de Año en el Hotel Ávila (Caracas). Cortesía de Luis Fernando Guerra.

19691231=Fiesta de Fin de Año Hotel Ávila-LFG

De izq. a derecha, y con sus entonces respectivas señoras: Luis Fernando Guerra, Oswaldo Zaldívar, Félix González, y Juan Fermín Dorta.

~~~

COMENTARIOS

Milagro Micó
Efectivamente, Luis, es Judith Foyta, que estaba en la biblioteca; ella y Rebeca Perli eran uña y carne.

La que está en el medio (parte delantera Foto 1, al lado izq. de Luisa María) era entonces la secretaria de Raúl Leoni, que fue invitada por IBM. Obviamente no recuerdo su nombre, pero de ahí sacas el año correcto y confirmado.

Saludos,
Milagro Micó.

Antonio Ramirez
Saludos.

Carlos, era Foyta, sin la k.

Aún con la percepción subjetiva, se trata de Elsa Serrano, con toda seguridad.

La chica con el traje oscuro al lado de Gladys Corothie se llamaba Mariangela, era secretaria del Departamento de Educacion. No recuerdo su apellido.

Quien esta al lado de Delia Lacoste es Hugolina Briceño.

En la foto donde están Claudio Fisinessi, Elsa Serrano, etc. el primero de la izquierda de la fila de atrás es Rubén Avendaño.

Al resto no los pude identificar.

CMP
En respuesta a Hugo Smitter.

Gracias, Hugo.

Te contesto lo mismo que contesté ya a otro exIBMista: esa foto #1 es, supuestamente, de 1960, y la que dices que es Elsa Serrano se ve en ella como toda una mujer. Sin embargo, en la foto de la gente del DCS, que es de 1968, Elsa Serrano parece una niña.

CMP
En respuesta a Luis Salazar.

¡Excelente, Luis! Ya he hecho las correcciones. Gracias.

Luis Salazar
Carlos, en la foto #1, fila de atrás, la 4a. persona de izq. a der .es Gladys Corothie. L 9a y última de la fila estoy seguro de que es Gladys Villasmil (“La Motilona”).

Y en la fila delantera, la 1ra persona de izq. a der. es efectivamente Judith Kristoffi de Foytak.

¡¡Saludos!!

Hugo Smitter
Hola Carlos. En Foto 1, la seguna persona sentada desde izq. me parece que es Elsa Serrano. Saludos.

Javier Palacios
¡Qué buen testimonio de la famosa “white-shirt policy” de IBM! Smile

[*ElPaso}– El Paso celebró los 100 años de su título de ciudad

El miércoles 25 de agosto de 2010 se cumplieron 100 años desde que Alfonso XIII otorgó a El Paso el título de Ciudad. El municipio recuerda sus orígenes, desde aquel 20 de abril de 1837 en el que se desligó de Los Llanos.

Un sencillo acto institucional conmemoró la fecha.

~~~

26/10/2010

El Paso, de una «tierna venganza» a ciudad centenaria

Maikel Chacón
El Paso

Siempre quedará para conocimiento de las futuras generaciones la compleja historia de las segregaciones municipales del Valle de Aridane, que se remonta hasta el más remoto recuerdo que pueda tener La Palma de la eterna «disputa» administrativa que, dividida por capítulos, han protagonizado las dos grandes poblaciones de la Isla, Santa Cruz de La Palma, como capital, y Los Llanos de Aridane, que nació de la configuración territorial reestructurada con la Constitución de Cádiz de 1812, con un total de 11 municipios.

Esa historia, a la que algunos denominan como el «pleito insular», sirve de argumentación hasta para explicar el motivo que pudo provocar la separación de El Paso, en 1837, y Tazacorte, en 1925, del municipio primogénito del que formaban parte, el de Los Llanos.

Ayer, por ejemplo, en el acto institucional que la Administración de El Paso realizó para conmemorar su primer centenario bajo el título de Ciudad, otorgado por decreto del rey Alfonso XIII el 26 de agosto de 1910, se recordó entre los discursos cómo y por qué se creó, mucho antes, este municipio.

