[Hum}— Fino. El Príncipe y su esposa

La fealdad del príncipe de Conti era notoria, y debido a esto su mujer le engañaba sin vergüenza alguna. Un día al irse de viaje el príncipe de le dijo a su esposa:

«Señora, le recomiendo que no me engañe durante mi ausencia».

Y su esposa le susurró:

«Señor, puede irse tranquilo: sólo tengo ganas de engañarle cuando le veo».

Cortesía de Ramón López

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