[*IBM}– Del baúl de los recuerdos. Algunas fotos recientes, pero sin fecha

12-03-13

Carlos M. Padrón

Las que siguen, de exIBMistas y aún IBMistas, aparecieron en mis archivos, pero no sé cuándo ni con qué motivo fueron tomadas.

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Ángel Delgado

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Luis Álvarez, y Jeanette Salvatierra

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A juzgar por la vestimenta de Luis, esta foto fue tomada en el mismo evento que la anterior.

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Luis Álvarez, y Carlos Medina

[*Opino}– ‘Amour’, ¿es sólo Hollywood quien no la entendió?

10-03-13

Carlos M. Padrón

«’Amour’, la película que Hollywood no entendió» es el título de un artículo publicado en Libertad Digital (España) el 25-02-2013 con la firma de Andrés Arconada, quien añade que «Nos da pena que la mejor película del año, Amour, se vaya con un sólo premio, el de mejor película de habla no inglesa, quizás porque los académicos no se han atrevido con un film que yo creo que no han entendido«.

El pasado domingo, 10 de los corrientes, vi esa película, y, habida cuenta de que del cine se dice que es el séptimo arte, recordé lo que, allá por 1994 y en el programa «La radio de Julia» (España), escuché en boca de Fernando Sánchez Dragó lo que creo y sigo creyendo que es una gran verdad: «El arte que necesita explicación, no es arte«.

En este caso, no es raro que yo, que ni soy cinéfilo ni especialista cine, no entendiera esa película, pero así será de enredadita ella que, si es cierto que los académicos de Hollywood —que son varios y muy versados en cine— tampoco la entendieron, es porque necesita ser explicada, en cuyo caso no es arte y no amerita premio alguno.

Además de enredada, en ella destaca esto, que, si mal no recuerdo, era común en el cine de hace décadas:

  • Es oscura y demasiado lenta.
  • Abusa de la cámara fija.
  • Abusa del corte brusco de escenas, sin que éste se suavice con transiciones que faciliten y hagan más agradable el visionado.
  • Abusa del largo de las escenas, a veces en silencio absoluto.
  • Hay intercalación misteriosa de pasajes que, de verdad, sí necesitan de una aceptable y detallada explicación, como la presentación —bastante larga, por cierto— de unas pinturas.
  • En conjunto, parece esforzarse por obligar al espectador a deducir y adivinar, como si se tratara de una película policiaca.
  • Lo abrupto de su final, de difícil relación con el principio, es casi un alivio porque con él termina también la especie de tortura que es ver esa película.

Sí, acepto que el tema es impactante por lo dramático y duro, pero pienso que tal vez porque «Mar adentro» —cuyo tema conozco, pero que es película que nunca vi porque mi hija me recomendó que no la viera— se llevó el Oscar, los que hicieron «Amour» pensaron que también podrían llevárselo si se iban por un camino igualmente dramático, pero se equivocaron.

[LE}– Diccionario de anglicismos y tecnicismos para asistir a una reunión

04/02/2013

Fernando Muñoz

«¡Qué buen brainstorming hemos tenido en el workshop! Después del meeting todos los partners han coincido, mientras tomábamos el brunch informal, en el buen feeling que les trasmite el business».

Cada día es más habitual escuchar, en la oficina o en la calle, este tipo de términos procedentes en algunos casos del inglés (anglicismos) y en otros del lenguaje profesional.

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(El diccionario, el gran aliado para no quedar como un pedante por usar demasiados anglicismos o tecnicismos)*

Algunas personas encuentran que usar estas palabras es una forma de reforzar su discurso y «parecer más interesantes», sin embargo, para la gran mayoría, la excesiva utilización de tecnicismos y anglicismos puede resultar pedante y hasta ridículo, dependiendo las circunstancias.

Si usted tampoco ha entendido nada del primer párrafo no se preocupe. Allí donde el castellano no puede llegar, surgen los neologismos y los préstamos lingüísticos, pero en la mayoría de las ocasiones existe una palabra exacta en el idioma de Cervantes.

Así, en la frase inicial del artículo se podía haber hablado de lluvia de ideas, reunión, socios, almuerzo o sensaciones en lugar de tantos «esnobismos» —palabra aceptada por la RAE— que no hacen más que confundir.

Pese a todo, cada vez es más habitual escuchar estas palabras.