La base de la explicación se resume en unos textos a los que aludió el concejal de Cultura, Pedro Martín, en los que se hace referencia a las palabras recogidas en los escritos de protesta realizados por el Ayuntamiento de Los Llanos ante la Diputación Provincial para explicar la designación del alcalde de Santa Cruz de La Palma, José Miguel Fernández, como comisionado instructor de la creación del nuevo municipio de El Paso. Era, según los llanenses, el comienzo de lo que denominaron como «tierna venganza» de Santa Cruz de La Palma.

La concesión de la independencia municipal a El Paso, con una absoluta rapidez, provocó la ira de los representantes institucionales de Los Llanos, que habían comisionado en el capitán Domingo Kábana para protestar por la instrucción realizada en el proceso de creación del nuevo municipio desde la Diputación y desde la capital. Entendían que todo el proceso de segregación, aunque no se transgrediese norma alguna, venía marcado «por el celo de Santa Cruz para no perder la hegemonía que venía manteniendo sobre los demás pueblos de la Isla».

En ese sentido, decían que «no desperdició esfuerzos en obstaculizar cualquier iniciativa que significara, no la igualdad, sino el acercamiento que pusiera en duda esa supremacía sobre los pueblos que ellos consideraban como La Banda».

La concesión de la independencia de El Paso suponía para Los Llanos la pérdida de uno de sus pagos más ricos, por lo que reclamó con insistencia la suspensión del acuerdo por el que se erigía un Ayuntamiento en El Paso, al entender que se lesionaban los intereses del municipio matriz, sobre todo «los que se derivarían del hecho de quedar los montes y bienes de propios bajo la jurisdicción de El Paso, pues suponía una reducción estimable del dinerario que debían ingresar las arcas llanenses».

«Oportuna y justa»

El Paso contaba entonces con más de 3.000 habitantes. Era la demarcación más rica del pueblo de Los Llanos, y su núcleo poblacional más importante se encontraba a más de dos leguas, con varias zonas habitadas dispersas respecto al municipio matriz. Éstos fueron los motivos en los que inicialmente se argumentó su necesidad de independencia.

Con estos datos, y convencido de la «oportuna y justa» demanda vecinal, el diputado provincial López Monteverde solicitó en el seno de la Diputación, en la sesión del 13 de abril de 1837, que se «sirviera mandar que el pago de El Paso, con el de Tacande y demás inmediatos, según se demostraba en un plano adjunto, formara un pueblo separado del de Los Llanos, con un Ayuntamiento propio, y que se procediera al nombramiento de los individuos que debían constituirlo». Ante esta petición, la Diputación decidió iniciar el oportuno expediente de segregación.

Pocos días después, el 29 de abril de ese año, la Diputación acordó crear el nuevo Ayuntamiento, y el 25 de junio se eligieron los primeros componentes de esta Administración, siendo Manuel Taño el primer alcalde. Se iniciaba una vida municipal propia, con ciertas intermitencias derivadas de una nueva fusión municipal con Los Llanos y su anulación posterior.

Nació y creció

Fue especialmente a partir de los años sesenta, aún en el siglo XIX, cuando este municipio adquirió gran importancia, entre los denominados pueblos de La Banda, un proceso de crecimiento imparable, tanto en población como en riqueza, que tuvo su punto cumbre el 26 de agosto de 1910 cuando se le concedió el título de Ciudad de El Paso, mediante decreto firmado por el rey Alfonso XIII. Antes, en 1878 había alcanzado la distinción de Villa, otorgada por su antecesor, Alfonso XII.

Así, aquel pago de Los Llanos, situado tierra adentro, a los pies de Cumbre Vieja y sin costa (el único municipio de la Isla que no tiene litoral) y cuyo nombre procedía de la designación popular otorgada al paso o tránsito entre el este y oeste de la Isla, desde Santa Cruz hasta Los Llanos, fue reconocido como una pequeña ciudad por la actividad que en la misma se desarrollaba.

