[*Opino}– Un tópico muy actual: Por qué se es de izquierdas o de derechas

04-10-13

Carlos M. Padrón

En mi reciente visita a El Paso, casi todos los días me reuní con varios amigos en un bar del centro del pueblo para hablar de todo un poco, y recordar anécdotas de nuestros tiempos jóvenes, en lo que algunos de ellos llaman sesiones del «parlamento».

En las tales sesiones era casi imposible no abordar, por más o menos tiempo, el tema político —aunque es algo que me disgusta porque conduce a discusiones estériles, y hasta puede causar enemistades—, y en una de ellas dije que yo estaba seguro de que años atrás había publicado en Padronel un artículo que me llamó la atención porque decía que el que una persona fuera de izquierdas o de derechas estaba en su cerebro, y que si eso era cierto, lo de la esterilidad de las tales discusiones quedaba confirmado porque sería imposible convencer a nadie para que cambiara su tendencia política.

Pues bien, hoy apareció otro artículo sobre el tema, que es el que copio a continuación. Después de leerlo me puse a buscar el que yo creía haber publicado hace años, y lo encontré. Es éste: La orientación política se refleja en el cerebro

Creo que vale la pena leer los dos y dedicarles algunos momentos de reflexión, pues el tema me parece de candente actualidad y por demás importante e interesante.

Como ñapa —así se dice en Venezuela— sugiero la lectura de otro que, como se deduce de su título, también trata de lo mismo; es éste: Fin a la superioridad de la izquierda.

Espero que de él logre alguien sacar algo valioso, pues yo, apegado como soy al uso correcto del idioma, hasta donde puedo, me horroricé al leerlo.

¡Santo Dios, qué forma de escribir! Adiós a la coma y al punto y coma, sólo sirve el punto y seguido, porque hasta el punto y aparte parece que molestara, y de ahí los párrafos kilométricos que terminan por cansar al lector.

Más que un artículo, parece un conjunto de apuntes para escribir un verdadero artículo.

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4 OCT 2013

Avi Tuschman

Hacia una comprensión más profunda de nuestra naturaleza política

Estamos atravesando momentos históricos que provocan desencuentros y divisiones.

Nuestro panorama político, social, y económico continúa fracturándose cada vez más, y un gran abismo parece separar a las personas de la derecha de aquéllas de la izquierda.

De la misma manera, mucha gente se encuentra confundida y preocupada por las agitaciones y turbulencias políticas en lugares como Siria, Egipto, Corea del Norte, e Irán. Necesitamos encontrar alguna manera de comprender estos problemas a un nivel mucho más profundo y objetivo.

Hay tres cuestiones que son absolutamente fundamentales para poder entender el futuro de nuestro país y el mundo:

  1. ¿Cuáles son las causas primordiales de nuestra debilitante división izquierda-derecha?
  2. ¿De dónde se originan realmente nuestras orientaciones políticas? y
  3. ¿Cómo podemos predecir la erupción de la inestabilidad política en lugares claves del mundo?

Los comentaristas de hoy opinan que nuestro comportamiento político proviene de nuestros puntos de vista sobre asuntos de actualidad, o de nuestra situación económica, o de nuestra eterna lealtad a este partido político o al otro. Pero esto es incorrecto, o al menos incompleto.

Llevo los últimos diez años investigando el gran rompecabezas que es la orientación política, y lo he hecho tanto durante mi carrera como asesor de jefes de estado en la formación de la opinión pública, como en mis investigaciones de doctorado en antropología evolutiva en la Universidad de Stanford.

En esta larga trayectoria, he reunido decenas de hallazgos vanguardistas de campos como la neurociencia, la primatología, y la genética, y todos ellos me llevan a la siguiente conclusión reveladora:

«Nuestras orientaciones políticas no son solamente construcciones intelectuales que provienen de nuestra crianza, educación, afiliaciones sociales, o preferencia de periódicos; más bien, nuestras orientaciones políticas son predisposiciones naturales profundamente arraigadas, y moldeadas dentro de cada uno de nosotros por poderosas fuerzas evolutivas».

El fundamento de esta conclusión proviene de algunas fuentes sorprendentes.

Por ejemplo, resulta que gemelos que fueron separados al nacer y criados en ambientes muy distintos, sin embargo, de adultos llegan a compartir actitudes políticas extraordinariamente parecidas.

Asimismo, aproximadamente la mitad de la variación en nuestras actitudes políticas proviene de diferencias genéticas entre individuos. Los neurocientíficos también han descubierto interesantes diferencias fisiológicas asociadas con nuestras preferencias políticas.

En el año 2010, por ejemplo, el catedrático Geraint Rees, de la University College, en Londres, descubrió que los encefalogramas pueden predecir correctamente si una persona tiene una tendencia muy liberal o conservadora; por lo menos con una precisión del 72%.

Fascinantes descubrimientos transculturales sobre la opinión pública también han comenzado a aparecer.

