[LE}– Disrupción, disruptivo y disrumpir, son términos adecuados

13/05/2015

El sustantivo disrupción, el adjetivo disruptivo y el menos frecuente verbo disrumpir son adecuados para aludir a la ‘rotura o interrupción brusca’ de un proceso o un modo de hacer las cosas que se impone y desbanca a los que venían empleándose.

En los medios de comunicación pueden verse frases como

  • «La idea es facilitar un cambio que no sea disruptivo» o
  • «Se debatirá el impacto de la disrupción digital en el mundo de los negocios».

El Diccionario Académico, que ya incluía desde 1970 el adjetivo disruptivo, ha incorporado en su vigesimotercera edición el sustantivo disrupción, procedente del latín (disruptio, -onis), pero que ha llegado a nuestra lengua a través del inglés disruption.

De ese modo, los ejemplos anteriores pueden considerarse apropiados.

El verbo adecuado para referirse a esa acción es disrumpir, que sigue el paradigma de irrumpir e interrumpir (del latín irrumpere e interrumpere) y cuyo uso puede, por tanto, considerarse adecuado.

Fuente

[Hum}– Las 12 Leyes de Murphy menos conocidas

  1. La luz viaja más rápido que el sonido. Por eso es que algunas personas parecen inteligentes hasta que uno las oye hablar.
  2. Una multa es un impuesto por hacer algo mal. Un impuesto es una multa por hacerlo bien.
  3. Quien ríe último, piensa despacio.
  4. El cambio es inevitable, excepto en una máquina expendedora.
  5. A quienes a cuchillo viven, les disparan quienes no viven así.
  6. Nada es a prueba de tontos ante un tonto con bastante talento.
  7. Regla del 50-50-90. Siempre que uno tenga un 50-50 de chance de hacer algo bien, habrá un 90% de probabilidades de hacerlo mal.
  8. Lo que consiguen quienes esperan, es lo que han dejado los que llegaron primero.
  9. Dale a un hombre un pescado y comerá todo el día. Enséñale a pescar, y se sentará en un bote a beber cerveza.
  10. Linterna: carcasa que alberga baterías muertas.
  11. Dios nos ha dado dedos en los pies para que en la noche podamos encontrar muebles.
  12. Cuando te juzgan en una corte, te has puesto en las manos de 12 personas que no fueron lo suficientemente listas como para evitar llegar a ser jurados.

Cortesía de Fernando Lacoste