[LE}– Insultos: Infame, podía costar la vida en el siglo XVI

06/03/2015

A. S. Moya

Proferir este calificativo era tan afrentoso que requería satisfacción a través de un duelo a muerte.

«InFAmes, respetad a los muertos». Así rezaba una pancarta que el grupo radical del Real Madrid, Ultras Sur, le dedicó hace años en un derbi a sus homólogos rojiblancos del Frente Atlético.

El mensaje hacía alusión a los desagradables cánticos que los hinchas colchoneros vienen coreando desde que un accidente de tráfico costara la vida al que fuera emblema del club merengue, Juan Gómez, «Juanito». «¡Illa, illa, illa, Juanito hecho papilla!» o «cómo iría Juanito… para no ver el camión» fueron la gota que colmó el vaso de los otrora ocupantes del fondo sur del Bernabéu, quienes no tuvieron en mente otro calificativo que el que ocupa hoy nuestra atención.

La ofensa de infame sirve para describir al individuo indigno, vil y despreciable, que carece de honra y no merece respeto. Pancracio Celdrán señala en «El Gran Libro de los Insultos» que en el siglo XVI se decía de «el notado de ruin fama. Fue insulto tan afrentoso que requería satisfacción en duelo a muerte, afrenta equiparable a cobarde, felón, traidor, cabrón, hereje, ya que el infame carece de crédito y estimación».

El historiador Juan de Mariana escribe en el siglo XVI referido a los cómicos: Los farsantes que salen a representar deben ser contados entre las personas infames.

Mientras que Miguel de Cervantes deja plasmado en Rinconete y Cortadillo (1613): Se deja para otra ocasión contar su vida y milagros, con los de su maestro Monipodio, y otros sucesos de aquellos de la infame academia.

Celdrán apunta que este calificativo fue muy empleado en el teatro del Siglo de Oro: «El movimiento cultural obsesionado con el honor personal y la reputación familiar».

Lope de Vega dice: Luego que suelta del infame lazo Filomena se vio, corrió a la espada, pero cayó con más seguro abrazo en los tiranos brazos desmayada…

Incidiendo en su origen etimológico, el autor explica que es voz derivada del latín fama (opinión pública, renombre, rumor), a la que se le añade la partícula negativa ‘in’. Además de añadir una pequeña pincelada respecto a la variación que ha sufrido su significado a lo largo del tiempo, «desde el siglo XIX el término señala a la persona carente de reputación o fama, o a quien la tiene mala y ruin. No obstante, no se usa en castellano con anterioridad al XV: enfamar, es decir, andar en lenguas por algo».

Manuel Tamayo y Baus escribe a finales de ese siglo en «Un drama nuevo» (1867): Ahí va un infame, porque el marido ultrajado que no se venga es un infame.

Fuente

[LE}– ‘Expatriado’ y ‘emigrante’, matices de sentido

05/03/2015

El término expatriado es válido para referirse específicamente a las personas que salen de su país para trabajar en otro.

En los medios de comunicación se está extendiendo el uso de esta palabra,y otras de la misma familia, como se comprueba en los siguientes ejemplos:

  • «Los talentos expatriados se resisten a volver incluso con garantías de trabajo» o
  • «La crisis económica ha favorecido el fenómeno de la expatriación».

Aunque por su sentido básico, recogido en el Diccionario Académico, expatriado es simplemente el ‘que vive fuera de su patria’, en el uso se ha extendido la aplicación de este vocablo más en particular a los exiliados y al personal calificado que una empresa o institución traslada temporalmente a otro país para, por ejemplo, desarrollar una nueva actividad u ofrecer asistencia técnica.

Es, por tanto, el punto de vista opuesto al del impatriado, que es la persona traída a un país para trabajar.

Por otra parte, tanto emigrante como inmigrante aluden más ampliamente a todos los que se desplazan a otro país o región con propósito de establecerse o radicarse en él.  

El empleo ocasional de expatriado como mero sinónimo de inmigrante o emigrante, sin los matices arriba señalados, puede ser un intento de evitar las connotaciones negativas que estas últimas voces tienen entre algunas personas, aunque estas palabras nos esea de por sí discriminatorias.

Se desaconseja el acortamiento expat, tomado directamente del inglés, pero que no se ajusta a las pautas de acortamiento propias del español.

Fuente

[Hum}– Yerno modelo

Un señor llega de su trabajo, y su esposa, muy angustiada, corre hacia él gritando:

—¡Mi amor! ¡mi amor! ¡A mi mamá la picó un alacrán!

Sorprendido, el esposo replica:

—¿¡Cómo que un alacrán!?  ¡Si había cuatro en la cajita!