Desde entonces hasta hoy, transcurridos 100 años, en El Paso han sucedido, al igual que en el resto de pueblos de la Isla, multitud de acontecimientos más cercanos en el tiempo y, por tanto, más conocidos por las generaciones actuales.

Pero, sobre todo, en este tiempo ha quedado patente la capacidad de este pueblo para, con el máximo respeto a la memoria de sus antepasados, conservar su historia, que se remonta a los asentamientos benahoaritas de alta montaña, sus tradiciones y su condición de pueblo trabajador y laborioso.

Sencilla evocación

Ayer, las actuales generaciones de representantes institucionales de El Paso (CC, PSC, PP y CCN), con el alcalde Máximo Brito al frente, acompañados por el cronista oficial, Wilfredo Ramos, rindieron su particular homenaje a un acontecimiento histórico que ha marcado la idiosincrasia de los pasenses de hoy y que ha contribuido a formar su identidad cultural.

La evocación, pese a su importancia, se celebró de forma sencilla, tal y como requieren los malos tiempos económicos actuales. Primero. los discursos, en la Casa de la Cultura Braulio Martín; luego, el descubrimiento de una placa en el ayuntamiento; y, por último, un concierto centenario con la Coral Nuestra Señora del Pino, Cumbre Nueva y la Banda de Música.

El único sin costa

El municipio de El Paso es el más extenso de La Palma, con 135 kilómetros cuadrados y rodeado de parajes naturales. Agrupa toda la parte alta del Valle de Aridane, la Caldera de Taburiente y parte de Cumbre Vieja. Limita con todos los municipios, excepto Tazacorte.

Es el único de los 14 pueblos de La Palma que carece de franja costera.

8.000 habitantes

Su población ronda los 8.000 habitantes, siendo el tercero más poblado de la Isla, con una densidad de 60 personas por kilómetro cuadrado. Los residentes se dividen entre el casco urbano y nueve barrios periféricos: Las Manchas (que comparte con Los Llanos), Tacande, La Rosa, Tenerra, Fátima, El Paso de Abajo, Cajita del Agua, El Barrial y El Calvario.

Sólo del campo

Aunque presenta una amplia extensión de campos lávicos y pinar canario, se ha dedicado tradicionalmente al cultivo de secano, con cierta incidencia de la ganadería. Destaca el cultivo de la viña, el almendro y algunos frutales. Su actividad industrial, en auge en la década de los 90, ha decaído, sobre todo tras el cierre, en el año 2000, de la antigua fábrica de tabacos, que mantenía unos 250 empleos.

El Día

***

NotasCMP. Artículos relacionados,

 

[*Otros}– Los Canarios en América / José Antonio Pérez Carrión: Dr. Francisco Campos y López

El auditor honorario de guerra y marina, Excmo. Sr. Dr. D. Francisco Campos y López, nació en la ciudad de Santa Cruz de Tenerife hacia el año 1814.

Vino a Cuba después de haber cursado el bachillerato en la Universidad de San Cristóbal de La Laguna, concluyendo su brillante carrera literaria en la Universidad de La Habana, llegando a ocupar en la misma docta corporación el elevado puesto de vice-rector en propiedad y rector interino.

Durante muchos años desempeñó la cátedra de Derecho Patrio.

Fue varias veces concejal del Ayuntamiento de La Habana y perteneció a numerosas corporaciones literarias, científicas y de beneficencia.

Humanista consumado eminentísimo, su saber corría parejo con su modestia. Hablaba el ilustrado hijo de las Canarias siete idiomas con toda perfección, entre ellos el griego y el ruso.

El año de 1855 fue propuesto para diputado a cortes por uno de los partidos que en su provincia se disputaban el puesto, pero, vencido por el denominado «El Progresista», que a la sazón capitaneaban D. Pedro Mariano Ramírez y el Dr. D. Gregorio Suárez Morales, defendió su acta brillantemente desde la Barra.