Contrario a la creencia popular, nuestra división polarizada izquierda-derecha no es única; en realidad, similares espectros políticos existen en casi todos los países, y tienden a ensancharse bajo estrés económico, pero esencialmente su estructura continúa presente.

Es por eso que muchos asuntos controversiales —como el matrimonio entre homosexuales— invariablemente polarizan espectros políticos en todo lugar de la misma manera.

En grandes grupos, la orientación política izquierda-derecha es distribuida en una curva natural, en forma de campana. A pesar de que la mayoría de la variación en personalidades políticas ocurre dentro de los grupos, el promedio de los rasgos de personalidad de una población se desplaza ligeramente hacia la izquierda o derecha en función a la patria de sus ancestros.

Resulta que hasta nuestros parientes más cercanos, los chimpancés, tienen personalidades políticas, un tanto rudimentarias, pero que son significativamente similares a las nuestras.

Los chimpancés son los únicos animales que comparten todas las cinco dimensiones generales de nuestra personalidad, incluyendo las dos que se correlacionan bien con la votación izquierda-derecha, pues igual que nosotros, los humanos, los chimpancés muestran una gran variación en openness (apertura a nuevas experiencias) y conscientiousness (responsabilidad), que en los humanos son asociadas con el ser políticamente liberal o conservador.

Pero ¿qué significa todo esto?

Muy pocos de los estudios que podrían ayudar a explicar estos hechos han pasado de las revistas académicas a los medios de comunicación. De hecho, la mayoría de los descubrimientos aún no han cruzado ni siquiera las fronteras disciplinarias tradicionales de la academia.

Así que me sentí obligado a escribir «Our political nature: The evolutionary origins of what divides us» (Nuestra naturaleza política: los orígenes evolutivos de lo que nos divide) , como un primer esfuerzo de unir y asimilar estas diversas investigaciones en una sola explicación bien documentada de las fundaciones biológicas de nuestros más profundos valores.

Mi objetivo, en definitiva, ha sido el de pintar un retrato, esclarecedor y preciso, de nuestra naturaleza como animales políticos.

Como demuestro en el libro, las orientaciones políticas a través del espacio y el tiempo emergen de tres grupos de rasgos de personalidad medibles. Los tres grupos giran en torno a actitudes hacia el tribalismo, la desigualdad, y distintas percepciones de la naturaleza humana.

Estos rasgos son, además, la más poderosa causa de la votación izquierda-derecha, e incluso dirigen a muchas personas a votar en contra de sus intereses económicos.

Nuestras personalidades políticas también forman nuestra elección de pareja, e influyen los grandes patrones reproductivos de nuestra sociedad. Tal vez más importante aún, el libro cuenta la historia natural de estos rasgos de personalidad, que surgen de conflictos biológicos épicos.

La ciencia fundamental aquí es compleja y muchas veces retadora. No obstante, he hecho todo lo posible para convertir este material en una intensa y entretenida expedición a través de los mundos de los cazadores-recolectores, los genes egoístas y generosos, y hasta de los virus.

Además, para hacer este libro atractivo a una amplia gama de lectores, he usado historias periodísticas y personalidades actuales para ilustrar conceptos claves. Por ejemplo, los lectores conocerán de cerca a Glenn Beck y a Hugo Chávez, y llegarán a comprender las fuerzas ocultas que representan.

Si bien este libro cubre temas extremadamente controvertidos, mi intención no es tomar partido, sino iluminar.

Desafortunadamente, los estudios nos muestran que altos niveles de educación e interés por la política tienen un efecto polarizador en las personas. Esta polarización ocurre debido a que, cuando la gente absorbe más y más información sobre los acontecimientos políticos, se vuelve cada vez más eficiente en organizarla en ideologías coherentes, que se basan típicamente en sus predisposiciones.

Sin embargo, la mayoría de la gente no ha tenido la oportunidad de dar un paso atrás para contemplar la lógica evolutiva de la propia orientación política. Hay un fenómeno maravilloso aquí: cuando la gente da ese paso atrás, se abre a un entendimiento más profundo, a la moderación política y, últimamente, a mayor tranquilidad de espíritu.

Es mi mayor esperanza que este libro logre avanzar este proceso. Con corazones quietos y entendimientos más profundos, tal vez podamos elevar el nivel de nuestro discurso político, y fortalecer nuestras nobles instituciones democráticas.

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Avi Tuschman (Washington, DC) comenzó su carrera política como el asesor más joven en el Palacio de Gobierno en Lima, Perú, a la edad de 23 años. Tuschman tiene un doctorado en antropología evolutiva, de la Universidad de Stanford.

Fuente

Artículo relacionado:

[Col}– La política y la moda. ¡Quién te ha visto y quien te ve! / Susana Tibaldi

01-08-13

Susana Tibaldi

¿Quién entiende a algunos humanos? Imponen como «salvador» un cierto régimen, atormentan con él a generaciones enteras sometiéndolas a los dictámenes de un loco perverso, y luego terminan aceptando que la esencia del ser humano es ser LIBRE,,,, y vuelven al sistema que descartaron y del que, sin duda, nunca debieron irse.

