LA IDEA
El oro por el cual a la vileza
descienden tantos hombres de maldad;
la hacienda que con torpe vanidad
ostentan los que dicen ser nobleza,
¿constituyen acaso una riqueza
que sea verdadera propiedad
de aquél que, con orgullo, en sociedad
se jacta de su efímera grandeza?
Jamás, pues ayer fueron de unos dueños,
y del que vive mañana lo serán,
y así de unos en otros pasarán…
¿Perpetua propiedad? ¡vanos empeños!
Sólo es riqueza lo que eterno sea,
lo que es emanación de Dios: la Idea!
