[Hum}— Jugar al tenis con tu novia

Aclaremos conceptos: una cosa es estar enamorado y otra cosa es ir a jugar al tenis con tu novia. ¿Saben por qué hay tan pocas competiciones mixtas? No es por las diferencias físicas, ¡no, señor! ¡Es porque las mujeres tienen sus propias reglas!

Tú llegas a la pista de tenis, te colocas, ella saca una vez, falla, vuelve a sacar, vuelve a fallar y entonces dice:

“No vale, no vale, saco otra vez. Ésta no valía porque la raqueta no ha tocado la pelota”.

Mi chica siempre tiene alguna excusa: «¡No estaba preparada!» o «Es que esta raqueta me va grande», y la que más me alucina: «Es que si me miras, me desconcentras» ¿Que si la miro la desconcentro? ¡Pues que juegue con el Dioni!

El caso es que cuando por fin consigo hacerme con la pelota (por supuesto, yendo a buscarla, porque es imposible que la pelota pase a mi campo) saco, se la tiro con dulzura, como un globito. Y entonces ella va y me grita:

“¡Joder! ¡tíramela normal!”

Entonces hago un saque normal y:

“¡Joder.! ¡Qué bestia! ¡Tiras a dar! ¡Parece que te fastidie jugar conmigo!”

Y luego hay una cosa que no falla: en el momento en que la pelota se ha ido a tomar por el culo, y ella tiene que ir a buscarla, es el momento en que dice:

“Ya no quiero jugar más”.

“¿Pero ya te quieres ir? Si he pagado dos horas de cancha”.

“Vale, pueeees. Tú pelotea, que yo te miro”.

Y se sienta en una esquina a hablar por el celular. Oigo que dice: “Pues nada, aquí, jugando al tenis con éste”.

Deja un comentario