[*Drog}– Mentiras que causa el drogamor

27-09-13

Según el artículo que copio abajo, pareciera que el malo (que no cambia), o la víctima, es siempre el hombre.

Pero ¿y qué pasa con las mujeres, ésas a las que va dirigido el libro que el tal artículo promociona? ¿son ellas criaturas santas, inofensivas, inocentes e incapaces de matar una mosca?

No, no lo son. Así que, los comentarios que siguen los hago desde el lado de los hombres.

El drogamor hace que una persona crea en utopías, como ésa del cambio. Y quienes se aferran a esas creencias son, generalmente, quienes no quieren ir a terapia,… porque eso es para locos, dicen.

Lo de continuar abrazado al drogamor para impedir que la siguiente pareja (¿víctima?) que ella consiga disfrute de ese cambio —que, repito, nunca ocurrirá— suena a sentimiento 100% negativo, a arrebato de celos, a estupidez y a masoquismo.

Y es cierto: pensar que nunca jamás encontraré a nadie como ella es, una vez que uno ha logrado zafarse del drogamor, un motivo de alivio, de alegría, de aumento de la autoestima, de un renacer… o de escalofrío, pues eso es lo que se siente al pensar qué habría sido de uno de haber caído en la trampa de continuar —o, peor aún, de formalizar— aquella relación.

Aunque el artículo que sigue es del pasado 12/08, lo comento hoy porque el 27/09 es fecha aniversario de cuando logré zafarme del último episodio de drogamor en que quedé enganchado.

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12/08/2013

C. F. Carlota Fominaya

Las tres grandes mentiras del enganche emocional

Nos obsesionamos con el otro y nos humillamos hasta el extremo.

«No somos capaces de cortar una relación, aún cuando sabemos que es totalmente necesario hacerlo, y llevamos ya derramadas demasiadas lágrimas. Nuestra adicción nos genera una necesidad desmesurada e irracional del otro, que nos lleva a mantener esa relación a cualquier precio, aunque estemos sufriendo sin mesura. Nos obsesionamos con el otro, y nos humillamos hasta el extremo, a cambio de un poco de falsa ternura…».

Cuando la psicóloga, especializada en autoestima y dependencia emocional, Silvia Congost, habla de enganche emocional, no sólo habla desde su perspectiva profesional, sino también desde la personal.

Ella misma pasó por una historia de enganche que, una vez superada, le llevó a escribir “Cuando amar demasiado es depender”, un manual práctico, claro, fácil de leer y comprender, basado en los cientos de casos de personas a las que ha ayudado a recuperar su vida.

En sus páginas encontramos las tres grandes mentiras que en casi todos los casos se convierten en el principal alimento del enganche emocional. Son las siguientes:

1) Creer que va a cambiar

Si con todo el tiempo que ha pasado, ya desde el principio ha sido así, ¿por qué mantenemos esa creencia irracional?

«Es evidente que no va a dejar de ser como es, por mucho que en momentos de arrepentimiento jure y perjure que cambiará. En realidad, a no ser que viéramos que pide ayuda psicológica por sí mismo, sin que nadie se lo diga, podemos asegurar que no tiene ningún interés en cambiar. Y digo bien, ¡Ninguno!».

2. Pensar que cambiará, y que su siguiente pareja disfrutará esa transformación

Esta creencia también tiene una parte sorprendente.

Pensamos que todo el esfuerzo, la lucha y el sufrimiento que hemos vivido para conseguir que él cambie, todo lo que hemos tolerado, lo que le hemos ayudado… el hecho de haberle mantenido incluso, algún día servirá para algo. Queremos creer que llegado el momento nos lo agradecerá y nos recompensará por todo.

Esta creencia es, como la anterior, absolutamente ridícula. Cuando esté con la siguiente, reproducirá fielmente la misma relación que teníamos con él. A no ser, claro que encuentre a una mujer con una buena autoestima e independiente que, a la primera conducta extraña que vea, le diga que no le quiere ver nunca más.

3. Pensar que nunca jamás encontraré a nadie como él

Esto, en realidad, debería ser un motivo de alegría. El gran objetivo debería ser, precisamente, no encontrar a otra persona igual.

Para ello, Congost recomienda que cada día repasemos la lista de razones por las que sufrimos. Entonces quizá llegue un momento en el pensemos que mejor no encontrar a otro que sea así, y que lo bueno que tiene, lo que nos engancha, tampoco es tan difícil de encontrar.

Fuente: ABC

[*Opino}– Más sobre España y los idiomas extranjeros

En lo que copio abajo hay más datos sobre este tema, que, sobre todo en lo referente al inglés, ha sido ya analizado en este blog y en estos artículos:

Por tanto, al momento —y a la espera de buenas noticias al respecto, como la abolición del nefasto doblaje— sólo quiero destacar que,

  1. Eso de que «El 40% de los españoles que hablan inglés sostienen que su nivel es medio, mientras que el 42% lo califican de bueno, y sólo el 19% de muy bueno» es muy poco realista por cuanto se sustenta en la opinión, y el ego, de los entrevistados.
  2. Siendo Portugal un país totalmente pegado a España y más pequeño que ésta, se encuentre mejor calificado que España en cuando a lo del inglés.

