Tanto cotidianidad como cotidianeidad son términos válidos para referirse a la cualidad de cotidiano.
Usos adecuados
• Sánchez confía en que España recupere pronto la cotidianidad.
• Un experto alerta de que Estados Unidos no está listo para un regreso a la cotidianidad.
• Los riesgos de Internet en tiempos de cuarentena: los delitos informáticos están cada día más presentes en la cotidianeidad de todos nosotros.
El Diccionario de la lengua española recoge ambas formas, aunque remite de cotidianeidad a cotidianidad, que es la regularmente formada a partir del adjetivo cotidiano, la que goza de más uso y la que el Diccionario panhispánico de dudas considera preferible en el uso culto.
En general, los sustantivos terminados en -neidad derivan de adjetivos terminados en -neo, no en -no: simultaneidad, mediterraneidad o idoneidad vienen de simultáneo, Mediterráneo e idóneo. En cambio, los sustantivos terminados en -nidad derivan de adjetivos terminados en -no: africanidad, amenidad y ancianidad derivan de africano, ameno y anciano, entre muchísimos otros ejemplos. Por eso, a partir de cotidiano la formación regular es cotidianidad.
Así pues todos los ejemplos anteriores son válidos.