[*Opino}– El inglés en España. Por fin encuentro en un medio algo que me da la razón

04-03-15

Carlos M. Padrón

Después de ller el artículo que copio abajo, tengo que agradecer a Cristina Reglero el que en éste y en otros artículos que ha publicado haya ratificado por su cuenta lo que en este blog he escrito varias veces acerca del inglés en España, de cómo lo manipulan, cómo lo pronuncian, y cómo parecen convencidos de que con tomar una palabra española —como puente— y añadirle la terminación -ing, ya creen que puenting es una palabra inglesa.

Cristina lo explica tan bien que no tengo nada que añadir, excepto que en el inglés que se habla en EEUU, sí se usa parking.

Artículo(s) relacionado(s):

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03-03-15

Cristina Reglero

Footing, friki y otras palabras que usamos todo el tiempo… incorrectamente

El “Spanglish” está cada vez más metido en nuestro vocabulario cotidiano.

  • “Mi amiga se ha hecho un lifting”,
  • “Tiene un piercing nuevo en el ombligo”,
  • “Se ha atrevido a hacer puenting”,
  • “Hago footing todos los días”.

Son algunas de las palabras en «inglés» que usamos continuamente en nuestras expresiones cotidianas, y… nos las hemos inventado.

Ya se han hecho tan comunes —incluso se potencian en medios de comunicación— que nadie se para a pensar que, realmente, pueden no ser correctas. Sólo nos damos cuenta de que algo va mal cuando en nuestro fin de semana en Londres alguien nos mira con cara de póker al preguntarle dónde está el “parking”.

Y es que cuando te haces un lifting es realmente un facelift. Si tu amiga se ha puesto un pendiente en el ombligo, lo que diríamos es que “she has a pierced belly button”. Hemos convertido a los raritos en frikis, cuando en realidad la palabra correcta es freak. En este caso se ha tomado el camino fácil de escribirlo como suena.

¿Puenting?

Una de las más comunes es quizá el sustantivo fashion (moda), que usamos como adjetivo para decir, por ejemplo, que nuestra amiga va a la moda, cuando en realidad queremos decir que es fashionable.

Pero si hay un ejemplo claro de spanglish ése es la palabra puenting: los valientes que se lanzan desde un puente sujetados únicamente por una cuerda elástica lo que hacen es bungee jumping, no la unión de “puente” (lugar desde donde se lanzan) con el sufijo –ing. Algo parecido sucede con la unión de la palabra inglesa foot con el sufijo –ing, footing, para denominar lo que en realidad es hacer jogging.

También resulta misterioso el uso extendido (aunque poco fino) de water para referirnos al bathroom o toilet. Será porque alguien vio que aquello implicaba agua y lo popularizó como tal.

Fuente

[*IBM}– Del baúl de los recuerdos: Sept. 1970. Curso ‘System Design’ en Colonia Tovar

02-03-15

Carlos M. Padrón

De esta foto, cortesía de Cecilio Lecusay, no recuerdo los nombres de todos los que en ella aparecen, y por eso los he señalado con ¿?. Agradeceré cualquier ayuda al respecto.

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De izquierda a derecha.

  • En pie: 1, Raúl Vegas ; 2, Tomás Ramírez ; 3, Alfonso Colloca ; 4, Sergio Stecca ; 5, Pierre Fluché † ; 6, Enrique Novella ; 7, Raúl Figueroa ; 8, Ibrahim Guerra ; 9, ¿? ; 10, José Manuel Padrino ; 11, Jon Gómez.
  • Sentados: 1, Horacio Bolaños ; 2, Jesús Pérez-Pina ; 3, ¿? ; 4, Henry Bullones ; 5, ¿? ; 6, ¿? ; 7, Francisco Urvina ; 8, Luis Maggioli †.

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COMENTARIOS

Sergio Stecca
No recuerdo el nombre del 3-Sentado, pero sí que fue vendedor y, posteriormente, el primer gerente de personal de GBG cuando se formó ese grupo. Seguramente Antonio Ramírez recuerde su nombre.

Un abrazo a todos, y un saludo a Ibrahin. Quizá el sepa de un amigo común: Antonio Parra.

CMP
En respuesta a Javier Palacios.

Comparto tu duda, Javier. Puse Azuaje, sin estar seguro, en la esperanza de que, si no es él, alguien me corrija, pero incluso creo que Azuaje no estaba en IBM en esa fecha, o al menos yo no recuerdo haberlo visto entonces.

Javier Palacios
El número 3 de pie me parece que no es Azuaje; mucho bigote para ser él.

