[*Opino}– La vergüenza de los concursos de «misses»

Carlos M. Padrón

Léase bien: Según algunas de las aspirantes a Reina Hispanoamericana, Cristóbal Colón llegó a América en 1980, el Paraná es el río más largo del planeta, y la muralla china es una de las nuevas maravillas del mundo con sede en Latinoamérica, y otras lindezas más.

Por lo visto le salió competencia a Miss Panamá con su inventor de la confusión.

¿Vergonzoso, verdad?

Pero claro —dirán muchos jóvenes de hoy y, por supuesto, las madres de las tales aspirantes— “¿¡Qué importa que no sepa eso, que es algo que no sirve para nada!? ¡El concurso es de belleza, no de conocimientos!”.

Y es que, cada día más, la cultura pierde importancia, en especial frente a la belleza física, la posición de poder o la fama farandulera, pues ¿qué importa que una mujer sea una perfecta burra si es bella (tal vez con tetas de silicona y alguna otra cirugía estética), es ministra o tiene mucho dinero?

Se perfila como imparable y omnipresente el auge de las oclocracias.

Lo peor es que entre los detractores de la cultura esa posición quedará reforzada si una de tales burras gana el concurso cuyo jurado estará seguramente integrado por adeptos, simpatizantes o miembros de la oclocracia.

Ya de por sí estos concursos son una vergüenza, algo que trata a las mujeres como objetos. Si encima las premia cuando se demuestran ignorantes, ¿qué se puede decir? Que así anda el mundo que tenemos y que, según todos los indicios, va a peor.

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28/10/2009

La Paz. (EFE).- Cristóbal Colón llegó a América en 1980, el Paraná es el río más largo del planeta, y la muralla china es una de las nuevas maravillas del mundo con sede en Latinoamérica, según algunas candidatas al concurso de belleza Reina Hispanoamericana.

Éstas fueron algunas de las respuestas de las «misses» que participan en el certamen de belleza, que se celebra en la ciudad boliviana de Sucre, a un cuestionario de siete preguntas sobre cultura latinoamericana que les hizo el periódico El Deber y cuyo resultado se publica hoy.

Para Melody Mir, la representante española en el concurso, Cristóbal Colón pisó América por primera vez hace sólo 29 años, en 1980.

Pese a no poder especificar que Colón llegó a América el 12 de octubre de 1492, la candidata peruana, Karol Castillo, aseguró que éste fue «el descubrimiento más importante de toda la historia». Quien respondió con exactitud a la fecha de llegada del almirante europeo fue la aspirante panameña, Joyce Jacobi, que aseguró que debió haber salido de «un puerto muy bonito» antes de embarcarse hacia América.

También la bella panameña situó la muralla China y el canal de Panamá entre las nuevas siete maravillas del mundo en Latinoamérica, mientras que la representante de República Dominicana, Rocío Castellanos, añadió a la lista una cascada venezolana, cuyo nombre no recordaba.

Más «nacionalista» se mostró la participante nicaragüense, Indira Rojas, al apuntar entre las nuevas maravillas del mundo la obra teatral de su país El Güegüense, declarada por la UNESCO patrimonio oral de la humanidad. La única que acertó con los tres monumentos latinoamericanos que engrosaron la lista de las nuevas maravillas —Machu Pichu, en Perú; Chichén Itza, en México y el Cristo del Corcovado, en Brasil— fue la candidata cubana, Vanessa González.

En lo que se mostraron más acertadas las «misses» fue al explicar que Sucre, la sede del certamen de belleza, es la capital de Bolivia, una pregunta con cierta dificultad, ya que los poderes Ejecutivo y Legislativo del país tienen su sede en La Paz.

También quince de las veintiuna candidatas respondieron sin dudar que el río más largo del mundo es el Amazonas, mientras que la participante argentina, María Celeste Cavallo, optó por el río Paraná, que su país comparte con Brasil y Paraguay.

