Primer aniversario de PADRONEL

22 de mayo de 2007: Padronel cumple UN AÑO,


Creación y obsequio de mi hija, Alicia Padrón.

y Google Analytics dice que al cierre del domingo 20/05 había recibido 110.018 visitas, que se pasearon por 184.975 páginas,

aunque el contador del blog indique unas 25.000 visitas menos.

Éstos son los 10 países con mayor número de visitas:

GRACIAS A TODOS, Y ESPERO PODER SALUDARLES OTRA VEZ CON MOTIVO DE UN NUEVO ANIVERSARIO.

[*MiIT}– Orden y prevención

Mayo 2007

Carlos M. Padrón

Lo más parecido a una PC es una oficina bien organizada, pues el orden es clave en computación, como también lo es, y cada vez más, la seguridad.

En una oficina bien organizada, hay un lugar para cada cosa, y casa cosa está en su lugar; las importantes mejor protegidas que las otras. Y el escritorio debería ser amplio y tener libre su superficie para poder manejar bien los papeles o documentos con los que se esté trabajando en un determinado momento.

En beneficio de la seguridad y también del orden y de la velocidad, es conveniente o “particionar” el disco (si sólo tiene uno) de la PC, o montarle uno o más discos duros y, dado el caso, “particionar” éstos también.

Ya sé que “particionar” no está en el DRAE, pero es palabra consagrada por el uso al menos en este lado hispanoamericano del charco, así que la usaré con el sentido de “dividir en partes lógicas un disco de PC”, que es como instalar un tabique en una habitación a fin de obtener dos habitaciones independientes usando el mismo espacio en que antes había sólo una.

En una oficina hay documentos clave, importantes e irrelevantes. Si los tenemos todos juntos y se desata un incendio, los perderemos todos, o algunos quedarán parcialmente inservibles. Pero si instalamos una caja fuerte y archivadores metálicos, y ponemos en la primera los documentos clave y en los otros los importantes, es poco probable que el fuego entre en la caja fuerte, y lo guardado en los archivadores estará mejor protegido. La idea es aislar de alguna forma lo importante, separándolo de lo demás o de lo más riesgoso.

Lo más importante en una PC es el sistema operativo (SO), pues si él la PC es sólo un trasto. El SO es a la PC lo que el cerebro es al hombre, ya que sin cerebro somos también un trasto. La gran importancia del SO es el motivo de que los virus hagan de él su objetivo, pues si logran alterar o hasta anular el SO, el usuario de la PC estará en problemas.

Cuando una PC tiene un solo disco duro, el SO lo identifica como ‘C’, y en ese único disco estarán alojados el SO, los documentos (Mis Documentos) o datos, los links de páginas Internet de uso frecuente (Favoritos) y, si se quiere ser previsivo, también los “Programas Semilla”, o sea, la versión original de un programa —que generalmente viene en un archivo con extensión .exe— que sirve para “sembrar” el programa dentro del SO y que ambos queden debidamente conectados, operación que llamamos “instalar el programa”.

El propósito de guardar los Programa Semilla es que, si por cualquier motivo tuviéramos que reinstalar uno de ellos, ya sabríamos dónde ir a buscarlo, y podríamos obtenerlo en forma más rápida que si lo hubiéramos grabado en un CD. Por esto es también buena práctica guardar, en Programas Semilla, los programas que se bajan de la Red, en vez de sólo instalarlos, pues algún día los necesitaremos y tendremos que comenzar a buscarlos de nuevo, y tal vez en ese momento ni siquiera tengamos línea, no recordamos dónde o cómo lo conseguimos, la versión que queremos ya no está disponible, etc.

Pero con sólo el disco ‘C’ estamos corriendo un riesgo, pues si un virus acertara a penetrar en el SO y lo afectara seriamente, la opción es formatear ese único disco ‘C’ —o sea, borrarlo, limpiarlo, y estructurarlo de nuevo—, con lo cual perderíamos todo lo que en él había: el SO, los documentos o datos, los Favoritos, los Programas Semilla, etc. Un verdadero desastre que sólo saben apreciar los que lo hemos sufrido alguna vez.

Sin embargo, si ese único disco físico que trajo nuestra PC —un disco de, digamos, 80GB— lo particionamos en cuatro y obtenemos de él cuatro discos lógicos, ‘C’ (20GB), ‘D’ ( 10GB), ‘E’ (20GB), y ’F’ (30GB) —podrían ser otras letras, aunque siempre existirá el ‘C’—, crearíamos ya un buen aislamiento, pues en el ‘C’ estaría solamente el SO, y a los otros les daríamos, por ejemplo, el siguiente uso; El ‘D’, solamente para los Programas Semilla; el ‘E’, solamente para documentos; y el ‘F’, solamente para backups y respaldos históricos.

Por default (defecto), tanto Mis Documentos como Favoritos se crean en ‘C’, así que en beneficio de la seguridad hay que moverlos al ‘E’. Mover Mis Documentos es una operación que puede hacerse fácilmente a través de las Propiedades de ese archivo; y mover otros, como Favoritos, puede hacerse con programas utility gratuitos como el TweakUI.

Sin embargo, particionar es más importante y complejo, así que los programas que lo hacen, como el PartitionMagic, no son gratuitos pero, créanme, realizan un trabajo valiosísimo.

Si teniendo en operación la distribución arriba detallada, un virus inutilizara total o parcialmente al SO y tuviéramos que formatear para reinstalarlo, eso afectaría sólo al ‘C’, pero el resto quedaría intacto.

Además, y por lo ya explicado en el símil de la sala de cine del artículo “Computación Personal, herramienta indispensable – 19: Uso del espacio“, cuando tengamos que defragmentar el disco ‘C’, que es el que más se fragmenta, la operación será mucho más rápida porque tendremos que trabajar sólo sobre un área de 20GB y no sobre una de 80GB que sería la que, de no haber particionado, tendríamos como ‘C’. Si queremos escanear con un antivirus, antiespía o anti-rootkit, la zona más expuesta de la PC, que es el SO, lo haremos en menor tiempo, por lo mismo: 20GB vs 80GB.

En el artículo, el “China es el principal productor mundial de malware“ el autor dijo algo muy importante: “La categoría más peligrosa de virus es aquélla que usa la encriptación avanzada para cifrar los datos del PC e impedir así a los usuarios el acceso a sus propios datos. Luego, el usuario es extorsionado por el ciberdelincuente, quien le ofrece dos alternativas: o pagas, o te olvidas de tus datos».

Si nuestros datos no están en ‘C’, disminuimos el riesgo de que esto ocurra. Pero mejor sería evitarlo, y para eso sugiero la opción del disco duro externo (en adelante, sólo Externo). Es un disco de, cuando menos, 80BG, que viene montado en su propia caja, separada de la PC, y que generalmente se conecta a ésta mediante un puerto USB.

Una vez conectado y puesto en marcha el Externo, la PC lo reconoce como si fuera un disco interno, y como tal podemos trabajar con él. Es en el Externo donde sugiero hacer, una vez cada semana —los sábados, por ejemplo—, los backups de seguridad de todos los discos internos, excepto el ‘C’, y los respaldos históricos antes mencionados. Y, hecho esto, desconectar el Externo y lo guardarlo en un armario,… hasta la próxima semana.