Para no perdernos, recopilamos cuáles son algunos de los anglicismos y tecnicismos más comunes en el caso de asistir a una reunión a la última. Y es que, desde en la oficina hasta en una conversación informal de moda, economía o tecnología, cada vez es más frecuente escuchar sin entender nada.

Fuente: ABC

(*) NotaCMP.- O para quedar en ridículo por no querer usarlos sino pretender traducir lo intraducible, o usar una traducción absurda que no significa nada.

[*Otros}– Tomás Cabrera: una vida entregada a la música

10 de Marzo de 2013

Esther R. Medina

El tenor y director de orquesta Tomás Cabrera Martín (Tazacorte, 1943) ha volado alto en su carrera profesional.

Su privilegiada voz, que educó con rigor desde la infancia, le ha llevado por ciudades de medio mundo interpretando diferentes estilos.

(Tomás Cabrera)

Ha compartido escenario a lo largo de su dilatada trayectoria artística con grandes figuras de la música como Alfredo Kraus, José Carreras o Teresa Berganza, y con batutas de fama internacional

Llegó a dirigir el Coro Nacional de España, con el que actuó en 1983 en la sede de la ONU en Nueva York, y durante 25 años fue miembro del Cuarteto de Madrigalistas, que divulgó por Europa y América la música española del Siglo de Oro.

Está jubilado. Reside en Madrid desde 1966, pero proyecta trasladarse a La Palma definitivamente, junto a su mujer, Lourdes Capote, para poder contemplar las puestas de sol de su infancia, e impulsar proyectos musicales en la Isla.

La vida de este palmero notable está plena de “acontecimientos enriquecedores, artísticos y humanos”, confiesa.

Su abuelo fue director de la Banda de Música de Los Llanos de Aridane, y su progenitor, Andrés Cabrera, fundó la orquesta Bolero en 1935, y dirigió la Banda de la Villa y Puerto de Tazacorte.

El tenor Tomás Cabrera lleva la música en la sangre. “Mi padre murió muy joven, a los 33 años, y creo que por eso mi madre quiso que sus cinco hijos estudiáramos música”, ha comentado a LA PALMA AHORA.

A los seis años comenzó sus estudios en la Academia Municipal de Música de Tazacorte, donde cursó solfeo y saxofón, y a los once empezó a tocar el citado instrumento en la banda de su pueblo.

“En mi casa tocaba el piano, que sonaba mañana, tarde y noche; después mi hermana Rosa creó el coro parroquial y, con 15 o 16 años, empecé a cantar, una etapa complicada para una garganta en pleno desarrollo, pero poco a poco fui haciendo algunos solos en el coro, la voz se fue formando, y la emisión del sonido cogía cuerpo”, recuerda.

Después de la prematura muerte de Andrés Cabrera, en 1946, la orquesta Bolero decidió celebrar anualmente un homenaje a su fundador. “Como el acto se organizaba en casa, recuerdo los ensayos y el jaleo de la música; supongo que todos esos sonidos fueron influyendo en mí”, señala.

En 1964, un joven Tomás Cabrera participó en un concurso regional de canto en Las Palmas de Gran Canaria, y obtuvo el primer premio. “Con 21 años me decidí a hacer un viaje a Madrid para hacerme oír por un profesional que valorara mis condiciones musicales y vocales; me habían hablado de una profesora del Conservatorio Superior, Lola Rodríguez Aragón; pedí una audición con ella, y, hasta hoy —dice—, en el Coro Parroquial y la Masa Coral de Tazacorte desarrollé una experiencia como cantante que me sirvió para conocer un repertorio vocal que fue muy importante para mí”, añade.

“En 1969 tuve la oportunidad de lograr una beca para estudiar repertorio francés en París, pero surgió la idea de crear en Madrid la Escuela Superior de Canto, que dirigía mi maestra Lola Rodríguez Aragón, y en la que ya se hablaba de la creación de un coro, que más tarde sería el Coro Nacional de España”, rememora.

Tomás Cabrera, que también dirigió el Coro de Cámara Barbieri, cursó sus estudios en el Real Conservatorio y Escuela Superior de Canto con los profesores Lola Rodríguez Aragón, Antón García Abril, Mili Porta de Navarrete, Vicente Espiteri, Miguel Zanetti, Horacio Rodríguez y Rafael Perez Siera, entre otros.

