[Hum}– Epitafio

En un pueblo muy pequeño vivía una anciana. A pesar de los muchos años que había vivido, era aún virgen y estaba muy orgullosa de serlo.

Sabiendo que su final se acercaba, fue a visitar al artesano a cargo de hacer las lápidas para las tumbas y le pidió que preparara la suya y le pusiera esto:

“Nació virgen, vivió como virgen y murió virgen”.

Poco tiempo después la anciana falleció y el sepulturero fue a ver al artesano de las lápidas y le recordó lo que la difunta había pedido. El artesano decidió poner manos a la obra, pero, siendo como era un perezoso de mucho cuidado, decidió que lo pedido por la anciana era muy largo y le tomaría mucho tiempo, y simplemente puso esto en la lápida:

“Devuelta sin abrir”.

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