Si algún desastre mayor ocurriera, en el Externo estarán los Programas Semilla, Mis Documentos, mis Favoritos, etc. actualizados al sábado inmediato anterior.

Y en cuanto a mantener limpio y despejado el Desktop (Escritorio) —que sería la RAM de la PC— es buena práctica no tenerlo lleno de iconos que poco se usan, o de pesados screensavers (salvapantallas) que consumen recursos. Los iconos que deberían estar en el Desktop son sólo los de uso diario (Mi PC, accesos directos a los diferentes discos, Favoritos, Mis Documentos, Papelera,… y una carpeta que contenga todos los demás, los de uso poco frecuente, aunque correspondan a programas.

Los correspondientes a programas de uso diario o frecuente conviene ponerlos en él área de Quick Launch (Inicio rápido), junto al botón Start (Inicio), siempre que no estén ya en el Task Bar (Barra de Tareas), junto al reloj. Los que en ese lugar aparecen corresponden a programas que se activan —o sea, que quedan abiertos y listos para uso— cuando se inicia la operación de la PC, y deberían ser solamente los mínimos necesarios, con lo cual no sólo es más rápido ese inicio de operación sino más ligera la carga de trabajo para el procesador de la PC.

A tal efecto hay también herramientas, bajo el nombre genérico de Startup Manager (Manejador de Arranque), y gratis algunas, que permiten que el usuario decida qué programas deben activarse al inicio de operación y cuáles no. Conviene contar con alguna de estas herramientas ya que, aunque el usuario no lo vea, hay programas que se cuelan en el arranque sin que nadie los invite y que no justifican en nada su presencia en esa etapa. Con la herramienta de Startup Manager puede impedirse que eso ocurra.

[*Drog}– La Nueva Psicología del Amor (3/7): Qué NO es amor

El enamoramiento, o drogamor, siempre pasa, es transitorio (ver artículo copiado al final), y lo peor es que a veces deja una secuela de ruina moral, de frustración, y hasta de bancarrota, pues uno cae en cuenta de que no sólo ha perdido tiempo y autoestima sino también hasta dinero.

Si el enamoramiento suministra a los enamorados una capa mágica de omnipotencia que los enceguece a los riesgos que están asumiendo cuando deciden casarse, y es un ardid que nuestros genes usan con nosotros para nublar nuestro espíritu, que de otra manera seria perceptivo, y engatusarnos y hacernos caer en la trampa del matrimonio, ¿no es cierto que se trata de una droga? De ahí el término drogamor.

Esto no obstante, no hay indicios de que a nivel de colectivo social se intente siquiera hacer algo para combatir esa droga, a pesar de que todas las víctima del drogamor saben que se trata de un mito que causa enorme confusión y profundos sufrimientos.

Carlos M. Padrón

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“La Nueva Psicología del Amor”
M. Scott Peck

QUÉ NO ES AMOR

Lo que parece amor no es con frecuencia en modo alguno amor. El amor no es un sentimiento.

Es obvio que la actividad sexual y el amor, si bien pueden darse simultáneamente, con frecuencia están disociados porque son fenómenos fundamentalmente separados. En sí mismo, el acto de hacer el amor no es un acto de amor.

Enamoramiento

De todas las falsas concepciones del amor, la más vigorosa y difundida es la creencia de que «enamorarse» es amar, o, por lo menos, que ésta es una de las manifestaciones del amor.

La falsa concepción de que enamorarse es un tipo de amor está tan difundida precisamente porque contiene algo de verdad, [pues] una de las funciones que cumple el fenómeno instintivo de enamorarse consiste en suministrar a los enamorados una capa mágica de omnipotencia que los enceguece a los riesgos que están asumiendo cuando deciden casarse.

La experiencia del enamoramiento es invariablemente transitoria. Cualquiera sea la persona de la que nos hayamos enamorado, tarde o temprano dejaremos de estar enamorados si la relación continúa por tiempo suficiente.

Esto no quiere decir que invariablemente dejemos de amar a la persona de la que nos hemos enamorado. Quiere decir que la sensación de éxtasis que caracteriza la experiencia de enamorarse siempre pasa. La luna de miel siempre termina. La lozanía del idilio siempre se marchita, [pues] la persona amada tiene y continuará teniendo sus propios deseos, gustos y prejuicios diferentes de los de la otra persona; poco a poco, o súbitamente, los miembros de la pareja dejan de estar enamorados y de nuevo son dos individuos separados.

En este punto comienzan a disolverse los lazos de su relación, o bien se inicia la obra del verdadero amor. [En este mismo punto hay que ser capaz] de aceptar que [uno] ya no está enamorado de su [pareja], y que esto no significa que se haya cometido un horrible error. [De lo contrario podría ocurrir como al] señor y la señora X [que] reconocen que han dejado de estar enamorados [el uno del otro, pero no advierten] que ese reconocimiento mismo podría marcar el comienzo de su matrimonio en lugar de marcar su fin.

Enamorarse no es no acto de voluntad, no es una decisión consciente.

El verdadero amor es una experiencia de permanente extensión de la [propia] personalidad, pero enamorarse tiene poco que ver con la finalidad de promover el desarrollo espiritual. Enamorarse no supone una extensión de las fronteras de uno mismo, sino que, por el contrario, es un derrumbe parcial y transitorio de esas fronteras. Enamorarse no supone ningún esfuerzo.

El enamorarse es un ardid que nuestros genes usan con nosotros para nublar nuestro espíritu, que de otra manera seria perceptivo, y engatusarnos y hacernos caer en la trampa del matrimonio. Si ese ardid, muchos de nosotros que hoy estamos feliz o infelizmente casados, nos habríamos arredrado ante el realismo de los votos matrimoniales.

En resumen, el mito del amor romántico es una tremenda mentira. Quizá sea una mentira necesaria por cuanto asegura la supervivencia de la especie al alentar y aparentemente validar la experiencia de enamorados que [nos lleva] al matrimonio. Pero como psiquiatra debo lamentar en lo profundo de mi corazón, y casi todos los días, la enorme confusión y los profundos sufrimientos que engendra este mito. Millones de personas malgastan grandes cantidades de energía en un intento fútil y desesperado de hacer que la realidad de sus vidas se ajuste a la realidad del mito.

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26.04.07

Si la pasión amorosa sólo dura dos años, las hormonas tienen la culpa, según un estudio publicado en el último número de la revista «Chemistry World», de la Real Sociedad de Química del Reino Unido.

Un equipo de científicos de la universidad de Pisa (Italia) ha estudiado el comportamiento de las hormonas en una relación amorosa y ha comprobado que el deseo desaparece a los dos años por los cambios biológicos experimentados en el cuerpo de los amantes.

Para el bioquímico Michael Gross, «mientras los amantes se prometen amor verdadero, las hormonas dan a entender otra cosa».

«Esta investigación demuestra la presencia en la sangre de ciertas hormonas al principio de la relación, pero no hay pruebas de que prevalezcan en los individuos que tienen una relación desde hace años», señaló el bioquímico.

Según el estudio, mientras que en los primeros momentos del enamoramiento abunda un elemento químico llamado neurotrofina, que provoca el deseo, con el paso del tiempo esa sustancia se desvanece y deja lugar a una hormona denominada oxitocina.