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26/09/2013

España, a la cola de Europa en idiomas extranjeros

España es el tercer país de la Unión Europea —sólo superado por Hungría y Bulgaria— con menor número de adultos entre 25 y 64 años que declaran hablar al menos una lengua extranjera.

Sólo el 51% de los españoles conocen otro idioma, un porcentaje que se sitúa muy por debajo de la media comunitaria (66%), según un estudio publicado este jueves por la oficina estadística Eurostat.

Los Estados miembros con mayor proporción de adultos que hablan una lengua extranjera son Luxemburgo (99%), Lituania (97%), Letonia (95%), Dinamarca (94%), Eslovenia y Suecia (92%).

Entre los grandes países, la clasificación la encabeza Alemania (78%), seguida de Italia (60%) y Francia (59%). No hay datos de Reino Unido.

El inglés es la lengua extranjera que más se conoce en España y en una amplia mayoría de países de la UE, con la excepción de los países bálticos (ruso), Eslovaquia (checo) y Luxemburgo (alemán).

El 40% de los españoles que hablan inglés sostienen que su nivel es medio, mientras que el 42% lo califican de bueno, y sólo el 19% de muy bueno.

Los países con mayor número de adultos que declaran tener un nivel muy bueno de inglés son Malta (53%), Suecia (43%), Chipre (41%), y Dinamarca y Holanda (36%).

En el extremo contrario se sitúan Italia (10%), Francia (13%) y Alemania (16%).

El 99% de los alumnos españoles de primaria y primer ciclo de secundaria de la UE, y el 97% de los de segundo ciclo de secundaria estudian inglés como lengua extranjera (frente al 83% y el 94%, respectivamente, de media en la UE).

La segunda lengua extranjera más estudiada en España es el francés (18% y 22%, respectivamente). En cuanto a la presencia del español en los sistemas de enseñanza de otros Estados miembros, el 6% de los estudiantes europeos de primaria y primer ciclo de secundaria estudian español como segunda lengua extranjera, cifra que se eleva hasta el 18% entre los estudiantes de segundo ciclo de secundaria.

Estos porcentajes sitúan al español por detrás del inglés, francés y alemán. El español es la segunda lengua más estudiada por los alumnos de primara y primer ciclo de secundaria en Francia y Suecia. Los estudiantes de segundo ciclo de secundaria eligen mayoritariamente el español como segunda opción en Francia, Portugal, Suecia y Reino Unido.

Fuente

[LE}– ‘Desindexar’ y ‘desindexación’, términos correctos

27/09/2013

Los términos desindexar y desindexación son adecuados para aludir, en el ámbito de la economía, a la ‘desvinculación de un determinado valor del índice al que hasta entonces estaba referido’.

Aunque estos términos no aparecen recogidos en los principales diccionarios, sí lo están las palabras indexar e indexación.

Así, el Diccionario Panhispánico de Dudas define indexar como ‘poner en relación las variaciones de un valor con las de un índice de referencia’, y señala que el sustantivo correspondiente es indexación.

Desindexar y desindexación son derivados correctos a partir de esos términos, respetuosos con las normas de formación de palabras en español.

En este sentido, los medios de comunicación están empleando adecuadamente estas voces en frases como

  • «El Gobierno aprobará la Ley de Desindexación» o
  • «El siguiente paso es desindexar los precios y salarios del IPC».

Por otra parte, la forma adecuada de escribir el nombre de la Ley de Desindexación de la Economía es con iniciales mayúsculas en todas las palabras significativas, tal y como establece la Ortografía de la Lengua Española, por tratarse de su nombre oficial.

Estas mayúsculas se mantienen asimismo si se utiliza el nombre oficial de forma abreviada (Ley de Desindexación).

Fuente

[LE}– Origen o uso de palabras, dichos y expresiones: Poner blanco sobre negro

15-12-12

A. de Miguel

Sobre la expresión «poner algo negro sobre blanco» enseña Gabriel Ter-Sakarian que el origen está en el francés. Equivale a ponerlo por escrito de manera enérgica. Lo que no puede ser es «poner blanco sobre negro», como ha oído don Gabriel a algún tertuliano.

Bueno, hay textos que así se imprimen por mor del diseño, pero no hay Dios que los lea. 

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26-12-12

A. de Miguel

Teníamos aquí una discusión sobre la repetida frase de «poner negro sobre blanco», equivalente a publicar, poner por escrito.

Me maravillaba yo de que algunos comentaristas dijeran «poner blanco sobre negro», pero José Antonio Martínez Pons redarguye que tampoco es un error. La prueba es que en las fruterías el precio del género lo suelen poner con tiza o pintura blanca sobre fondo negro.

Durante mucho tiempo hemos utilizado pizarras verdosas sobre las que escribíamos con tiza blanca. Antes teníamos las pizarras de verdad, sobre las que escribíamos con pizarrín. Ahora tenemos las pizarras de plástico, en las que escribimos con rotuladores, aunque a menudo están secos.

En definitiva, tiene razón el de Mallorca: no resulta erróneo decir que se escribe en blanco sobre negro.

Fuente: Libertad Digital