Finalmente, preguntadas por dos escritores latinoamericanos que hayan ganado el Nobel de Literatura, siete de las participantes mencionaron a Pablo Neruda, seis a Gabriel García Márquez, y dos a Gabriela Mistral. Otras de las bellas candidatas mencionaron nombres de escritores que no han recibido ese reconocimiento, como el brasileño Paulo Coelho, el uruguayo Mario Benedetti o el dominicano Juan Bosch. La media de las aspirantes en este test de cultura latinoamericana no llegó al aprobado, pero será mañana cuando los jurados expertos en imagen decidan quién la mujer más bella de Hispanoamérica.

La Vanguardia

[*Otros}– Hallan en Canarias una decena de especies hasta ahora nunca vistas en ese archipiélago

17/09/2009

Esponjas de cristal y piedra, corales bola blancos y negros, o peces armados se encuentran entre los hallazgos logrados por la expedición que realiza el catamarán Oceana Ranger.

A ellas hay que sumar una amplia gama de especies raras, aún poco estudiadas por la biología y que han podido ser filmadas en vivo, como cabrachos, rapes de profundidad, gallos plateados y rosas, corales abanico, gorgonias batiales, anémonas atrapamoscas y esponjas chupa-chups.

El catamarán de la Asociación Oceana realiza esta expedición en aguas canarias en colaboración con la Fundación Biodiversidad, y tiene como objetivo el estudio de los fondos marinos alrededor de las islas para conocer y documentar zonas que por su importancia ecológica deberían convertirse en áreas marinas protegidas. Además, espera apoyar con información científica la inclusión en la red europea Natura 2000 de algunos Lugares de Importancia Comunitaria (LIC).

Entre ellos se encuentran Cagafrecho (Lanzarote), Mogán, Arinaga-Gando y Sardina del Norte (Las Palmas), Teno (Tenerife), Valle Gran Rey (La Gomera), Garafía (La Palma), y Mar de las Calmas (El Hierro) y la ampliación de Anaga (Tenerife), Jandía o Isla de Lobos (Fuerteventura), y Los Órganos (La Gomera).

Disminución de los bancos de peces

Con ayuda de un robot submarino, Oceana está documentando las comunidades que habitan en profundidades entre los 40 y los 500 metros. Además, mediante inmersiones con buceadores se estudian las zonas costeras de poca profundidad, donde es sorprendente la disminución en la abundancia de peces y la expansión del erizo diadema (Diadema antillarum), una de las principales amenazas del archipiélago.

Hasta el momento la tripulación del Oceana Ranger ha realizado unas 40 inmersiones en las seis de las siete islas (Lanzarote, Fuerteventura, Las Palmas, Tenerife, la Gomera y La Palma).

"El desconocimiento de las comunidades existentes a grandes profundidades es uno de los mayores problemas a la hora de decidir las zonas que deben ser protegidas. La estrecha plataforma existente alrededor de las islas hace que los fondos caigan rápidamente hasta los 1.000 y 3.000 metros, dificultando su conocimiento", afirma el director de Investigación y Proyectos de Oceana Europa, Ricardo Aguilar.

Sólo un 0,15% está protegido

Según el Convenio de Diversidad Biológica de las Naciones Unidas, para 2012 existe el compromiso de haber establecido una red de áreas marinas protegidas que abarquen al menos, el 10% de la superficie marina. Actualmente en las islas Canarias solamente el 0,15% de la superficie marina está protegido.

Oceana considera que otro objetivo de gran importancia de la campaña es registrar las diferentes especies de tiburones y rayas presentes en las islas, ya que su presencia ha sufrido un rápido descenso. Hasta el momento se han podido identificar cinco especies de tiburones (martillo, zorro, marrajo, cazón y angelote) y cinco especies de rayas (chucho negro, chucho amarillo, mantelina, ratón y águila).

Para la identificación de especies y la elaboración de nuevas propuestas de protección, Oceana se ha puesto en contacto con científicos y ONGs que trabajan en las islas, convirtiéndose esta expedición en un trabajo de amplia colaboración con otras entidades que consideran "urgente" la necesidad de adoptar medidas de protección del ecosistema marino canario.