«La neurotrofina es el equivalente científico en el mundo real de lo que serían las flechas de Cupido», apuntó Gross.

Con la oxitocina se consolidan sentimientos más duraderos de amor y de compromiso, según informa DERF.

NotaCMP.- La pregunta es si necesariamente la neurotrofina da paso a la oxitocina, y la respuesta es NO.

P.Digital

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02.05.07

La vida del hombre está siempre llena de dudas. Sobre todo en esos momentos en que debe decidir algo que la sociedad determina que tiene que ser supuestamente «para toda la vida».

Por eso, y para ayudar a tomar decisiones, Infobae.com ha hecho un pequeño resumen de ítems destinados a facilitar y ahorrar energías a la hora de buscar excusas para no casarse.

Llegado determinado momento del noviazgo, las mujeres insisten con su teoría de casarse “para vivir felices para toda la vida”. Y los hombres, que a veces no saben decir que no, se ven encerrados por la cantidad de argumentos favorables que sus chicas les dictan en forma de catarata dialéctica, según recoge DERF.

Aunque algunas son más crueles y extremistas que otras, servirán para el propio balance. Si las palabras le parecen inapropiadas, busque las que mejor puedan llegar a caerle a su pareja.

1 – Separarse es más complicado. Aunque al principio todo es color de rosa, la realidad indica que un alto porcentaje de parejas se divorcian. En su gran mayoría, las separaciones suelen ser más conflictivas y complicadas que iniciar una convivencia firmada.

2 – Es difícil mantener la monogamia. Aunque es un argumento algo extremo, puede servir mostrado desde ambas partes. Después de un tiempo de convivencia, uno puede llegar a verse tentado en buscar a otra persona que nutra de aventura la relación.

3 – La familia de mi novia. Si bien uno contrae matrimonio con una sola persona, la realidad indica que el círculo más cercano de ella también formará parte de nuestro entorno íntimo. El tema es que uno sí elige a su pareja, pero no a sus hermanos, su madre, su padre, sus tías…

4 – Los gastos de la fiesta. Emprender los preparativos para celebrar el enlace es uno de los puntos más conflictivos y críticos a la hora de poner a prueba una relación. Pero los costos son tales que después la economía de la pareja podría comenzar con un duro traspiés.

5 – La maldita rutina. Hay días que hasta uno mismo no se soporta con la vida que lleva. ¿Por qué debería hacerlo multiplicado por dos? Verle la cara los 365 días del año a una misma persona es sumamente desgastador para cualquier pareja, por más amor que ésta se tenga.

6 – Pérdida de la libertad. Menos espacio, más compromisos asumidos. En definitiva, la convivencia no haría más que acortarnos la posibilidad de hacer lo que se le antoje a cada uno. Se vivió la infancia y la adolescencia dando cuentas a los padres por las acciones. ¿Ahora también?

7 – El amor no es eterno. Lo que nace como una pasión irrefrenable, se convierte en una insulsa rutina. Y eso es lo que va sembrando dudas en la cabeza de cada integrante de la pareja, para trasladarla irremediablemente al corazón. Lo que nació como un «amor eterno» se convertirá en una «excelente amistad».

8 – Soportar sus hábitos, resignar los míos. Ver sus pantaletas (bragas, bombachas) colgando de la canilla del baño puede convertirse en una de las imágenes más apocalípticas para un hombre, por la que inevitablemente pasará si se decide a casarse. Lamentablemente, es sólo un detalle de entre los muchos que podría encontrarse en su convivencia.

9 – Puede frenar el avance profesional. La falta de libertad de movimientos y de tiempos, las mayores responsabilidades, el estar pensando en mantener una familia, a veces atenta contra los propios planes del hombre para desarrollarse como quisiera en su profesión.

10 – Es la propia experiencia. Cada pareja conoce bien sus propias realidades. El último argumento queda a criterio de cada «damnificado», quien sabrá cómo salir del paso ante la pregunta del millón: «¿Te casarías conmigo?».

P.Digital

[*Otros}– Palmeros en América / David W. Fernández – Francisco Díaz-Pimienta y Pérez de Mendizábal (4/4)

David W. Fernández

Francisco Díaz-Pimienta y Pérez de Mendizábal
(1594-1652)

En la sublevación de Cataluña, durante el asedio de catorce meses que sufrió Barcelona, fue Díaz-Pimienta el jefe de la escuadra que por mar estrechaba el bloqueo de Ia plaza, y en aquel sangriento sitio una bala de arcabuz le hirió en el pecho y le quitó la vida a bordo de la nave capitana, el 1° de septiembre de 1652. Hacia poco que había cumplido los 58 anos de edad. Había testado el 26 de mayo de 1652, a bordo de la Capitana de Nápoles, que servía de Capitana del Mar Océano, surta en Barcelona. Sus restos fueron sepultados en la ermita de San Andrés, de Barcelona, propiedad y patronato de la casa de los Marqueses de Villarreal de Burriel.

File autor de importantes dictámenes acerca de construcción naval, así:

• En 1645, sobre consulta que se le hacía por la superioridad, lo hizo acerca de las “Medidas y fortificaciones que al General Francisco Díaz-Pimienta le parecen deben fener los galeones que el capitán Agustín de Barahona se obliga a fabricar y entregar en el puerto de Cartagena a quien Su Magestad mandase”, y aquí, con toda minuciosidad y detalle, expone las medidas que deben tener los galeones y las dimensiones y clases de maderas que debieran emplear en las fortificaciones de los galeones y navíos para Cartagena de Indias.

• En 1650 también dictamina sobre la “lnstrucción reglamentada para los navíos que haíian de hacerse en el Astillero de Guarnizo (Santander)”.

Aunque era de carácter enérgico y poco acomodadizo, nadie le negaba sus relevantes dotes de marino, por lo que su muerte causó general aflicción entre los suyos, y el generalísimo don Juan José de Austria, en carta al Rey, su padre, manifestó el sentimiento de esta muerte, la que juzgaba una gran pérdida para la Corona por la extraordinaria experiencia y capacidad de que era poseedor Díaz-Pimienta.

Como ya vimos, después de su muerte, su esposa se vio honrada con el título de Castilla de primera marquesa de Villarreal de Burriel. De su matrimonio dejó cuatro hijos que fueron:

A. Don Martín Díaz-Pimienta y Vallecillo. Caballero de la Orden de Calatrava y Colegial Mayor de Cuencía, en Salamanca, que se casó en Nápoles.

B. Reverendo Padre Fray Nicolás, Religioso de la Orden de la Merced.

C. Sor Teresa, Monja profesa de uno de los monasterios de Sevilla, y,

D. Don Francisco Díaz-Pimienta y Vallecillo, natural de Portugalete, Caballero de la Orden de Santiago y segundo Marqués de Villarreal de Burriel, que se estableció en Bilbao (Provincia de Vizcaya), donde contrajo matrimonio.

En memoria suya y de la de su padre, ambos ilustres marinos de igual nombre, que dieron gloria a su isla natal de La Palma (Canarias), el Excelentísimo Ayuntamiento de la Muy Noble y Leal Ciudad de Santa Cruz de La Palma, capital de dicha isla, tomó el acuerdo, en sesión del 3 de marzo de 1894, de rotular con el nombre de «Díaz-Pimienta» la antigua calle de la Cuna, de dicha ciudad, por ser tradición que en la casa marcada con el número 14, de dicha calle, vivió el soldado de Lepanto, aunque en documento del siglo XVI consta que tenía su domicilio en la calle Real del Puerto, número 20, de la misma ciudad.