Ha ocupado los cargos de subdirector y director del Coro Nacional de España.

A lo largo de su vida ha conocido y formado reparto con las grandes figuras de la música, cantantes, directores o solistas de fama internacional, entre los que se encuentran F. de Burgos, Odón Alonso, Celebidache, Comisiona, Peter Magg, Leitner, Dutoit, Sabas Calvillo, Alfredo Kraus, José Carreras o Teresa Berganza.

A Tomás Cabrera, que ha interpretado polifonía, oratorio, lied y ópera, no le resulta fácil elegir un compositor. “La música tiene esas etapas en su historia en las que aparece cada cierto tiempo un genio que lo cambia todo. Como he tenido que trabajar en todos los estilos, me resulta difícil elegir un repertorio, pero citaré nombres como Monteverdi, Bach, Mozart, Beethoven, Brahms…, aunque creo que el maestro de los maestros sería Juan Sebastian Bach”, afirma.

Un momento inolvidable en su trayectoria artística fue cuando conoció, en casa de Lola Rodríguez Aragón, al compositor Pablo Zorozábal. “Yo le tenía una preferencia especial en los tiempos en los que yo tocaba en la Banda de Música de Tazacorte, porque disfrutaba mucho con sus zarzuelas ‘Katiuska’, ‘La del manojo de rosas’ o ‘La isla de las perlas’, y cuando me di cuenta de quién era, me empezaron a temblar las piernas, no me lo podía creer”, confiesa.

Tomás Cabrera está casado con Lourdes Capote Pozuelo, que fue cantante del Coro de RTVE durante 30 años. “Aunque mi mujer nació en La Laguna, vivió en El Paso, y cuando se vino a Madrid afianzamos nuestra amistad en una relación y, al tiempo, nos casamos en Burgos, en Villarcayo, en una cueva rupestre del siglo XVI”, indica.

“Tenemos tres hijos, pero ninguno es músico. Siempre hemos ido a La Palma en vacaciones, y ahora, que estoy jubilado, aprovecho cuando puedo, aunque últimamente veo cierto descuido y eso me entristece, porque también afecta al turismo, que es un sector importante para la economía de la Isla. Terminaremos viviendo en La Palma definitivamente y viniendo a Madrid de visita; así, en La Palma podré contemplar las preciosas puestas de sol de Tazacorte, como he hecho desde pequeño”, cuenta con ilusión.

El tenor palmero está jubilado pero sigue dedicado a la música en cuerpo y alma.”Trabajo para ayudar a las nuevas generaciones; organizo conciertos y eventos con los nuevos artistas, y estoy haciendo además un listado de músicos y cantantes Canarios en Madrid para desarrollar en la capital de España un despliegue de cultura Canaria”, adelanta.

En La Palma, en opinión de Tomás Cabrera, “sí hay cultura musical, pero habría que estructurar y aprovechar mejor lo que se tiene. Existe una cantera artística de gran valor que está poco explotada. La Consejería de Cultura del Cabildo y las concejalías de este área de los ayuntamientos deberían estar más unidas para sacar mejor rendimiento de los artistas de La Palma”, propone.

Tomás Cabrera recuerda que en Madrid “tenemos varios músicos de la Isla que tocan en orquestas sinfónicas, y también un bailarín con Víctor Ullate”.

En la actualidad, está componiendo una obra musical sobre La Fuente Santa, con textos de Carlos Soler, que “pronto podremos estrenar”, dice. “También estoy preparando una antología de Verdi que quiero ofrecer como regalo a mi pueblo en las fiestas de San Miguel”, concluye.

Fuente: Canarias Ahora

Cortesía de Roberto González Rodríguez

[LE}– Origen o uso de palabras, dichos y expresiones: ‘Media naranja’ para referirse a la pareja perfecta

20 febrero 2013

El filósofo griego Platón escribió hacia el año 380 a.C. la obra titulada «El banquete» en la que Aristófanes, uno de los personajes basado en el dramaturgo del mismo nombre, hace un discurso en el que explica que los seres humanos, en un principio, eran andróginos y con forma esférica como las naranjas; teniendo un mismo cuerpo y dos caras opuestas formando un hombre-mujer.

