[*Opino}– Himno al gofio

Carlos M. Padrón

Como ya he dicho antes, Montevideo fue fundada por un grupo de Canarios al frente de los cuales estaba José Fernández Medina conocido en Uruguay como “El Palmero” ya que había nacido en la isla de La Palma (Canarias).

Según a finales de los ’80s me contaba Wilmer Gueçainburú, un uruguayo que fue en esa época gerente general de IBM-Venezuela, en Montevideo canario equivale a campesino, o gente del campo, pues a medida que la ciudad creció, los Canarios, o descendientes de ellos, fueron moviéndose hacia las afueras, hacia los campos.

Y, por lo visto, aún hay en Uruguay bastante influencia canaria, pues Mary Carmen Barbuzano me ha hecho llegar este vídeo que es un himno al gofio, la harina hecha de trigo tostado y luego molido que, por siglos, fue el alimento básico y diario de los habitantes de las Islas Canarias, y aún hay quienes lo comen a diario, si bien no tanto como antes.

El vídeo, que tiene sonido, puede verse desde YouTube clicando AQUÍ.

Pero si tuvieras algún problema, o quisieras verlo o bajarlo en WMV, clica AQUÍ.

Vicente Santana, un lector Canario y visitante de este blog, me hizo llegar por vía de comentario la letra completa de este himno.

Por el valor que tal letra tiene para completar este post, decidí incluirla aquí a posteriori,… con mis repetidas gracias a Vicente.

Himno al gofio

Grabado el año 1971 en Montevideo en un LP llamado “Aceitando las bisagras”. Autor: Abel Soria; Cantador: Julio Gallego.

Cuando Tata Dios pobló
los distintos continentes
hizo razas diferentes
que a su antojo modeló.
Y a cada pueblo le dio
los recursos necesarios,
pa’ Italia sancochos varios,
pa’ los griegos uva’ y nueces,
arroz pa’ los japoneses
y gofio pa’ los Canarios.

Por eso, como el Canario
pa’ comer gofio no hay dos,
porque fue nombrao por Dios
único destinatario.
Le confió hasta el recetario
pa’ que él mesmo lo elabore
y él solito lo devore
con un especial distingo
de ahí que no haiga un solo gringo
que al probarlo no se atore.

Si usté’ es Canario, aproveche
cuando arrecien las heladas
y échelo por cucharadas
nadando sobre la leche.
Pero en cuanto se lo eche
zámpeselo ligerito
que es mucho más exquisito
sin que se le vaya al fondo,
y un buen Canario redondo
debe comerlo crudito.

Algunos lo hacen hervir
antes de echarlo a la taza,
o lo hacen pellas con grasa
fáciles de digerir.
Tiene modos pa’ elegir,
y hasta la gente pituca
lo entrevera con azúcar
y engulle la mezcla seca,
o al probarlo con manteca
se relambia hasta la nuca.

Misturao con chicharrones
o con puré de zapallo
le asienta mejor al pallo
sin causar retortijones.
En tuitas las ocasiones
es un aliado verdadero
pa’ echarle al guiso carrero
como al sopón de las trillas
pa’ reforzar las morcillas
o ‘spolvorear el puchero.

Con calostro y en verano,
si hacen ronchas en el rostro
será culpa del calostro
porque el gofio es lo más sano.
Puede bajarle la mano
sin miedo que lo indigeste,
y, aunque el clima no se preste,
trate de andar engofiao,
que es como estar vacunao
contra cualesquiera peste.

Una desgracia tremenda
fue la de Cristín Calero
que cuando quizo heredero
se le amachorró la prenda.
Pero ese año la molienda
fue abundante como pasto,
y al gofio le hicieron gasto
con tanta dedicación
que dende aquella ocasión
la partera no da abasto.

Yo, que soy de Canelones,
gracias a gofio y al cielo
nunca he tenido un urzuelo
ni uñeros ni zabañones.
A un Canario esas cuestiones
no le dentran ni con nada,
y aunque haiga gente atrofiada
verán que yo no me atrofio
mientras pueda comer gofio
con tuita la canariada

Algunas palabras uruguayas

  • Tata Dios: Padre Dios
  • Gringo: en este caso es extranjero, aunque por lo general se refiere a los italianos
  • Gente pituca: gente fina, cursi
  • Zapallo: calabaza
  • Calostro: beletén, también se llama así en la península.