Para Canarias es timbre de gloria ser cuna de quien ha sido llamado «el oficial más sobresaliente de la Armada de Felipe IV», y «verdadera gloria nacional» por haber sido el mejor marino de su tiempo, por su conducta, experiencia, valor y arrojo, además de competente constructor naval, llegando a sobresalir por sus revolucionarias ideas en esta clase de construcciones, las cuales hicieron variar las dimensiones y tipos de barcos que se venían fabricando, y, muchos años después de su muerte, todavía se tenian en cuenta las reformas que propuso. También para los pueblos bañados por las aguas del mar Caribe, es digno del recuerdo y de la difusión de su vida y de su obra, la del glorioso marino Díaz-Pimienta, que supo limpiar sus costas de los ataques filibusteros en la primera mitad del siglo XVI].

De Díaz-Pimienta se ha dicho «… Su nombre, querido y respetado de los suyos, fue temido de las demás naciones de Europa, porque el pabellón de Castilla ondeó siempre con gloria en el mástil de su buque. No hubo combate naval ni hecho alguno de Armas en su tiempo, en los que nuestro general-almirante no tuviera parte activa y saliera vencedor…”.

[*ElPaso}– Casas de corte y costura (C3)

17-05-2007

Carlos M. Padrón

En la década de los 50 existía en casi cada barrio de El Paso al menos una casa en la que se había habilitado un espacio —generalmente una habitación con ventana a la calle— donde una de las damas que en esa casa habitaba dictaba clases de costura y bordado.

A esa casa asistían muchachas, desde muy jóvenes hasta no tanto, que se disputaban los puestos de junto a la ventana porque les permitían, mientras cosían o bordaban, ver quién pasaba por el camino al borde del cual estaba la casa. Es oportuno aclarar que en aquellos tiempos las únicas vías llamadas “calles” eran las del propio centro del pueblo; todas las demás eran caminos, empedrados o no, excepto, por supuesto, las dos carreteras que había: la que conducía a Tajuya y más allá, y la que llevaba al túnel hecho en la Cumbre Nueva.

En mi opinión, y según los comentarios que escuché de algunos de los varones residentes en tales casas, éstas eran, más que de costura—como se las llamaba—, de corte y costura, pero la actividad de “corte” se practicaba con la lengua, ya que las féminas que atendían las clases desmenuzaban todos los chismes —en particular los amoríos y desavenencias, pasados, presentes y proyectados a futuro— y no dejaban títere con cabeza en los comentarios que hacían entre ellas, que solían ir subiendo progresivamente de tono en la escala moral.

Por una de esas casas, en las que el “corte” era actividad clave, tenía yo que pasar casi a diario cuando montado a caballo llevaba la vaca a la relva [1], y cuando regresaba luego, a pie, a mi casa. Y en esta segunda pasada era frecuente que las muchachas —al menos algunas de ellas— de la casa de corte y costura (a las que, para abreviar, llamaré C3) me sacaran colores con los comentarios que me dedicaban, ninguno de los cuales, ni siquiera mucho más ligeros, se hubieran atrevido a hacerme en plena calle o cara a cara, pues creo que el sentirse en grupo les daba un valor que de otra forma no tendrían y, además, siempre les quedaba el recurso de esconderse dentro de la habitación si alguna de sus “víctimas” volvía la vista hacia ese lugar.

En mi viaje de ida, cuando pasaba montado a caballo, no me decían nada porque desde mi posición podía yo ver el interior de la habitación donde estaban reunidas, e identificar quién había hablado.

Estas C3 jugaron papel primordial en la formación de matrimonios entre una muchacha del pueblo y un muchacho, también del pueblo, que anunciara su venida, de paseo o a quedarse, desde Venezuela. Apenas se sabía la noticia comenzaba en las C3 la búsqueda de la muchacha más apropiada para el “indiano”, que así solía llamarse a los que venían de América. Los criterios de escogencia solían ser, principalmente,

• Los gustos, preferencias y rasgos de carácter que el muchacho había demostrado mientras estuvo en el pueblo. Determinar esto requería de una larga pesquisa que, una vez finalizada, y creado con sus resultados el perfil del muchacho, era seguida de otra encaminada a determinar qué muchachas podrían hacer pareja con un hombre de tal perfil

• Que la muchacha estaba entre las que a él le gustaban cuando aún no había emigrado a Venezuela

• Que entre las familias de ambos no había problemas de aceptación recíproca

• Que el nivel socioeconómico de esas familias era el adecuado. (Claro: el de la de él superior en algo al de la de ella… como de costumbre)

Ese proceso, trabajado y pulido sesión tras sesión, eventualmente producía en cada C3 una candidata de consenso y, tan pronto se sabía quién era ésta, era inevitable que la de dos o más C3 fuera la misma, creando así una mayoría que comenzaba a dar más forma al asunto, que entonces salía ya a la calle, rebasabando los límites de las C3, y pasaba a ser tema de conversación, y de comparación de opiniones y criterios, en bautizos, bodas, velorios y hasta en los bares, a los que acudían sólo hombres.

Cuando faltaba poco para que llegara el indiano “víctima” —al que a efectos de este relato llamaré Ramón—, en el pueblo comenzaban a dirigirle a Rosa —le daré este nombre a la muchacha agraciada y acordada por la opinión mayoritaria— preguntas como: “¿Y es verdad que Ramón viene a casarse contigo?”.

Rosa reaccionaba primero con gran sorpresa, pero cuando las preguntas de ese tipo le caían a diario y desde todos los frentes sociales, la sorpresa iba tornándose en rubor, y luego en sonrisa tímida que, a todas luces, escondía una esperanza, pues tanta repetición terminaba por hacerle creer a Rosa que la gente sabía algo cierto porque Ramón habría hecho algún comentario en ese sentido.

Y cuando por fin Ramón desembarcaba en el puerto de Santa Cruz de Tenerife —traído por el “Santa María”, el “Veracruz” o alguno de los trasatlánticos que en esa época hacían escala allí, de ida y de vuelta, en sus viajes a Venezuela—, le llovían preguntas como: “¿Y es verdad que vienes a casarte con Rosa?”.

Y las reacciones de Ramón eran copia, sólo que en versión masculina, de las de Rosa, de forma que, para cuando él llegaba por fin a El Paso, y las preguntas e indirectas aumentaban, no podía evitar sentirse de alguna forma alterado al toparse por primera vez y cara a cara con Rosa y, por supuesto, saludarla. Ella, a su vez, no podía evitar sonrojarse y bajar la vista, incluso mientras se daban el apretón de manos, único saludo entonces permitido en esas circunstancias.

Y claro, cuando Ramón iba al primer baile en Monterrey, allí estaba Rosa,…. y también cien pares de ojos fijos en ambos a ver qué pasaba.

Tal vez porque las miradas tienen, como se dice, efecto telequinético, Ramón se acercaba a Rosa y la invitaba a bailar, y ella aceptaba… y ahí comenzaba un tipo de relación, basado en “selección natural” —nunca mejor dicho— que, créase o no, produjo matrimonios que el tiempo se encargó de probar que fueron duraderos.