Ibrahim Guerra
Me emociona verme, y ver de nuevo a mis compañeros de estudios y cursos preparatorios que recibimos antes —y hasta durante— de salir al ruedo del ejercicio profesional como Analistas de Sistemas o Vendedores. Estos últimos eran las estrellas; claro, IBM era una empresa de ventas, de las cinco más importantes del mundo, nos decían en los cursos y conferencias de inducción.

Esta imagen específicamente corresponde a uno de los tantos cursos que recibimos para que conociéramos el mundo de la tecnología comercial que ya invadía a pasos agigantados todos los terrenos empresariales. Los recuerdo a todos, a unos más que a otros. ¿Cómo no recordar el glamour de Jesús Pérez Pina, por ejemplo, o el eterno sentido de la joda de Jon Gómez? Vasco por antonomasia, no había nada, absolutamente nada, que no le produjera un comentario irónico.

A mí me hacia muchísima gracia, porque siempre tenía razón en sus burlas, apuntadas hacia las frecuentes tonterías con las que nos encontrábamos a diario. Desarrollé por él, —por esa razón, por su sinceridad y sentido de humor—, un gran afecto.

Vino luego el ejercicio profesional, y yo me las vi negras.

Una, porque ya no soportaba nada que se relacionara con el ejercicio de la ingeniería; sólo ingresar a IBM me mantuvo un tiempo a flote (cuatro años), y más cuando lo hice en Educación). Respiré cuando me pude independizar económicamente ingresando a la Televisión, con muy bien pie, dirigiendo programas de opinión (Sofía Imber y Carlos Rangel), y luego epopeyas dramáticas, y, más lejos aún, telenovelas románticas y teleteatros, hasta que di el salto gigante desde los escenarios.

Y, dos, la otra, el jefe que teníamos en ese entonces, Juan Calvo, que a mí me parecía un perfecto pelmazo. Para mi desgracia, ya lo había tenido como profesor de Electrónica en la escuela de Mecánica de la Facultad de Ingeniería de la Central. Casi dejo de graduarme porque, o bien no asistía yo a sus clases, o me salía a los apenas 15 minutos de iniciadas. Eran a las 6 de la tarde, y yo tenía clases de actuación a las 6.30 en el Rectorado, y a éstas me esmeraba en llegar temprano.

La escuela quedaba, y queda, justo enfrente del Rectorado, donde funcionaba el T. U. y la Escuela de Teatro. Calvo era fastidiosísimo, monótono, lo más ajeno a lo que se pueda pensar de un docente. Se limitaba a llenar de hileras interminables de números y símbolos aquellas tres larguísimas pizarras del salón de clases, de espaldas siempre a la audiencia estudiantil, repitiendo en voz lo que con la tiza escribía.

Cubano de nacimiento, para mí es el primero, y creo que el único cubano que he conocido con tal grado de frialdad. Una de las razones que tuve para detestar el ejercicio profesional, por demás extraordinario y adorable en el mundo del Análisis de Sistemas, era tener que verlo en plan omnipotente, metido en su cubículo de jefatura, ubicado justo diagonal, a la derecha de los maravillosos espacios en los que nos desempeñábamos analistas y vendedores. Espacios por demás de muy alto nivel laboral para ese entonces.

La sorpresa de todos cuando llegamos de la esquina de Urapal a las mezzaninas del Capriles fueron no sólo los multiusos escritorios de los que nos proveyeron, sino los teléfonos individuales de los que disponíamos cada uno, que, para nuestro asombro, eran de teclas.

Creo que el odio con Juan era mutuo, porque cuando los analistas le planteaban la renuncia, él les decía: “Vamos a conversarlo”, y les subía el sueldo. Cuando se la planteé yo, me dijo, “Me parece muy bien”. En televisión cuando se “oye” el pensamiento de un personaje, se dice que se hace en off a manera de play back. No quiero mencionar ahora el play back que en ese momento se me cruzó por la mente.

Queridos excompañeros y amigos de siempre, tengan la seguridad de que los recuerdo a todos, y los quiero. Son parte de mi vida, y del mejor período que viví durante mis 8 años de ejercicio empresarial como ingeniero, aunque aún lo sigo siendo en mis actividades de productor.

Camilo Gassán
Amigo Carlos, conozco a la mayoría, pues en esa época trabajaba yo como analista en un cliente. Un gran abrazo a todos. Camilo Gassán.

CMP
En respuesta a Jon A. Gómez.

Vi a Symche hace algunos años y no había cambiado mucho con respecto a cuando lo dejaste tú. Sigo creyendo que el de la foto no es él.

Jon A. Gómez
Carlos, me refería al nº 5 sentado, Symche Wakszol, pero puedo estar equivocado si a ti no te lo parece (almost 45 years ago…).

CMP
En respuesta a María E. Sanoja.