Debido a un castigo divino del dios Zeus, estos seres andróginos fueron partidos en dos, quedando desde entonces separados, y en la búsqueda permanente de su otra mitad.

Fuente:  Wikimedia

[*Otros}– Aparece una parte desconocida del yacimiento de Belmaco

08 de Marzo de 2013

El yacimiento arqueológico de Belmaco, en el municipio de Mazo (La Palma), tiene una nueva veta.

Según ha informado este viernes el Cabildo en un comunicado, el próximo lunes, 11 de marzo, a las 12:00 horas, se realizará una visita a la zona donde, tras las recientes lluvias, “ha aparecido una parte del yacimiento que no se había descubierto hasta ahora”.

 

En esa visita estarán presentes la consejera insular de Cultura y Patrimonio Histórico, María Victoria Hernández, y los arqueólogos Juan Francisco Navarro, Antonio Tejera y Jorge Pais.

Según se informó el jueves en otra nota de prensa —después de una reunión donde se analizaron en el Cabildo las distintas acciones a realizar en el municipio para contrarrestar los efectos de las lluvias—, el Consejo Insular de Aguas estudiará la solución técnica que “garantice el paso de caudales por el entorno de la Cueva de Belmaco, que ha sido fuertemente castigada por el paso de dicho flujo”.

En este enclave se encuentra uno de los yacimientos arqueológicos más importante de Canarias.

La cueva de Belmaco, según se explica en un documento del Ayuntamiento de Mazo, se encuentra situada en un caboco del barranco de las Cuevas, junto a la carretera comarcal de Santa Cruz de la Palma a Fuencaliente. Está orientada hacia el sur-sureste, mide unos 35 metros de largo y su altura en el punto máximo es de 10 metros.

En el siglo XVIII se hallaron en Belmaco los primeros petroglifos descubiertos en las Islas Canarias. La importancia de estas inscripciones en piedra convirtió el lugar en un punto de referencia y visita para los investigadores interesados en el pasado de La Palma y de las Islas Canarias.

El conjunto arqueológico de Belmaco lo forman diez cuevas naturales de habitación, y una magnífica estación de grabados rupestres. En estas cuevas vivieron benahoaritas, antiguos pobladores de Benahoare, nombre con el que se designaba a La Palma.

En la cueva de Belmaco se encuentran cuatro piedras que tienen grabada una de sus caras. Dos fueron descubiertas por casualidad en 1752 por Domingo Van de Walle, y las otras dos a finales del siglo XX, en las excavaciones realizadas por Luis Diego Cuscoy.

Los grabados de estas piedras se hicieron con la técnica del picado, formando un surco de diversa profundidad y anchura. Los motivos de estos grabados son similares a los encontrados en otros rincones de la Isla de La Palma, donde la línea curva es la dominante, formando trazos serpenteantes, con espirales y círculos encajados uno dentro de otro.

Estas inscripciones han sido interpretadas de muy distinta manera, y hoy no se puede afirmar nada acerca del verdadero significado de dichos petroglifos.

En el año 1984 la Dirección General de Cultura del Gobierno de Canarias incoaba expediente para declarar a la Cueva de Belmaco como monumento histórico-artístico. En el año 1991 se presentaba oficialmente el Plan de Conservación de la Zona de Belmaco, que pretendía la consecución estudio y revalorización del yacimiento arqueológico, creando un museo y un espacio lúdico-cultural, dado el potencial cultural y turístico de la zona.

Realizadas las correspondientes obras de restauración y mejora del lugar, se inaugura el Parque Arqueológico en el año 1999.

Fuente: La Palma Ahora

Cortesía de Roberto González Rodríguez

[LE}– ‘Ecologizar’, neologismo bien formado

01/02/2013

Ecologizar es un verbo bien formado y adecuado para referirse a la acción de ‘hacer o convertir algo en ecológico’.

Ecologizar es una formación regular a partir del adjetivo ecológico y el sufijo –izar, que, según el Diccionario Académico, ‘forma verbos que denotan una acción cuyo resultado implica el significado del adjetivo básico’, como en homogeneizar o en impermeabilizar.

Así, en los medios de comunicación se observan a veces informaciones como

  • «Siete maneras de ecologizar tu vida» o
  • «Hay que ecologizar el modelo de desarrollo»,

en las se emplea con propiedad ecologizar, que puede convivir en el uso con otras formas, como hacer ecológico, de las que es sinónima, pero frente a las que presenta la ventaja de ser más breve.