En otros casos, la relación sentimental entre un Ramón yuna Rosa comenzó antes de que él emigrara a Venezuela, y ella, siguiendo la costumbre de la época, “le guardó la ausencia”, o sea, se encerró en vida esperando que él regresara. Pero Ramón consiguió pareja en Venezuela y nunca regresó,… y Rosa quedó como Penélope en la estación del tren.

Acerca del tema de estas esperas, del que vi varias muestras, escribí y grabé una canción que me propongo publicar aquí algún día.

***

[1] ‘Relva’ no está en el DRAE; no al menos con la acepción que se le daba en El Paso. Así que echo mano de mi Léxico Pasense, en el que ya tengo recogidos casi 400 vocablos o expresiones, y para los no de El Paso aclaro que relva es un prado o zona de pasto fresco y verde en el que se suelta al ganado de leche, generalmente el vacuno, para que paste a placer.

[*Otros}– Palmeros en América / David W. Fernández – Francisco Díaz-Pimienta y Pérez de Mendizábal (3/4)

David W. Fernández

Francisco Díaz-Pimienta y Pérez de Mendizábal
(1594-1652)

El 17 de mayo divisaron el archipiélago, pero hasta el día 19 no penetraron los arrecifes, que eran su principal defensa, quedando mal parada la urca «San Marcos», que tuvo que volver a Cartagena con 270 hombres de tropa, bastimentos y municiones, El día 20, el almirante propuso a los jefes de la escuadra el plan que, a su juicio, mejor convenía, consistente en el desembarco de 1.200 hombres en dos tandas cerca del Castillo. El plan fue aprobado, pero el estado del mar impidió su ejecución, tanto aquel día como el siguiente.

Al amanecer el día 24 comenzó el asalto a las trincheras enemigas que cedieron ante el impulso de la infantería, replegándose hacia nuevas posiciones, de las que fueron también desalojados, siendo ocupadas las alturas y estrechado el Castillo, cuando sus ocupantes, ante tal situación, despacharon dos parlamentarios para ofrecer la capitulación, que les fue aceptada, tomando posesión del Castillo el día 25, y así, con pocas pérdidas, se logró un completo triunfo.

Es tradición, no confirmada documentalmente, que predominando la idea de que el ataque debía realizarse de frente a la pequeña ensenada próxima al Castillo, mientras otros jefes eran partidarios de hacerlo por otra parte, para esquivar los disparos del Fuerte, Díaz-Pimienta se lanzó personalmente al mar, en un bote, con muy pocos tripulantes, en direccion a aquella playa para ir, sondalla en mano, marcando la ruta sin escollos por donde debían ir avanzando, sin peligro, los navíos, y así iba adelantándose bajo el intenso fuego de las baterías de tierra que cruzaban sobre su cabeza con los disparos que detrás de sí hacían desde su propia escuadra, hasta acercarse lo necesario para poder facilitar el desembarco de sus hombres.

En 1642 regresó a Cádiz con sus galeones cargados de dinero, y el Rey, para premiar sus hazañas, lo hizo Caballero de la Orden de Santiago, a la que ingresó el 28 de julio de 1642, y en cuyo expediente de ingreso hay algunas inexactitudes respecto a su genealogía. Publicó la “Relación del svcesso qve tuvo Francisco Díaz-Pimienta. General de la Real Armada de las Indias, en la lfla de S. Catalina. Dafe cuenfa de como la fomó a los enemigos que la poffeian, echándolos della. y la eftimación de los despojos, u número de prifioneros”.

Con licencia del feñor don Miguel de Luna y Arellano, Cavallero del Abito de Santiago, del Consejo de fu Magestad, y fu Oidor en la Real Audiencia de Sevilla lo imprimió Francisco de Lyra. Año 1642. 4°, 12 pp., s.f. Parece que hay otra edición del mismo año pero de distinto editor; En Madrid. Por Juan Sánchez. Año 1642. Fol., 6 pp.

Entre los despojos que tomó en aquella memorable gesta, se hallan algunas banderas inglesas, dos de las cuales envió, junto con un cuadro representativo de las islas tomadas, para que todo ello fuera colocado en la capilla de Santa Ana, de la parroquia matriz de El Salvador, de Santa Cruz de La Palma. Dicha capilla había sido comprada por su padre a Andrés de Armas, Procurador de causas, y a Inés de Llanes, su mujer, mediante escritura del 8 de enero de 1601, ante el escribano Bartolomé Morel, y su dicho padre la reedificó y fue sepultado en ella, pero al ser colocada en la misma, en 1818, el Paso de la Negación de San Pedro, comenzó a dársele el nombre de dicho Apóstol. En efecto, el 25 de enero de 1644, después de una solemne función religiosa con asistencia de numeroso público, fueron colocadas, con pomposa ceremonia, las dos banderas y el cuadro, pero en 1850, cuando el gobierno de la Nación reclamó dichas banderas y cuadro para su colocación en el Museo Naval, de Madrid, ya no existían ni el uno ni las otras,

Por sus grandes servicios a su patria Díaz-Pimienta fue también nombrado Maestre del Consejo de Guerra y AImirante Genera] de la Real Armada del Mar Océano, Gobernador General de elIa, en propiedad, con honores de Capitán General. Por ello, habiendo dado Felipe IV orden para que en Granada se hiciera leva de gente con destino a su servicio naval, la ciudad nombró por capitán de la compañía de cien hombres que había puesto en pie de guerra, a don Andrés Perez, la cual fue incorporada por orden de Díaz-Pimienta al tercio del marqués de Falses, destinado a su armada, y el 22 de julio de 1645, hallándose en Cartagena Díaz-Pimienta con la escuadra de su mando, concedió licencia al mismo don Andrés Pérez para volver a Granada por falta de salud.

En 1648 visitó Nápoles, y en 1650 tomo parte activa y se distinguió en la expedición que, capitaneada por don Juan de Austria, recuperó brillantemente las plazas de Plombino y Puerto Logón.

A sus expresados títulos agregó el de Señor de la Villa de Puerto Real, fundada por los Reyes Católicos en 1484, y la cual compró a la Corona, aprobado por Real Cédula del 20 de mayo de 1646, pero luego fue reincorporada, y dado en compensación a sus sucesores el Señorío de Vicálvaro, aprobado por Real Cédula del 2 de mayo de 1664, y posteriormente quedo sin efecto, por lo que recompensaron a su viuda con la merced del título de Castilla con la denominación de Marquesado de Villarreal de Burriel, por decreto del 14 de diciembre de 1671, el cual unió al condado de Hervias, que ya poseía, y a su primogénito, don Francisco Díaz-Pimienta y Vallecillos, lugares de Burriel, Albilla y Renuncio, de la jurisdicción de la ciudad de Burgos, además de poseer ya el mayorazgo fundado por su padre y de ser el sucesor de su madre en el marquesado que, por Real Provisión del 12 de abril de 1672 se determinó habíia de ser Vizcondesa de Villarreal y, por otra del 10 de mayo del mismo año, por el de Marquesa de la misma denominación, Interrumpido este título en 1886, por morir sin sucesión don Luis Díaz-Pimienta y Ramírez de Arellano, lo solicitó, en 1915, don Felipe Morentes y García-Alesson, descendiente, por linea femenina, del fundador del título, y le fue concedido. Desde 1957 lo posee don Antonio de Morenes y Medina.