[*ElPaso}– Antonio González Suárez, pintor pasense de talla internacional

20-06-11

La calle Antonio González Suárez —calle que, en El Paso, va desde la calle Tanausú hasta el Cementerio Municipal— debe su nombre al famoso pintor pasense nacido el 27 de Abril de 1915 y fallecido en La Laguna (Tenerife) el 11 de Junio de 1975.

La foto que sigue le fue tomada en 1950 por Mario Bauder.

Datos personales 

Lugar de nacimiento: El Paso, La Palma.

Fecha de nacimiento: 27 de abril de 1915.

Lugar de defunción: La Laguna, Tenerife.

Fecha de defunción: 11 de junio de 1975.

Fecha de su ingreso como Académico de Número de la Real Academia Canaria de Bellas Artes (RACBA): 05 de marzo de 1957.

Formación y especialidades

PINTOR.

Militar de profesión hasta 1955, este pintor se formó primero como autodidacta, cursó luego la carrera de Bellas Artes en Santa Cruz de Tenerife y, desde 1942, tomó parte ya en las exposiciones colectivas del Círculo de Bellas Artes. Su especialidad fue la acuarela.

Concurre a la Exposición Nacional de 1948, y también a los Salones Nacionales de la Acuarela en Madrid, Bilbao, Barcelona, Sao Paulo, y Valencia (Venezuela).

Su primera exposición individual importante fue en el Museo de Arte Moderno de Madrid en 1950, dándose a conocer luego en el Gabinete Literario de Las Palmas, en Santa Cruz de La Palma y en la capital tinerfeña.

En 1954 realizó viajes para exponer en Inglaterra y Noruega, donde se confirmó plenamente su personalidad artística.

Incorporado en 1957 a la RACBA como Académico de Número, de la mano del nuevo presidente Ángel Romero y de su consiliario 1º Pedro Suárez Hernández, es nombrado después miembro de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico habiendo recibido, especialmente hasta 1960, numerosos premios, distinciones y medallas en diversas exposiciones y certámenes.

Según González Cossío, la sensibilidad de González Suárez señala en sus acuarelas un nuevo modo de hacer, de ver e interpretar el paisaje, algo innovador y muy distinto de lo que hasta entonces se nos había presentado.

Alcanzó así un nivel magistral y diferenciado en el que nos sorprende con una suerte de paisajismo romántico a la inglesa marcado por la agilidad y soltura de las pinceladas, cercanas (no en colorido) a las de los impresionistas franceses.

Tales acuarelas fueron de línea luminosa y amable en sus comienzos, para derivar luego a un tipo de obra oscura que tiene como modelo La Laguna y su entorno, captada siempre en días de lluvia, grises y opresivos.

Los celajes claros de su primera época, influenciada por Francisco Bonnín, serán luego sustituidos por esos otros bien diferentes cargados de nubes y brumas, que imprimirán a la serenidad de la obra un rasgo notorio de movimiento, inquietud y perspectiva aérea, siempre en pos de una instantaneidad cuyo objetivo era la espontánea comunicación con una naturaleza muy originalmente recreada y con vida propia.

De esta manera, las acuarelas de González Suárez nos muestran, en el marco de la pintura regionalista en la que este pintor se inscribe, una imagen de la isla singular y distinta a la habitual.

Fuente: Real Academia Canaria de Bellas Artes

Cortesía de José Luis Herrera Pais

Más información AQUÍ.

 

[*IBM}– Del baúl de los recuerdos de IBM: 1979 Nov/Dic – Revista Mensaje (2/3)

Carlos M. Padrón

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Artículos previos de esta serie de 3:

Si en una foto aparece más de una persona, las mencionaré de izquierda a derecha, o en el sentido de las agujas del reloj cuando las personas estén en círculo. Si no sé ni el nombre ni el apellido de alguna de las personas en la foto, pondré un signo ‘?’ después del número; y si no sé el nombre o no sé el apellido, pondré una ‘X’ en el lugar en que éstos deberían ir,… y, con gracias anticipadas, espero que alguien me «despeje» las ‘?’ y las ‘X’.

