06-07-14
Carlos M. Padrón
Me extraña que si bien el artículo que copio abajo analiza el origen de la sorprendente decisión de Van Gaal en el partido del 06 de junio entre Holanda y Costa Rica, se centra sólo —o tal vez tiene más, pero sea eso lo único que se menciona— en la forma en que los jugadores de fútbol disparan los tiros penales, pero no menciona para nada el factor psicológico creado por el portero de Holanda que con sus palabras y extraños movimientos no sólo desconcertó a los costarricenses sino que, por lógica, les creo zozobra y, por tanto, nerviosismo y miedo; algo natural ya que no lograban explicarse el motivo del cambio de portero… a menos —y he aquí el temor a lo desconocido— que fuera porque el recién entrado tenía algo muy especial. ¡Y vaya si lo tenía!
Esa extraña actitud del portero Tim Krul —diciéndole a sus contrarios (aunque no se sabe si ellos lo entendieron) «¡Sé por donde lo vas a tirar!», moviéndose lejos de la puerta, haciendo calistenia, etc.— fue deliberada y psicológicamente efectiva sobre el ánimo de los costarricenses, y por eso no entiendo cómo no se presta más atención a señales de ese tipo que son obvias, como, por ejemplo, la relación entre la expresión de Benzema cuando jugando con el Madrid sale al campo, y su rendimiento en el partido a jugar.
Se dice que padece de mamitis, y, tal vez por eso —por no tener cerca a su madre, o por la presión de los cargos legales que una vez pesaron sobre él—, a veces sale de los vestuarios con una expresión que hace pensar que comenzará a llorar en cualquier momento. Cuando eso ocurre es altamente probable que juegue mal.
Por qué sus entrenadores —en este caso, Mourinho y Ancelotti—, no han obrado en consecuencia, no lo sé.
El partido entre Holanda y Costa Rica fue el segundo de este Mundial que mayor satisfacción me ha deparado y, por supuesto, el partido que mayor suspense me ha creado de todos los que he visto en mi vida, y también un gran asombro ante la forma física de Robben, ¡algo increíble!; un partido que, sin duda, dejará mucha huella en la historia del fútbol y de los Mundiales.
También me gustó porque puso de manifiesto que si la FIFA implantara la regla que para offsides mencioné en el post ¿El declive de Europa ha llegado también al fútbol?, el partido habría terminado a los 90 minutos reglamentarios. Pero no, se prolongó hasta los penales porque, entre otras cosas, los jueces de línea se cansaron pitando offsides a los holandeses porque las más de las veces tenían adelantada la punta de un pie o un brazo.
Acerca del Brasil-Colombia no puedo opinar porque a la segunda marramucia que hizo el árbitro español, dejé de ver el encuentro. Sólo regresé ante el televisor para ver qué pasaba con el penal que James iba a disparar, y que corroboró la teoría mencionada abajo: James es zurdo y disparó por su lado natural.
Como también explicó muy bien Juan Manuel Rodríguez en los excelentes artículos «Impidamos otro Maracanazo» y «El legado de James«, la consigna de la FIFA es que Brasil ha de ganar si o si. Habida cuenta de que Argentina hizo el 06 de junio contra Bélgica un partido muy flojo, y el único gol que marcó, aunque magistralmente hecho por Higuaín, fue producto de un pase que llegó a sus pies por pura chiripa, me temo que tanto Argentina como Brasil la tendrán cruda para sus próximos encuentros, y que si al final Brasil se lleva la copa será con un arbitraje de mayúsculo escándalo.
Hasta me permito sospechar que la tan cacareada lesión de Neymar sea un montaje que sirva para justificar un fracaso de Brasil.
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06 de Julio de 2014
Juan Manuel Rodríguez
Del bolsillo de Van Marwijk a la libreta de Van Gaal
En el bolsillo de su chaqueta guardaba como oro en paño Bert Van Marwijk el informe de un matemático español, Natxo Palacios-Huerta, profesor de la London School of Economics, gran aficionado al fútbol, seguidor del Athletic y experto en la teoría de John Forbes Nash Jr, premio Nobel de Economía en 1994, especialista en Teoría de Juegos, geometría diferencial y ecuaciones en derivadas parciales cuya vida se hizo muy popular a raíz de la película Una mente maravillosa, dirigida por Ron Howard y protagonizada por Russell Crowe.
El estudio de los penaltis de Palacios-Huerta fue sacado a la luz por el periodista Simon Kuper en su libro Soccernomics y fue por ahí dando tumbos y más tumbos sin que ningún club se mostrara en absoluto interesado.
«Lo que es óptimo para mí, depende de lo que es óptimo para mis competidores». En 1950 Nash escribió un artículo muy breve en el que demuestra que toda situación estratégica, por muy compleja que sea, tiene al menos un equilibrio.
En «Moneyball:rompiendo las reglas» se cuenta cómo Billy Beane, director general de los Atléticos de Oakland, consiguió darle literalmente la vuelta a la Liga Americana haciendo acopio de datos estadísticos y montando un equipo nuevo más competitivo y con menos recursos que el resto. Beane fue en cierto modo un visionario que extendió su forma de trabajo al resto de equipos de béisbol, luego a la NFL y más tarde a la NBA. Era cuestión de tiempo que la teoría de Nash llegara también al fútbol.
Volvamos al bolsillo de Van Marwijk, que después nos llevará directos a la libreta de Van Gaal.
Una semana antes de que empezara el Mundial de 2010, Kuper ofreció los servicios de Palacios-Huerta a las federaciones de Inglaterra y Argentina, y ambas dijeron que no. Pero a una semana de la final lo intentó con Holanda, y ésta dijo que sí. En poder del seleccionador orange obraba un informe, fruto del estudio de todos y cada uno de los penaltis que le habían lanzado a Iker Casillas a lo largo de su carrera y, por ejemplo, cada penalti lanzado por David Villa.
Lo que allí se decía era que Casillas se tira casi siempre al lado natural del lanzador, y que si un jugador holandés optaba por su lado no natural tenía más del 90% de posibilidades de marcar.
Michel Vorm, el portero suplente de Holanda, tenía también en su poder un papel con los nombres de los lanzadores de España, todo estaba escrito, y todo saltó afortunadamente por los aires gracias al gol de Iniesta.
Uno tiene que tenerlos muy bien puestos para hacer lo que hizo Van Gaal. Dentro de muchos años se hablará de su cambio de portero como de una de las grandes innovaciones de este deporte.
Hoy Van Gaal es un héroe, pero nadie duda de que si Tim Krul no hubiera tenido su noche habría pasado a ser un villano. Lo mejor de todo no es que Van Gaal tomara una decisión de mucho riesgo y en un momento crucial del campeonato; tampoco que dicha decisión le saliera bien y fuera decisiva; lo mejor de todo es que Van Gaal no dedicó ni medio segundo a considerar las consecuencias que podría acarrearle a él personalmente dicha decisión, sino que la estudió, la trabajó y la puso en práctica por simple coherencia ideológica. Nash en estado puro.