Tenía nuestro sabio comprovinciano un corazón de dama, ornado de los más bellos sentimientos, y jamás se verificó que llegase a sus puertas ningún comprovinciano suyo solicitando justicia que el eminente jurisconsulto canario no se las dispensase saliendo en su defensa. Estaba condecorado con la gran Cruz de Isabel la Católica y otras varias distinciones.

Jamás el Dr. Campos dejó de tomar parte activa en todas cuantas suscripciones se promovieron en bien de su país, y comprovincianos en América.

Cuando se trató de las suscripciones para la construcción del Teatro de Santa Cruz de Tenerife —1847—, Hospital de Desamparados —1861—, de la de 1863 para socorrer a los huérfanos y viudas de la fiebre amarilla, etc., el distinguidísimo canario siempre estuvo en su puesto, influyendo con su poderosa palabra y con su dinero para la mas pronta realización de aquellas obras de fomento y de caridad.

Falleció este ilustre hombre en Madrid, hallándose entregado a sus asuntos particulares.

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hdez. y Castillo: Los sabios

LOS SABIOS

Dicen los sabios: "Planetas
muchos están habitados",
y hasta explican admirados
los cuerpos de los cometas.

En el Orbe esos atletas
se creen compenetrados.
Y estarán o no acercados
a las verdaderas metas.

Pues no es posible en la altura
que en su anhelo, en su locura,
pueda el hombre precisar
lo que ningún astro encierra,
si las cosas de la Tierra
las tiene a medio estudiar.

[*Otros}– Los Canarios en América / José Antonio Pérez Carrión: Domingo de León y Mora

A una edad avanzada y después de haber consagrado toda su vida al estudio, al trabajo, como abogado, y a la cátedra como maestro y decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Habana, nuestro distinguido compatriota León y Mora falleció en esta capital el 08-01-1881.

Acerca de la muerte del hijo de las Afortunadas, Domingo de León y Mora, notable campeón de las letras nacionales, dio cuenta al ilustrado claustro el erudito Dr. D. Leopoldo Berriel y Fernández. Inspirado estuvo el Dr. Berriel; sus pensamientos, llenos de erudición y saber, corrieron fáciles de su pluma, al abarcar en su vivaz imaginación las escenas de la vida del compañero que bajo el escudo de la virtud, del estudio y del amor a la humanidad, sólo derramó el bien moral y material sobre sus semejantes; cuyas máximas morales, reseñadas en los diversos párrafos del discurso, fueron otros tantos poemas de amor, de inteligencia y de virtud, fuentes de perenne gracia que entre sus discípulos, amigos y familia derramó purísima el tan sentido filósofo canario Domingo de León y Mora.

Pero dejemos hablar al Dr. D. Leopoldo Berriel y Fernández, quien se expresa como sigue, pues todo cuanto nosotros pudiéramos manifestar en honor de Domingo de León y Mora será pálido ante la magnitud de la oración fúnebre hecha por el Dr. Berriel:

«Filósofo eminente paseó su libre pensamiento por las más altas esferas de la especulación metafísica, y pudo discurrir en ellas sobre las cuestiones más abstrusas de igual a igual ciertamente con los González del Valle y los Caballeros. Como literato adquirió justo renombre, pudiendo expresarse de forma que cabía compararlo con los Canalejas y Revillas. Reuniendo dotes de verdadero maestro, por dilatados años difundió, en las aulas de este instituto y en otros centros de instrucción, los variados conocimientos que abarcaba su erudición vastísima al par de los Campos y los Poey.

Abogado notable, así probo como desprendido, no amparó nunca demanda que estimara injusta, ni rechazó jamás al inocente que a él se acogiera buscando apoyo contra la calumnia. Y tanto en las íntimas relaciones del hogar como en las de la amistad amena y en las derivadas de su solo concepto de hombre con los demás seres de la humana especie, él, siempre realizando el bien y siempre procediendo justamente, pudo ser llamado bueno, pudo ser nombrado justo.

