[*Opino}– Sobre el divorcio y sus causas

31-12-14

Carlos M. Padrón

Me parece que el artículo que copio abajo raya en lo frívolo.

Pues afirmar que tras los divorcios están las causas que en ese artículo se enumeran revela un pobre conocimiento de la seriedad del matrimonio o del compromiso implícito en la vida en pareja.

¿Dónde quedan, entre las causas realmente importantes y a veces insalvables, las diferencias socioculturales (costumbres sociales, enfoque de temas clave, costumbres familiares, religión, posición social, etc.), la solidez de la confianza mutua, los criterios de administración de las finanzas, la compatibilidad en el sexo, etc.?

Creo que el tal artículo es uno más de los que se publican para promocionar libros o estudios, a veces de dudosa valía.

~~~

28/12/2014

Emily Towler

Cómo evitar el divorcio

Hay maneras claras e insospechadas de prevenir las rupturas matrimoniales, según un estudio realizado en la Universidad estadounidense de Emory.

Una boda media cuesta en Estados Unidos en torno a los 24.000 euros. El 53% de los matrimonios, según datos de Naciones Unidas, termina en divorcio, según estadísticas de Naciones Unidas.

En España, según fuentes del Consejo General del Poder Judicial, desde 2000 hasta 2011 los casos de divorcio pasaron anualmente de 40.000 a 117.179, y la Comisión Europea consignó que en 2012 la tasa de divorcios superó el 62% de los matrimonios.

Dos economistas de la universidad useña de Emory han publicado el estudio «Un diamante es para siempre, y otros cuentos de hadas», donde examinan una serie de factores que propician el divorcio.

Los autores han llegado a la conclusión de que, si se toman determinadas medidas, se puede evitar la ruptura. Algunas de las circunstancias que abocan al fracaso matrimonial resultan obvios. Por ejemplo, las personas que valoran sobre todo en su pareja la apariencia o la cuenta bancaria son más propensas a divorciarse. Pero hay otras razones inesperadas.

Un hallazgo sorprendente es la conexión entre el precio del anillo de compromiso y el divorcio. El informe, elaborado por Andrew M. Francis y Hugo M. Mialon, certificó que los novios que gastan entre 1.600 y 3.200 euros en el anillo de bodas se divorcian con más facilidad. 

Los economistas de Emory han descubierto también que existe una correlación inversa entre el divorcio y cuánto se gasta en la boda.

A mayor gasto, más probabilidades de ruptura.

Los precios actuales de una boda en España rondan los 16.500 euros, prácticamente la mitad que en Estados Unidos, aunque ha subido algo desde los 12.590 euros que costaba el año pasado, según datos de la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI).

Sin embargo, aunque las bodas caras tienen más posibilidades de acabar mal, el estudio incluye un dato que, en función de lo anterior, puede parece paradójico: a mayor número de invitados (es decir, testigos), menos riesgo de divorcio. Claro que a más comensales, más gasto; es decir, más posible derroche.

La investigación hace hincapié en que es mejor un noviazgo largo antes de casarse: las parejas que salen uno o dos años antes de formalizar el amor se divorcian un 20% menos que las que no alcanzan un año de novios; y las que salen más de tres años se divorcian un 39% menos.

Por otro lado, las parejas que se van de luna de miel se divorcian un 41% menos, lo que se puede atribuir a los buenos momentos pasados juntos en esa etapa. La falta de luna de miel también se asocia a otros componentes dañinos para el matrimonio, como sueldos bajos o trabajos exigentes que causan ansiedad.

A las parejas con ingresos familiares más altos les suele ir mejor en el matrimonio, porque eluden más fácilmente el estrés relacionado con las finanzas. Otro descubrimiento curioso es que, tanto las personas que asisten a servicios religiosos siempre como las que nunca van, se divorcian menos que quienes acuden sólo de vez en cuando.

Consejos a seguir

En resumen, para no engrosar la tasa de divorcios, éstas son las recomendaciones de la Universidad de Emory:

  1. Es conveniente que el noviazgo antes de llegar a la boda dure por lo menos tres años.
  2. Tener un mínimo de ingresos evita tensiones inherentes a la falta de recursos económicos. Pero no hay que poner la economía por encima de todo.
  3. No sea rácano a la hora de invitar, pero tampoco sea un manirroto
  4. Imprescindible la luna de miel si no quiere que el descalabro sea inevitable.

Fuente

[Hum}– Compatibilidad de caracteres

La mujer decide divorciarse, y el juez le pregunta:

—¿Cuál es la causa que motiva su petición?

—Compatibilidad de caracteres, señor juez.

—Querrá usted decir incompatibilidad de caracteres.

—No, yo dije ‘compatibilidad’ de caracteres. Le explico. A mí me gusta pasear, a mi marido también; me gusta el cine, a él también; me gusta salir a comer pizza los sábados, a él también; me atraen mucho los hombres,… ¡y a mi marido también!

[*Opino}– Acerca de divorcios o rupturas de parejas

03-11-13

Carlos M. Padrón

Parodiando el comienzo del artículo que copio abajo, digo que lo poco que yo sé del matrimonio lo sé por experiencia propia y por los muchos años de observación de lo ocurrido en/a otras parejas.

En base a ese conocimiento me atrevo a decir que en la lista de los factores que en el artículo que sigue se dan como predictores de un fracaso conyugal faltan dos:

1. No ganarse el respeto del otro

2. No ser merecedor de la confianza del otro

Y la clase de respeto y de confianza a que me refiero no es la que la mayoría de lentores supondrá, sino la explicada en el post Bases de la Pareja.

