Embelesada, estaba una señora mirando a un lago, nuevo para ella, y le preguntó a quien estaba al lado, que resultó ser un gallego:
—Señor, ¿sabe usted si este lago es muy profundo?
—Pues no creo, porque mire hasta dónde les da el agua a los patos.
Embelesada, estaba una señora mirando a un lago, nuevo para ella, y le preguntó a quien estaba al lado, que resultó ser un gallego:
—Señor, ¿sabe usted si este lago es muy profundo?
—Pues no creo, porque mire hasta dónde les da el agua a los patos.
¡JA, ja, ja!
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