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Entrega 2 de lo enviado por José Candia.

Pág. 9

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Jorge Treviño

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Henry Bullones

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Emilio Silva

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1, José Manuel Padrino †; 2, Alexis Pantoja; 3, Tomás Valencia

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Rafael García

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1, Julia De La Cruz;  2, Vicente Amodio

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Florentino González

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Tomás Ruiz

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COMENTARIOS

 

Emilio Silva
Saludos cordiales, Carlos.

Placer y gusto me da ver esta publicación; tengo aún en mi casa un ejemplar de esta revista. Gracias por compartirla con todos por este medio.

Todavía sigo vendiendo equipos IBM. Creo que del Grupo de Cobertura de GSD soy el único que queda vendiendo IBM. En aquella oportunidad la gente no conocía mucho de sistemas y había que explicar mucho para poder vender los equipos; ahora la gente conoce mucho de sistemas y de equipos,… por lo cual también es difícil vender.

Saludos.

Vicente Amodio Merola
Hola, Carlos. Es mi deseo que te encuentres bien al recibir este correo.

Realmente, el ver las fotos de la revista Mensaje me trae recuerdos porque es mis primeros años de entrar en IBM-GSD. Es buena la oportunidad para considerar que fuimos un buen equipo, con Henry Bullones como gerente de la Unidad de Cobertura. Es parte de la vida de uno; es inolvidable.

Saludos y muchos recuerdos para todos.
Vicente Amodio.

Gabor Simon
Muy buenos recuerdos me trae este envío. Para el momento de la entrevista de Tomás Ruiz yo había salido de la IBM. Trabajamos juntos en GSD en la parte de ventas; muchos recuerdos de tantos años en los avatares de ventas.

De Henry Bullones, ventas de varios años. Y de Jorge Treviño la época mía en la IBM (1968-1978) era el “señor ” de contabilidad.

Recuerdos de Emilio Silva, Tomás Valencia y Florencio González, a vuelo de pájaro. Mi comentario es sencillo: uno entraba a la IBM como la empresa parar el resto de la vida. Tremenda preparación que nos daban por tres meses desde que se empezaba con los cursos y posterior prueba, si servíamos o no. Increíble escuela. En mi opinión personal, hoy en día es diferente, se ha perdido, o no se trae, esa mística de antes.

[*ElPaso}– «Espejo de la Vida» / Poesías de Pedro Martín Hernández y Castillo: En el cementerio

EN EL CEMENTERIO

¡Oh, triste cementerio:
en ti reposa la altiva, insana, sórdida ambición;
a ti sucumbe el fuerte corazón,
y el inmundo gusano le destroza!

En ti cubre al más rico fina loza,
y el pobre,… de la tierra en un rincón;
mas todo es vanidad, todo ilusión
que se pierde en las sombras de la fosa.

Por eso mi alma con dolor murmura,
mirando de la muerte despiadada,
secos despojos de brillante altura

en las tumbas, por última morada:
¡Todo baja a la triste sepultura,
convirtiéndose en polvo, en humo, en nada

[*Otros}– Neil Armstrong: «Sé que la Luna está esperando por nosotros» / Starmus Festival (Tenerife y La Palma)

24/06/2011

A pesar de su retiro de la vida pública, Neil Armstrong destila nostalgia del espacio.

«Sé que la Luna está esperando por nosotros», ha dicho esta tarde durante su intervención en el homenaje al cosmonauta Yuri Gagarin, el primer hombre que viajó al espacio, el 1 de abril de 1961 en el Vostok I.

Era el broche de oro del festival Starmus, celebrado esta semana en las islas de Tenerife y La Palma, y por el que han desfilado una decena de pioneros de la conquista del cosmos.

Ésta ha sido la segunda visita oficial de Armstrong a España, desde que el 6 de octubre de 1969 estuviese en Madrid para conmemorar, junto a Eldwin Buzz Aldrin y Michael Collins, la llegada del hombre a la Luna.