El Mundo

[Col}– El Viejo Centinela / Estela Hernández Rodríguez

03-10-2009

El mar es una de las cosas más lindas que dibuja a la Tierra, acompañado de su amigo el rey cielo. A veces se confunden los colores de ambos, y no siempre cuando la cresta de la ola se pone furiosa y se transforma en color añil, con la que destila su furia. Pero el sigue allí fustigando a todo el que pase por su alfombra de espuma, aún cuando luego la calma se vuelva su compañera.

Aunque así sea, no pocos dejan de encontrar en el mar una necesidad o entretenimiento a la hora de pescar, y también un amigo que le ayude cuando éste le proporcione un susto.

El viejo centinela

Una de esas tardes el isleño Hilario salió a pescar en un bote, cerca de unos cayos que rodeaban el pequeño pueblo costero en que vivía. Estaba muy contento porque ese día, desde que comenzó la pesca, los peces picaban uno tras otro.

Entonces pensaba: ”Miren para ahí, yo que no tenía muchas deseos de tirar el anzuelo hoy y resulta ser que ya tengo una alforja de peces casi llena. Ya casi me retiro, pues para qué tanto pescado; con esto tengo para unos días”.

Sí, porque el viejo lobo de mar no se dedicaba ya al comercio de los peces, sino que, como retirado de tal faena, más bien la hacía por pura distracción, como para no perder la costumbre de tantos años. Pero fue tal su emoción de tener tanta suerte ese día que ni cuenta se dio de que ya el sol se apagaba para dar paso a la noche, hasta que despertó de su hipnotismo hacía las aguas profundas y se dijo:”¡Ay, mi madre! ¿y ahora qué me hago entre tanta oscuridad?”.

De momento recordó que tenía un quinqué cerca de donde se encontraba sentado, y lo encendió, pero la noble luz no le ayudaba en su desplazamiento por las aguas, pues estaba desorientado. Cada vez le picaban más los peces y los sentía más fuerte al halarle el anzuelo, ¡pues claro que eran más grandes!

Decidió remar, pero en vez de retirarse y salir a la orilla se adentraba más y más en el mar. Cuando con la opaca luz de su candil pensaba que ya llegaba a la costa, veía que, cada vez más, la oscuridad y la soledad eran sus mayores compañeras. En aquel momento pensó en muchas cosas. Tenía hambre y entonces sacó de una envoltura de tela unas galletas que le quedaban, comió y luego bebió de su porrón de agua. Tenía para soportar unas horas.

Se dio él mismo una esperanza cuando pensaba que al amanecer podría hallarse con alguien. Pero, al mismo tiempo, se contradecía al pensar que le faltaban tantas horas para que eso sucediera que la idea de verse solo en aquella montaña de agua oscura a esos años de su vida no le resultaba agradable.

De momento no quiso remar más, pues no sabía qué rumbo tomaba, pero de todas formas el ir y venir de las olas lo trasladaban hacia algún destino.

“Esto me pasa, por ser ambicioso. Si me hubiera ido temprano, estaría en casa tranquilo y comiendo uno de estos pescados”, se decía.

Así transcurrió el tiempo y, agotado de pensar y de la actividad realizada, se le cerraban los ojos, y por mucho que trataba de abrirlos, no podía, hasta que lo venció el sueño.

Al poco rato, sintió un fuerte golpe de agua en su cara; al parecer lo había causado un gran pez que había saltado cerca del bote. Pero luego del susto, qué sorpresa fue para Hilario ver frente a él, aunque un poco distante, una luz. Al ver ase dijo: “¿Será un sueño o una realidad?

Comenzó a remar en dirección a esa dirección y, par su sorpresa, a medida que remaba la luz él seguía alumbrándole el camino marítimo. Era esa luz que, como astro divino que de donde sale ha sido el padre de todos los desventurados marinos, tiene a bien llamarse faro, y erala misma que en ese momento le estaba avisando y ayudando en su desvío. Y fue entonces cuando recordó lo necesario de este amigo en los mares del mundo, y cómo 300 años a. C, el Faro de Alejandría también resplandecía con fuego y resina, y orientaba a los navegantes.

