En una fiesta muy concurrida, llegó el momento de los regalos, y como había más invitados que regalos, se decidió hacer una rifa.
Entre los asistentes había un mudo que, al oir que el moderador anunció que el número ganador había sido el 2440, miró su boleto y comenzó a gemir «Hum, hum, hum» mientras trataba de abrirse paso entre los asistentes para llegar a la tarima y reclamar su premio, pero nadie reparaba en el pobre mudo.
«El 2440, ¡a la una!», gritó el moderador.
Y el mudo, desesperado, siguió apartando gente con sus brazos y gimiendo «Hum hum, hum» para hacer saber que él tenía el número premiado, pero aún estaba muy lejos del moderador.
«El 2440, ¡a las dos!», gritó de nuevo el moderador.
Y el mudo, viendo que no llegaría a tiempo a la tarima para reclamar su premio, en un acto desesperado se bajó el cierre de la bragueta de su pantalón, sacó su pene y se lo mostró a una encopetada señora que estaba a su lado.
Escandalizada, la señora comenzó a gritar:
«¡¡EL MUDO SE LO SACÓ!! ¡¡EL MUDO SE LO SACÓ!!».
