01-10-12
Usualmente se aplica a una situación en la que nos rendimos y dejamos de intentar conseguir aquello por lo que estábamos luchando, o sea, que abandonamos y nos damos por vencidos.
Tiene su origen en el mundo pugilístico.
Cuando el entrenador o preparador de un boxeador ve que éste está al límite de su resistencia y no se encuentra en condiciones físicas de continuar la pelea, tiene la opción de arrojar una toalla al aire —que debe caer dentro del cuadrilátero— como símbolo de rendición y finalización del combate para evitar daños mayores o irreparables.
Algunas fuentes señalan que, en un principio, se arrojaba la esponja con la que se refrescaba al boxeador, pero más tarde se optó por la toalla al ser ésta más fácilmente visible.