Fuente: Fundéu

[*Otros}– Blas Cabrera y Felipe, el gran físico español nacido en Canarias

08 marzo 2013

Enrique Sacristán

Hace 90 años paseaban por Madrid Albert Einstein y Blas Cabrera.

El primero no necesita presentación, pero el segundo sigue siendo un desconocido para la mayoría de sus compatriotas. Sin embargo, Blas Cabrera y Felipe (Lanzarote, Canarias, 1878 – México, 1945) es uno de los padres de la Física española, además de todo un referente en el campo del magnetismo.

Por su vida se cruzaron personajes como Ramón y Cajal, Marie Curie, Niels Bohr y Erwin Schrödinger.

clip_image001Blas Cabrera y Felipe, y Marie Curie en 1931. / Residencia de Estudiantes

“Paseo en coche con los Kocherthaler. Escribí una respuesta al discurso de Cabrera en la Academia. Por la tarde, una reunión en la Academia con el rey como presidente. Después, té con una aristócrata señorita”.

Así describía Albert Einstein en su lacónico diario cómo transcurrió el 04 de marzo de 1923 durante su visita a Madrid, donde estuvo once días entre sus conferencias de Barcelona y Zaragoza.

Los Kocherthaler eran una familia de banqueros alemanes amigos de Einstein, y Blas Cabrera el Físico que actuó de anfitrión durante su estancia en la capital y que, efectivamente, aquel día ensalzó la figura del genio de la relatividad en una presentación en la Academia de Ciencias, bajo la atenta mirada del rey Alfonso XIII.

La precisión con la que el Físico Canario expuso el trabajo del alemán hizo responder a Einstein: “Vuestras palabras han llegado a lo más hondo de mi corazón porque demuestran la forma consciente y cariñosa con que habéis estudiado el trabajo de mi vida haciéndoos eco de la frase del poeta: Queremos recibir menos alabanzas, y, en cambio, que se nos lea con aplicación”.

Cabrera también tomó el té aquella tarde en casa de los Marqueses de Villavieja, un acto social al que acudieron, entre otras personalidades, Gregorio Marañón y su esposa; Ortega y Gasset, Ramiro de Maeztu, y Gómez de la Serna. Durante la velada Einstein tocó el violín, y juntó al músico Fernández Bordas ofreció un breve concierto a la selecta audiencia.

Al día siguiente, el anfitrión estuvo con el Físico alemán durante una reunión en la Sociedad Matemática, aunque se desconoce si también lo acompañó a visitar a Santiago Ramón y Cajal, “un maravilloso viejo, seriamente enfermo”, según reseñó el genio en su diario.

Sin duda, Cabrera y Felipe, presidente entonces de la Sociedad Española de Física y Química, atendió con interés a las complejas conferencias que sobre la Relatividad impartió Einstein en Madrid. De hecho fue uno de los científicos que introdujo su teoría en España mediante el libro Principio de la Relatividad, que presentó ese mismo año entre las publicaciones de la Residencia de Estudiantes.

Cabrera y Felipe, desconocido para la mayoría de la ciudadanía, “es el Físico español más relevante del primer tercio del siglo XX —destaca a SINC el historiador de la ciencia José Manuel Sánchez Ron—, y se incorporó plenamente a la comunidad científica internacional en su campo: el magnetismo. En el plano institucional —prosigue el experto—, la Junta para la Ampliación de Estudios le nombró en 1911 director del Laboratorio de Investigaciones Físicas, un centro que contribuyó notablemente al desarrollo de la Física y la química en España, y a su reconocimiento internacional”.

Aquel laboratorio fue un centro de excelencia científica. Cabrera, además de dirigirlo, se encargaba, junto al investigador Arturo Duperier, de una de sus cuatro secciones: la de Electromagnetismo. Las otras tres eran la de Química, coordinada por Enrique Moles; la de Espectrometría y Espectrografía, al mando de Miguel Catalán; y la de Metrología que llevaba Julio Palacios.

La calidad de los trabajos del equipo de Cabrera, que llegó a publicar alrededor de 150 investigaciones, era reconocida por los máximos expertos en magnetismo de la época. Uno de los estudios más relevantes fue la medida de los momentos magnéticos de los iones de las tierras raras: 15 elementos del grupo de los lantánidos, junto al itrio y el escandio.

