18-07-12
Esta frase fue utilizada por primera vez en el año 1587 por Sixto V para gestionar causas de beatificación y canonización.
Aunque el título oficial era el de promotor de la fe ( del Latín “Promotor Fidei“) su función consistía en objetar y argumentar por escrito contra las pruebas aportadas a favor de beatificar o canonizar a una persona.
La supresión de la figura del abogado del diablo (del Latín “advocatus diaboli“) fue en el año 1983 por Juan Pablo II.
Cortesía de Leonardo Masina