Fue asimismo Díaz-Pimienta gobernador y capitán general de la isla de Menorca (Baleares), y Virrey de Sicilia.

[*Opino}– Día de Internet: más de la mitad de los españoles todavía no usan la Red

17-05-2007

Carlos M. Padrón

La respuesta “ni me gusta ni me interesa”, que resalté más abajo, me resulta dolorosamente conocida, y en los muchos casos en que la he recibido me genera una pregunta: ¿Cómo puede uno saber que no le gusta o interesa algo si jamás lo ha probado?

En realidad creo que esa respuesta es sólo una manera de esconder el miedo a no saber, a hacer el ridículo o tal vez peor: a tener que esforzarse por aprender algo nuevo.

Muchos de los que así me han respondido, todos de más o menos mi edad, añadieron que yo sí “andaba en eso de Internet” porque, por mi trabajo en IBM, había estado por muchos años vinculado a la computación. Es cierto lo de tal vinculación, pero también lo es que Internet y lo que hoy conocemos como computación personal y el mundo de la PC no tienen nada que ver con tal vinculación, pues —y aunque a muchos les ha resultado sorprendente e increíble— por primera vez usé una PC como PC, después de que dejé IBM, o sea, a los 60 años de edad. Y el amigo —a quien le estoy muy agradecido— que me introdujo en ese mundo puede dar fe de que yo de PCs, ya sea en línea o fuera de ella, no sabía nada a comienzos del año 2000.

Las víctimas de esto suelen ser los jóvenes que necesitan una PC pero tus padres, tal vez para que sus miedos no queden expuestos, no se la compran.

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16/05/2007

Día de Internet: más de la mitad de los españoles todavía no usan la Red

MADRID.- El 17 de mayo se celebra en España el Día de Internet, pero, ¿hay motivos para la celebración? Se dice que España es la octava potencia económica del mundo. Pero, en lo que a tecnología se refiere, estamos bastantes puestos más atrás.

La semana pasada, el Centro de Investigaciones Sociológicas daba a conocer los datos de su último barómetro, correspondiente al mes de marzo. La respuesta a la pregunta número 12 es descorazonadora. Un 54% de los españoles no usa Internet.

Hace tres años, en el barómetro de enero de 2004, el 53% de las personas decía conocer Internet pero que no lo utilizaban. A pesar de dos planes Info XXI del anterior Gobierno y un plan Avanza del actual, la situación no parece mejorar. Peor se ponen las cosas con la pregunta número 12b. Cuando se interroga a los que no hacen uso de la Red sobre los motivos, un tercio responde que ni les gusta ni les interesa. Otro tercio afirma que no saben utilizarla.

Desconocimiento y desinterés por uno de los mayores inventos del hombre, según un centenar de investigadores y científicos preguntados hace unas semanas.

La labor de concienciación y promoción del Gobierno se hace casi obligatoria si se quiere evitar que la mitad de la población española se quede atrás, engordando las cifras de lo que se viene a llamar el analfabetismo digital.

Infraestructuras

En la misma encuesta del CIS, entre los que no usan Internet hay un 14,1% que dice no tener fácil acceso, y otro 6,3% al que le parece caro conectarse a la Red. Estas respuestas llevan a otro de los grandes problemas de la Sociedad de la Información en España. Las infraestructuras de acceso han mejorado, es cierto, pero a un ritmo que, en vez de acercarnos a los países más avanzados de Europa, nos están alejando. Hoy, España ocupa el puesto 17 dentro de la Europa de los 25. Por no hablar de que la banda ancha española es más lenta y cara.

En España se está produciendo una paradoja. Aunque más de la mitad de los españoles no usa Internet, quienes lo hacen la quieren de calidad. En nuestro país, casi el 30% de los hogares tiene conexión de banda ancha. El problema es que este crecimiento es a costa de las conexiones de banda estrecha y no de que se incorporen más hogares.

«Persisten los mismos problemas», asegura Victor Domingo, de la Asociación de Internautas. «No hay universalización de la banda ancha, aún hay cuatro millones de españoles que no tienen posibilidad técnica de tenerla, y otros 12 no pueden elegir entre tecnologías al no tener cobertura de las operadoras de cable», añade. Aparte de los problemas en las infraestructuras, Domingo recuerda la necesidad de una mayor información y formación sobre las ventajas de las TIC. Añade además que «en una sociedad de mileuristas, 50 euros por un ADSL sigue siendo demasiado».

Contenidos

El barómetro del CIS de marzo también se ha preocupado por saber qué hacen los españoles cuando navegan. Aquí los resultados tampoco son buenos. El 80% de los internautas usa la Red esencialmente para buscar información o mandar correos electrónicos. Casi un 40% también recurren a ella para bajarse música y películas.

Pero las cifras de los que van algo más allá y aprovechan su conexión para tratar con la administración o utilizar las posibilidades del comercio electrónico son muy bajas. El 26% dice realizar gestiones con su banco, y otro 15% ha comprado algún producto en línea.

Yendo a las cifras objetivas, el comercio electrónico en España está creciendo, pero parte de unas cifras ridículas. Según datos de la CMT, en 2006 se movieron en la Red casi 2.000 millones de euros. Pero, ¿qué es esa cifra comparada con los 102.000 millones que supuso el ‘e-comercio’ en Estados Unidos?

Se confía mucho en el DNI electrónico para animar el negocio en línea. Servirá para disipar la gran desconfianza que hay hacia las compras y gestiones por Internet.

Administración electrónica

En cuanto a la ciberadministración, el ejemplo de buen hacer sigue siendo la Agencia Tributaria, como desde hace años. Cierto que no dejan de firmarse convenios entre las distintas administraciones para acelerar su implantación, pero aún queda mucho por hacer. Dos ejemplos recientes son la puesta en marcha en Madrid de la receta electrónica, y el programa para digitalizar los registros civiles. Sin embargo, los ciudadanos no podrán aprovecharse de la mayoría de las iniciativas hasta 2008, como pronto.

Más vitalidad tienen los usuarios habituales de Internet que, por su cuenta, la están llenando de contenido y funciones. Aquí no se ha inventado casi nada de lo que denominan Web 2.0, pero sí somos de los primeros en usarla. Un estudio de Novartis revela que los españoles están a la cabeza de Europa en el uso de la mensajería instantánea, la creación de blogs, el uso de los podcast, Youtube y más de la nueva Internet.

El Mundo.

Diferencia en visitas a Padronel: ¡Pasadas las 100.000!

16.05.07

Carlos M. Padrón

Según lo que escribí ayer, en la nota que copio más abajo, esperaba rebasar esta semana las 100.000 visitas. Pero acabo de revisar y, al momento, las 21:44, el contador del blog indica 78.894 visitas, pero Google Analytics dice que son 26.598 más, o sea: 105.492 según indica el siguiente cuadro:

Yo espera «ver» la llegada a las 100.000, pero ocurrió antes de lo que yo pensaba.

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15.05.07

Carlos M. Padrón

El contador incorporado a este blog indica que hasta el 14/05/2007 a las 22:22 éste ha recibido un total de 77.092 visitas, contadas desde el 22/05/2007, fecha en que comenzó.