Han pasado más de 40 años desde que el módulo lunar del Apolo 11 se posase en el Mar de la Tranquilidad el 21 de julio de 1969, y Armstrong asegura que aún busca la respuesta a por qué, tras sólo cinco alunizajes, el hombre no ha vuelto a poner un pie en el satélite.

El astronauta estadounidense llegaba el jueves a Tenerife para reunirse con otros nombres propios de la historia: Alexei Leonov, el primer hombre en dar un paseo espacial en 1965; Bill Anders, piloto que condujo el Apolo VIII en la misión que abandonó la órbita de la Tierra; o Jim Lovell, el comandante que pronunció la histórica frase «Houston, tenemos un problema», a bordo del Apolo 13.

La imagen ha sido inédita. Una esforzada escenificación de lo que Leonov ha denominado la «olimpiada espacial». Los abuelos del espacio (todos los pioneros han cumplido más de 80 años) reunidos gracias al empeño del científico del Instituto Astrofísico de Canarias, Garik Israelian, que ha invertido más de un año en la preparación del evento.

Es la primera vez que se reúnen, «y quizá la última» ha sido una de las coletillas más repetidas por los asistentes al evento.

Anders ha bromeado sobre la oportunidad de haber tomado una imagen que se convirtió en un icono: la Tierra, vista desde el espacio, flotando sobre la superficie lunar. «Ojalá esa foto hubiera tenido más calidad», ha dicho, «la ubicación era lo importante».

El comandante de la primera misión que orbitó alrededor de la Luna ha confesado que, a 150 kilómetros de la superficie de la Luna, podrían haberse convertido en los primeros hombres en pisar el polvo blanco en 1968. «Si hubiésemos tenido un módulo lunar, habríamos alunizado», ha reconocido.

El reconocimiento a la mejor anécdota ha sido para el relato de Lovell, que el 17 de abril de 1970 pronunció la frase que le convirtió en estrella: «Houston, tenemos un problema».

En 1995, la película de Ron Howard le inmortalizó, puso cara a los astronautas que tuvieron al mundo en vilo durante una semana. «Tom Hanks hizo un buen trabajo», ha reconocido, «quizás pueda hacer mi trabajo algún día».

El homenaje a Gagarin ha sido, al fin y al cabo, una representación de buena parte de la historia del último siglo. «¿Quién va a ser nuestro modelo a partir de ahora?», se ha preguntado Leonov. «Espero que, a nuestra edad, nuestros nietos miren atrás y vean un siglo XX de progreso y de mejora tecnológica, y que vean un siglo XXI de avance y mejora en el carácter del ser humano», ha contestado Armstrong.

Fuente: El País

[*IBM}– Del baúl de los recuerdos: 1974 – Convención HPC en San Juan de Puerto Rico / por Manuel A. Gutiérrez

22-06-11

Manuel Alberto Gutiérrez

Muy estimados y apreciados excompañeros IBMistas.

Entusiasmado por lectura del blog de Carlos Padrón, me he puesto a revisar los álbumes de mis años en Venezuela, años que, en un 97%, los pasé en IBM de Venezuela.

Fueron, en todo sentido, años maravillosos que, además, representaron para mí una maestría y postgrado en muchas cosas, empezando por la honorabilidad y ética hacia los clientes, prospectos, compañeros y compañeras. 

Asistí a la convención HPC (Hundred Percent Club) de IBM Latin America que se llevó a cabo en el Hotel San Juan, de Puerto Rico, en febrero de 1974.

Ése fue mi tercer Club HPC. Conseguirlo me costó “una esférica” debido a los puntos DC (Data Center). Con la colaboración de nuestro entonces jefe, Jesús Alonso, y del cliente Finalven, logré el 99.1% de la cuota en ese rubro, y sumados esos puntos a los de DP, alcancé el objetivo del 100%.

Un saludo, y un abrazo para todos, desde Costa Rica.

Manuel Alberto Gutiérrez V. 

[*Opino}– A vueltas con las mayúsculas y los títulos de libros, películas, etc.

Repito lo que ya publiqué el 17/09/2010.

