Carmen era una chica que estaba a punto de cumplir quince años. Su madre, preocupada, se pasaba el día diciéndole:
—»Hija, por favor, ¡ten mucho cuidado con los hombres! Primero te invitan al cine, te empiezan a tocar todo, te llevan a su apartamento, te besan, te quitan la ropa, y después, ya sin tus braguitas, se te suben encima y te deshonran, ¡a ti y a toda tu familia!
Dicho y hecho. Carmen conoció a un chico que la invitó al cine, y etc. A la mañana siguiente, Carmen llegó a su casa toda despeinada y, con aire de triunfo, le dijo a su madre:
—Mamá, ¡pasó exactamente como me dijiste! Juan me invitó al cine y me tocó por todas partes. Después me llevó a su apartamento, empezó a besarme y a quitarme toda la ropa. Pero cuando me quitó las braguitas, me dije «¡ADELANTE!», así que me le subí encima … ¡y lo deshonré YO a él y a toda su familia!