Sin embargo, Google Analytics —bajo cuyo control estadístico tengo el blog— dice que desde el 01/06/2006 hasta 14/05/2007 a las 22:22 el total de visitas es de 97.519, lo cual hace pensar que esta semana se alcanzará la cifra de 100.000

Google Analytics me merece confianza a este respecto, así que espero poder conseguir algún día que el contador que en el blog vean los lectores refleje las cifras de Google Analytics. Entretando vale tener en cuenta que la cantidad real de visitas es de unas 20.000 más que las indicadas por el contador actualmente incorporado al blog.

[El Paso}– “Dándole vueltas al viento” / Poemas de Antonio Pino Pérez – Prólogo

Bajo este título, «Dándole vueltas al viento” / Poemas de Antonio Pino Pérez» me propongo publicar en estas secciones del blog los poemas contenidos en el libro en referencia, obra de don Antonio Pino Pérez, Hijo Predilecto de la Ciudad de El Paso, Cruz de Beneficencia, dentista, escritor y poeta.

Adjunto foto de cómo recuerdo a ese hombre, corpulento y de verbo apasionado, que con su constante quehacer dejó honda huella en su pueblo natal, del que fue dos veces alcalde, y en todos los que le conocimos.

En esta primera entrega va el prólogo al libro en referencia, con nota previa de los tres hijos de don Antonio Pino. De ellos, Juan Antonio, amigo mío desde nuestra primera juventud (aparece, al igual que yo, en la foto que acompaña al artículo «Don Salvador Miralles Pérez. In Memoriam – Homenaje póstumo en El Paso«), me ha hecho llegar el material de esta publicación y de la que acerca de su padre he hecho ya («Ni el rencor los nombra«) y me propongo hacer.

Muchas gracias, Juan Antonio. Si mal no recuerdo, la última vez que nos vimos fue hace 43 años (1964), pero espero que nos veamos —un poco más jóvenes, por supuesto— este próximo mes de junio.

Carlos M. Padrón

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Queridos amigos:

Decimos amigos porque los que se interesen por estas poesías son, en su mayoría, amigos palmeros y/o admiradores de nuestro padre, Antonio Pino Pérez.

Son muchas las personas que nos han pedido su libro «Dándole vueltas al viento”, hace tiempo editado y agotado.

Al Ayuntamiento de su pueblo, al que tanto sirvió, le hemos pedido una segunda edición, que se difumina con aplazamientos y promesas dudosas. Por eso lo ponemos a tu disposición por este maravilloso medio por el que a nuestro padre le hubiese gustado que volaran sus poemas. El libro tiene derechos de autor, que en su ausencia son nuestros y tenemos la plena conciencia de que él, nuestro padre, hubiese disfrutado poniéndolo a la disposición de todos.

María Lourdes, Juan Antonio, y Rosario Pino Capote.

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PRÓLOGO
A cargo de Pedro Hernández

Al libro «Dándole vueltas al viento”
Selección de poesías de Antonio Pino Pérez
Editado por el CENTRO DE LA CULTURA POPULAR CANARIA
Primera edición: Agosto de 1982

En las más o menos breves y precisas dimensiones de un prólogo —en este caso para un libro de versos de un vate palmero, Antonio Pino Pérez— tal vez me resulte difícil decir cuánto creo y pienso de este escritor amigo. Pero me complace el cometido de dar paso a un poético mundo que se nos muestra familiar, en el que es raro el tema que no aparece enmarcado en nuestros paisajes —de la isla o del alma— tiernamente coloreados de vida. No pretenderé, y claro está que sería vano el intento, hacer ni siquiera un somero estudio crítico de la obra de Antonio Pino, pero sí exponer la creencia de que, al menos mientras haya almas sensibles y andariegas que transiten por los soñados caminos de Machado —y las habrá siempre— no faltará quien le recuerde. Y los que antologicen a los poetas de las Islas no deben olvidarle.

Nació Antonio Pino Pérez en El Paso, un bellísimo pueblo con título de ciudad, término éste que no me gusta emplear porque, cuando menos, me sugiere la idea de terquedad en las trasnochadas urbanizaciones que, por desgracia, ya ensucian algunos inaguantables panoramas de diversos lugares palmeros.

El Paso es un encanto, un primoroso retazo de la Naturaleza, un regalo de Dios. En El Paso, metido en sus huertas, en sus jardines, en sus cumbres, integrado en la universal armonía de las cosas, el hombre se siente otro hombre. Fueron estos idílicos parajes, su luz, su aire, lo que marcó desde su infancia y para siempre a Antonio Pino. En plena juventud, como tantos canarios, pensó que el mundo era algo más que la paz paradisíaca y la belleza cósmica y también la melancolía de una isla que el mar aprisiona. Se sintió con alas y voló. Anduvo por América y Europa. Conoció muchas gentes. Tuvo contactos con figuras preeminentes de las letras y de las ciencias. Supo lo que era el mundo, en el que vivió con la impetuosidad y la fogosidad de sus años mozos. Volvió a la isla, su isla, porque era su destino. Auscultó el corazón de la tierra en que tenía sus raíces, y sintió de nuevo el latido de su corazón ilusionado de poeta. Tenía fe en él y en su energía —que a veces se le hacía generosa flexibilidad— para, sin doblegarse, vencer adversidades.

Por entonces le conocí, y nuestro mutuo afecto se mantuvo invariable hasta su tránsito. Charlar con él de temas literarios era una delicia. Luchaba como un aventurado idealista en la defensa de intereses públicos, acaso soñando, fuera de la realidad circundante y viviente, en un mundo romántico que había de traer reivindicaciones, engañosas o no, pero en las que creyó firmemente. Tal vez eran sueños que él, al fin poeta, pretendía vertebrar, para poder configurar realidades que nos acercaran a un mejor destino. Y ya no quiso apartarse nunca más de su vieja Benahoare [1].

En el campo de las Letras, no cesó de bregar, sobre todo en la prensa diaria, firmando artículos con su nombre o con pseudónimo, en los que trató variados temas, principalmente relacionados con problemas insulares. Como poeta, su producción es importante. La recopilación hecha en este libro es sólo una muestra de su quehacer, pues habrá que recobrar, de entre sus papeles y de periódicos y revistas en que se hallan dispersas, otras composiciones que están ausentes en estas páginas. Y tampoco hay que olvidar que sólo dio a la publicidad una parte de lo escrito.

En sus versos, rítmicos y sonoros, se encuentran perspectivas y cuadros psicológicos que pudiéramos encuadrar en las corrientes realistas de su primera época, a la que siguió fiel. Y él puede ser uno más para corroborar cuanto se nos ha dicho respecto a que “toda poesía hecha en Canarias estuvo sostenida por sus modelos españoles”, si bien, en este caso, habría que agregar, como matización de algo perceptible en algunos de sus trabajo, que el poeta vivió parte de su juventud en la América hispana, donde, en las postrimerías del XIX, dominó el realismo que había imperado en la literatura narrativa francesa.