Su interpretación teórica de este trabajo propició en 1925 el advenimiento de la Mecánica Cuántica. Los detallados experimentos fueron llevados a cabo por Cabrera y Duperier, pero la teoría la desarrolló John Hasbrouck van Vleck de Van Vieck, de la Universidad de Harvard.

Van Vleck, premio Nobel de Física en 1977, hablaba así de Cabrera: “En la historia del paramagnetismo será recordado como el Físico que hizo el experimento adecuado en el momento oportuno”. En el libro del Nobel sobre la Teoría de Susceptibilidades Eléctrica y Magnética, el nombre de Cabrera aparece con más frecuencia que el de ningún otro investigador.

“Es complicado divulgar la figura de un personaje cuyos trabajos son difíciles de entender para el gran público”, comenta a SINC Jacinto Quevedo Sarmiento, exdirector del Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología en Las Palmas (Canarias), donde hace unos años organizó la exposición «Albert & Blas – Einstein y Cabrera».

«Quizá una de las mejores formas de introducir su trabajo es recordar que sus investigaciones en ciencias básicas, junto a las aportaciones de sus colegas, sirvieron de base para el desarrollo del aparato con el que nos hacemos las resonancias magnéticas, algo que todo el mundo entiende que ayuda a cuidar nuestra salud», comenta Quevedo, quien considera a su paisano el “científico Canario más universal”.

Blas Cabrera y Felipe nació el 20 mayo de 1878 en Arrecife, Lanzarote. Tres años después la familia se trasladó a Tenerife. En La Laguna fue al colegio y al instituto, donde conoció al amor de su vida, María Sánchez Real, con la que se casaría en 1906.

Años antes, en 1894, se había trasladado a Madrid para estudiar Derecho, como su padre. Pero algo debió de ver en él Ramón y Cajal para convencerle —quizá durante alguna tertulia en el Café Suizo— de que dejara las Letras y se pasara a las Ciencias.

Así lo hizo, y en 1898, el año que dio nombre a toda una generación de escritores, Cabrera se licenció en Ciencias Físico-Matemáticas en la Universidad Central de Madrid, la actual Complutense. En 1901 obtuvo su título de doctor en Ciencias Físicas en la misma universidad, y se le nombró catedrático cuatro años más tarde.

Fue uno de los socios fundadores de la Sociedad Española de Física y Química, y los Anales de esta institución le sirvieron de plataforma para publicar sus primeros trabajos.

Sus experimentos sobre electromagnetismo en el Laboratorio de Investigaciones Físicas le estaban convirtiendo en un experto mundial en la materia, pero sintió la necesidad de perfeccionarse en el extranjero.

Con el apoyo de la Junta para Ampliación de Estudios, viajó en 1912 a Zurich (Suiza), donde conoció a Einstein y comenzó su amistad. El objetivo del viaje era aprender las técnicas más avanzadas en los laboratorios del gran sabio del magnetismo de aquella época, Pierre Weiss.

La llegada no fue nada fácil. Según narra Cabrera en una carta, Moles, que también estaba pensionado en el centro, le explicó que tenía que haber solicitado la matrícula con antelación, por lo que el Físico Canario fue a ver al profesor Weiss: “Me dijo que le era imposible darme sitio para trabajar porque tenía el laboratorio completamente lleno”.

Afortunadamente, después de la incertidumbre inicial, Cabrera demostró su valía, y el maestro puso a su disposición los medios y un local para trabajar: “El profesor me visita dos o tres veces al día, proponiéndonos nuevos problemas a resolver, que seguramente no podrán todos ser abordados durante nuestra estancia aquí”.

Así fue, y la colaboración entre los dos científicos se prolongaría durante más de dos décadas.

Sin duda, uno de los años más trascendentes en la carrera de Cabrera es 1928, cuando le nombraron miembro del Comité Científico de la VI Conferencia Solvay, la reunión trianual que juntaba a las mentes más brillantes de la época: Schrödinger, Planck, Dirac, Lorentz, Rutherford, Heisenberg, Born,…. Su candidatura fue propuesta por su amigo Albert Einstein, y nada menos que por Marie Curie.

En 1930 se celebró esta conferencia, cuyo tema principal fue la especialidad del Físico español: el magnetismo.