Así era, en síntesis, el compañero querido que nos ha arrebatado la muerte, en la, para este claustro, para este país, y para la patria, tristísima aurora del presente año de 1881. Y esto, que a manera de proposición dejo apuntado, encontrará confirmación cumplida en lo que paso a exponer sobre la laboriosa vida y los excepcionales merecimientos de este sabio, acreedor a ser loado, no por el infacundo acento del que en estos instantes ocupa vuestra atención benévola, sino por la gran palabra de aquéllos que, verdaderos soberanos de la elocuencia, pueden hablar noblemente de otro, como ellos soberanos, que muy poderoso era en la ciencia, con la autoridad que todos le reconocían, el difunto León y Mora.

Allá, junto a la costa occidental del africano continente, formando pintoresco Archipiélago, se levantan sobre las aguas del Atlántico, con su gigantesco Teide el "Ayardima" de los heroicos guanches, las volcánicas Islas que, conocidas en el mundo antiguo con el nombre de Afortunadas, conquistó luego para la civilización el intrépido normando Juan de Bethencourt, a principios del mismo siglo en que, ya a su terminación, probara a Europa incrédula esta privilegiada tierra de América que no era un pobre loco el hijo inmortal de Coleto.

Entre esas Islas de menceyes tan valerosos como Bencomo y tan nobles como Guadarfia, de historiadores tan distinguidos como Viera y Clavijo, y de literatos tan eminentes como los Iriartes, Islas gloriosas que supieron domeñar por sí mismas el orgullo de Inglaterra con la derrota en Tenerife del gran Nelson, hay una, la del alto Garajonay, que dio con la vida al respetable eclesiástico Ruiz Padrón, la enérgica palabra que en las cortes españolas de enero de 1813 había de herir de muerte a aquel terrible tribunal cuyo sangriento recuerdo aún hace estremecer de horror a la por él tan castigada humanidad. Y en un valle delicioso de esa porción de tierra a que me refiero, que, como sabéis, se llama Gomera, en el valle de Ntra. Sra. de la Encarnación de Hermigua, abrió los ojos a la primera luz, el tres de octubre de 1807, D. Domingo Cándido del Rosario de León y Mora, nuestro llorado compañero.

La exposición de los servicios prestados por el ilustre canario a la causa de la pública enseñanza puede dividirse en dos partes, comprendiendo la una los valiosísimos trabajos de los que es y será siempre deudora esta Universidad, por cuyo buen nombre y prestigio tanto se afanara, y refiriéndose la otra a sus lecciones sobre distintos ramos del humano saber, en otros centros de instrucción.

Cuando Poey, el sabio naturalista, y González del Valle, el que fue decano y catedrático de la Facultad de Filosofía en 1842, explicaban en el Liceo Artístico y Literario de La Habana, historia natural el uno, y el otro la ciencia del alma humana, León y Mora, socio facultativo de dicho instituto y vicepresidente de su sección de literatura, tuvo a su cargo la cátedra de este nombre, habiendo merecido los mayores elogios y los plácemes más sinceros de todos cuantos gozaron de sus lecciones, con especialidad de aquéllas que pronunciara, en los meses de abril a junio de 1858, sobre la ciencia hija de Sócrates, que Carlos Cristian Federico Krause llamó la Filosofía de lo Bello y del Bello Arte, y que nuestro compañero definía la Metafísica de las Artes.

Estas lecciones, verdaderamente notables, alcanzaron a su autor un lauro más que agregar a su corona de maestro, y el honor de que el "Liceo" no sólo las hiciera insertar extractadas en el periódico oficial de su nombre, sino que, además, «como muestra de merecida consideración a su ilustrado catedrático de Estética», acordara distribuir entre sus asociados el retrato litografiado del insigne maestro, como repartido había los de Humboldt y Varela, los de González del Valle, y la Avellaneda.

Tal fue en resumen nuestro inmortal compatriota Domingo de León y Mora, que dio a la bella y hospitalaria Cuba más de 2.000 discípulos que han venido a ser más tarde ornato inmarcesible de gloria nacional, y sobre todo del país que nos alimenta en su seno.