La melodiosa fluidez, la sencillez y colorido, la vigorosa línea expresiva, sus cambiantes panoramas —en los que la palabra se hace luz y sombra, sima o altura, pincelada de amor a nuestra tierra visión emocional, vuelo sinfónico—, su simplificación de temas, su técnica, que tal vez llamaríamos impresionista, todo puede contribuir a afirmarnos en la creencia de que Antonio Pino no pasará inadvertido, y figurará, de pleno derecho, entre los poetas de las Islas, aunque bien conocida es la costumbre de nuestros antologistas e historiadores de la literatura canaria de eliminar en sus libros a los poetas palmeros. Que sepamos, sólo José Quintana, que en su interesante y amplia obra “96 poetas de las Islas Canarias” habla del gran valor que representa la aportación palmense, muy original en la poesía canaria, al acervo cultural isleño, no se olvida de citar a Antonio Pino, nuestro poeta.

La poesía de Pino tiene derivaciones de la más relevante lírica canaria de su tiempo. En ella se perciben sonoras ráfagas que nos traen ecos de Gutiérrez Albelo. Es poesía humana, cuajada de ternura, alguna vez truncada por aletazos en los que se descubre, con insobornable firmeza, un anhelo de libertad. En el devenir de sus días, él —que vivía a compás de las viejas y de las novísimas oleadas poéticas, de los movimientos literarios y de las evoluciones creadoras, incluso más allá de los ámbitos nacionales— sintió y escribió con optimismo, sin pararse a pensar en “nuestra adversa circunstancia de marginación y aislamiento”, citada por Sebastián de la Nuez en un magistral estudio sobre la poesía canaria contemporánea.

¿Pero es que existe para los poetas esa adversidad? El académico José María de Cossío habló una vez de la incuestionable vocación y valía poética y la españolidad de los hombres de nuestras islas. “Es una parcela de la sensibilidad española —decía— que en el campo de la poesía cobra proporciones extraordinarias por la cantidad y por la calidad”. Y aún añadía que las alusiones geográficas o costumbristas de estos poetas son “el medio de asomarse a lo universal”. Alguien ha querido ver en los acentos intimistas de Pino unas señaladas limitaciones que no existen. Lógico es que, en la mayoría de los poetas canarios, prevalezca fundamentalmente, junto a las personales querencias, el tema de las Islas, pero no puede negarse que ambas cosas son plenamente universales en sentimientos y calidades, aunque aliente y aniden en el “a-isla-miento” que nos señalara Unamuno. Las noches de rosas blancas que dejan un luminoso aroma sobre el alma, de que también hablara el maestro, se deshojaban para nuestro poeta, más que en el mar, tierra adentro, en las tardes doradas de Aridane, y en las cumbres y en las nubes de su vida isleña.

En la sinfonía de sus poemas evocó al aurita mundo prehispánico, con sus moradores y sus héroes de leyenda, entre arboledas, tierras volcánicas y “cabocos”. Penetró en lo que llamaríamos la primigenia y estoica filosofía de nuestros aborígenes, anhelando descubrir el alma de la raza. Vibraron las notas líricas en la percepción de los hechos históricos, en los cantos descriptivos de la geografía insular. Todo lo entretejió de recuerdos nacidos de su mundo introspectivo, en el que oyó “el inefable rumor que sólo los poetas escuchan”. Sus versos, más de una vez, nos llevaban a las atinadas palabras del erudito crítico Pérez Minik, cuando, al ofrecer una visión panorámica de nuestra poesía, dice que parece inclinarse “hacia una inteligibilidad de la Naturaleza y del hombre como paisaje; y a este paisaje y a este hombre quiso acercarnos con sus poemas Antonio Pino, aunque a veces sintiera el desconsuelo de ver baldíos sus deseos. Pero él sabía lo que, un día, con exacta palabra, expresó García Cabrera: “Siempre pueden quedar soterradas parcelas de soledades, los entresijos sordomudos de su intimidad, a los que todavía no han podido poner a flote los signos del lenguaje”. Peregrino de sueños y artífice de palabras, las emplea con grácil elegancia, con la armonía rubeniana de que sabe mirar al propio tiempo a la tierra y al cielo. Padrón Acosta escribe de un antiguo vate palmero, que era “lírico adorador de todo lo que su isla encierra”, y en él priva “el amor a lo brillante, que tanto caracteriza a los hijos de La Palma. Lo mismo puede aducirse respecto a Pino, aunque ya no se enciendan, como entonces, las bengalas de la retórica del ochocientos, y alguna vez sus rumbos le inclinen hacia nuevas formas innovadoras que le atraen.

Ignacio Aldecoa nos dijo que llegar a La Palma era tocar la linde del paraíso. Y nos recordó que “la isla se llama de San Miguel de La Palma. Nombre de arcángel combatiente y nombre de planta del paraíso”. Antonio Pino no lo olvidó nunca. Combatió y cantó. Su temperamento, a veces impetuoso, solía deshacerse en la elegancia alada de sus declamaciones, en las que revelaba las torturas de su espíritu o la serenidad que le conformaba y elevaba. Los que bien le conocimos sabemos del cabal retrato que hizo de sí mismo en su bello soneto “Soy”.

Remozador de valores humanos, en confusos días de incontrolables exaltaciones públicas, supo contener los desbordamientos con su palabra, y recobrar la paz. En la paz cultivó con gran cariño, como el poeta del Caribe, la rosa blanca de la amistad sincera. Y volvieron a nacer sus poemas con hálitos campestres, frescura de altas cubres, fragante aroma de égloga, blancas caricias de brumas y de brisas, nieve de almendros y sombra de pinares; mientras, más alejados de los temas cotidianos, brotaban otros que despiertan hondas meditaciones y se alzan en sutiles imágenes. Ya no hay temor de que se pierda en los dédalos incomprensibles de abstractas ideas, pues sólo piensa en valores trascendentes, de los que pueden dar sentía a una vida. Esta temática lo eleva en sus alientos místicos y en su fe. Y fulge en los versos, con desnuda piedad, su religioso espíritu.

Los años fueron aminorando energías, depurando lirismos, difuminando estampas de otros días. Llegó el dolor, con su cortejo de signos misteriosos. Se sentía el poeta en su vital plenitud, cuando pronto vio como, irremediablemente, la vida se le iba. Y nos dijo adiós, en unos versos. El acorde final. Pero ya no eran aquellos tornasolados endecasílabos de ayer, sino otros de serena amargura, de resignada conformidad, de cristiano y definitivo balance. La idea de la muerte le enturbia las palabras, si bien sigue lúcido y alto el pensamiento:

Examina paciente cuanto hiciste,
cuanto no hiciste y pudiste hacer.
Y mesúrate bien en lo que fuiste
porque hacia atrás ya no podrás volver.

Prepárate a morir. Muere sin pena
si tu deber has cumplido al pasar,
y de entregas y amores está llena
esa vida fugaz que va a expirar.

Ahora, Rosario —hija del poeta, inteligente, buena, que sigue adorando y admirando a su padre— ha recogido una parte del hermoso legado que a todos nos dejó él, y se ha dispuesto a publicar el libro que tienes en tus manos. A ella le debo el grato encargo, que sólo justifica la amistad, de prologarlo. Adéntrate en sus páginas, lector, y serás uno más en creer que nunca faltarán estos versos, y que sustenten, con auríferos soportes, la noble arquitectura de sus estrofas.

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[1] NotaCMP.- Benahoare es el nombre que los guanches (aborígenes) de La Palma daban a su isla.