[Hum}— El Hijo del Jefe

Por definición, genes, educación, carácter y todo eso, el Hijo del Jefe es un Bobo Solemne. Esta peculiaridad lo convierte en un ente imprevisible, más peligroso, más dañino, más despiadado y más devastador que el propio jefe. (No hace falta dar ejemplos)

Los jefes tienen la manía de delegar pronto en sus hijos aquellos aspectos más sádicos del quehacer cotidiano.

Para que el hijo del jefe se porte como tal, ha de saber despedir sin contemplaciones a los empleados que cualquier eficiente jefe de personal sería incapaz de hacer —como, por ejemplo, a los elementos más valiosos de la empresa— por el hecho de que cobran mucho, son excesivamente viejos, o no le ríen las gracias con el entusiasmo previsto.

El Hijo del Jefe suele hacer perder mucho dinero a la empresa de su padre, pero no importa, ya se encarga papá de recuperar el dinero que, bien mirado, no se trata de dinero perdido, sino destinado a inversión educativa, Ya se sabe que la buena educación está muy cara y la del Hijo de Jefe, más.

Cuando el jefe goza de una extraordinaria salud (cada vez hay más así, felizmente) el Hijo del Jefe puede encontrar una feroz competencia en sus propios hijos.

Aún no se ha estudiado, como fenómeno sociológico, el impacto del Nieto del Jefe, pero, en líneas generales, se observa que los nietos, con tal de llevarle la contraria a la bobería solemne de sus padres, suelen salir tan listos y astutos como sus abuelos, con lo cual el círculo se cierra y todo queda en casa, que es de lo que se trata.

También suele suceder que el jefe, cosa curiosa, no tenga hijos. Entonces, de la saga familiar, rápidamente salta, de los muchos que hay, el Sobrino del Jefe, que además de devorar sin contemplaciones al resto de la competencia, se convierte en un clon perfecto de su tío, imitando a la perfección sus modos y maneras y hasta encargando la ropa en el mismo sastre.

[LE}— «Prodemócrata», no «pro demócrata» ni «pro-demócrata»

12-06-2019

El adjetivo prodemócrata se escribe en una sola palabra, sin espacio ni guion, al igual que el resto de los términos de esa familia léxica. 

Uso incorrecto

• La oposición pro demócrata logra paralizar Hong Kong.

• El movimiento pro-democrático que paralizó partes enteras de la ciudad.

• Pekín acusa a «fuerzas extranjeras» de alentar el bloque pro-demócrata.

Uso correcto

• La oposición prodemócrata logra paralizar Hong Kong.

• El movimiento prodemocrático que paralizó partes enteras de la ciudad.

• Pekín acusa a «fuerzas extranjeras» de alentar el bloque prodemócrata.

Según establece la Ortografía Académica, los prefijos se escriben, como norma general, unidos a la palabra a la que acompañan. De este modo, lo adecuado es escribir prodemócrata todo junto, sin espacio ni guion, de la misma manera que prodemócratas o prodemocrático.

Al hilo de estos sucesos, cabe recordar, además, que la expresión Revolución de los Paraguas puede escribirse con mayúscula inicial, ya que no se trata de una denominación que designe de forma directa y transparente el hecho histórico al que se refiere.

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