Ante hechos como los que ilustra el artículo que sigue, ¿qué dirán ahora quienes esos sistemas «salvadores»? 

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1950. Todas las mujeres chinas vestidas de camisa y pantalón Mao. El afiche es el símbolo del comunismo maoísta que igualó a los seres humanos a la fuerza. Vestirse igual era lo menos, pero debían pensar igual y, si no, pasaban a los Campos de Reeducación.

18 de Julio de 2013

China coloca a su primera dama en la lista de las mejores vestidas del mundo

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La esposa del presidente chino, nuevo aliado de EEUU, elegida una de las mejores vestidas del mundo, según Vanity Fair

01-08-2013

La esposa del presidente chino Xi Jinping, la soprano Peng Liyuan, ha sido incluida en la lista de las mujeres mejor vestidas del mundo que elabora anualmente la revista «Vanity Fair», un honor que China no tenía desde que en 1943 figurara en ella la mujer del general Chiang Kai-shek.

Peng, cuyo estilismo ha logrado en muchas ocasiones atraer la atención de los medios en los viajes oficiales de su marido, comparte espacio en la lista de este año con Victoria Beckham, Dita von Teese o Catalina de Cambridge, entre otras.

La lista es elaborada desde 1940 («Vanity Fair» la elabora desde 2004) y en una de sus primeras ediciones escogió a Soong May-ling, esposa del entonces máximo líder de la República de China, Chiang Kai-shek, con quien compartiría años más tarde exilio en Taiwán.

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[LE}– ‘Post mortem’ se escribe separado, sin tilde y en cursiva

08/10/2013

Post mortem, que significa ‘después de la muerte’, se escribe en dos palabras, sin tilde y en cursiva.

Esto de acuerdo con la Ortografía Académica, que establece que las locuciones latinas han de recibir el mismo tratamiento que las de cualquier otro idioma; es decir, que lo apropiado es escribirlas en cursiva.

Los medios informativos, sin embargo, alternan diversas grafías de esta locución:

  • «La póliza de decesos cubre servicio de asistencia y asesoramiento postmortem»,
  • «Maduro se ha adueñado del efecto post mortem»,
  • «La autopsia y el informe post-mortem han sido realizados por un equipo de tres doctores»,
  • «En referencia a las lesiones en las zonas blandas, se determinó que fueron post mórtem»…

En los ejemplos anteriores, de acuerdo con la norma académica vigente, lo adecuado habría sido escribir |, en dos palabras, sin tilde y en cursiva.

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[Hum}– Abogado catalán

El sacerdote de una parroquia catalana jamás había recibido ni una sola donación por parte de uno de los abogados más ricos de la localidad. Un día, el párroco decidió ir personalmente a hablar con el abogado acerca de este asunto, y comenzó así la conversación.

—Pues, verá, quería hacerle notar, si me lo permite y con todo el respeto que su persona me merece, que, según nuestros datos, nos consta que usted gana más de tres millones de euros al año y nunca nos ha donado nada, ni un solo céntimo, para nuestras obras de caridad. ¿Querría usted, mediante suscripción, contribuir con cierta cantidad a nuestras obras?

El abogado, que había escuchado muy atento, quedó pensativo por unos instantes y luego respondió:

—¿Consta en sus datos que mi madre está muy enferma y que sus gastos médicos están muy por encima de su pensión anual de jubilación?

—Ah, no, por supuesto que no—, murmuró el párroco.

—¿ Y qué estoy separado y debo pasar a mi mujer un dineral?

—No.

—¿Y les consta que mi hermano pequeño es ciego y no encuentra trabajo?

El párroco ni abrió la boca.

—¿Dicen algo sus datos acerca de que Jordi, el marido de mi hermana, murió hace poco en un terrible accidente y la dejó sin dinero y con cinco hijos pequeños?

—Desde luego que no— respondió humillado el párroco. —Discúlpeme, no tenía ni la menor idea de todo eso.

—¿Y en sus registros figura, por ejemplo, que tengo a mi padre, diabético y enfermo del corazón, en una silla de ruedas desde hace más de
diez años?

—Lo siento; no sabía nada. Me deja usted perplejo.

—¿Pero sí supongo que sabrá que dos de mis sobrinos son sordomudos?—, volvió a preguntar el abogado.

Apenas pudo oírse el «no» del párroco.

—Y, por si eso fuera poco—, continuó el abogado, —¿saben ustedes que la empresa de mi hermano mayor, el padre de los sordomudos, ha quebrado con la crisis, y él está prácticamente arruinado?

—Pues no, la verdad—, respondió avergonzado el párroco por el papelón hecho. —Lo siento de veras; no tenía ni la menor idea de todo lo que usted me ha dicho.

—Entonces—, continuó el abogado, —dígame por qué demonios tengo que darle dinero a usted si no se lo doy a ellos.

Cortesía de Ramón López