Vuelven a la carga, ahora la Fundéu, con lo de las mayúsculas y los títulos de películas, libros,  cuadros, esculturas, piezas musicales, programas radiofónicos o televisivos, etc.

Tal vez la RAE habrá dicho que en tales casos sólo se pone en mayúscula la inicial de la primera palabra. Lo siento, pero no respeto eso porque puede crear confusión, así que sigo apegado a la norma de evitar en lo posible confundir o crearle dudas al lector.

Como ya escribí en De la RAE, y de la falta de respeto (¿o de conocimiento?) de algunos que escriben no me gusta la manía useña de poner en mayúscula la inicial de cada palabra, pero de alguna forma hay que diferenciar el título de un libro, de una película, de una obra teatral, etc.

En estos casos, o se usa la cursiva o se usan las comillas —como dice la Fundéu en el artículo que sigue—, pero poner en mayúscula sólo la inicial de la primera palabra es un irrespeto al lector ya que éste no tiene modo seguro de saber dónde termina el tal título. Dos ejemplos:

  1. Ante algo que diga: «La película Cuando Jerry y Sally se encontraron en New York fue algo sensacional…..». ¿Cómo puede saber el lector cuál es realmente el título de la película? Esa duda no cabría si se escribe: «La película “Cuando Jerry y Sally se encontraron en New York” fue algo sensacional….».
  2. «Lo que el viento se llevó tuvo mucho valor en los años 50 pero las nuevas generaciones,….». ¿Cómo puede saber el lector cuál es realmente el título de la película? Esa duda no cabría si se escribe: «»Lo que el viento se llevó» tuvo mucho valor en los años 50 pero las nuevas generaciones,….».

Otro caso que apareció como titular en La Vanguardia del 14/09/10: «Michelle Bachelet, nueva responsable de la agencia para la mujer de la ONU».

Así como está escrito hay un hipérbaton en lo de «para la mujer de la ONU», y eso crea confusión.

Pero como lo de «agencia para la mujer» es el nombre de una agencia de la ONU, la confusión, y también el hipérbaton, se habrían evitado si hubieran escrito «Michelle Bachelet, nueva responsable de la Agencia para la Mujer de la ONU» o «Michelle Bachelet, nueva responsable de la «Agencia para la mujer» de la ONU».

Carlos M. Padrón

***

20/06/2011

En numerosas noticias referidas a la polémica que ha suscitado el Diccionario biográfico español, publicado por la Real Academia de la Historia (RAH), el título de esta obra aparece con grafías inadecuadas: «La RAH está dispuesta a rectificar el polémico Diccionario Biográfico Español»; «Cultura insta a que se revise el controvertido Diccionario Biográfico Español»…

Los títulos de las obras de creación —libros, películas, cuadros, esculturas, piezas musicales, programas radiofónicos o televisivos,…— se escriben, como recuerda la reciente Ortografía de la lengua española, en cursiva y con inicial mayúscula sólo en la primera palabra y en los nombres propios, si el título incluye alguno: Cien años de soledad, La decisión de Sophie, El nacimiento de Venus…

Así, en las noticias mencionadas, debería haberse escrito Diccionario biográfico español, en cursiva y con inicial mayúscula únicamente en Diccionario.

Sólo cuando se mencionan títulos originales de obras no escritas en español puede respetarse la forma de escribirlos en la lengua correspondiente: Vanity Fair, A Man for All Seasons…, aunque es igualmente apropiado, y cada vez más frecuente, aplicarles la norma española: Vanity fair, A man for all seasons…

Fuente: Fundéu

[*Otros}– El Ojudo de Los Sauces / por José Guillermo Rodríguez Escudero

30-04-11

… y otras causas célebres en la primera mitad del siglo XIX.

José Guillermo Rodríguez Escudero

El 3 de mayo de 1846, en el tranquilo pueblo de San Andrés y Sauces tuvo lugar una tragedia que conmocionó, no sólo a esta bella comarca del norte de La Palma, sino a toda la Isla entera.

