[LE}– Nombres de medicamentos: mayúscula y minúscula

08/02/2016

Los nombres comerciales de los medicamentos se escriben con inicial mayúscula, pero los nombres de los principios con los que se producen se escriben en minúscula.

En los medios de comunicación se vacila en las escritura de los medicamentos, como se muestra en los siguientes ejemplos:

  • «Seis alternativas naturales al Ibuprofeno»,
  • «Los dos se colocan con “captagón”, la droga de moda en Oriente Medio»,
  • «El galeno solo le recetó un panadol vía telefónica».

Tal como explica la Ortografía Académica, «Los nombres de los principios activos de las medicinas, es decir, el medicamento propiamente dicho, son comunes y se escriben con minúscula inicial»; en cambio, «Los nombres comerciales registrados de los medicamentos, al igual que sucede con las marcas, son nombres propios y deben escribirse con mayúscula inicial». En ninguno de estos dos casos son necesarias las comillas o la cursiva.

Así,

  • El paracetamol o acetaminofén es uno de los componentes del Panadol
  • El Gelocatil o el Atamel
  • La fenetilina se comercializa con los nombres de Captagon, Biocapton y Fitton
  • La amoxicilina tiene los nombres comerciales de Amoxil y Trimox, entre otros
  • La povidona es la base del Betadine, el Isodine o el Pervinox
  • El clorazepato es Tranxene y Tranxilium
  • El almagato es Almax; etc.

También se escriben en minúscula las marcas que han dejado de funcionar como tales y que ya se emplean con valor genérico, como curitas o tiritas para los apósitos adhesivos, y aspirina para el ácido acetilsalicílico. 

Por otra parte, se recomienda mantener la mayúscula de la marca comercial cuando se hace referencia a las cápsulas, grageas, porciones o dosis del medicamento con ese nombre propio: un Nolotil.

En consecuencia, en los ejemplos anteriores habría sido mejor escribir 

  • «Seis alternativas naturales al ibuprofeno»,
  • «Los dos se colocan con Captagon, la droga de moda en Oriente Medio» y
  • «El galeno sólo le recetó un Panadol vía telefónica».

Fuente

[LE}– Desnutrición es un tipo de malnutrición

10/02/2016

La desnutrición es sólo uno de los trastornos englobados en el significado más genérico de malnutrición.

El Diccionario de Términos Médicos, de la Real Academia Nacional de Medicina (España), define de modo general malnutrición como ‘cualquier trastorno de la nutrición, ya sea como consecuencia de una alimentación insuficiente, excesiva o mal equilibrada’, pero también como sinónimo de desnutrición, cuyo significado, más restringido, hace referencia al ‘estado nutricional deficiente por carencia, mala absorción, aumento de las necesidades o pérdida excesiva de nutrientes’.

Toda desnutrición es una malnutrición, pero no a la inversa: sólo un tipo concreto de malnutrición es desnutrición.

Por ello no son incorrectas frases como 

  • «Unicef advierte de que más de un millón de niños muere al año por malnutrición en África»,

aunque habría sido más preciso escribir desnutrición, ya que estas muertes se deben a la ausencia de alimentación, no a dietas perjudiciales.

Fuente

[*Opino}– Búsqueda online de vuelos: más caros la segunda vez que la primera

09-02-2016

Carlos M. Padrón

Efectivamente, y como dice el artículo que copio abajo, en las búsquedas online de pasajes aéreos, el sitio en el que se busca —o vendedor— suele tomar nota de la IP (Internet Protocol) desde la que buscamos, y la próxima vez que busquemos nos dará un precio superior al de la vez anterior.

Esto lo he comprobado varias veces, y no sólo con pasajes aéreos. La forma de evitar el pago del sobreprecio es efectuar la segunda búsqueda desde una IP que, para el vendedor, sea diferente a la que usamos en la primera.

Para eso, creo que más efectivo que el cambiar de computador o borrar las cookies, es ocultar o cambiar, mediante proxy o VPN, el servidor desde donde “nos vieron” la primera vez, lo cual conlleva cambio de IP.

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09 FEB 2016

Karelia Vázquez

Un estudio desvela el mejor día para comprar vuelos baratos

Hoy es el mejor día para comprar los billetes de Semana Santa. Así lo asegura el último informe del comparador global de vuelos Skyscanner, que se acaba de hacer público.

Según sus datos, siete semanas antes del viaje es el momento óptimo para comprar en España. De hecho, recomiendan que el usuario reserve ya sus billetes de Semana Santa si quiere conseguir un ahorro del 10%.