Si del estudio de la vida del abogado se pasa a la investigación de la del hombre, del amigo, del esposo, del padre, también, señores, habrá que arrancar aplauso unánime al llorado León y Mora, de quien puede asegurarse que bajó a la fosa sin dejar ningún recuerdo ingrato de mal que hubiera hecho; de quien puede decirse, como ya se ha expresado de otro ser igualmente magnánimo, que en su gran corazón cabía toda la humanidad.

Apóstol entusiasta, nuestro compañero, de aquella moral purísima que por boca de Cristo y sus discípulos proclamó en la Tierra el reinado del amor, fue siempre ejemplo vivo de lo que, acorde con dicha moral, sus labios enseñaban. No hizo como los hipócritas que, predicando la virtud, traicionaban con actos reprobables sus doctrinas. Si pronta estaba su palabra para aconsejar la práctica del bien, más ágil aún se mostraba su mano generosa en dispensar beneficios.

¡A cuántos brindó su mesa el sustento que no tenían! ¡A cuántos dio su bolsa, abierta siempre con una carrera literaria, risueño porvenir! ¡Cuántos en su morada hospitalaria albergue hallaron! Y Cuba, que ha sido testigo de estas grandezas del ilustre canario, jamás podrá olvidar que con ellas recibieron favor algunos de sus hijos; esos hijos para él tan queridos, a quienes, en la oración inaugural de 1857, alentaba con estos hermosos conceptos, verdaderamente evangélicos: "Si la hipocresía os llama charlatanes, impostores, embusteros, provocadores de crímenes, salteadores de caminos, matadores de almas, tened compasión del hipócrita, amadlo, que es vuestro hermano, y ¡adelante! Si el escepticismo, que confunde la verdad con el error, y el vicio con la virtud, mueve la cabeza y sonríe en señal de desprecio, y se burla de vuestros sacrificios, compadeced al escéptico, amadlo, que es vuestro hermano, y ¡adelante! Si la indiferencia al oírnos enseñar que el orden moral no tiene su emolumento acá en el mundo, y que hay otra vida donde la virtud se compensa, donde el vicio y el crimen tendrán su castigo, se mofare de vuestra religión, compadeced al indiferente, amadlo, que es vuestro hermano, y ¡adelante!".

Si como hombre tuvo por constante inspiración el bien, no de otra suerte procedió León y Mora en las relaciones comunes de la vida y en las especiales que con sus amigos y compañeros le creaba la toga que vestía. Con la modestia que distingue al verdadero mérito, en él se hermanaba la afabilidad de los corazones naturalmente generosos. Nunca pudo decirse que hiciera como aquéllos que, regalados con bondades y favores, recompensan al benefactor con las torpezas de la ingratitud o las veleidades de la inconsecuencia. Amigo leal, jamás dio a la amistad un desengaño. Sus compañeros le merecieron siempre, con la mayor distinción, el afecto más sincero. Y amándolos a todos, sin dejarles un recuerdo de disgusto ni una memoria infeliz, ha descendido al sepulcro.

¡Descanse en paz el ejemplar amigo! ¡Duerma tranquilo su último sueño el consecuente compañero!».

Así concluía elocuentemente su oración el eminente catedrático de la Universidad de La Habana, Dr. Berriel, al dar cuenta a sus compañeros del fallecimiento de Domingo de León y Mora, el inolvidable hijo de las Afortunadas.

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hdez. y Castillo: Siempre adelante

SIEMPRE ADELANTE

Si escribo una poesía
o una obra musical,
y cualquiera intelectual
me las tilda con falsía;

si al seguir la ruta mía,
inspirado en lo real,
el que es necio, por su mal,
me aplaude o critica un día,

no me importa la pasión
del intelectual farsante,
ni me importa la opinión
del necio o del ignorante:
yo consulto a la Razón,
y sigo siempre adelante.