MANUEL FIERRO SOTOMAYOR
(1752-1828)
En la mañana del día 4 amaneció el pueblo patriota conmovido, y las autoridades realistas se hallaban sin fuerzas para contenerlo. Fierro dio órdenes a Budía, que se había encargado del destino de Mayor General del Ejército, para que se retirase a La Guaira con todo el orden debido, saliendo él inmediatamente para dicho destino.
Cuando desde la cumbre descubrió el mar, quedó dolorosamente sorprendido al ver que todos los buques mayores que había en el puerto se hacían a la vela con celeridad. Entonces es cuando Fierro comprendió la tamaña traición de Pareja.
Llegó a La Guaira, y no quedando en aquel puerto más que una fragata inglesa, acudió a su capitán, Mr. John Wation, a fin de que le facilitase un buque para transportar a Puerto Cabello las pocas tropas que aún quedaban en Caracas y en aquella plaza, pero dicho capitán se negó a ello bajo pretexto especioso.
La Guaira estaba también sublevada porque habiendo sido abiertas las bóvedas en que estaban presos los patriotas, éstos salieron de ellas y se oían en algunas partes disparos de fusil. En el muelle estuvieron a punto de ser asesinados La-Ginestier, las familias de los oidores Vidal y Costa, y el mismo Fierro.
Ante este estado de cosas no quedó otro remedio que la retirada en la forma que pudiera hacerla, y apeló al recurso extremo de embarcar en un solo bote a todos los que cupieran en él; incluso esperar al Regente Heredia. De esta embarcación pudieron aprovecharse porque, estando casi inútil y haciendo mucha agua, nadie se había dignado hacer uso de ella.
Los fugitivos se hicieron al mar con rumbo a Puerto Cabello sin tener a bordo alimento alguno, y cuando al siguiente día quisieron acercarse a la costa para aprovisionarse de agua que les apagase los ardores de la sed producida por el continuo ejercicio de achicar agua, y de la incesante y penosa boga, fueron rechazados por una falúa armada que les salió al encuentro, y de la que pudieron defenderse con dificultad, empleando sus armas.
Rendidos de fatiga, por el cansancio y el insomnio, logran llegar a Puerto Cabello el día 6. Fierro da cuenta inmediata a Monteverde de todo lo sucedido en Caracas, y, por disposición de éste, sale el día 7 por la noche, en comisión de servicio para Curaçao, en donde permanece mucho tiempo enfermo y acogido a la benévola protección del Excmo. Sr. Gobernador y Capitán General de la isla de Curaçao y sus dependencias, Oral. John Hodgson, inglés.
La comisión nombrada para capitular ante Bolívar llega a La Victoria el día 4 y firman en aquel lugar la capitulación. He aquí el tenor del convenio: “Capitulación concluida entre el ciudadano General en Jefe del Ejército de la Unión, Brigadier Simón Bolívar, y el Marqués de Casa-León, Presbítero Maestro Don Marcos de Rivas, Don Francisco de lturbe, Don Vicente Galguera, y Doctor Don Felipe Fermín de Paul, enviados por el gobierno de Caracas y su cuerpo capitular.
Artículo 1°.- Deseosos de proporcionar la tranquilidad pública, evitar la dispersión de las familias, la confusión y horror de la guerra, y economizar la sangre humana, con arreglo a las instrucciones de nuestros comitentes hacemos las propuestas siguientes:
Que se establezca y plantee en la ciudad de Caracas, y demás de Venezuela, la Constitución de las Españas, y que se elija para llevar las riendas del gobierno la persona que merezca la confianza de todas las clases en general.
Contestación.- Que aunque poseído de los mismos benéficos sentimientos, y conceptuando para ejercerlos, es inconducente la propuesta, no defiere a ella, y que a su llegada a la ciudad de Caracas, se establecerá la forma de gobierno que parezca más justa y adaptable.
Artículo 2°.- Que haya una reconciliación general olvidándose todo lo pasado respecto de todos los habitantes, sin distinción de origen ni de clases, de modo que no podrán sufrir extorsión, ni en sus personas ni en sus bienes, por la adhesión que hayan manifestado al gobierno español, con cuya condición y comprometimiento se entregará pacifícamente la ciudad de Caracas y todos los pueblos que comprende la provincia de este nombre, con el Puerto de La Guaira.
Contestación.- Concedido, y se observará religiosamente.
Articulo 3°– Que sea libre la emigración de todos los que pretendan retirarse con sus intereses donde mas les acomode.
Contestación.- Concedido con calidad de que haya de presentarse dentro de un mes a solicitar el correspondiente pasaporte, y, dentro de otro, realizar su salida, no habiendo embarazo por falta de buques, y pudiendo constituir apoderados de su confianza para la recaudación de sus intereses y conclusión de sus negocios.
Artículo 4°.- Que la entrada de las tropas a la capital no haya de verificarse hasta pasados quince días contados desde la fecha de la ratificación de este convenio, en cuyo intermedio podrán las tropas españolas evacuarlas con todo el honor que corresponde a la Nación a que pertenecen, siendo del cargo del gobierno que se establezca el satisfacerle el transporte.
Contestación.- Que no pudiendo detener la marcha de las tropas de su mando pasarán inmediatamente a la Capital, luego que reciba la ratificación de este tratado, que deberá hacerse dentro del término preciso de veinticuatro horas, que correrán desde la hora en que le entreguen al Gobierno de Caracas los comisionados que lo ejecutarán en todo el día de mañana; y que los militares españoles serán comprendidos en la emigración concedida, dejando armas y pertrechos, y permitiendo sólo a los oficiales su espada, cuya entrega se verificará en el cantón de Capuchinos, como también la de las existencias de áreas públicas, archivos y demás correspondientes al Estado en sus respectivas oficinas luego que tomen posesión las tropas de la Unión.
Firmado, por duplicado, en el pueblo de La Victoria a 4 de agosto de 1813.
Simón Bolívar
El Marqués de Casa-León
Marcos Rivas
Francisco de lturbe
Felipe Fermín Paul
Jose Vicente Galguera