Muy pronto llegó Hilario a la costa, y nunca olvidó la nobleza de ese gran cristal que, danzando con su luz, ha salvado la vida de tantos pescadores y marineros.

Es por eso que viene bien a tono llamarlo cariñosamente El Viejo Centinela.

Estela Hernández Rodríguez
La Habana, Cuba.

[Col}– Relatos cortos: Tiempo restante / Eugenio Quirantes Sánchez

Por Eugenio Quirantes Sánchez

Pasaba el tiempo muy deprisa, se decía, pasaba rápido pareciendo huir. Por otro lado no le quedaba mucho por tentar. Hacía al menos dos años que le pudo al revés de los contratiempos, esa diferente momentaneidad de la vida pudiéndole a veces en un pulso vital, aunque le permitió establecerse en la ciudad donde ahora vivía.

Recordaba cuatro ciclos atrás lo irregular de existir, deviniendo sobre el mar de las sorpresas, intentando agarrar la tabla, pero presto y veloz en el cuidado de la perspicacia se pueden recomponer aquellas cosas sutilmente atrayentes, recortando su silueta enfrentada en ese lapso de tiempo.

O seis temporadas de cuatro estaciones en el tiempo recurrente del pasado, precipitándose en un saco de actualización, formando el presente de ahora, cuando fue capaz de entender lo profundo de ser en el Cosmos sintiéndose integrar en todo, por el hecho de saber de su experiencia capital en el discurrir del acontecer.

Rememoraba el caer de la arena constituido en una búsqueda de si mismo haciéndole recordar. Se precipitaban las imágenes en su mente para disuadirle de tomar una decisión, o vacilaba en definir una postura al querer mantenerse en lo alto de su raciocinio personal refiriendo la condición del indiferente.

Una y otra vez recurría a la tela de araña del pasado, tejida para recordarle el paso del tiempo en el ser del ser, suspirando por ese ente abstracto escapándose más y más.

Tanto interior le avisó de pronto que volvía, en el fluir del silencio roto de Cronos, hacia el escenario de la existencia presente, comprendiendo lo serio una vez más, lo serio gravemente solemne de la manifestación fenomenológica, sintiéndose revivido en su existir.

Se sacudía la cabeza de imágenes internas y, como desenredándose de un velo de psique, entraba en la vereda de lo actual, configurándose entre retazos del transitado paisaje espiritual, volviéndose, como la barca mecida por las olas, hacia el olvido de lo ocurrido tiempo atrás y el recuerdo de éste.

Debatiéndose internamente por ese pensar en el tiempo huyendo raudo, se encontró mirando el alero de un tejado del callejón en el que se encontraba. Bajando la cabeza en la oscuridad hacia las voces que se iban haciendo más audibles a su alrededor, junto a las imágenes proyectadas por la realidad fisiológicamente natural en su cerebro de los que las emitían, encontrándose de nuevo con el motivo de su introspección pasada.

Sólo había sido un instante en el ir del tiempo; psíquico tal vez, y de una forma inexorable. Había sido un intervalo en el abalanzarse de su realidad momentáneamente en aquel callejón con aquellos individuos que también frecuentarían el ir y venir del transitar del fenómeno, como ahora que le increpaban para que lanzara hacia delante los dados de la suerte haciéndole desear un número, el número de un nuevo acontecer, un continuado circular del sendero.

Guamasa (Tenerife), 26/07/2005

[*ElPaso}– Homenaje póstumo a Antonio Pino, alcalde, poeta y dentista

21-10-09

Poeta, odontólogo, alcalde de su pueblo durante más de 24 años… (1). La memoria de Antonio Pino Pérez, fallecido hace 40 años, sigue viva. Arriba, en los montes de Tacande Alto, su esfuerzo en defensa del agua y la Caldera de Taburiente, del Parque Nacional, queda ya reflejada con el monumento «Gota de fuego», inaugurado en presencia de sus familiares y amigos y de autoridades locales.