Según se desprende de las crónicas de la época, el joven Antonio Pérez Gil se hallaba cuidando unas papas en una casita que su futuro suegro tenía en la zona. Entre estas paredes el agricultor iba depositando y guardando los frutos que iba recogiendo pacientemente de sus diversas propiedades.

Era el resultado del trabajo duro de aquellas humildes gentes, constituyendo todo su tesoro. El mancebo se había quedado aquella noche para vigilar estas pertenencias y así evitar que fueran robadas.

Era ya medianoche cuando oyó unos extraños ruidos en el tejado de la casucha. Más tarde pudo comprobar que una silueta humana bajaba cautelosamente desde allí. No podía permitir que nada ni nadie amenazara la propiedad de su suegro.

Sin dudarlo, Antonio se abalanzó sobre el infractor. Se trataba de un hombre que resultó ser mucho más fuerte de lo que imaginaba Antonio.

Después de un rato de lucha, éste sentía que no podría resistir por mucho tiempo las embestidas del contrincante. Llegó incluso a temer por su vida.

Ya exhausto, y tras un largo forcejeo, el malhechor, con un brusco cambio en la táctica que cogió de improviso al muchacho, le asestó dos terribles puñaladas: una en el vientre y otra en el pecho, sobre el corazón.

El mozo también recibió otras heridas de menor consideración en una mano y en un brazo. Las cuchilladas resultaron ser muy profundas y de una gravedad extrema.

Uno de los que acudieron a socorrerlo en los primeros instantes vio, a través de ellas “las tripas y algo de los pulmones”. Eran aproximadamente las cuatro de la mañana, y el muchacho aún seguía con vida y pudo narrar dificultosamente lo sucedido horas antes.

De esta agónica comunicación, se desprendía que Antonio no tenía ni la menor idea de quién podría ser el ladrón.

José Martín Machín, uno de los que dieron parte del hecho al Juez de Primera Instancia de este Partido y al alcalde constitucional de San Andrés y Sauces, confirmaba “que el herido no pudo conocer quién fué el ladrón que le causó tan grave daño, y recelando que no podía ser otro que José Manuel Hernández Martín por la mala conducta que ha observado siempre en el oficio del robo, pasé inmediatamente á su casa, y habiéndolo sorprendido, se le encontró la camisa manchada de sangre, pero principiada á lavar para ocultar las manchas…”

El buen hombre contaba con todo detalle lo que había visto. Así, descubrió que José Manuel tenía “algunas manchas de sangre en las piernas y dos cortaduras en los dedos de una mano”.

En su casa también encontró una lanza, también manchada de sangre y “además, en la casa en donde se encontró el atentado, la montera y la baina del puñal ó cuchillo”.

El Juez de la Primera Instancia, José María Trucharte, tan pronto recibió la noticia del suceso se trasladó urgentemente a Puerto Espíndola, en la costa de la Villa de San Andrés y Sauces, donde recibió la noticia de que el herido acababa de morir.

El Juez Trucharte había sido objeto de un atentado del que salió ileso. A su ventana le habían disparado un tiro sin que el anónimo malhechor pudiera producirle la más mínima herida. Ocurría el 12 de agosto de 1845.

Este letrado era muy conocido en la ciudad por el sonado altercado que se produjo en la plaza lugareña entre este jurista y un comandante de Artillería. Todo había empezado por un decreto de prisión firmado por el primero contra algunos procesados.

Ocurría el 16 de noviembre de 1845, apenas seis meses antes del suceso que nos ocupa. En plena Bajada de la Virgen de Las Nieves, el 30 de enero, un grupo de amigos, después de una cena, se subieron al Carro Alegórico y Triunfal que regresaba ya vacío del lugar de la representación.

Desde allí habían cantado himnos patrióticos y gritado vivas a Espartero. El mencionado militar, al tratarse de un subalterno de aquéllos, no admitía tal resolución y por eso se había rebelado.

Desde el primer instante y “desde las primeras deligencias del sumario resultó la convicción de que José Manuel Hernández Martín (á) Ojudo habia sido el acesino de Antonio Pérez Gil, según tambien se expresa en el parte de la Alcaldia; y pr. esa razon el Sor. Juez dispuso que el presunto reo, maniatado, fuese trasladado á la cárcel pública de esta ciudad”.