María, los saludos a Ibrahim podrá dárselos quien tenga contacto con él, pues yo no lo he visto desde que dejó IBM.

CMP
En respuesta a Antonio Ramírez.

Gracias, Antonio. Si tú lo dices… Pero no creo haberlo conocido, pues ni su cara ni su nombre me son familiares.

CMP
En respuesta a Jon A. Gómez.

Hola, Jon. Si no dices cuál 5 es, si el de los que están en pie o el de los que sentados, no sabré a cuál te refieres, pues ambos tienen ¿?.
Además, el único exIBMista que conocí con nombre parecido al que dices es Symche Wakszol, y no creo que sea ninguno de esos dos marcados con el número 5.

María E. Sanoja
Wow! Male forza! Saludos a Ibrahim Guerra; ¡¡es imperdible!!

Jon A. Gómez
Hola, Carlos.

El 5 creo que es Simon Wakzsol, de mi promoción.

Me acuerdo perfectamente del curso porque yo fui instructor, después de haberlo recibido en Cuernavaca (México).
Fue del 24 al 25 de agosto. Me acuerdo perfectamente porque el 24 por la tarde fui a Caracas para conocer a mi hija Larraitz que había nacido la noche del 23 de agosto en la Policlínica Caracas con el Doctor Domínguez Sisco, con el que también había nacido, 26 años antes, mi esposa Maite Eder Barrenetxea de Gómez.

Un cordial saludo,
Jon A. Gómez
ex-IBM Systems Engineer (1968-1974)

Antonio Ramírez
En Pie. 2, Tomás Ramírez

[Hum}– Como éstos, hay cantidad de usuarios/as de PCs

Usuario: «No me entra la password en mi cuenta, me salen asteroides»
Informático: [Me llevó un par de tensos segundos darme cuenta de que quería decir asteriscos]

Usuario: «¿Me puedes grabar Internet en este disquete?»
Informático: [Tentado estuve de grabarle algo de malware y hacerle feliz]

Usuario: «Hice este documento en casa, pero aquí no me carga»
Informático: «Bien. ¿Qué procesador de textos has usado?»
Usuario: «Windows, versión 6»
Informático: «No, quiero decir qué programa, no el sistema operativo»
Usuario: «Windows»
Informático: «No. Windows es el sistema. Lo que quiero saber es el programa*. Por ejemplo, puede haber sido WordPerfect, o Microsoft Word…» [al Usuario se le ilumina la cara]
Usuario: «¡Ah, claro! Fue con Microsoft Windows»
Informático: [Aún no sé cómo no lo maté]

Usuario: «Necesito pasar esta imagen a mi cuenta para un trabajo»
Informático: «Eso está hecho, te la paso por FTP en un momento»
Usuario: «No, no puede ser, la imagen tiene que ir en JPEG»
Informático: [Le daré las gracias por corregirme]

Usuario: «Mi CPU no es lento, tiene un disco duro de 200 kegabytes»
Informático: [Tiene que ser la leche ese disco duro]

Usuario: «Oye, Windows no me funciona, no sé por qué. ¿Puede haber sido por  cambiar el nombre del directorio WINDOWS a VENTANAS?»
Informático:  [Por lo menos lo intuye, vamos mejorando]

Usuario: «He apagado la computadora, la he vuelto a encender, y me sigue diciendo que ya puedo apagar la computadora»
Informático: «Eso es imposible»
Usuario: «Te lo juro, ven a verlo» [vamos hacia allá]
Usuario: «Mira. Apago. Enciendo …»
Informático: «¡Eso es el monitor!»
[Ojalá me hubieran dado un dólar cada vez que he visto esto o una variante]

Usuario: «La Computadora me dice que pulse OK, pero no encuentro esa tecla»
Informático: [ni siquiera se le había ocurrido pulsar la «O» y luego la «K»]

Usuario: «Quiero escribir un cero en mayúsculas. ¿Cómo lo hago?»
Informático: [ya me gustaría a mí saberlo]

Usuario: «Oye, ¿este disquete funcionará en las computadoras de la sala? Lo digo porque es azul
Informático: [reconozco que esa vez me quedé literalmente sin palabras]

Usuario: «¿Cuánto puede costar una caja de discos duros?»
Informático: «Más de lo que piensas»

Usuario: «Me he comprado una impresora, pero no me funciona. No sé si viene con tinta o sin ella»
Informático: «¿Qué impresora es?»
Usuario: «Una DeskJet»
Informático: «Hay varias. ¿Qué modelo?»
Usuario: «Eeehhh… no sé, es una HP»
Informático: «Bueno, ¿es en color o en blanco y negro?»
Usuario: «Es beige»