 

(“Gota de fuego”, obra de Ruth Pino, nieta del homenajeado).

Durante la inauguración del monumento, el sacerdote Pedro Capote procedió a bendecir las cenizas del homenajeado y de su esposa, Amparo Capote, que reposan bajo el monolito. Además, el profesor Oswaldo Izquierdo, también poeta y catedrático de Literatura, recitó algunos de los poemas de Antonio Pino, explicando el valor técnico y emocional de los mismos. Parte de su obra ya fue publicada en un libro titulado «Dándole vueltas al viento».

Presidiendo la reunión se encontraban los tres hijos del poeta, Lourdes, Juan Antonio y Rosario Pino Capote.

Distinguido en el año 1970 como Hijo Predilecto de El Paso, y merecedor de la Cruz de Beneficencia con Distintivo Blanco, cuentan los que lo conocieron que Antonio Pino fue un hombre cercano, humano, consecuente y luchador por la justicia y el bien de su pueblo, del que fue cronista oficial.

El monumento, que lleva el título «Gota de Fuego», es obra de Ruth Pino, licenciada en Bellas Artes y nieta de Antonio Pino, y pretende representar «la inaprehensibilidad de la unión del agua y el fuego, del mismo modo que la vida y la muerte, y, a la vez, la llama que hace perdurar el espíritu de quien luchó contra el fuego de los montes y defendió el agua y sus nacientes, que vivió en constante abrazo con la naturaleza y sus semejantes».

Publicado en El Día

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(1) Aclaratoria de del Dr. Juan Antonio Pino, hijo del homenajeado: En El Paso no sólo fue alcalde sino también concejal, y entre los dos cargos, más el de consejero del Cabildo de La Palma, es posible que estuviera 24 años.

[*Otros}– “Tierra Canaria”, o la búsqueda de la identidad isleña en Cuba / Manuel de Paz: Mensaje a la juventud canaria (Último de la serie)

“Tierra Canaria”, o la búsqueda de la identidad isleña en Cuba (1930-1931), es un trabajo de Manuel de Paz realizado con cargo al proyecto PI1999/085, subvencionado por la Dirección General de Universidades e Investigación del Gobierno de Canarias.

Publicado en Padronel por cortesía del Dr. Juan Antonio Pino Capote.

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Selección de textos de Tierra Canaria (La Habana, marzo de 1930 a julio de 1931)

Incluimos en este anexo una colección de textos representativos de la revista isleña de Cuba, donde pueden apreciarse elementos sustantivos de su línea editorial. La inmensa mayoría de estos trabajos son debidos a la pluma de su jefe de redacción, Tomas Capote Pérez, aunque se incluyen, como antes se dijo, algunas colaboraciones de Antonio Pino Pérez, igualmente útiles para analizar la vertiente nacionalista de Tierra Canaria.

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Mensaje a la juventud canaria

Tomás Capote

Hoy, más que nunca, hace falta que todos los canarios piensen un poco más en los palpitantes problemas de su tierra nativa, con más amplia y remozada visión.

Ha llegado el momento en que es urgente su prestancia hacia los altos ideales del lejano Archipiélago. La abulia y la ceguera mental que han padecido la mayor parte de los nuestros en estas tierras colombinas, en lo que al patrio solar se refiere, no deben prevalecer en estos tiempos que corren, ni en este ambiente que respiramos, frente a los hechos que estamos confrontando.

Grave culpa la del isleño abandonado al destino ciego y torpe, sin tratar de oponer adecuado cauce a sus apetencias y sin dirigir su pensamiento hacia finalidades más nobles y vitales.