Dos meses después del crimen, el 27 de julio, el juez José María Barceló dictó la sentencia definitiva ante el escribano Pedro López Monteverde. El acusado debía de permanecer en prisión durante diez años “con retención en uno de los de Africa y al pago de todas las costas procesales”.

La Audiencia territorial confirmó la sentencia dos meses después, el 23 de septiembre, pero no pudo efectuarse puesto que el reo José Manuel, el 20 de agosto, se había fugado de la cárcel “á pesar de hallarse con grillos puestos”.

Una vez detenido, se llevó nuevamente ante la autoridad competente y se encarceló a cargo del alcaide Rafael Vidal.

Dos veces más se fugaría del calabozo. El alcaide Pedro Pérez Martín sufrió durante su mandato carcelario el mismo bochorno que su antecesor en el cargo.

Según Lorenzo Rodríguez, “hasta que en la última captura procuró embarcarsele inmediatamente para el Establecimiento penal de su destino, habiendo tenido lugar el embarque el 31 de diciembre del mismo año en el buque “Magdalena”.

Esto prueba que el prófugo pudo salir de la Isla, y llegar, probablemente a Tenerife. Más tarde relata que regresó a La Palma y, “habiéndosele probado algunos robos de frutos y otras fechorías, volvió á ser condenado á presidio en donde falleció”.

El cronista y alcalde constitucional Lorenzo Rodríguez confirmaba en sus Noticias… que durante la primera mitad del siglo XIX se habían perpetrado más delitos criminales, ataques, suicidios, sucesos sangrientos, atentados, latrocinios… que en la segunda.

Da fe de ello la infinidad de causas que se habían registrado en las diferentes escribanías insulares de la época.

Otros muchos sucesos conmocionaron la población palmera. Veamos algunos:

  • El 15 de agosto de 1800, “el Castillo de Tazacorte defiende valerosamente la entrada de su puerto contra un buque francés, de cuya refriega salieron algunos artilleros heridos y mutilados”.
  • El coronel Antonio Ignacio Pinto, el alcalde mayor Domingo Román de Linares, el sargento mayor Mariano Norma y Luis Vandewalle Llarena “avisados oportunamente, evitan el asesinato á que estaban condenados por cierta conspiración de gente de Barlovento” (10 de julio de 1822)
  • Un somatén en Barlovento se alzó contra su párroco Luis Rodríguez Casanova y contra la tropa que, “viéndose agredida, hace una descarga contra el pueblo, causando dos víctimas”. (30 de diciembre de 1823)
  • El 12 de diciembre de 1835, cuando entró en su casa, a eso de las 10 de la noche, el comisionado del Gobierno Civil Nicasio Viña es agredido por un desconocido que lo apalea y lo deja gravemente herido en el suelo.
  • Una despechada, María Hernández Cazadora, terriblemente celosa, se abalanzó sobre su rival, Manuela Pérez García, y la asesinó en pleno día en San Pedro de Breña Alta, asestándole numerosas puñaladas. Ocurría el 12 de diciembre de 1844. Tres años antes, el Barranco de San Pedro corrió tan impetuosamente que derribó una casa arrastrando catorce personas que se hallaban dentro. Murieron diez (8 de noviembre de 1841)
  • La Audiencia de Las Palmas condenó a la pena de muerte en garrote vil a José Martín, vecino de Breña Alta, por haber asesinado a su convecino Mariano Martín, “al ser sorprendido por aquel en su propia casa, en flagrante delito de adulterio”. Ocurría el 30 de junio de 1836.
  • El mayordomo de la imagen de San Francisco de Asís, del extinto convento de la Inmaculada de la ciudad, Antonio García, mientras colocaba unas astas de bandera en el campanario de la iglesia homónima en las vísperas del patrono, cayó a la plaza quedando muerto en el acto (3 de octubre de 1838)
  • 12 de diciembre de 1839: un joven garafiano llamado Antonio Rodríguez había apedreado en el barranco de “Discaguan” a un niño de tan sólo tres años de edad. Como aún estaba vivo, lo cogió y lo despeñó por uno de aquellos altos riscos del norte de La Palma, “quien en definitiva fue declarado escinto de responsabilidad criminal por falta de edad”.
  • Un caso ocurrido cuatro meses antes del crimen que nos ocupa: un vecino de El Paso —llamado Agustín Martín— había sido condenado a diez años de presidio por haber asesinado a Antonio Taño, de Los Llanos de Aridane, “á las 8 de la noche del día 4 de enero de 1846”. Había sucedido en el pago llanense de Triana. Se embarcó en la balandra llamada “Virtud” para cumplir la pena en Tenerife el día 6 de agosto de aquel año.
  • Muere María del Carmen Remedios y Pintado tras haberse arrojado el día anterior (“al primer doble de la una de la tarde”) desde la azotea de su casa en la antigua calle de La Cuna, número 5 (hoy Díaz Pimienta). El cronista confirmaba que no había dado señales de demencia. (2 de noviembre de 1848)
  • También fue célebre el asesinato de Manuel Lecuona y Castellano, recaudador del Tesoro, ocurrido en Garafía la noche del 23 al 24 de septiembre de 1850. Cuando se hallaba dormido, después de hacer 168 embargos, fue sorprendido por un disparo de arcabuz efectuado desde la ventana de la casa que le servía de alojamiento. Murió por la tarde, desangrado, puesto que no había ni médico ni botica para atajar las hemorragias. Fue encarcelado por este vil asesinato el vecino Juan Martín Sánchez. Sólo un año estaría en la cárcel puesto que, al no encontrar pruebas concluyentes de que fuera autor del delito imputado, fue liberado en la cárcel de Santa Cruz de Tenerife.
  • Fue un año sangriento, pues, el 28 de septiembre de 1850, el presbítero Manuel Remón Suárez y su sirvienta, la doncella Sebastiana Rodríguez Hernández, aparecieron horriblemente asesinados. El primero en su domicilio de la Calle de San Sebastián de la capital palmera, y la muchacha en unos huertos que existían en La Alameda, llamadas luego “California”.
  • -y así, un largo etcétera.