~~~

02/11/2013

Beatriz G. Portalatín

¿Hasta que la muerte nos separe?

«Lo poco que conozco del matrimonio procede de lo mucho que sé del divorcio», dijo en alguna ocasión el conocido productor de cine estadounidense David Brown.

Por mucho que pasen los años, y la cultura se extienda abriéndose a otras alternativas de ver y sentir la vida en pareja, aún no se ha conseguido una fórmula mágica que augure para siempre la felicidad o perdurabilidad de un matrimonio.

Sin embargo, existen algunos factores predictores que, aunque nunca con total seguridad, pueden anunciarlo.

Por ejemplo, desde el año 2007, en España se ha producido un descenso de matrimonios y divorcios del 21% y 17% respectivamentem y un claro porqué de estos datos es la difícil situación de crisis que atravesamos en los últimos tiempos.

Pero, sin duda, para que un matrimonio ponga el cartel de fin, hay otros muchos culpables.

Factores que llevan al fracaso

Según un informe de la Asociación Americana de Psicología (APA), refiriendo a datos del Centro Nacional de Estadísticas Sanitarias de EEUU, los factores predictores que pueden anunciar un fracaso conyugal son los siguientes:

  • el origen sociocultural,
  • el nivel educativo,
  • la edad a la que se contrae matrimonio,
  • el momento en que se decide ser padre, o
  • la existencia de problemas económicos.

«El matrimonio es un tercero que ambos miembros tienen en común, y necesita del continuo cuidado de ambos. Además, tiene su propio ciclo vital (las diferentes etapas por las que pasa el matrimonio que son diferentes según las necesidades del momento), que se tiene que ajustar al ciclo vital propio e individual de cada miembro de la pareja»,

asegura Eduardo Torres, director de la Unidad de Familia del centro psicológico ‘Instituto Centta’ de Madrid.

Por tanto, la pareja debe ir adaptándose a cada etapa y entender los cambios que cada una demanda, si no surgirán problemas.

Los conflictos que pueden aparecer dentro de una pareja como consecuencia de la diferencia sociocultural o educativa afectan al esqueleto de la pareja. Esto es, los problemas pueden venir cuando el concepto de marido y de mujer que tienen ambos miembros es diferente. Por ejemplo, «hay culturas muy machistas, y el machismo suele estar asociado a un nivel educativo bajo».

Según el especialista, al formarse la pareja hay un reparto de poder que se espera equilibrado, pero si un miembro de los dos toma el rol de dominante, pueden surgir problemas.

Cuando los problemas de pareja son estructurales, lo normal es que se acabe rompiendo. Pero esto no quiere decir que, por ser de un nivel educativo diferente o de dos culturas distintas, no pueda fundarse un matrimonio, aunque las exigencias comunicativas, negociaciones o renuncias a nuestros esquemas mentales son mucho mayores ya que serán mucho mayores nuestros choques o conflictos.

Por otro lado, hay que tener en cuenta también la edad en la que se hayan dado el ‘sí quiero’.

En caso de hacerlo muy jóvenes, el ciclo vital individual entra en conflicto con el ciclo vital de la pareja, ya que el objetivo de una persona joven (aprender, encontrar un trabajo, conocer gente) dista mucho de las necesidades de un matrimonio, como la crianza de los hijos. Si ambas chocan pueden generar problemas.

Otro de los factores son las cuestiones económicas, ya sea por escasez o incluso en las diferencias que puedan surgir a la hora de manejar la economía matrimonial.

La crisis es un agente contextual muy poderoso que obliga a todas las parejas a adaptarse, y afecta de forma directa a la manera de relacionarse.

Además de ser uno de los factores que está retrasando la edad de contraer matrimonio, conmoviendo de esta forma al ciclo vital, también afecta a la estructura.

Si hay problemas económicos, el matrimonio tiene que volcarse en solucionarlos de cara a establecer un proyecto común, y eso conlleva ciertos sacrificios: horas extras, modificar expectativas, ahorrar, etc.

Comunicación, proyectos y sexo

Pero, pese a todos estos factores, cada pareja es un mundo, y hay matrimonios que duran hasta que la muerte los separe, y otros que, más tarde o más temprano, pondrán su punto final.

En terapia te das cuenta de qué parejas con todo en contra salen adelante, y qué parejas con todo a favor, no. Realmente, no existen recomendaciones para un matrimonio perfecto, pero sí claves para tener una buena salud marital.

Las relaciones sexuales, y todo lo que ellas conllevan, son indispensables dentro de la pareja. Entender una sexualidad amplia, jugar, romper con la monotonía y entender que cada etapa, también en el sexo, es diferente.

También puede ser tanto un síntoma como una causa. Por eso es importante la comunicación entre ambos, que es lo fundamental de todo.

La transparencia, el no evitar los conflictos, hablar, aunque a veces sea doloroso, y resolverlos. Toda discusión que no se cierre, se guarda y sirve de metralla para el siguiente encontronazo.

El conflicto es lo normal, el conflicto es sano, la discusión es el camino para crecer y avanzar, y mostrar opinión o emociones, es lo que garantiza que estoy en un matrimonio donde puedo expresar lo que pienso y lo que siento. Pero igual de importante es discutir como resolver el problema.

Y, por último, tener un proyecto de vida en común. Un proyecto vital en pareja, aunque en éste haya algunos desencuentros, tiene más posibilidades de alcanzar éxito.

Además, esto es sinónimo de pertenencia, de sentirte partícipe en lo que los dos tenemos, y hace que mantengas la ilusión y las ganas de compartir tus esfuerzos para conseguirlo.

Fuente