 

Nuestros antepasados, pobres argonautas a quienes el predio estéril o el látigo caciquil arrojaban lejos de sus montanas en busca de otros horizontes, entregáronse en su mayor parte a las lides del trabajo rudo, sin orientaciones definidas y sin mente cultivada, pero hoy surge una nueva juventud inquieta y estudiosa, impulsada por otros estímulos y ávida de superación.

En todas nuestras islas hay elocuentes pruebas de este aserto. De aquí que tengamos una ardiente fe en el pueblo canario y en los hombres que han de preparar su estructura ideológica. Mantenemos justificadas esperanzas en la República que adviene, y es por esto que levantamos nuestra voz ante la indiferencia de los coterráneos que todavía viven con singular estupidez al margen de los acontecimientos.

A todos ellos debemos decirles que la verdadera revolución empieza ahora, en el preciso instante en que necesitamos prepararnos para nuestra liberación definitiva.

Esta lucha social debe intensificarse en la escuela, en la prensa, en la tribuna pública, en todas partes. Debe ser ardiente y sostenida. Debe ahondar las entrañas del alma canaria expurgándolas de todos los rancios tradicionalismos.

Entre vosotros, jóvenes de América y los del Archipiélago, debe existir íntima compenetración sobre estas directrices que señalamos. Es ya el momento de iniciar la marcha. Sepamos aprovecharlo debidamente.

¡Jóvenes del «Grupo Proa» de Santa Cruz de Tenerife, vanguardia de la juventud isleña, cerebros abiertos a plena luz, que no conocéis claudicaciones ni vasallajes: vosotros tenéis la palabra y la acción!

Aquí, en La Habana, existe el «Ateneo Canario de Cuba» dispuesto a secundaros. Los que forman en sus filas, ya hace mucho tiempo que se enrolaron junto a la bandera azul de las siete estrellas blancas, símbolo de la independencia isleña.

En Buenos Aires también contáis con elementos bien preparados y decididos. Pongámonos de acuerdo todos; los de aquí y los de allá. La bandera de la república hispana, más hidalga que nunca, más humana y más excelsa, nos protege y nos ampara.

La Habana, Julio, 1931

[*Opino}– El estigma del «estado de bienestar»

Carlos M. Padrón

Me choca, y no puedo evitarlo, el tropezarme con declaraciones como la implícita en este titular aparecido en El Mundo (España) del 21/10/2009:

Una de cada tres familias no pueden irse de vacaciones más de una semana.

¿Qué desastre, verdad? Pues en mis 20 años en Canarias (décadas de los ‘40 y ’50) si se iban de vacaciones el 10% de las familias era mucho, y, al menos en mi pueblo de El Paso, no recuerdo que nadie se quejara por eso, pues nos dábamos por satisfechos con tener para comida, ropa y calzado.

¿De dónde, entonces, sale ahora eso de que no poder irse de vacaciones es una desgracia? ¡Pues de la costumbre al “bendito” estado de bienestar, que ha sido tomado como un derecho adquirido y vitalicio!

Por eso la actual crisis ha pegado tanto en España, pues, como escuché decir a alguien cuando este verano estuve en mi pueblo, “Esto no es crisis ni nada que se le parezca, ¡crisis es lo que vivimos cuando nos criamos en la década de los 40!”. ¿Alguien que conoció la vida de esa década se atrevería a contradecir tal afirmación? Entonces se trabajaba de sol a sol y la palabra ‘vacaciones’ no estaba en nuestro diccionario.

Pero, ¿¡cómo se puede vivir así¡?, se preguntarán muchos. Pues se vivía, como siguen viviendo, y mucho peor, millones de seres humanos en este mundo que, para suerte de sus descendientes, no se han sido contaminados aún por el maldito facilismo.

[*Otros}– “Tierra Canaria”, o la búsqueda de la identidad isleña en Cuba / Manuel de Paz: Cartas de Canarias

“Tierra Canaria”, o la búsqueda de la identidad isleña en Cuba (1930-1931), es un trabajo de Manuel de Paz realizado con cargo al proyecto PI1999/085, subvencionado por la Dirección General de Universidades e Investigación del Gobierno de Canarias.