En estos años se han popularizado las webs dedicadas a rastrear, literalmente, los precios de aerolíneas y agencias de viaje, con la esperanza de poder establecer un patrón fiable y recomendar a sus clientes los mejores días para comprar. El comportamiento hiperactivo de las cuentas de Twitter de estas plataformas, dando una recomendación ahora, luego otra, y más tarde, la contraria, muestra, mejor que cualquier analítica, cómo cambian los tercios casi a diario y a veces cada hora.

La recomendación estrella la dio en el diario The New York Times, George Hobica, fundador de Airfarewatchdog, una de estas webs que vigila la oscilación de los precios online. Hobica advirtió: “Aunque las últimas investigaciones indiquen que los fines de semana son el mejor momento para comprar, si usted ve una oferta el jueves, cómprela, no espere al sábado”.

Su experiencia de veinte años estudiando el mercado de billetes en Internet le dice que las compañías están permanentemente jugando con los precios, lo cual hace que cada vez sea más difícil acertar con los pronósticos.

El citado informe de Skyscanner revela que comprar con tiempo es más barato que hacerlo a última hora. La cifra de siete semanas coincide con los 57 días de antelación recomendados por las plataformas Expedia y FareCompare para el mercado. En cambio, los datos Hooper, firmados por el científico de datos Patrick Surry (@patricksurry), indican que hay margen hasta 15 días antes de viajar. A partir del día 14º, los precios se disparan hasta un 29%, aseguran.

Pero en este negociado las predicciones no se deben interpretar como reglas. Advierte Hobica que en los vuelos a Asia (desde Estados Unidos) es frecuente encontrar grandes descuentos de hasta 500 euros en ofertas de último minuto.

Diferentes destinos

El metabuscador Skyscanner, después de analizar millones de reservas de los últimos tres años, está en condiciones de asegurar que cada destino europeo tiene sus tiempos recomendados para encontrar la ganga: “Se pueden obtener descuentos de entre el 17% y el 20% si los viajes a Londres y a Bruselas se gestionan con dos meses de antelación, mientras que París requiere 10 semanas. En el caso de Roma o Ámsterdam es recomendable reservar tres meses antes”.

Viajar a estos destinos en invierno supone un ahorro de entre el 19% y el 30%, y enero es el mes más barato para todos, excepto para París donde recomiendan volar en noviembre. Agosto sigue imbatible como el momento más caro para viajar a cualquier lugar del mundo.

Según sus datos, febrero es el mes perfecto para viajar a Bangkok y a Lima (15% de ahorro), también a Buenos Aires, aunque los grandes chollos para la capital argentina abundan en marzo. Viajar en noviembre a Nueva York y a La Habana puede suponer un descuento del 22% y 10%, respectivamente. Para los destinos de larga distancia, el buscador recomienda reservar con una antelación de entre 21 y 28 semanas para conseguir un buen precio.

Ante tanta incertidumbre, el autor de los informes Hooper sólo tiene cinco cosas claras. A saber: los precios de una ruta determinada fluctúan en función del número de pasajeros; los precios sufren cambios predecibles en las diferentes estaciones del año, especialmente en los picos del verano y las navidades; en la temporada alta las aerolíneas suben los precios no sólo porque hay más personas que quieren viajar sino porque, además, están dispuestas a pagar más dinero por un billete.

Y, por último, después de una gran revalorización (o de una caída importante) de un destino, los precios se moverán en sentido contrario. “Adivinar el futuro no es un trabajo fácil, y muchos factores que influyen en los precios son inesperados, pero explotando los factores previsibles es posible extraer algunas conclusiones sobre su evolución a corto plazo”, escribe en su último informe.

El extraño caso de los precios hiperactivos

Usted ha estado mirando billetes (ha repetido varias veces la búsqueda y ha insistido en el mismo destino), ha encontrado un buen precio, una ganga en toda regla. No se ha decidido (usted siempre viviendo al límite) y se ha ido a comer, cuando ha vuelto, a la ganga le habían salido 100 euros por encima. También puede ser que la próxima vez que entre usted al buscador empiecen a saltarle mensajes tranquilizadores: “¡Quedan dos plazas!” o “¡Hay 45 personas mirando esta oferta!”.

Evidentemente alguien ha identificado su punto débil, concretamente un software ha trazado su comportamiento y monitoreado su computador, y ha aprendido que le interesa comprar ese billete, y usted acabará pagando un poco más.

Una práctica de dudoso gusto y legalidad que al menos en Francia se está investigando en serio. Un estudio de la Universidad Politécnica de Cataluña apuntaba a la frecuencia de este modus operandi al que llamaron “discriminación de búsqueda en Internet. Para sortearlo se pueden usar dos navegadores o dos dispositivos distintos, uno para buscar y otro para comprar. También funciona borrar las cookies del navegador habitual.

Usted que hasta hoy no sabía para qué servía el big data, aquí tiene un buen ejemplo.