Pero volvamos con el caso principal que nos ocupa. Son muy curiosas las dos acepciones que aparecen en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua sobre “ojudo”.

En Cuba, se llama así a la persona, especialmente un niño, que codicia y pide lo que tienen los demás. También, coloquialmente, se usa en El Salvador y en Honduras para decir que una persona tiene los ojos grandes y salientes.

Cuando oí hablar por primera vez de “El Ojudo de Los Sauces”, me imaginaba a un hombre con los ojos enormes, pero al conocer la primera acepción cubana, pues me inclino a pensar que el americanismo era aplicado al niño “bamballo” y ladrón.

Quién sabe si, aparte de malhechor, el saucero tenía unos grandes ojos. Sin embargo, una casualidad sería que el asesino, como se desprende de la crónica de Lorenzo Rodríguez, tuviese Ojudo como segundo apellido. Cosas de la casualidad. Cosas de La Palma.

***

BIBLIOGRAFÍA

  • LORENZO RODRÍGUEZ, Juan Bautista. Noticias para la Historia de La Palma, tomo III, Excmo. Cabildo Insular de La Palma, Santa Cruz de La Palma, 2000

[Col}– Llegó el verano / por Charo Bodega

LLEGÓ EL VERANO

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BRISA DE MAR

En la playa descansando
con un intenso calor,
¡qué agradable que resulta
la suave brisa del mar!
Beso dulce que en el rostro
sin picardía nos da.

Tumbada sobre la arena
ante un fuego abrasador,
¡qué agradable que resulta
la suave brisa del mar!
Tierno abrazo de un chiquillo
que en su inocencia nos da.

Poniendo la piel morena
bajo un sol castigador,
¡qué agradable que resulta
la suave brisa del mar!
Caricia de enamorado
que por el cuerpo nos da.

Si su brisa nos regala
brindándonos bienestar,
si sus aguas nos aportan
ratos de dicha y de paz,
si a cambio no pide nada,
¡qué generosa es la mar!

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Cortesía de su autora, Charo Bodega