Publicado en Padronel por cortesía del Dr. Juan Antonio Pino Capote.

 

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Selección de textos de Tierra Canaria (La Habana, marzo de 1930 a julio de 1931)

Incluimos en este anexo una colección de textos representativos de la revista isleña de Cuba, donde pueden apreciarse elementos sustantivos de su línea editorial. La inmensa mayoría de estos trabajos son debidos a la pluma de su jefe de redacción, Tomas Capote Pérez, aunque se incluyen, como antes se dijo, algunas colaboraciones de Antonio Pino

Pérez, igualmente útiles para analizar la vertiente nacionalista de Tierra Canaria.

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 Cartas de Canarias

Tomás Capote

Ha Ilegado el correo del Archipiélago Afortunado, portador de interesantes cartas amigas. Con el advenimiento de la República viene también un remozamiento de inolvidable recuerdo, de viejas y sentimentales camaraderías. Hay, además, una fresca y emotiva explosión de ideales y un inusitado afán de exteriorizarlos hacia espíritus abiertos a toda comprensión.

 

El alma canaria, prisionera hasta ayer de absurdos y torpes convencionalismos, parece dilatarse en este supremo momento histórico. Legítimas ansias de libertad no reprimidas entonan en el ambiente del patrio solar cánticos de gloria a esta deidad que llega tocada la testa con el simbólico y fascinante gorro frigio. “¡Ya tenemos República!”, comienzan diciéndonos esas misivas, y aún creemos adivinar a través de ellas unas manos trémulas y palpitantes de emoción, trazando esos renglones bajo la impresión unánime de las masas vocingleras y turbulentas, agitando las banderas de la santa rebelión.

“¡¡Ya tenemos República!!”, repite sin cesar la voz del amigo lejano, que anhela tender sus brazos a este otro lado del océano, como si quisiera estrecharnos en un esfuerzo de regocijo fraterno.

De la patria de Tanausú, por ejemplo, me cuenta un cordial camarada: «La Palma ofreció el día 14 de abril los más interesantes caracteres. Jamás sintió conmoción tan intensa. La juventud se desbordó en entusiasmo y cuanto oliera a monarquía fue destruido y lanzado a la vía pública. Los óleos de «Don Alfonso» volaron por las ventanas de los edificios públicos, mientras la muchedumbre los esperaba en la calle para convertirlos en trizas». Y después añade: «Pronto seremos ciudadanos del Estado Federal Canario. Así se piensa y se confía en que pronto será un hecho».

¡Oh, admirable juventud canaria de la hora presente! Tú vienes con la nueva aurora. Tú sola eres capaz de dar a tus penas benditas los sagrados derechos que en justicia corresponden a todo pueblo civilizado, ansiosa de respirar el ambiente de los hombres libres.

Venga, pues, en buena hora el Estado Federal Canario, con la bandera, nuestra entrañable bandera azul de las siete estrellas blancas, tremolando orgullosa sobre los ingentes picachos de las cumbres isleñas.

Menguado sea, mil veces, quien llamándose canario no siente los estremecimientos de este empuje vital que arroja sobre el solar guanchinesco la simiente de su regeneración. Para los pobres de espíritu, para los reaccionarios de todos los tiempos, para los míseros esclavos de todo un pasado de vergüenza y de ignominia, es cierto que todavía no ha llegado la República, y desgraciadamente tardará mucho en arribar, pero para aquéllos que no tienen complicidad con el ayer maldito, para los que miran mas allá del horizonte doméstico, la patria se ha engrandecido, se ha hecho más humanamente habitable, se ha iluminado con los divinos resplandores de la justicia y de la libertad.

Dios quiera que así sea, ¡oh, jóvenes canarios, que tan ardientemente me saludáis en vuestras cartas fraternas, donde yo adivino el brioso empuje de vuestra generación!

¡Bendita sea la República, si ella nos trae nuestra anhelada, nuestra justa y perenne liberación!

La Habana, Junio de 1931