10-12-12
Carlos M. Padrón
El Dr. José María Brito es, sin duda, el cardiólogo más reputado nacido en El Paso, ya que fue el mejor cirujano de cardiología infantil de Canarias y, posiblemente, de toda España.

Por tal motivo, no sólo se le nombró Hijo Predilecto de la Ciudad de El Paso sino que en este pueblo, nuestro querido El Paso, se le dio su nombre a una calle.
Además, ha sido invitado a dictar charlas en universidades de otros países, y ha recibido en ellos merecidos reconocimientos.*
Retirado desde hace años, ha sabido ahora que un servicio —de importancia capital para Canarias, que él ayudó a fundar y del que fue director— ha sido cerrado, lo cual es sobrado motivo para que publicara, en un órgano de prensa de Canarias, el artículo que copio a continuación.
Es lamentable que tales cosas ocurran sin que la muy conocida crisis sirva para justificarlas, aunque tal vez se quiera hacerlo parecer así.
Fue en 2009 la última vez que tuve oportunidad de compartir con José María Brito en dos reuniones de amigos acerca de las cuales conté oportunamente en este post.
Y por el aprecio y admiración que le tengo, y por el daño que con el tal cierre se le ha hecho a Canarias, me uno desde aquí a su más que justificado reclamo y frustración.
(*): Si ese enlace fallara, el vídeo puede verse también AQUÍ.
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07-11-12
José María Brito Pérez
Como mínimo, sorprendido leo en los medios de comunicación la noticia del cierre del Servicio Canario de Cirugía Cardiaca Infantil.
Quizá ser uno de los cirujanos que iniciaron en España esta especialidad hace más de cuarenta, y el haber gestionado desde el comienzo varios servicios, entre éstos el de Canarias (2001), me permita hacer algunas reflexiones que considero urgentes.
La cirugía cardiaca Infantil se inició en Canarias como respuesta a una necesidad sentida y sufrida por la comunidad. La lejanía de las Islas, las dificultades de un transporte oportuno, y los sufrimientos de las familias, fueron razones más que suficientes para justificar dicho servicio.
No fue el número, quizá no muy grande de casos, ni siquiera el costo económico, fue el costo social en vidas, complicaciones y desarraigo familiar, la razón para hacer esta cirugía en Canarias con un centro en Las Palmas para todas las Islas. Pero con los resultados y costos evaluados posteriormente se comprobó que fue una inversión de indiscutible beneficio local.
En los primeros cinco años se operaron más de 450 casos, con resultados comparables a la media nacional publicada. Se pudieron hacer procedimientos intervencionistas con cateterismo que requieren la presencia de cirugía para resolver alguna emergencia.
De hecho, varios niños recibieron el beneficio del soporte de cirugía y, en resumen, más de 700 casos durante 5 años fueron resueltos en Canarias sin necesidad de ser trasladados a la Península.
Simultáneamente se operaron más de 30 casos de adultos con cardiopatías congénitas, se ayudó al necesario desarrollo concomitante de otras especialidades, y se impulsaron con su presencia avances en la investigación y el crecimiento profesional del personal sanitario.
Por éstas y otras razones me asaltan las siguientes inquietudes:
- ¿Saben los gestores y la sociedad Canaria cuál es el tiempo de reacción en una urgencia cardiológica pediátrica? …¡Minutos!…si acaso horas, pero no más.
- ¿Saben los gestores sanitarios, y la sociedad Canaria, si durante el transporte de algún niño con cardiopatía trasladado a la Península antes de 2001 hubo alguna complicación relacionada con el tiempo y espera del mismo?
- ¿Saben los gestores, y la sociedad Canaria, la disponibilidad y oportunidad del transporte aéreo en unidades súper especializadas”? Pregunten a los médicos que han tenido esta responsabilidad.
- ¿Saben los gestores, y la sociedad Canaria, qué va a pasar con las embarazadas cuyo diagnostico prenatal anuncia una cardiopatía? ¿Se trasladarán a la Península para el parto? ¡Vaya avance!
- ¿Saben los gestores, y la sociedad Canaria, quien asumirá el costo de más de 150 traslados anuales, y la estancia familiar mientras el niño esté ingresado en el hospital? ¿el Estado, la Autonomía?
Estas preguntas puntuales son el iceberg de una marea de inquietudes preocupantes que me asaltan en este momento.
Los gestores justifican el cierre del Servicio por razones económicas y por el bajo número de intervenciones. De las razones económicas prefiero no hablar, y por el número de intervenciones habría que cerrar al menos 6 de los 13 Servicios que hay en España cuyo rendimiento es manifiestamente inferior al de Canarias.
Probablemente los gestores que han tomado decisión tan delicada y de consecuencias más que predecibles, aunque debieran, quizá no son conscientes de lo que están generando, aunque sea su responsabilidad.
Probablemente la sociedad que debiera saberlo no lo sabe porque le falta información o la recibe distorsionada.
Creo que los gestores deben ser responsables de lo que hacen, la sociedad debe conocer la verdad, y es mi obligación como Canario y conocedor del tema, y por la defensa de los niños, dar la voz de alerta por una decisión tremenda no sé hasta dónde consultada con los estamentos y profesionales pertinentes, y que creo sinceramente —por antecedentes que conozco y denuncié en su momento a las autoridades sanitarias, sin recibir ninguna respuesta que — que se está intentando “salvar el pellejo” de quienes. por acción u omisión, por soberbia o ignorancia, puedan pasar a la Historia como responsables de una gestión con graves implicaciones en el manejo de los niños con cardiopatías congénitas y de la cual la sociedad les pedirá cuentas.
Canarias debe defender lo que es un patrimonio innegociable de los niños.
Fuente: Canarias 7