La fama y los trabajos del director del laboratorio madrileño llegaron hasta EE UU. La Fundación Rockefeller decidió subvencionar con 420.000 dólares la creación de un nuevo Instituto Nacional de Física y Química, todavía más moderno. El edificio, bautizado con el nombre de su benefactor, se inauguró en febrero de 1932, y hoy lo ocupa el Instituto de Química-Física Rocasolano del CSIC.

Allí se continúo el trabajo experimental para determinar los momentos magnéticos atómicos de las tierras raras. En estas medidas también colaboraron Moles, Duperier —ya toda una autoridad mundial en radiación cósmica—, e incluso su propio hijo, Nicolás Cabrera.

En 1933 fue nombrado secretario del Comité Internacional de Pesas y Medidas con sede en París.

Ese mismo año participó en la VII Conferencia Solvay, dedicada en aquella ocasión a la estructura del núcleo atómico. También participó en la creación de la Universidad Internacional de Verano de Santander —actual Universidad Internacional Menéndez Pelayo—, centro del que se le nombra rector al año siguiente.

Desgraciadamente en esta universidad cántabra le sorprendió el acontecimiento que truncaría su brillante carrera: la Guerra Civil Española. Tras un incidente con alumnos fascistas, se vio obligado a organizar un grupo de 130 personas para tratar de regresar a Madrid, navegando primero en barco hasta la frontera francesa para sortear el frente nacional.

Con la Guerra Civil abandona España para seguir haciendo Ciencia. «Emprendimos aquel desdichado viaje —le contaba Cabrera a Ortega en un carta— en el que, prescindiendo de las molestias del paso a Francia después de la caída de Irún, no ocurrió nada hasta San Juan de Luz, donde se disolvió la comitiva, y la expedición quedó reducida a menos de cien».

Pero el ambiente en la capital española no era el propicio para la Ciencia, y a finales de 1936 Cabrera abandonó definitivamente España y se instaló en París, donde continuó su labor en el Comité Internacional de Pesas y Medidas. Es entonces cuando volvió a participar en la organización de la VIII Conferencia Solvay sobre partículas elementales y sus interacciones, aunque al final ésta se suspendió como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial.

En marzo de aquel año, otro de sus prestigiosos amigos, Erwin Schrödinger —conocido por sus aportación a la Mecánica Cuántica y su famoso ‘gato’—, le envió a Cabrera una carta, escrita en español y en estos términos: «¿Y qué tal, cómo lo pasan Vs.? ¿Qué se hará de su magnífico instituto? ¿Hay alguna esperanza de volver Vd. allá? Me figuro que son éstas las mismas preguntas que Vd. se pone diariamente sin poder contestarlas. Todo esto es una desdicha terrible».

Schrödinger, que también se había visto obligado a abandonar Alemania unos años antes por el auge del Partido Nazi, incluso le llegó a proponer a Cabrera huir a Sudamérica: «He pensado si, añadiendo nuestros dos nombres bien conocidos en el mundo —por lo menos en el mundo de la Física— nos ofreciésemos a trasplantar la Física europea a un sitio apartado; en Perú, por ejemplo».

Al final no sería al país andino donde se iría el Físico español, sino a México. La imposibilidad de volver a España, y la presión del régimen franquista para que dejara el Comité Internacional de Pesos y Medidas le dejó “moralmente hundido”, según recordaría su hijo años más tarde.

En 1941 Cabrera se trasladó desde París a la capital azteca, donde fue acogido con los brazos abiertos por la Universidad Autónoma de

México. Allí, en el exilio, pasaría los últimos días de su vida.

Blas Cabrera y Felipe falleció 01 de agosto de 1945 a causa de la enfermedad de párkinson, sin que viera cumplidos sus deseos de regresar a su patria y reincorporarse a su añorado Instituto Nacional de Física y Química. «Como en otros casos, fue una tragedia, otra víctima de la Guerra Civil», se lamenta Sánchez Ron.

En cualquier caso, el legado de sus experimentos y sus palabras, como las que dirigió a Einstein durante su visita a Madrid, permanece: «Espero que al final de vuestra vida, que será también el de mi generación, la España científica, que hoy apenas encontráis en embrión, haya llegado al lugar que tiene el inexcusable deber de ocupar. Así al menos pensamos aquéllos para los que el optimismo es una virtud motora del progreso».