[*IBM †}– Henry Vierma

Henry Vierma 

  • Fecha: 07-02-2016
  • Lugar:
  • Causa: Cáncer de pulmón
    Edad: 68
  • Posición en IBM: Marketing
  • Nació en:

Información adicional
Gracias al exIBMista Esteban Zajía he sabido que los restos de Henry fueron incinerados hoy, a las 13:15, en el crematorio del Cementerio del Este (Caracas).

[Hum}– Hospital psiquiátrico

Un sádico, un masoquista, un asesino, un necrófilo, un zoófilo y un piromaniaco están sentados en el jardín de un hospital psiquiátrico. Sin saber cómo ocupar su tiempo, y medio aburrido, el zoófilo dice:

—¿Y si violamos un gato?

A lo que el sádico rápidamente responde:

—¡Eso, eso, vamos a violar a un gato y después lo torturamos!

Inmediatamente el asesino se asocia con ellos y dice:

—¡Vamos a violar a un gato, torturarlo y después matarlo!

Se levanta el necrófilo y dice:

—¡Vamos a violar a un gato, torturarlo, matarlo y después lo violamos otra vez!

Y agrega el piromaniaco:

Se hace un repentino silencio. Todos miran al masoquista y le preguntan:

—Y tú, ¿no vas a decir nada?

A lo que el masoquista dice:

—¡¡¡Miauuuuu!!!

[Hum}– Competención de Trivia

Iba yo ganando una competición de Trivia hasta que di mal la respuesta a la última pregunta, que fue “¿Dónde tienen las mujeres el pelo más rizado?”.

La respuesta correcta era en Fiji, pero, ¿cómo iba yo a saber que preguntaban por el nombre de un país?

[LE}– ‘Miniván’, junto y con tilde

03/02/2016

El término miniván, que se refiere a cierto tipo de vehículo, se escribe con tilde y en una palabra, mejor que minivan o que mini van.

En los medios de comunicación aparece este nombre escrito de muy diversas maneras:

  • «Queman mini van en un intento de robo»,
  • «Los pasajeros de la minivan resultaron heridos de consideración tras el impacto de una camioneta» u 
  • «Ofrecen traslado a los refugiados desde las playas a los centros de recepción en autobuses y mini vans».

La voz inglesa minivan designa, según el diccionario Merrian-Webster, a una ‘pequeña furgoneta de pasajeros’. Por tanto, tiene un sentido más preciso que furgoneta, que suele aplicarse a vehículos de transporte de mercancías, y que monovolumen, que también designa a turismos de menor capacidad.

Es una voz de amplio uso en los países hispanohablantes, y es la forma asentada en parte de América para este tipo de vehículos.

Por ello, y dado que no presenta problema alguno en su adaptación al español, se recomienda escribirla en redonda y con la tilde que le corresponde. Su plural es minivanes, mejor que minivans, y el género mayoritario es el femenino, aunque el masculino no sea incorrecto.

En consecuencia, en los ejemplos anteriores habría sido mejor escribir: 

  • «Queman miniván en un intento de robo»,
  • «Los pasajeros de la miniván resultaron heridos de consideración tras el impacto de una camioneta» y
  • «Ofrecen traslado a los refugiados desde las playas a los centros de recepción en autobuses y minivanes».

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[LE}– ‘Suite’, en cursiva

02/02/2016

El sustantivo suite, plural suites, se escribe en cursiva, o entre comillas si no se dispone de ese tipo de letra, por tratarse de un galicismo no adaptado.

Esta palabra de origen francés significa literalmente ‘serie’, pero en español se emplea, conforme al Diccionario Académico, con los significados de ‘habitación  de lujo de un hotel, con varias dependencias’ y ‘composición instrumental integrada por movimientos muy variados, basados en una misma tonalidad’.

Aunque no lo recojan aún los principales diccionarios, se usa también para referirse a un ‘conjunto de programas informáticos para uso doméstico o en oficinas que suele incluir, entre otros recursos, un procesador de textos, una hoja de cálculo, un programa para hacer presentaciones, y un sistema de gestión de bases de datos’.

Aunque un avance de la vigesimotercera edición del Diccionario proponía su escritura en redonda, la versión definitiva de esa obra mantiene la cursiva como extranjerismo no adaptado, ya que la pronunciación más general es /suít/ y no /suíte/.

Así, en frases como

  • «La velada arrancó con una suite de extractos del musical basado en la novela homónima de Víctor Hugo»,
  • «El entonces delantero del Lyon presuntamente mantuvo relaciones con la prostituta en una suite del hotel Le Méridien de París» o
  • «Los usuarios van a poder ejecutar las aplicaciones de esta suite ofimática libre»,

habría sido preferible escribir el término en cursiva o entrecomillado.

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