La saga de los Cabrera

Nicolás Cabrera Sánchez (Madrid, 1913 – Madrid, 1989).

Nació el 12 de febrero de 1913. Con tan sólo nueve años conoció a Albert Einstein gracias a la amistad de su padre, Blas Cabrera, con el genio de la relatividad.

clip_image002Nicolás Cabrera

Sus trabajos experimentales se iniciaron en el Instituto Nacional de Física y Química que creó su progenitor, con el que se exilió en 1936 a París, donde obtuvo su título de doctor.

En 1947 se trasladó a la Universidad de Bristol, donde desarrolló el trabajo más importante de su carrera: un estudio sobre la estructura atómica de las superficies cristalinas y cómo crecen los cristales. El artículo ha sido durante décadas uno de los más citados en su campo.

Después, en 1952, Nicolás Cabrera viajó a EEUU para trabajar en la Universidad de Virginia, donde formuló la primera teoría cuántica de dispersión de átomos por superficies cristalinas.

En 1968 recibió la invitación para regresar a España y dirigir el departamento de Física de la recién creada Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Superando los problemas ideológicos con el régimen franquista, logró sacar adelante el proyecto.

Nicolás Cabrera no dejó de impulsar la excelencia científica entre su equipo, hasta su muerte en 1989. Ese mismo año se creaba el Instituto de Ciencia de Materiales Nicolás Cabrera en la UAM.

En el Instituto de La Laguna —Tenerife, Canarias—, llamado ahora Cabrera Pinto, hay un busto dedicado a Blas Cabrera y Felipe.

Blas Cabrera (París, 1946 – actualidad)

El nieto de Blas Cabrera lleva el mismo nombre y apellido que su abuelo. El joven Blas Cabrera decidió también seguir el camino de la Física, curiosamente en contra de los consejos de su padre.

clip_image003Blas Cabrera. Universidad de Stanford

Se licenció en 1968 en la Universidad de Virginia y se doctoró en 1975 en la de Stanford, en California, donde ha desarrollado toda su carrera desde entonces.

Uno de sus descubrimientos más conocidos fue la detección —probablemente fortuita— de un monopolo magnético, una partícula hipotética con un imán de un solo polo magnético. El experimento se llevó a cabo en el año 1982 mediante una bobina superconductora mantenida cerca del cero absoluto, pero desde entonces no se ha vuelto a registrar ningún evento similar.

Durante los últimos años, Blas Cabrera ha dirigido sus esfuerzos a la búsqueda de la materia oscura. Desde el detector subterráneo Cryogenic Dark Matter Search, localizado en el interior de una mina de Minnesota, su equipo trata de descubrir los WIMP, unas partículas que podrían constituir la misteriosa materia oscura.

Sus trabajos le han valido el Premio W. K. H. Panofsky 2013 en Física Experimental de Partículas.

Por otra parte, la que fuera ministra de Educación y Ciencia entre 2006 y 2009, Mercedes Cabrera Calvo-Sotelo, también es nieta del gran Físico Canario. Además, uno de los hermanos de Blas Cabrera y Felipe fue el también Físico Juan Cabrera, rector de la Universidad de Zaragoza entre 1954 y 1968; y otro, el ingeniero José Cabrera, dirigió la construcción de la primera central nuclear española que, aunque lleva su nombre, es más conocida como Zorita.

Fuente

Cortesía de Eleuterio Sicilia

[LE}– ‘Estar acorde’ de concordar en número con el sustantivo

07/03/2013

En la construcción estar acorde, el adjetivo acorde debe concordar en número con el sustantivo al que hace referencia, tal y como se indica en el Diccionario Panhispánico de Dudas.

Sin embargo, suelen encontrarse en los medios frases en las que acorde permanece invariable:

  • «Las medidas de seguridad en Chile deberían estar acorde con esa realidad» o
  • «Criticó que los profesores no estén acorde con los nuevos tiempos».

Lo apropiado en estos casos habría sido decir

  • «Las medidas de seguridad en Chile deberían estar acordes con esa realidad» y
  • «Criticó que los profesores no estén acordes con los nuevos tiempos».

Sucede lo mismo en construcciones similares como resultar acorde, parecer acorde, ser acorde,

Fuente: Fundéu